El propósito original de esta nueva sección en nuestro viejo Blog era la queja. Con los textos precedentes fui posponiendo ese propósito, a la espera de que las dilaciones y obstáculos en torno al asunto desaparecieran. Pero no desaparecen, se dilatan y multiplican, la burocracia parece vencer, la demora se perpetúa, así que hoy, con esta entrega, debo intentar desbaratarla.
Resulta que para empezar con el tratamiento que Esteban necesita (el escaso cognitivo-conductual) necesitamos un Certificado de Discapacidad. A la institución que ofrece ese tratamiento (CIASI) sólo se accede a través de una obra social, y las obras sociales sólo cubren el tratamiento si el paciente es avalado por ese certificado.
Tras superar el sinsabor provocado por la insólita asociación entre esas palabras y nuestro Fulanito, nos abocamos a conseguirlo.
En los primeros días de setiembre nos dirigimos al Servicio Nacional de Rehabilitación de la calle Ramsay. Ahí supimos que, desde el primero de ese mes, el organismo descentralizaba su estructura y el Certificado debía tramitarse en el distrito correspondiente. Cuando dijimos que nuestro domicilio está en Remedios de Escalada, nos dieron un número donde informarnos. Pero ese teléfono sonó en alguna oficina de Avellaneda, donde nos informaron que allí no podríamos obtenerlo. Nos aconsejaron dirigirnos al hospital Evita, de Lanús, donde se seguiría emitiendo el certificado provincial, dijeron, pero en el hospital nos explicaron que ahora se había creado el Documento Único de Discapacidad, que se tramita en La Plata para todos los ciudadanos y ciudadanas del conurbano. Llamamos a La Plata y nos dijeron lo mismo que en Ramsay, que fuéramos a nuestro municipio. Finalmente, en la municipalidad de Lanús protestaron que la descentralización había generado un caos en la Dirección de Discapacidad, porque el personal recién empezaba a capacitarse, los formularios para el público no llegaban, no se designaban los profesionales para la junta médica y no sé cuántas falencias más. En síntesis, para tramitar el Certificado había que esperar. En setiembre, para nosotros, el Servicio estaba paralizado.
Desde entonces llamamos diariamente a la Dirección de la calle Zuloaga reclamando un turno. Pasaban las semanas y la emisión de turnos no comenzaba; en alguna oportunidad alguien nos tomó los datos y prometió llamar. Entonces, indignado por las reiteradas dilaciones, resolví recurrir a una práctica que en general deploro, pero ahora encontré necesaria: la apelación por un tema de salud a los medios de comunicación. Sin embargo, lo hice privadamente. Le escribí a un cierto periodista que conozco (que todos los Parrafistas conocemos, sí, Nuestro Hombre en los Medios), quien me comunicó con un colega muy vinculado, el cual pudo contactarme con un funcionario del área de prensa de Lanús. A través de este atento funcionario, obtuvimos una nota de la Secretaria de Salud donde se explicaba la imposibilidad de conseguir el certificado. Según este señor, con esa constancia muchas familias habían obtenido la cobertura de sus obras sociales. Nosotros no tuvimos esa suerte. En OSPACA (la insólita obra social que en su momento eligiera Cristina para ella y Esteban) rechazaron historia clínica, resultados de estudios, presupuesto y demás papelerío que habían exigido. Para ellos es indispensable e insustituible el Certificado de Discapacidad. Y en la Municipalidad de Lanús todavía (a 21 de noviembre) no lo hacen. Sí se puede tramitar en Avellaneda, sí en Lomas de Zamora, según nos contaron otros padres con los que nos relacionamos en el CIASI, pero no en Lanús. El que quiera comprobarlo, puede llamar al 4249-5822
¿Qué podemos hacer?
Cristina llamó al INADI, denunciando discriminación del estado en razón de nuestro domicilio. Tomaron nota. Llamó al 0-800 de Discapacidad, dependiente de Presidencia de la Nación, para pedir una excepción a la tramitación distrital. Le respondió un jingle publicitario de Cristina 2011.
Yo pensé en encadenarme al retrato de Evita que mira hacia el sur desde lo alto del Ministerio de Salud. O escribir a otra figura de los medios, a Susana Gimenez, y preguntarle cómo obtuvo ella su certificado para ingresar aquel M. Benz. O secuestrar al intendente de Lanús cuando este jueves venga al bautismo del Jardín donde concurre Esteban, y pedir como rescate el Certificado.
En esos delirios estaba (escribiéndolos, ayer), cuando me interrumpió el teléfono.
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