sábado, 17 de marzo de 2007

A quien leyere

"Si las pàginas de este libro consienten algùn verso feliz, perdòneme el lector la descortesìa de haberlo usurpado yo, previamente. Nuestras nadas poco difieren; es trivial y fortuita la circunstancia de que seas tu el lector de estos ejercicios, y yo su redactor" Jorge Luis Borges
Jorge Borges

2 comentarios:

Marcelo Perenchio dijo...

Estimado Hugo:


No desesperes ni haya drama. Sigo acá, haciéndole atenta sintonía a los párrafus –y en especial a los interruptus.
Se completa un año de programa, y sí, como le dijiste al tachero, sigo siendo el asombroso puntero, con 23 victorias, así que no he sentido urgencia por seguir participando en este verano, después del extraordinario raid triunfal de diciembre y enero.
Además, sinceramente, sucedió que, poco después de cumplir 42, me desanimé una noche cuando releí unos versos de don Jorge Luis y se me ocurrió una melancólica manera de parafrasearlos.
Estos son los versos:

No haber caido,
como otros de mi sangre,
en la batalla.
Ser, en la vana noche,
el que cuenta las sílabas.

Así quedó mi paráfrasis:

No haber escrito,
como quiso mi deseo
en el pasado.
Ser, en la vana noche,
el que acierta los párrafus.

Pero me recuperé enseguida, como otras veces, y pensé en usar esas palabras del maestro, más otras, para ilustrar la carátula de un blog sobre el programa que desde hace tiempo vengo rumiando.
En unos días, si mi semianalfabetismo tecnológico me lo permite, lo subo a la red (¿se dice así?), y te paso la dirección para que, si querés, lo difundas, así los oyente comentan ahí los pormenores de sus triunfos, o sus confusiones, sus dudas, rememoraciones, descubrimientos... en fin, lo que quieran.
Hasta pronto, entonces.


Marcelo Perenchio /


Post Scriptum: Las otras palabras del maestro: “... yo autor, tu lector, nuestras nadas poco difieren” (del preámbulo a “Fervor de Buenos Aires”).

Quique Figueroa dijo...

¡Bella idea Marcelo Horacio!

Somos parrafistas/parraferos,
que mas da.
El arte de la escucha, es lo que nos une,al igual que la sed de llamar y acertar
[para ganar].

El programa de Esteban Peicovich, también era apreciado,
pero no habia una red tan densa,
como esta, plena de lectores apasionados.

Aquellos eran palabristas,
hoy devenidos en parrafistas.

Poco importan las profesiones,
son los oficios, y el fuego fatuo que corre por nuestras venas.

Ese factor común, no habla de diplomas, menos de masters,
sino que son letras,
las que fluyen por todo nuestro ser.