Nuevamente, la tercera fue la vencida. Tercera reentré de autor en Parrafus
Interruptus, y esta vez el juego no salió.
“¿De qué habla este abanderado
trucho?”, dirán los nuevos aficionados al juego, que desde ya, carrieguísticamente,
me detestan. (Carriego: “A mí, a los gringos no me basta con despreciarlos: yo
los calumnio”.)
Les cuento a los flamantes compañeros oyentes que durante muchos meses del
anterior ciclo de Parrafus, que duró cuatro años, Hugo no repetía autores.
Autor que se leía, autor ausente de la lista futura. Nuestro conductor se había
propuesto llegar a los mil autores sin repetir. Y fue sólo por un error, una
distracción, un traspapeleo (según contó), que, superada largamente la mitad de
ese número (ahora no recuerdo en cuál Parrafus), John Le Carré se hizo presente
otra vez. Y a partir de ahí, muy
volublemente (según escribí en aquel momento), el señor Paredero cambió sus
planes y admitió la segunda lectura de un mismo autor.
Ahora, para estos Parrafus del nuevo Por Amor al Arte, los viejos oyentes, sin
necesidad de ninguna aclaración, sabíamos que, en algún momento, los pasados
autores irían reapareciendo, mezclados entre los jamás leídos. Imposible obviar
a casi 650 escritores, dramaturgos y poetas. (Además, en aquel ciclo del
Parrafus Interruptus autónomo también se habían leído autores ya visitados en
anteriores temporadas de Por Amor al Arte.) De manera que así fue, y no nos
sorprendieron esas reapariciones.
Dos de ellas ya se habían producido en los primeros cinco juegos que
tuvimos desde el 2 de febrero –me reservo sus nombres. La de anoche fue la
tercera reentré. Y la tercera fue la vencida. El juego no salió, como solíamos
decir. Que el teléfono diera ocupado durante los cinco minutos que duró la
lectura (ahora se lee hasta los cinco minutos, y chau), es un detalle que ni valdría la pena mencionar. Pero, queridos
compañeros oyentes (los viejos y los nuevos), ¿para qué caraxo llaman si no
saben la respuesta?
Buenas tardes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario