martes, 31 de agosto de 2010

Cartel francés


Este miércoles, apenas en el segundo encuentro con el Parrafus en vivo, Hugo ya prodiga las sorpresas para su público seguidor.
En el Centro Cultural Caras y Caretas, desde las 19.30, al clásico, álgido, adrenalínico certamen de enigmas literarios, se sumarán dos invitados estelares.
Uno de ellos, ejercitando una auténtica paráfrasis del lema 2010 de Parrafus Interruptus: “De la radio al vivo”, pasa de la platea al escenario. Hernán Gugliotella, quien asistiera como uno más del público en el encuentro de agosto, será el artista invitado.
Si bien ya en aquella ocasión se destacó por ser uno de los ganadores de la noche, ahora, con su Dúo Unipersonal, Hernán, lector y artista, ofrecerá una muestra del bagaje musical-humorístico que ya celebráramos en esta página.
Y al acompañamiento lírico se agregará, desde este miércoles y por el resto del año, la presencia de una lectora invitada. En esta oportunidad, para plantearnos en su adecuada voz uno de los juegos de la noche, acompañará a Hugo la actriz Susú Pecoraro. Y no hay nada más que decir. O una sola cosa: ¿Te lo vas a perder?
Si te lo perdés… ¡es porque no tenés el hábito!

lunes, 30 de agosto de 2010

Parrafus en Caras y Caretas (9): Ultimo apéndice










1) Escribí que me parecía bien que quedara la incógnita acerca del cuento de Fontanarrosa Ininterruptus. Sin embargo, como Hugo me envía el título (“Entreteniendo al Lito”), entiendo que es su deseo que lo consigne. Su deseo es una orden. El deseo es el deseo del Otro.

2) Otro deseo de nuestro conductor que hago mío es el que expresara al final de nuestro pasado encuentro. El deseo de agradecer a la gente del Centro Cultural Caras y Caretas. Todo fluyó armónica y amorosamente porque se trata de personas, dijo Hugo, de esas que facilitan, que favorecen, que aperturan, opuestas a aquellas que obstaculizan, interfieren y clausuran. Desde mi humilde posición de espectador del espectáculo, creo que cabe refrendar esa valoración y agradecimiento.

3) Me han señalado una desprolijidad o carencia de mi resumen, de la que debo hacerme responsable: no registré el tiempo que demandó reconocer cada lectura. No lo hice, justamente, por no ser desprolijo o incompleto, ya que no pude memorizar los tiempos de cada ganador –y no quise jugar con papel y lápiz en mano para que no se sospechara una vez más machete o gugleo… Me dicen que hubiera sido útil ese registro para los compañeros oyentes que no pudieron concurrir: cotejando un determinado lapso con su conocimiento de tal obra, podrían deducir que hubiesen ganado algún juego. Pero mejor es ir.

¡ULTIMO MOMENTO!

Me llega un aviso de Hugo donde informa que el artista invitado para nuestro próximo encuentro, este miércoles, 1 de septiembre, será el Dúo Unipersonal de Hernán Gugliotella.
¡Que ojo, Perenchio!
Pero, además, para dar lectura a una de las obras en danza estará ni más ni menos que la joven Susú Pecoraro, deslumbrante promesa hecha realidad (deseo realizado) del teatro y cine nacional.
¡No falten!
Miércoles, 19.30 hs, Venezuela 330, San Telmo.

lunes, 23 de agosto de 2010

Parrafus en Caras y Caretas (8): Final / Requiem

Creo que voy a ir finalizando esta ya dilatada crónica –antes de que mi impericia dilate aún más el escroto de algunos/as oyentes.
Soy así. No suelo ser seguidor de nada ni de nadie (excepto, eventualmente, de Chacarita Juniors y de Hugo Paredero), pero, cuando me entusiasmo con algo, me meto a fondo. Ahora, por ejemplo, me hice aficionado al multimedio del SUTERH. Escucho la AM 750 (feliz descubrimiento del compañero Max Medina), voy al centro cultural Caras y Caretas y compro la revista homónima.
Como colofón a esta reseña, entonces, diré que en la Caras y Caretas de este mes encontré dos satisfacciones. Una, que en la nota de tapa, “La voz de los argentinos”, referida a la historia de la radio, Carlos Ulanovsky cita a Hugo Paredero. Y dos, que Jorge Dorio, en su columna testimonial para la misma nota, menciona a la cooperativa de oyentes que durante un tiempo ayudó a sostener “Sueños de una noche de Belgrano”, su programa con Martín Caparros de 1984.
Ulanovsky cita así a Paredero: “A partir de esos años la radio –más que nada entregada al entretenimiento, a la diversión desde sus programas- fue, como menciona en un artículo el periodista Hugo Paredero-, ‘la reina ordenadora de cada hogar, no sólo porque estaba en los lugares centrales de cada casa sino porque te decía con qué fijador debías peinarte o con qué pildoritas tenías que regularizar tu intestino’”.
Estas palabras me recordaron el artículo de contratapa con que Hugo debutó hace poco en “Miradas al Sur”. Lo repasé a ver si la cita provenía de ahí, pero no. Sin embargo, encontré algo parecido, que cito en su contexto: “Mi padre trabajaba en la sección Vías y Obras del ferrocarril recuperado a los ingleses. Mi madre era ama de casa y tejedora infatigable. A mí todavía me quedaban tres años de hijo único. Nuestro perro coli corbata blanca se llamaba Rayo, como el del radioteatro. En el dormitorio de mis viejos, la foto de casamiento. En el living presidía un cuadro de Peron y Evita vestidos de gala. Desde su altar en la cocina, la radio proveía felicidades a toda hora”.
Ulanovsky, en aquella parte de su nota, habla de la radio de fines de los ‘30 y principios de los ’40; Hugo, en su contratapa, de los tiempos del segundo gobierno peronista.
Se conoce que para nuestro conductor la radio siempre fue importante. Se entiende que ahora haya llevado su interrumpido ciclo radial a una sala donde el público esté presente. Es como en décadas pasadas, cuando los auditorios se llenaban de oyentes que querían ver en vivo y en directo a sus héroes y heroínas del radioteatro o a sus músicos y cantantes preferidos.
A propósito, en la última hoja de la Caras y Caretas, en la sección Agenda, Parrafus Interruptus se promociona así entre los Foros del Centro Cultural: “De la radio al vivo. Una excitante competencia literaria para jugar a pura memoria y libro forrado. Con importantes invitados sorpresa y muchos premios. El leyente: Hugo Paredero. La coordinadora: Adriana Baldessari. El cronometrista: Lucas Gatti. Anexo Venezuela 330”. Hay una sonriente y severa fotografía de Hugo.

Sobre el último juego de la noche, de aquella histórica noche del 4 de agosto, la del primer encuentro, digamos que el género fue Cuento, que el autor fue Ray Bradbury, que se comenzó a leer el relato que da título a su libro “El hombre ilustrado”, y que el ganador fue nuevamente Marcelo Perenchio, un simple trabajador, el hombre autoilustrado de Escalada.
Con este sexto Parrafus culminó la competencia aquella noche. Pero como nos volveremos a encontrar el 1 de septiembre…

…continuará.

In memoriam Hugo Guerrero Martinehitz

domingo, 22 de agosto de 2010

¡De nuestro enviado especial!

Feliz cautivo del Fortín, el título que eligió Marcelo para contar mi visita a Vélez el sábado 21, sigue siendo el apropiado para estas líneas recién llegadas del club. La verdad es que fui feliz de pasar unas horas allí, cautivo por cautivado y no por preso, y el Fortín, bueno, por algo lleva mayúscula. Nos recibieron con enorme cordialidad (por orden de aparición), Miguel Tranchida, encargado de relaciones públicas, el vicepresidente del club, Hugo de San Félix, y Hugo Fórmica, presidente del departamento de cultura. Mientras recorríamos las instalaciones, el vice nos contó sin punto y aparte la historia de Vélez, su conocimiento y su afabilidad lograron que accediéramos a los cien años de historia del club en veinte minutos. Les tocó caerse varias veces, tantas como se levantaron. Conocieron el abismo de quedarse con 400 socios después de haber tenido 30.000, hoy tienen 40.000. El vice guía nos remarcó que el ala construida en 1978 no la pagaron los militares, "como algunos han dicho", la pagó la institución. Don José de Amalfitani sigue siendo palabra santa. Flota en Vélez cierto espíritu de club de pueblo pero también de institución de primera, eso pone respeto y ofrece comodidad. Cierta energía familiar que parece convivir lo más bien con la de control y vigilancia. Me acompañó mi amigo Carlos Bermejo y su hijo Julián. Carlos está haciendo Todos eran mis hijos en el Apolo y el sábado, día de dos funciones, debía estar allí a las 19, así que, para evitar embotellamientos, nos fuimos cinco minutos antes de que terminara ese Vélez 2 Argentinos Juniors 0 que nos tocó presenciar desde lugar tan privilegiado... ¿En los quince del entretiempo? A otro piso a dar cuenta de sabrosos sandwiches, empanadas, helados y gaseosas. Estupenda tarde, gente cálida y cordial, hermosa cancha, parecía un metegol gigante en technicolor... Y el motivo de mi visita allí, que es el nombre con el que la institución velezana decidió bautizar su sala de prensa: Jorge Guinzburg. En ningún momento perdí conciencia de que estaba allí por él, que había sido el petiso monumental el primero en invitarme. Me gusta su libro porque usted hace ver que Jorge no era un socio más, era de la entraña de nuestro club, y para nosotros está acá, me dijo un hombre. Volveré, por supuesto.

HP

jueves, 19 de agosto de 2010

Feliz cautivo del Fortín

Imprevisible (o no tanto) consecuencia de la publicación de “Jorge Guinzburg - La inteligencia rebelde”. En efecto, a raíz de la biografía editada recientemente por Capital Intelectual, don Hugo Paredero será recibido con bombo y redoblante el próximo sábado 21 en las instalaciones del club Velez Sarsfield, institución de la cual el petiso era reconocido hincha. En el libro, por cierto, se destaca esta calurosa afición suya. (*)
Como parte del agasajo que el autor de la biografía se merece, Hugo visitará la sala de prensa del club, que lleva el nombre del recordado Guinzburg, y será invitado a presenciar en platea preferencial el match entre el local y Argentinos Juniors.
Asimismo, me cuenta, tratará que la ocasión sea propicia para saludar al Tigre Gareca, técnico de Velez, con quien tuvo hace unos años un feliz encuentro.
Tal vez algunos oyentes de Hugo recuerden que, cuando hacía “Por amor al arte” en FM La Isla, tenía un espacio donde invitaba a dos personalidades de distintos ámbitos. Uno de ellos era casi siempre del mundo del arte o del espectáculo; el otro, nada que ver pero, ¿por qué no? Quienes hayan escuchado la reunión de Gareca con el director teatral Luis Agustoni no habrán olvidado la riqueza y coincidencias de aquel encuentro.
A los hacedores de esta página le alegra este nuevo reconocimiento a la labor de nuestro conductor, y lo felicitamos calurosamente. Sólo lamentamos que el agasajo no coincida con un enfrentamiento entre Velez y su amado River Plate. Aunque, pensándolo bien, si esa desigual disputa sucediera, el acontecimiento se volvería agridulce para don Paredero…
¡Salud, Huguito!


(*) Y en los agradecimientos del libro se destaca a Lucas Gatti como “responsable de las entrevistas velezanas”, por cierto.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Poeta sin Parrafus VI

Nicanor Parra
(Chile,1914-)

Biografía de Nicanor Parra

Para ubicar al poeta dentro del contexto de su cronología vivencial, se debe contar con un instrumento preciso, ya que su tiempo y su espacio comprenden un permanente baúl de Pandora: Enseña mecánica racional en la universidad, confecciona "artefactos"; aquí dicta conferencias, allá dirige un taller literario, etc. No haremos, sin embargo, caso de líneas consecutivas y nos abocaremos al quehacer fundamental y formador: Nace en Chillán (lo que no se debe olvidar) y allí cursa sus estudios básicos y medios. Tras aquello, va a Santiago y se gradúa de profesor de matemáticas. Entre tanto, ya eligió un destino -la poesía-. Pero no parece tener prisa en ser "famoso"; espera diecisiete años para dar a luz su segundo libro. Entonces, ya el nombre de Nicanor Parra es ubicado en un lugar personalísimo dentro de la poesía americana y de más allá. El tiempo transcurrió útil. El poeta descubrió una manera de interpretar el desorden que parte de la mente y de la acción humanas. Su lírica (no sabemos si le viene el apelativo) emerge de escombros, de teorías putrefactas, de energúmenos que se vanaglorian de serlo; de personajes que sueñan sueños inverosímiles (aún como sueños); de "conductores" inconductores, de "doctores" de nada; de todo lo que se llama "realidad", "buena crianza", "progreso", "moral", "sensibilidad social" y otras yerbas más arraigadas que la peor de las hiedras.

Parra descerraja, violentamente, los candados y cerraduras dejando partir el nauseabundo olor a podrido que todo aquello había acumulado durante milenios. Lo hace con tal soltura de cuerpo que los directamente aludidos lo consideran una broma y sigue haciendo de las suyas, como si nada hubiera pasado. Pero Nicanor Parra confecciona armas más eficaces, hasta que lo divertido se transforma en mortal. Entonces "hay que matar a la bestia..." Y los energúmenos creen que, verdaderamente, deben hacerlo. No saben que apenas son "las manos del gato..."

En 1943 viaja a Estados Unidos con beca otorgada por el "Institute of International Education", donde estudia mecánica avanzada en la Universidad de Brown. Allí permanece durante tres años. En 1948 es nombrado director interino de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile. En 1949 viaja a Inglaterra, con beca del Consejo Británico. Estudia cosmología con E. A. Milner, permaneciendo en Gran Bretaña hasta 1951. Después enseña matemáticas y física en la Universidad de Chile. Pronto, nuevamente, es invitado a diversos países: Estados Unidos, Unión Soviética, China Popular, Cuba, Perú, Panamá, México, etc. En todas partes dicta conferencias, organiza talleres, asiste a congresos, a mesas redondas con personalidades de talla universal como Ezra Pound y otros; recibe premios, títulos y es traducido y estudiado en diversos planteles universitarios. A esta altura, Nicanor Parra es ya un nombre universal. Lo estudian -en libros y ensayos-, en Inglaterra, Holanda, Rumania, Unión Soviética, Finlandia, Cuba, Suiza, Estados Unidos, Italia, Suecia, Georgia (República Soviética), España, Argentina, Alemania
Federal, etc. Una nueva beca (Guggenheim) lo lleva a Estados Unidos, en 1972.

En Chile recibe dos premios Municipales y el Premio Nacional de Literatura (1969). Da recitales en todas partes y en Chile. Se filman dos películas sobre la vida y obra de Nicanor Parra: 1.- "Nicanor Parra en Nueva York", de Jaime Barros, y 2.-"Nicanor Parra", de Guillérmo Kahn. Patricio Larzundi pide el "Premio Nobel" para Parra, en la revista de la Universidad de Columbia; y la Sociedad Hispanoamericana de Nueva York, bajo la presidencia de Mario Meza, apoya la moción. Los trabajos sobre el poeta se multiplican: Federico Schopf, del Departamento de Español de la Universidad de Chile, hace un estudio serio para los "poemas y antipoemas"; Jose Miguel Ibáñez Langlois dedica más de sesenta páginas a "Antipoesía", para la editorial "Seix Barral"; Leonidas Morales, de la Universidad Austral de Chile, publica "La Poesía de Nicanor Parra"; en la Universidad de Nueva York, la profesora Edith Grosmann escribe "The Antipoetry of Nicanor Parra"; Mercedes Rein, de Uruguay,
escribe sobre "La Antipoesía de Nicanor Parra"; Patricio Marchant escribe "La Poesía de Nicanor Parra"; Thomas Brons, de Nuremberg, publicó "Villón y Parra"; en Chile se lanzó un disco con poemas de Nicanor Parra, etc.

Entre las universidades donde Parra sirvió cátedras, como profesor invitado, se hallan las de Columbia, Yale, La Habana, Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile y el Departamento de Estudios Humanísticos de la misma universidad. En Finlandia aparece una edición de los cinco "más notables" poetas de Latinoamérica: César Vallejo, Pablo Neruda, Octavio Paz, Nicanor Parra y Pablo Fernández. Toda esta actividad del poeta chileno es, apenas, parte de lo enumerable, ya que haría falta una obra entera para agotar lo meramente objetivo de sus quehaceres intelectuales.

Como muy bien lo dice, José Miguel Ibáñez Langlois :

"Pues bien: el antipoema de Parra no es la serena y apolínea creación que se produce en una cumbre de equilibrio de la forma verbal y la experiencia humana. Es la poesía de una época no apta para tales triunfos, clasicismos ni armonías, porque en ella se extingue el brillo de la divinidad en el mundo, y cabe repetir con Holderlin: ¿. . . y para qué ser poeta en tiempos de penuria? El antipoema es una respuesta posible: una palabra que ya no puede cantar a la naturaleza, ni celebrar al hombre, ni glorificar a Dios o a Ios dioses, porque todo se le ha vuelto problemático, comenzando por el lenguaje. En compensación, este producto alejandrino, romántico e imperfecto renueva un intenso contacto del hombre con su destino y con las honduras de la subjetividad viva; aparece como una recuperación -por la palabra- de la realidad perdida en las palabras, y es el semillero de nuevas e inusitadas formas de lenguaje."


(www.hispavista.com)



AUTORETRATO

Considerad, muchachos,
Este gabán de fraile mendicante:
Soy profesor en un liceo obscuro,
He perdido la voz haciendo clases.
(Después de todo o nada
Hago cuarenta horas semanales).
¿Qué les dice mi cara abofeteada?
¡Verdad que inspira lástima mirarme!
Y qué les sugieren estos zapatos de cura
Que envejecieron sin arte ni parte.

En materia de ojos, a tres metros
No reconozco ni a mi propia madre.
¿Qué me sucede? -¡Nada!
Me los he arruinado haciendo clases:
La mala luz, el sol,
La venenosa luna miserable.
Y todo ¡para qué!
Para ganar un pan imperdonable
Duro como la cara del burgués
Y con olor y con sabor a sangre.
¡Para qué hemos nacido como hombres
Si nos dan una muerte de animales!

Por el exceso de trabajo, a veces
Veo formas extrañas en el aire,
Oigo carreras locas,
Risas, conversaciones criminales.
Observad estas manos
Y estas mejillas blancas de cadáver,
Estos escasos pelos que me quedan.
¡Estas negras arrugas infernales!
Sin embargo yo fui tal como ustedes,
Joven, lleno de bellos ideales
Soñé fundiendo el cobre
Y limando las caras del diamante:
Aquí me tienen hoy
Detrás de este mesón inconfortable
Embrutecido por el sonsonete
De las quinientas horas semanales.



ADVERTENCIA AL LECTOR

El autor no responde de las molestias que puedan ocasionar sus escritos:
Aunque le pese.
El lector tendrá que darse siempre por satisfecho.
Sabelius, que además de teólogo fue un humorista consumado,
Después de haber reducido a polvo el dogma de la Santísima Trinidad
¿Respondió acaso de su herejía?
Y si llegó a responder, ¡cómo lo hizo!
¡En qué forma descabellada!
¡Basándose en qué cúmulo de contradicciones!

Según los doctores de la ley este libro no debiera publicarse:
La palabra arco iris no aparece en él en ninguna parte,
Menos aún la palabra dolor,
La palabra torcuato.
Sillas y mesas sí que figuran a granel,
¡Ataúdes!, ¡útiles de escritorio!
Lo que me llena de orgullo
Porque, a mi modo de ver, el cielo se está cayendo a pedazos.

Los mortales que hayan leído el Tractatus de Wittgenstein
Pueden darse con una piedra en el pecho
Porque es una obra difícil de conseguir:
Pero el Círculo de Viena se disolvió hace años,
Sus miembros se dispersaron sin dejar huella
Y yo he decidido declarar la guerra a los cavalieri della luna.

Mi poesía puede perfectamente no conducir a ninguna parte:
"¡Las risas de este libro son falsas!", argumentarán mis detractores
"Sus lágrimas, ¡artificiales!"
"En vez de suspirar, en estas páginas se bosteza"
"Se patalea como un niño de pecho"
"El autor se da a entender a estornudos"
Conforme: os invito a quemar vuestras naves,
Como los fenicios pretendo formarme mi propio alfabeto.
"¿A qué molestar al público entonces?", se preguntarán los amigos lectores:
"Si el propio autor empieza por desprestigiar sus escritos,
¡Qué podrá esperarse de ellos!"
Cuidado, yo no desprestigio nada
O, mejor dicho, yo exalto mi punto de vista,
Me vanaglorio de mis limitaciones
Pongo por las nubes mis creaciones.

Los pájaros de Aristófanes
Enterraban en sus propias cabezas
Los cadáveres de sus padres.
(Cada pájaro era un verdadero cementerio volante)
A mi modo de ver
Ha llegado la hora de modernizar esta ceremonia
¡Y yo entierro mis plumas en la cabeza de los señores lectores!



SINFONÍA DE CUNA

Una vez andando
Por un parque inglés
Con un angelorum
Sin querer me hallé.
Buenos días, dijo,
Yo le contesté,
Él en castellano,
Pero yo en francés.
Dites moi, don angel.
Comment va monsieur.
Él me dio la mano,
Yo le tomé el pie
¡Hay que ver, señores,
Cómo un ángel es!
Fatuo como el cisne,
Frío como un riel,
Gordo como un pavo,
Feo como usted.
Susto me dio un poco
Pero no arranqué.
Le busqué las plumas,
Plumas encontré,
Duras como el duro
Cascarón de un pez.
¡Buenas con que hubiera
Sido Lucifer!
Se enojó conmigo,
Me tiró un revés
Con su espada de oro,
Yo me le agaché.
Ángel más absurdo
Non volveré a ver.
Muerto de la risa
Dije good bye sir,
Siga su camino,
Que le vaya bien,
Que la pise el auto,
Que la mate el tren.
Ya se acabó el cuento,
Uno, dos y tres.



LOS VICIOS DEL MUNDO MODERNO

Los delincuentes modernos
Están autorizados para concurrir diariamente
a parques y jardines.
Provistos de poderosos anteojos y de relojes de bolsillo
Entran a saco en los kioskos favorecidos por la muerte
E instalan sus laboratorios entre los rosales en flor.
Desde allí controlan a fotógrafos y mendigos que deambulan por los alrededores
Procurando levantar un pequeño templo a la miseria
Y si se presenta la oportunidad llegan a poseer a un lustrabotas melancólico.
La policía atemorizada huye de estos monstruos
En dirección del centro de la ciudad
En donde estallan los grandes incendios de fines de año
Y un valiente encapuchado pone manos arriba a dos madres de la caridad.

Los vicios del mundo moderno:
El automóvil y el cine sonoro,
Las discriminaciones raciales,
El exterminio de los pieles rojas,
Los trucos de la alta banca,
La catástrofe de los ancianos,
El comercio clandestino de blancas realizado por sodomitas internacionales,
El auto-bombo y la gula
Las Pompas Fúnebres
Los amigos personales de su excelencia
La exaltación del folklore a categoría del espíritu,
El abuso de los estupefacientes y de la filosofía,
El reblandecimiento de los hombres favorecidos por la fortuna
El auto-erotismo y la crueldad sexual
La exaltación de lo onírico y del subconsciente en desmedro del sentido común.
La confianza exagerada en sueros y vacunas,
El endiosamiento del falo,
La política internacional de piernas abiertas patrocinada por la prensa reaccionaria,
El afán desmedido de poder y de lucro,
La carrera del oro,
La fatídica danza de los dólares,
La especulación y el aborto,
La destrucción de los ídolos.
El desarrollo excesivo de la dietética y de la psicología pedagógica,
El vicio del baile, del cigarrillo, de los juegos de azar,
Las gotas de sangre que suelen encontrarse entre las sábanas de los recién desposados,
La locura del mar,
La agorafobia y la claustrofobia,
La desintegración del átomo,
El humorismo sangriento de la teoría de la relatividad,
El delirio de retorno al vientre materno,
El culto de lo exótico,
Los accidentes aeronáuticos,
Las incineraciones, las purgas en masa, la retención de los pasaportes,
Todo esto porque sí,
Porque produce vértigo,
La interpretación de los sueños
Y la difusión de la radiomanía.

Como queda demostrado, el mundo moderno se compone de flores artificiales
Que se cultivan en unas campanas de vidrio parecidas a la muerte,
Está formado por estrellas de cine,
Y de sangrientos boxeadores que pelean a la luz de la luna,
Se compone de hombres ruiseñores que controlan la vida económica de los países
Mediante algunos mecanismos fáciles de explicar;
Ellos visten generalmente de negro como los precursores del otoño
Y se alimentan de raíces y de hierbas silvestres.
Entretanto los sabios, comidos por las ratas,
Se pudren en los sótanos de las catedrales,
Y las almas nobles son perseguidas implacablemente por la policía.

El mundo moderno es una gran cloaca:
Los restoranes de lujo están atestados de cadáveres digestivos
Y de pájaros que vuelan peligrosamente a escasa altura.
Esto no es todo: Los hospitales están llenos de impostores,
Sin mencionar a los herederos del espíritu que establecen sus colonias en el ano de los
recién operados.
Los industriales modernos sufren a veces el efecto de la atmósfera envenenada,
Junto a las máquinas de tejer suelen caer enfermos del espantoso mal del sueño
Que los transforma a la larga en unas especies de ángeles.
Niegan la existencia del mundo físico
Y se vanaglorian de ser unos pobres hijos del sepulcro.
Sin embargo, el mundo ha sido siempre así.
La verdad, como la belleza, no se crea ni se pierde
Y la poesía reside en las cosas o es simplemente un espejismo del espíritu.
Reconozco que un terremoto bien concebido
Puede acabar en algunos segundos con una ciudad rica en tradiciones
Y que un minucioso bombardeo aéreo
Derribe árboles, caballos, tronos, música.
Pero qué importa todo esto
Si mientras la bailarina más grande del mundo
Muere pobre y abandonada en una pequeña aldea del sur de Francia
La primavera devuelve al hombre una parte de las flores desaparecidas.

Tratemos de ser felices, recomiendo yo, chupando la miserable costilla humana.
Extraigamos de ella el líquido renovador,
Cada cual de acuerdo con sus inclinaciones personales.
¡Aferrémonos a esta piltrafa divina!
Jadeantes y tremebundos
Chupemos estos labios que nos enloquecen;
La suerte está echada.
Aspiremos este perfume enervador y destructor
Y vivamos un día más la vida de los elegidos:
De sus axilas extrae el hombre la cera necesaria para forjar el rostro de sus ídolos.
Y del sexo de la mujer la paja y el barro de sus templos.
Por todo lo cual
Cultivo un piojo en mi corbata
Y sonrío a los imbéciles que bajan de los árboles.



De Poemas y antipoemas (Santiago, Nascimento,1954)

martes, 17 de agosto de 2010

Parrafus en Caras y Caretas (7): Los artistas


(Con bufanda larga, Hernán Gugliotella; acuclillado firmando libros, Hugo Paredero; la sorpresa de la noche, Marta Zander; atrás, uno que mira)


Después de la poesía, para ser prolijo, Hugo completo el clásico cuarteto de géneros con la lectura de una pieza teatral. No estando en la sala, aparentemente, ni Verónica Cornejo ni Mario Tsolakian, la cosa fue pan comido para el otro especialista en Teatro de los radioescuchas de Parrafus. Roberto López Motta, el hombre de Sarandí, reconoció en apenas 18 segundos “El jardín de los cerezos”, de Anton Chejov. Esta velocidad y precisión le valieron ser el más rápido de la noche, lo cual, al final, lo hizo acreedor a otro lujoso y millonario premio, en forma de libro.
En el escenario, Roberto dijo que esta vez el título se le hizo fácil por la mención del nombre de uno de los personajes. Además, el locutor y poeta, que tiene sus años, como ya se dijo, aprovechó para elogiar al cantor que venía amenizando la velada: no escuchaba un cantante de tangos así, dijo, desde la década del cuarenta.
Aprovecho entonces para destacar como es debido la presencia del joven Hernán Lucero. Con su actuación se cumplió cabalmente la promesa de la gacetilla del Parrafus en vivo, que hablaba de importantes invitados sorpresas.
Conocía de oídas a los “Bardos cadeneros”, alguna vez les escuché alguna interpretación en la radio, pero no sabía que ahora se presentaba solo el cantor, y no esperaba esa potencia canora. También me gustó que el joven, en la charla con Hugo, recordara hacer mención de su barrio de origen: Claypole. Y es destacable su humildad al declarar que el propio acompañamiento con guitarra no es su fuerte.
De los temas que interpretó valoro especialmente “¿Por dónde andará?”, una página poco recordada que cantaba Gardel. Leí por ahí que su disco solista se llama “Después”, titulo de otro tango no muy frecuentado.
Pero Lucero no fue el único artista que pisó el escenario en esa ya legendaria noche. Ni el único Hernán.

Tras el Teatro, Hugo reinició la ronda de géneros con Novela, y con otro de los autores que no llegó a aparecer en el ciclo de Nacional.
A las pocas líneas, el “Basta para mí” que reemplazó al clásico timbre de la radio se oyó de boca de Fernando Terreno. “¡Sí! ¿Qué estoy leyendo?”, exclamó Hugo. “’Redoble por Rancas’, de Manuel Scorza”, respondió Fernando con seguridad. “No. No es ‘Redoble por Rancas’” –nos sorprendió nuestro conductor- “Pero está bien el autor.” “Ay”, se lamentó el ingeniero de Chacarita, dándose una palmada en la rodilla.
Todos miramos en torno, presa de incertidumbre. ¿Y ahora?, pensé. “Tenemos al autor” –dijo Hugo-, “pero el título de la novela no es ese. Voy a seguir leyendo hasta completar los cinco minutos”. Rápido de reflejos el leyente, readaptó las reglas sobre la marcha y siguió adelante.
No hizo falta mucho más. En pocos segundos otra voz dijo desde atrás: “Historia de Garabombo el invisible”.Y esa era la respuesta correcta. La confusión de Fernando se debió a que este título, junto a ‘Redoble por Rancas’ y otros tres más, son parte de la célebre pentalogía del peruano Manuel Scorza.
El hombre que respondió correctamente fue un tan Hernán Gugliotella. Subió al escenario muy desenvuelto y charló con Hugo como si lo conociera de toda la vida. Lo conocía, claro…
Aunque me pareció un tipo joven, contó que leyó la novela de Scorza allá en su lejana adolescencia. Noblemente, destacó que quizá no la hubiera reconocido si no fuera porque Fernando, al descubrir al autor, lo puso en la pista.
Preguntado por su ocupación, Hernán dijo ser integrante de un dúo unipersonal musical-humorístico. La gracia de la definición fue refrendada por el grupo que nombró como referencia: Les Luthiers. El, es decir, su dúo, se presenta como “Los Delache”.
Después del juego, cuando muchos nos acercamos a Hugo buscando fotos o autógrafos, Hernán me dijo que él también había reconocido a Pizarnik, pero no tuvo ni idea de qué libro podría tratarse. Me pareció simpático, salió muy bien en las fotos (se nota que tiene el ángel), así que el otro día, cuando leí un Comentario suyo en el Blog, lo busqué con Google.
Simplemente, quedé fascinado con las canciones que pude ver en su página. Sin hesitar remito a los compañeros oyentes a www.losdelache.com.ar. Recomiendo especialmente la chacarera “El crecer del ser terrestre” y el tema “Sólo sé que no sé”. También cuenta Hernán que allá por el año 2000 presentaron un programa piloto en televisión, sin éxito. Es decir, su proyecto no fue aprobado, quedó en el camino, como tanta obra y artista valioso, y así es que hoy seguimos viendo en tv a…, perdón, ¿hay algún programa humorístico en la tele actualmente, además de Peter Capusotto? La verdad, no lo entiendo.
En la página de Hernán también se puede acceder a un audio de la visita que hizo a “Por amor al arte”, en octubre del 2004, de donde proviene su conocimiento con Hugo. Yo no pude escucharlo, pero debe ser por una deficiencia de mi máquina.
También me entero de que el tipo es abogado, licenciado en letras y no sé cuántas cosas más. Pero eso es lo de menos.
¡Salud, Hernán! ¡Y venite nomás con la barra en septiembre! Y, ¿quién te dice que no sos el artista invitado en un próximo encuentro?

Continuará

sábado, 14 de agosto de 2010

Parrafus en Caras y Caretas (6): Segundo apéndice

Siguiendo con la inagotable Alejandra Pizarnik, y para traer de algún modo al encuentro del pasado miércoles 5 a dos compañeros oyentes que no pudieron estar, se me ocurrió copiar una Entrada de febrero del 2008. Se trata de un reportaje a Alejandra realizado por Alberto Lagunas, el profesor y oyente de Rosario, que en aquel momento trajo al Blog Quique Figueroa, el parrafista de Trelew.

Reportaje publicado en 1966 en un [ya desaparecido] diario de Rosario

EL REPORTAJE

A.L: ¿Sabe realmente cuándo comienza a escribir un poema, en
otras palabras, cree en la inspiración?
A.P.: No puedo creer en la "inspiración". Pero no se trata de una
creencia sino de asistir a una evidencia.
A.L.: ¿Cómo "trabaja' o "siente" la poesía que hace?
A.P..: Casi siempre trabajo mis poemas a larga distancia. Me importa mucho el rol de la noción de distancia en la compleja relación
autor-poema. Pero distancia, en lengua argentina, suele equivaler a
frialdad. Ignoro el sentido de este término y agrego que necesito más inspiración (o como quiera llamarse) para trabajar un poema que para alumbrarlo (verbo más adecuado a la segunda etapa, la del trabajo, que
no conviene llamar trabajo por su connotación utilitaria). No sé qué otro término podría emplearse pero yo hablaría de intento de curación o de reparación del poema, lo cual no tiene relación alguna con el acto aplicado
y escolar de corregir cuartillas con fines de perfección externa de eso que llaman forma.
A.L.: ¿Qué significan para Usted los premios?
A.P..: Una cierta suma de dinero. En cuanto a los premios honoríficos,
o sea sin billetes, les quito todo derecho de autodenominarse premios.
A.L.: ¿Cómo ve el panorama literario argentino?
A.P..: No logro verlo. En cambio, vislumbro el panorama literario latinoamericano: Vale la pena frecuentarlo.
A.L.: ¿Qué nombres marcarían el siglo XX literario?
A.P..: Kafka, Breton, JoyceSigma
A.L: ¿Se atrevería a definir la poesía?
A.P..: No. No me atrevería.
A.L.: ¿Habría diferencia entre "lo poético' y "lo literario'?
A.P..: Hay inmensas diferencias. El sol es poético y no es literario. Cualquier objeto y cualquier sujeto puede ser poético sin ser literario.
Por otra parte, hay que distinguir entre lo poético y el poema, como así también entre lo literario y la literatura. O sea, lo poético y lo literario son atributos inmanentes de sujetos y objetos variados. La alquimia poética o
la alquimia literaria puede hacerlos "visibles' como diría Paul Klee, y es
esta una de las razones por las que la poesía y la literatura son apasionantes.
A.L.: ¿Qué le preocupa más cuando da a conocer un libro de poesías?
A.P..: Cuando doy a conocer un libro de poesías nada me preocupa
porque me alegra demasiado la perspectiva de quitarme de encima el peso
de mis poemas, tan livianos cuando dejan de ser míos o inéditos y cuando algún lector privilegiado los asume y, así, me ayuda a compartir el terrible peso de la palabra solitaria, que deja de serlo gracias a esta operación maravillosa como es el encuentro entre un lector y un poema.
A.L.: ¿En qué está trabajando actualmente?
A.P..: Estoy esperando que sea octubre para ver publicado por Sudamericana mi sexto libro de poemas: "Fragmentos para dominar el silencio" (1). Entretanto, trabajo en poemas nuevos (creo que nuevos en todos los sentidos de esta palabra ambigua) que constituirán un séptimo
libro de poemas. Aún no tiene título pero yo lo llamo "J.B." por Jerónimo Bosch (algunos poemas se relacionan con dos cuadros de él). En fin,
ignoro si se trata de un libro o de una prueba en el sentido trágico y
antiguo, cuando el destino probaba a una criatura humana infligiéndole alegrías y desdichas peculiares. Pero prefiero no seguir hablando de lo que aún no es.


Notas:

(1) "Fragmentos para dominar el silencio" volumen que luego llevó por título "Extracción de la piedra de locura" (Sudamericana, 1968).
(2) "J.B." es posible que sea "El infierno musical" (Fondo de Cultura Económica, México, 1971-72). Ambos títulos aluden a obras del pintor flamenco.

jueves, 12 de agosto de 2010

Parrafus en Caras y Caretas (5) Apéndice

A propósito de mi loca suerte en el juego, invito a Hernan Lucero, el invitado de Hugo las otras noches. Acá con el conjunto que integraba, "Bardos cadeneros", haciendo "Suerte loca", de Anselmo Aieta y Francisco García Jimenez.

ORGULLO SALVAJE

" Se puede vivir una larga vida sin aprender nada. Se puede durar sobre la tierra sin agregar ni cambiar una pincelada de paisaje. Se puede simplemente no estar muerto sin estar tampoco vivo. Basta con no amar, nunca, a nada, a nadie. Es la única receta infalible para no sufrir.

Yo aposté mi vida a todo lo contrario.
Y hacía muchos años que definitivamente había dejado de importarme si lo perdido era más que lo ganado, creía que ya estabamos a mano el mundo y yo, ahora que ninguno de los dos respetaba demasiado al otro.
Pero un día descrubrí que todavía podía hacer algo para estar completamente vivo antes de estar definitivamente muerto. Entonces, me puse en movimiento."


Lo que acabo de transcribir es el monólogo de Héctor Alterio en el principio de la película "Caballos Salvajes (guión de Aída Bortnik-Marcelo Piñeyro) . La foto publicada por Marcelo Perenchio donde se lo vé a don Héctor con Hugo, Víctor Hugo Morales y demás personas, lo trajo a mi memoria. Ví muchísimas veces esta película, siempre sostuve que no tiene, a mi gusto, una sola palabra de desperdicio. Es una peli que es hermoso verla y maravilloso escucharla, cada frase, cada diálogo, en fin. una joyita. Héctor Alterio, desde que lo ví a mis 14 años por primera vez en "La Tregua" me parece una GENIALIDAD de áctor, un orgullo nacional, como dice Nuria, mi hija. Agradezco a Hugo que le pidió a Marcelo Perenchio que pusiera esa foto en el blog, ya que tuvo la magia de traer a mi memoria este monólogo maravilloso y poder compartirlo con Uds.

Parrafus en Caras y Caretas (4): Milagro en vivo y en directo















(Hugo con M.P.)



Con Mónica, después del Parrafus, nos fuimos juntos rumbo a nuestros suburbios del sur. De lo que charlamos en el viaje no daré cuenta aquí por ser cosas estrictamente personales –aunque se mencionó a alguna otra oyente de Parrafus, creo.
Siguiendo con el juego, es el momento de decir que, tras el cuento y la novela, llegó el momento de “la benjamina de los géneros”, como supo escribir hace poco Max Medina, el convidado de piedra en este Blog. En efecto, la poesía se agregó en Parrafus cerca del final del primer año. Según contara Hugo, era una incorporación que los oyentes venían reclamando desde los inicios del ciclo.
La primera poeta leída fue Alejandra Pizarnik. Aquella noche de noviembre ganó Ana Mazía, de Villa Crespo, de quien recuerdo nítidamente la emoción con la que se expresó, y su alegría por ese triunfo; creo que inclusive dijo que había conocido a Alejandra, pero de esto no estoy seguro. Lo que hay que decir es que Ana, de Villa Crespo, de quien suelen escucharse mensajes en varios programas de Nacional, es hija de Floreal Mazía, el legendario traductor argentino, según contó alguna vez.
También para el debut de la poesía en vivo Hugo eligió… estos versos.

“Los ausentes soplan y la noche es densa. La noche tiene el color de los párpados del muerto.
Toda la noche hago la noche. Toda la noche escribo. Palabra por palabra yo escribo la noche.”

Ya el final de otra prosa poética (“Cantora nocturna”) me había dejado reconocer a Alejandra, pero no fue sino hasta el citado “Linterna sorda” que me animé a arriesgar con uno de los dos títulos que vinieron a mi memoria. Como antaño en la radio, tuve una auténtica suerte loca para acertar. El título era “Extracción de la piedra de locura”.
Pero lo loco estuvo por suceder cuando me acercaba al escenario para recibir mi premio. Adriana Baldessari me llamó, alcanzándome un libro. Creo que llegué a tomarlo. Sí, lo tomé, porque recuerdo que vi de qué se trataba. Prefiero no mencionarlo porque después fue entregado a otro oyente, pero les aseguro que me alegró que Hugo, contradiciendo a Adriana, dijera que me correspondía el libro de donde había leído: nada más y nada menos que el volumen de Lumen con la “Poesía completa” de Pizarnik.
Ahora, para que vean que entre mis defectos no está el egoísmo (como sí el engreimiento y la displicencia ) comparto esta joya de la sección “Poemas no recogidos en libro”:

cuidado con las palabras
(dijo)
tiene filo
te cortarán la lengua
cuidado
no despertar a las palabras
acuéstate en las arenas negras
y que el mar te entierre
y que los cuervos se suiciden en tus ojos cerrados
cuídate
no tientes a los ángeles de las vocales
no atraigas frases
poemas
versos
no tienes nada que decir
nada que defender
sueña sueña que no estás aquí
que ya te has ido
que todo ha terminado

También quise compartir con Hugo un enlace que a medias se me ocurrió, a medias recordé mientras él nos decía algo sobre la vida de Alejandra. Por eso, justo antes de que pasara a la siguiente lectura, levanté la mano y pedí permiso para hablar.
Esa mañana, buscando estimularme, había escuchado el programa del 30 de diciembre, el último que se hizo en la radio. Allí, Hugo y Adriana recordaban los comienzos de Parrafus en Nacional, cuando iba los jueves en “Por amor al arte”. “Los jueves, milagro”, le decían, por el asombro que les provocaba la infaltable respuesta correcta. Cuando escuché esto, que no recordaba, lo enlacé con una frase que se desliza en el prólogo del libro de Hugo sobre Guinzburg: “Dale una oportunidad al milagro”, frase que luego sabremos era una especie de lema o emblema del petiso. Pensé que a la noche, si tenía oportunidad, en un aparte, antes o después del juego, le preguntaría a nuestro conductor si él conocía de antes esa frase de Guinzburg. Pero la oportunidad la dio la inesperada lectura de Alejandra Pizarnik, que me hizo recordar unos versos de ella que siempre me digo:

Sería un milagro que G. me amara,
pero debería suceder este milagro.
Debería suceder este milagro,
no solo por mí, sino por todos.

Milagro de semana en semana, de día a día, milagro siempre; milagro al que cabe abrirse, al que hay que abrirse, permanentemente; milagro que, cuando sucede, es la esperanza de un milagro para cada uno.

Continuará

miércoles, 11 de agosto de 2010

AUNQUE CUESTE DECIRLO: FELIZ CUMPLEAÑOS CERATTI!!!!



¡ AVANTI !

Si te postran diez veces, te levantas
otras diez, otras cien, otras quinientas;
no han de ser tus caídas tan violentas
ni tampoco, por ley, han de ser tantas.
Con el hambre genial con que las plantas
asimilan el humus avarientas,
deglutiendo el rencor de las afrentas
se formaron los santos y las santas.
Obcecación asnal, para ser fuerte,
nada más necesita la criatura,
y en cualquier infeliz se me figura
que no mellan los garfios de la suerte ...
¡ Todos los incurables tienen cura
cinco minutos antes de su muerte !

Pedro Bonifacio Palacios (Almafuerte)

Invitados al paraiso



















En el encuentro del miércoles, cuando Hugo nos habló de su investigación para escribir sobre Jorge Guinzburg, dijo que su primer libro también fue una biografía: la de Héctor Alterio. Y mencionó que hacía dos noches había comido con él y otros amigos.
Sea para ilustrar o dejarnos compartir esa reunión, o para darme fe en el inicio de un nuevo torneo de la B Nacional (es sabido que con Alterio compartimos la afición por el glorioso Chacarita Juniors), o porque hay en la foto que me envió alguna pista acerca de las lecturas en nuestro próximo encuentro, como sea, Hugo –si no entendí mal- me sugirió que adornara este Blog con esa fotografía.
Así lo hago, entonces, resaltando que, además de los más famosos Alterio y Víctor Hugo, también están allí Leo Sujatovich, tecladista de lujo (que alguna vez acompañó a Spinetta, creo), el director Mario Camarano (de barbita) y Marcelo Balsells (de Opus 4, dueño de casa). Las damas son buenas esposas o legítimas amigas.
Para explicar del todo el título de esta Entrada, agregaré que la reunión estuvo bien surtida de picada y empanadas, amén del te negro bien cargado que se advierte en el fondo de la copa de Víctor Hugo y en algunas pupilas.

martes, 10 de agosto de 2010

Parrafus en Caras y Caretas (3): Comienza el juego -y la otra voz

Rebobinando sin contemplaciones en la crónica diré que, cuando las puertas se abrieron, del lado de adentro de la sala, en la primera penumbra, dos chicas recibían al público programas en mano. Una, la morocha, nos entregaba uno con las actividades de agosto del centro cultural. La otra, rubia, repartía el que se refiere al Parrafus en vivo. En este figura la “Marcha Parrafista” que Mónica Paradiso ya citó en el Blog.
Cada uno con sendos programas, nos adentramos en la penumbra rumbo a las filas de sillas cercanas al escenario. Los seis integrantes del grupo de referencia nos sentamos bastante juntos, pero dejando un par de filas semivacías adelante. Enseguida, cuando en el blanco y negro del despojado escenario se hizo presente Hugo, entre él y la chica rubia de la entrada nos arengaron para que nos amucháramos más cerca. Entonces, incorporándome para el reagrupamiento, miré a la mujer. Había reconocido su voz.
“Voz tabacal”, dije al recomendar aquí el espacio de tangos que ella tuvo durante unos meses en Nacional, los domingos a la tarde, durante un receso del fútbol. La mujer rubia era Adriana Baldessari.
Ahora no la percibí tan áspera, pero una leve cadencia canyengue, un acento de arrabal, precisamente tanguero, me lleva de esa voz a pensar en el cigarrillo y la noche. Quién sabe por qué.
Adriana, la perenne productora de Parrafus, permaneció parada contra la pared, del lado de los asientos donde yo me encontraba, presta a acercar el micrófono a quien fuera a dar respuesta a los enigmas del juego. Volví a mirarla con atención las dos veces que se lo acercó a Mariano Pagnucco, el especialista en Fontanarrosa.
¿Una descripción de la mujer rubia? Aparte de esto, el color de su pelo, y de su voz (que algunos recordarán del último Parrafus en la radio), no diré más. Vayan al próximo encuentro, el 1º de septiembre, y vean por sí mismos.
Desde el borde del escenario, Hugo agradecía y nos daba la bienvenida. Después anunció que una figura invitada amenizaría la reunión con su música. Después refrescó las reglas del juego, adaptadas al vivo. Y después recitó aquel poema.

-Calderón –dijo López Motta desde atrás.
-No –dijo Hugo-. El autor no es Calderón.
Yo miré a Marta Zander, sentada en la misma fila, al otro lado de Fernando. Le hablé, instándola a que respondiera.
-Marta –musité, y señalé con la cabeza hacia el escenario.
Había pensado que el poeta podía ser Garcilaso. Y como ella ganó el juego cuando este autor pasó por Parrafus, supuse que podría confirmarlo. Pero Marta me miró sin comprender.
Fue Laura Falcoff la siguiente en arriesgar:
-Quevedo –dijo.
-¡Sí! –se alegró Hugo, y así Laura fue la primera ganadora de la noche.

Después del poema inaugural y de los dos intentos cuentísticos con Fontanarrosa, pasamos al género más frecuentado, por mucho, en el ciclo nocturno de Parrafus: Novela.
El nombre del primer capítulo, más algunos apellidos y títulos honoríficos que se mencionan en las primeras líneas, me trajeron reminiscencias. No la leí, pero sin duda había hojeado esa novela, suponiendo que algún día aparecería en el programa. Se trata ya de un clásico, menor quizá, pero inmensamente popular: “El fantasma de la ópera”, de Gastón Leroux. Marta Zander fue quien, ahora sí, se hizo oír con la respuesta correcta.




(Marta Zander con Hugo)












Con este autor y con otro que vendría luego se dio algo para mí inesperado. Había pensado, y lo comenté con los compañeros oyentes en la antesala, que Hugo traería a este encuentro lecturas “ganables”, de fácil reconocimiento, para que no se nos presentara ningún Ininterruptus. En tal sentido, supuse que todos los autores que aparecieran en la noche serían de los ya leídos en la radio. Pero nada de esto fue así.
Mi ocurrencia fue desmentida por la primera obra elegida, el cuento de Fontanarrosa que nadie descifró. Y, sobre todo, por la aparición de dos autores que nunca pasaron por el juego. Uno de ellos fue el francés que reconoció Marta. El otro llegaría cuando se leyera la segunda novela de la noche.



Pero antes, tras este segundo Parrafus felizmente Interruptus, nuestro conductor nos sorprendió con otro “sucursal”. Pidió la música al operador de sonido de la sala y preguntó de cuál película era banda sonora aquel tema. Sorprendente fue también el ganador, y reconfortante lo que su aparición suscitó. En pocos segundos, Roberto Saiz, profesor de teatro y viejo amigo de Hugo, respondió que la película era “Un fantasma en el paraíso”.



(Roberto Saiz con su viejo amigo)













El maestro Saiz, invitado al escenario, fue reconocido entonces por una espectadora de la primera fila. La mujer preguntó si se trataba del mismo que daba clases, allá en los años `80, en el museo Castagnino, donde ella aprendía a ver cine con unos cursos que daba el maestro Paredero. En efecto, se trataba del mismo Roberto Saiz, quien por entonces formaba parte del recordado grupo teatral “Los volatineros”.
Fue agradable el espectáculo del reencuentro de dos viejos amigos, formadores ambos de artistas y de espectadores, y más agradable me resultó saber que aquella mujer de la primera fila era Mónica Paradiso, la última y más activa incorporación en el staff de este Blog, a quien hasta ahora sólo conocía a través de mails y del teléfono.

Continuará

domingo, 8 de agosto de 2010

Parrafus en Caras y Caretas (2): Preámbulo







Lo que quería decir era que para mí, un simple trabajador aficionado a la lectura, era una satisfacción complementaria que Parrafus Interruptus volviera al ruedo en el centro cultural de un sindicato. Pero cuando nuestro conductor me invitó a subir al escenario mis dos piernitas flaquearon, las luces me dieron calor y tantas “nenas” de Hugo (Mónica, Marta, Laura, etc) me estrangularon la voz.

Tal vez no sea correcto empezar la crónica del acontecimiento del miércoles con este recuerdo –cercano, vívido todavía, pero recuerdo ya. Sin embargo, creo que el reconocimiento de Hugo para el creador de este Blog debe ser extendido ya mismo a todos los que participaron y participan en este acompañamiento virtual de Parrafus: todos sus coautores, sus colaboradores eventuales, sus lectores, y también los oyentes que, aun sin interesarse nunca por él, toleraron la generosa cabida que nuestro conductor le dio siempre en el programa. A veces recuerdo y me maravillo del nivel de injerencia que esta página alcanzó, del auténtico diálogo que estableció con nuestro conductor, de las polémicas que se suscitaron, de los monólogos que él permitió, incluso, al leer de aquí textos completos (coplas de Terreno, recuerdos de Marta Zander, un cuento de las Paradiso).
Pero el supremo Parrafista es Paredero.
Esto se puso de manifiesto una vez más el miércoles, cuando nos recibió en el centro cultural Caras y Caretas con la sencilla bonhomía y el expansivo entusiasmo que ya le conocemos, su amoroso arte de siempre. El arte de su lectura.

Siempre pensé que no es tan fácil leer. Es más fácil ver películas –aunque sean subtituladas. De ahí que, con el correr de los años, el cine, junto a todo el espectro audiovisual en permanente avance, gane más y más adeptos. Los productos del “séptimo arte” ya vienen procesados y precocidos por los diarios y otros medios.
Leer libros es más difícil. Hay que abrir y sostener el libro con las manos y, de alguna manera, como cada uno pueda pero activamente, dinámicamente, adentrarse, participar en ese universo de cartón, papel y tinta.
Pero más difícil es leer en voz alta, para otro. Yo no puedo hacerlo. Cuando intentaba leer para Cristina (o para otras damiselas), años ha, la voz sencillamente no me respondía; enseguida, a las pocas líneas, el sentimiento de impostación, lo forzado de la práctica, me superaba. Tenía que rendirme y abandonar. Ahora todavía no lo intenté con Esteban, no sé cómo me irá cuando él empiece a requerir el consabido cuento para dormirse. Tal vez me vaya mejor, porque el nenito bueno, con tu auténtico interés por todo lo nuevo, será un público más estimulante. Cristina (al igual que todas las damiselas que conocí) no es lectora. A ella se le atrofió casi todo el interés por los libros, creo, con las áridas lecturas que debió transitar para egresar con éxito de Ciencias Económicas. Por ahí te lee un Paulo Coelho o un Stephen King, o hasta una Claudia Piñeiro, pero no te pongás a recitarle a Garcilaso de la Vega o a Silvia Plath porque la incredulidad y el estupor se le empiezan a filtrar por las pupilas hasta que un franco aburrimiento hace eclosión y te enmudece. Pero cocina bien, es responsable en su trabajo (demasiado para trabajar en el estado) y, como madre, no deja de mejorar día a día.
Es cuestión de tener un público acorde, entonces. Así puede leerse con fluidez y eficacia. Y a través de la radio (como antes en otros ámbitos, sin duda) era factible que Hugo lo percibiera y lo encontrara.
Pero igual, ir todas las noches y sentarse a leer en voz alta, en principio para un operador y un par de colaboradores, no es algo que pueda sostener cualquiera. Hay decenas de locutores o comunicadores u “hombres de radio” carentes de la mínima sensibilidad, precisión o matiz que requiere la simple lectura del diario. Con Hugo, en cambio, uno siente otra cosa. Hugo lee a lo David Soul. Pude comprobarlo ahora en vivo: Hugo lee para un público de uno. Entonces…
¡Se cumplió mi sueño! ¡El miércoles Hugo leyó para mí! ¡Y justo en los días del auge del matrimonio puto –como dijo Barcelona! (*)
Excuse-moi. Mejor vayamos a la crónica.

Diría que estuvo lindo, si no fuera que ‘lindo’, según Nietzche, es una palabra para que utilicen las mujeres y los niños.
Digamos entonces que se puso bueno, como dicen hoy.
La noche no era tan fría como las anteriores. Llegué por la calle Venezuela desde el bajo, pasando por el noventista edificio de TyC. Al centro cultural del SUTERH no lo conocía. Me encontré con un lugar de espacios amplios, techos altos, construcción antigua. Ingresando por el ancho corredor de acceso, a la izquierda está la antesala del teatro y hay un bar. En la antesala, allá a lo alto vi a Fernando Terreno. El lungo ingeniero de Chacarita, siempre peligroso competidor en los certámenes mensuales, conversaba con un muchacho de anteojos.
A Fernando lo conocía del primer Parrafus en vivo de la Feria del Libro, el que se hizo a la tarde, sin emisión al aire. Después nos habíamos encontrado una tarde en el centro a intercambiar material musical (Claudina y Alberto Gambino por Paco Ibáñez). Nos saludamos y me presentó al joven que lo acompañaba. Era Mariano Pagnucco, uno de los hacedores de “Narrativa radial”, un programa que va por “La voz de las Madres” los domingos a la noche. Con él habíamos cruzado unos mails en algún momento, a propósito de Parrafus y Losparrafistas. Con Fernando coincidimos en que, a pesar de las dificultades de cada uno, por ser el primer reencuentro con Hugo, teníamos que estar.
En eso estábamos, tratando de romper el hielo con una charla difusa, cuando hizo su aparición alguien destinado a derretirnos, a pesar de la escarcha de Bahía Blanca que aún le adornaba el cabello y los lentes. Sí, llegada esa misma mañana desde su ciudad del sur bonaerense, tierra de nuestro Parrafista Nº 187,la profesora de matemáticas y ganadora reincidente de Parrafus Interruptus (también colaboradora de esta página), con ustedes... ¡Marta Zander!
Personalmente, esto constituyó la primera, muy especial satisfacción de la noche. La señora Zander, tal vez sin saberlo del todo, fue importante propulsora de este Blog, o de su continuidad, con un ríspido pero estimulante Comentario que hizo a alguno de mis primeros balbuceos en estas lides de la Internet. Además, su aparición del miércoles se constituyó en una más de aquellas magias de Parrafus: después de varios meses sin ningún contacto con ella, el lunes, paveando con eso de “Parrafus TV”, yo había escrito que quizá (“¿por qué no?”) Marta esta semana podría estar de vacaciones en Buenos Aires.
Después llegó Laura Falcoff, otra de las oyentes de la primera hora, y se integró al grupete. Colega y gran amiga de Hugo, ella tampoco podía faltar en este retorno de Parrafus. Conversando, se asombró cuando le respondí que Esteban tenía dos años (“¡¿Ya?!”), y yo me asombré que el nacimiento, los años, la existencia de un niño suburbano del común, a la sazón mi hijo, estuviera en mente de tan importante personalidad –y de tan lindos ojos. Por cierto, también se habló del trabajo de Soledad Villamil, acerca de cuyo último éxito, “El secreto de sus ojos”, Fernando dijo... que todavía no la había visto. A mí, tal vez extrañamente, la película me gustó, aunque después de verla me sembró una duda escuchar por ahí que el tema, o el final, tiene alguna semejanza con “Un burgués pequeño, pequeño”, aquella con Alberto Sordi. Y como ya dije en la charla con José Pablo Feinmann, cuando gané con “Ultimos días de la víctima”, de Campanella también me gustó “Ni el tiro del final”, una poco conocida película que filmó en Norteamérica.
El que llegó al final fue un hombre menudo, de barba, entrado en años, que entró a la antesala y merodeó solitario entre la gente. Al verlo, recordé una foto que Quique Figueroa había subido una vez al Blog. Fernando, por su parte, no sé por qué indicios, preguntó si ese no sería Roberto López Motta. Yo dije que sí, que estaba casi seguro. Sin embargo, un aire huraño que me pareció notarle impidió que atinara a acercarme. Pero lo hizo el más audaz y amistoso Terreno, y efectivamente aquel era López Motta, el locutor y poeta de Sarandi. Se acercó a nosotros, charlamos, y su elocuente, intenso ceño se distendió en parte. Pero seguí viéndole un aspecto de viejo bardo de la puta madre –a lo Fijman-, lo cual me amilanó un poco.
Y estos fuimos, estos seis, tímidamente agrupados entre el resto del público, los que pasamos a la sala cuando las puertas se abrieron.

Como en la anterior ocasión en que Párrafus Interuptus se jugó fuera de Nacional (como entremés de Hugo en su paso por Mitre, en enero de 2008), esta vez el autor elegido para el primer enigma fue Roberto Fontanarrosa. Como en aquella ocasión, el juego padeció cierta desprolijidad o percance. En Mitre fue la salida al aire de oyentes con la respuesta inexacta. En Caras y Caretas se trató de que el primer cuento, leído durante cinco minutos, no fue reconocido.
Según las nuevas reglas, Hugo pasó entonces a otro relato, indicando que este segundo título era el que daba nombre al libro. Esta vez, en pocos segundos, el joven Mariano Pagnucco dio con la respuesta correcta: “El rey de la milonga”. (El título del primer cuento, como ocurría con los viejos Ininterruptus, permaneció incógnito.) Y esto no fue todo: a renglón seguido, nuestro conductor mandó el segundo concurso sucursal: ¿Cómo se llama la primera novela de Fontanarrosa? “Area 18”, arriesgué yo, sin éxito. “Best seller”, dijo Mariano con seguridad, y volvió a ganar. Dos al hilo del joven Pagnucco. Claro, se había sentado a mi lado...
Pero estoy pasando por alto el primer juego de la noche, y resulta que, al comienzo, después de unas palabras de bienvenida y preámbulo, Hugo anunció que recitaría un poema. Lastimosamente, no recuerdo ni el tema ni uno solo de sus versos. La emoción de estar allí, de que este momento tan esperado hubiera por fin llegado, me nubló el entendimiento en esos primeros minutos. Además, Hugo no avisó que luego preguntaría por el autor de aquel poema, que ese, el antiguamente llamado sucursal, era el primer enigma de la noche.

Continuará (**)



(*) Para explicarse esta nueva efusión “igualitaria”, repasar la Entrada titulada “Mi Parrafus Interruptus”

(**) Como tenemos todo el resto de este mes hasta que llegue el próximo encuentro, voy a dosificar, hacer durar esta crónica. Además, es solo hasta acá que pude borronear algo anoche en el trabajo. Así que: continuará.

viernes, 6 de agosto de 2010

UN "CUENTAZO" DE AÍDA BORTNIK



"Hagamos una lista"
de Aída Bortnik

- "Muy buenos días, señoras y señores pasajeros!" - El cielo estaba gris, el vagón frío, éramos muchos y casi todos nos hubiéramos reconocido si alguna vez nos hubiéramos mirado. Sin embargo, la voz del vendedor sí pareció despertar una especie de recuerdo.... - "Como ven, no traigo entre las manos nada para venderles ..." era casi irritante, porque el hombre hablaba con timidez abrumadora, y no resultaba sencillo con él, como con otros, limitarse a esperar que terminara, previendo su discurso y sin mirarlo. - Hace un tiempo empecé en esta tarea y aunque la mercadería que ofrezco me ha costado tan cara, que no quisiera vivir otra vida en la que me viera obligado a pagarla, la ofrezco sin precio fijo. El sistema es raro, pero la oferta tampoco es fácil de encontrar en los negocios y prefiero que las damas y caballeros presentes la adquieran sólo en el caso de que, como a mi, les parezca de uso indispensable, y pagando no lo que crean que vale sino lo que sientan que pueden. A lo mejor así, ustedes y yo podemos seguir manteniendo este sistema.."-
Parecía fatigado y algunos de nosotros estábamos seguros de haberlo visto ya y de haber comprado algo que ofrecía. Ahora, todos lo escuchaban: los que seguían con los ojos cerrados, la señora del pañuelo en la cabeza, la de la nena en brazos, el viejito y el señor del portafolios, el muchacho sin saco, y la rubiecita aferrada a su novio.
Carraspeó y, como si lo recordara de pronto, cobrando ánimos, aplaudió el aire delante de su cara, a la manera de los magos antiguos: - "Les ofrezco una idea. No está completa, no puedo afirmar que sea original, no puedo asegurar que funcione de la misma manera para todos ... Pero sé que es una buena idea - sonrió, como si suspirara - porque antes de ofrecerla a los señores pasajeros, la he probado yo mismo." - Se calló un momento, con ese sabio silencio de los buenos vendedores. Y cuando volvió a hablar, había cambiado totalmente de tono.
-"Señoras y señores pasajeros: todos nosotros compramos, cada día, minuciosas relatos de muerte impune, miserables recuentos de crueldad infinita, desbordantes crónicas de locura, devastación y sangre, reducidas a cifras de un balance en el que siempre somos perdedores. Todos nosotros desayunamos, cada mañana, la amarga realidad de que la muerte tiene mejores titulares que la vida. Ninguno, supongo, sin embargo, propondría que los diarios dejaran de publicar los asesinatos, sino que los asesinos dejaran de gozar de buena salud para celebrarlos. Entretanto, como el tema es urgente, tendríamos que buscar otro espacio para vendernos a nosotros mismos los titulares que testimonian que no todo está perdido. Un espacio interior, pero expresivo." - Sacó un pañuelo, se secó la cara desordenadamente y se quedó mirándolo, como si no recordará para qué servia. Lo arrugó en la mano y, mientras parecía ruborizarse casi violentamente, abrió los brazos con una fuerza insospechada y gritó, pero como si suplicara: - "Hagamos una lista, cada uno la suya, una lista humilde, pero minuciosa, de todos los gestos y toda la gente que nos hacen bien. Una lista personal, sin prioridades, sin famas, sin mayúsculas ... Con el perdón de los señores pasajeros y sólo a manera de ejemplo, leeré la mía." - El papelito que sacó del bolsillo estaba doblado en cuatro y escrito de ambos lados. Recitó, con pudor pero en voz alta: - Mi primo Tito, que es médico porque le gusta curar a la gente y que tiene úlcera porque traga todo el dolor para aliviar; los señores Álvarez Marián y Barbeito y la Señorita Marta, que venden máquinas de escribir, enfrente de mi casa, y tratan a todo el mundo como a un semejante; el dueño del garage que hace favores como si viviera de eso y el Morocho que lava los coches mientras da consejos que parecen abrazos; el cartero que entrega las cartas con dirección equivocada, porque se siente responsable de que la comunicación no se interrumpa; mi abuela con nombre de flor, que enterró a sus hijas y siguió siendo capaz de querer a los hijos de otras..." - Se detuvo de pronto, miró de frente, con los ojos extrañamente húmedos. Dobló el papelito despidiéndose: - "Muchas gracias por su atención, señoras y señores pasajeros. Y espero que pasen ustedes un buen día." -
Mientras guardaba la lista, algunos comenzaron a rebuscar billetes en sacos y carteras. Otros, sin embargo, eligieron un pago diferente. Empezaron una lista en un papel cualquiera, escribiendo con letra chiquita.


En la histórica revista HUM(R), Aída Bortnik tenía una sección que se llamaba "Aída Bortnik viene a contarnos un cuentito". Entre los tantos cuentos que publicó rescaté este flor de CUENTAZO!!!!!!!!!


Fuente: Inclusión Educativa

jueves, 5 de agosto de 2010

TENEMOS MARCHA PROPIA!!!!!!!!!!


Increíble lo que vivimos los parrafistas que estuvimos presentes en "Caras y Caretas" en el primer "Párrafus" en vivo. Al ingresar a la sala nos dieron un papel en donde entre otras cosas estaba escrita nuestra propia marcha!!!! Y la cantamos!!!! Acá les dejo la letra para que la aprendan para el primer miércoles de septiembre:

LOS MUCHACHOS PARRAFISTAS
TODOS UNIDOS TRIUNFAREMOS
Y COMO SIEMPRE DAREMOS
DOS GRITOS DE CORAZÓN:
¡VIVA EL AUTOR! ¡VIVA EL LECTOR!

Desconozco el nombre del autor (por eso no lo pongo) pero estoy segura que en el próximo encuentro resonará en nuestras gargantas.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Parrafus en Caras y Caretas (1): Un resumen del juego




















(Hugo Paredero saludando a la concurrencia)




Primer juego sucursal (recitado de Hugo para reconocer al autor)

Autor: Francisco de Quevedo
Ganadora: Laura Falcoff.

Primer Parrafus Interruptus: Cuento
(Infructuosos los cinco primeros minutos de lectura; pase a otro cuento)

“El rey de la milonga”, de Roberto Fontanarrosa
Ganador: Mariano Pagnucco
Premio: “El rey de la milonga”

Segundo juego sucursal: ¿Cómo se titula la primera novela de Fotanarrosa?

“Best seller”
Ganador: Mariano Pagnucco
Premio: “Best seller”

Segundo Parrafus Interruptus: Novela

“El fantasma de la ópera”, de Gaston Leroux
Ganadora: Marta Zander
Premio: “El fantasma de la ópera”

Tercer juego sucursal: ¿De qué película es esta música?
"Un fantasma en el paraiso"
Ganador: Roberto Saiz
Premio: No me acuerdo

Tercer Parrafus Interruptus: Poesía

“Extracción de la piedra de locura”, de Alejandra Pizarnik
Ganador: Marcelo Perenchio
Premio: “Poesía completa”, de Alejandra Pizarnik



















(Alguno de los Parrafistas que concurrieron al centro cultural: Fernando Terreno, Marta Zander, Laura Falcoff. Si conociéramos al personaje que se coló entre las dos damas, podríamos llamarlos El Cuarteto de San Telmo.)



Cuarto Parrafus Interruptus: Teatro
“El jardín de los cerezos”, de Anton Chejov
Ganador: Roberto López Motta
Premio: “El jardín de los cerezos”

Quinto Parrafus Interruptus: Novela
“Historia de Garabombo el invisible”, de Manuel Scorza
Ganador: Hernan Gugliotella
Premio: “Historia de Garabombo el invisible”

Sexto Parrafus Interruptus: Cuento
“El hombre ilustrado”, de Ray Bradbury
Ganador: Marcelo Perenchio
Premio: “El hombre ilustrado”

Premio extra al más veloz para Roberto López Motta (`18): No me acuerdo
Premio extra por más victorias: Vacante (empate Pagnucco-Perenchio)
Premio extra por una aproximación (Manuel Scorza, “Redoble por Rancas”) para Fernando Terreno: “El mañana”, de Luisa Valenzuela


(Hugo rumbo al atril de las lecturas)

Estamos invitados

Parrafus Interruptus
De la radio al vivo en Caras y Caretas

Una excitante competencia literaria para jugar a pura memoria y libro forrado. Con importantes invitados sorpresa y muchos premios. Se trata de un juego con reglas severas, donde todos pueden ganar: los que leen mucho, los que sólo leyeron un libro en su vida, los lanceros de siempre. Paredero trae textos literarios que irá leyendo a los concurrentes sin dar ninguna pista. Sólo aclarará, antes de empezar a leer cada uno, si es cuento, novela, obra teatral o poesía, las cuatro posibilidades en juego. Ningún dato más. A fin de que los espectadores/lectores escuchen inocentes, sin más evocaciones que las despertadas por las palabras. Silencio total en la sala, comienza la lectura de... Hay que acertar dos cosas: nombre y apellido del autor y título de la obra que se lee. El tiempo implacable se mide en segundos, minutos. Gana el primero que interrumpe la lectura con la doble respuesta correcta. Levantar la mano y gritar Basta para mí puede parecer un modo burdo, pero usamos ese clásico. Hay un tiempo tope de lectura para cada texto en juego, cinco minutos. Más presión para la gimnasia memorizadora de los espectadores, especialmente para aquellos que odian perder a lo que sea. Si a los cinco minutos no hay ganador, es el cronometrista quien interrumpe la lectura. A seguir con el próximo texto. Con cada ganador una pequeña charla para saber cómo acertó, qué significó ese libro en su vida, a quién debe su afición a la lectura etc... El premio por la victoria es el libro interrumpido... Y habrá otro premio para el que resulte el más veloz de la noche, y otro para el que acertó más veces.
¿Qué autores se leen? Todos. Aquí caben escritores de todas las épocas, países, estilos, dotes. Como este es un juego de amor a los libros, un alegre homenaje tanto a los que escriben como a los que leen, no hay prejuicios respecto del talento de los primeros y del gusto de los otros. Nuestro espíritu pasa más por celebrar el placer de la lectura en sí misma.
Parrafus Interruptus se jugó durante mucho tiempo en distintas radios, la última Nacional AM 870 hasta diciembre de 2009. Obtuvo el Premio ARGENTORES 2006 en la categoría microprograma radial y el Premio ÉTER 2009 al mejor programa cultural de radio. Tiene su blog, www.losparrafistas.blogspot.com. Y su facebook, Los Parrafistas.
El leyente: Hugo Paredero
La coordinadora: Adriana Baldessari
El cronometrista: Lucas Gatti

Vení a interrumpirnos el primer miércoles de cada mes a las 19.30 en el Centro Cultural Caras y Caretas, Venezuela 330. Entrada libre y gratuita.

martes, 3 de agosto de 2010

PÁRRAFUS INTERRUPTUS UNPLUGGED

"Unplugged" según mis hijas quiere decir: en vivo o desenchufado. Realmente a mi no me queda muy claro pero si las dos definiciones dadas por mis niñas son correctas, las dos tienen que ver con lo que va a pasar todos los primeros miércoles de cada mes (comenzando por este miércoles 4 de agosto) en el Centro Cultural "Caras y Caretas".
Si "unplugged" quiere decir "en vivo", nada más cierto señoras y señores parrafistas, vamos a jugar como lo hacíamos anteriormente pero sin red, sin dudas de googleo, sin bibliotecas a mano, y nada de sacar los celulares para pedir ayuda, como en las madrugadas que yo despertaba a mi viejo, para que nos socorran, solamente nuestras memorias y en ellas el maravilloso universo de todo lo leído.
Si "unplugged" quiere decir "desenchufado" también y lamentablemente es cierto, porque está desenchufado del aire radial (por ahora) y todos deseamos y anhelamos su vuelta. Como dijo en la nota que antecede a esta, Marcelo Perenchio, el Centro Cultural "Caras y Caretas" está situado en la calle Venezuela 330 y el horario es a las 19.30.
Ahí voy a estar yo también, digo PRESENTE también como Marcelo y a ver quien más deja su "presente" en el blog.

lunes, 2 de agosto de 2010

-¡Miércoles! -dijo el Padre Ubú

“Parrafus TV”, aquel ficticio plan de una miniserie basada en el programa, quedó, como quizá corresponda a Párrafus, Interruptus.
Como dije en su momento, se me ocurrió aquello viendo “Ciega a citas”, la telenovela de canal 7 que tenía la peculiaridad de estar desarrollada a partir de un blog. Pero mi escasez de imaginación e inventiva solo me permitió esbozar algunos pocos protagónicos, apoyado mayormente en los vislumbres de Cristina, quien por una vez se prendió en mi afición literaria.
Recuerdo que para representar a María Suárez sugerimos a Leonor Benedetto. Para Verónica Cornejo, a Mónica Ayos. Para Marta Zander, a Gabriela Toscano. Para Alberto Lagunas, a Roberto Carnaghi. Para Fernando Terreno, a Jorge Martínez. Y ahí me interrumpí.
Me acuerdo que quedó en el tintero una siguiente entrega en la que propondría a Boy Olmi para encarnar a Hugo. Aunque después, en el texto, iba a desdecirme al recapacitar que, para interpretar a Hugo, podríamos recurrir a Hugo mismo, quien en su tiempo supo estudiar teatro y, además, se pasó años cerca del mundo del espectáculo.
Me acuerdo de “Párrafus TV” y de “Ciega a citas” porque esta semana, el miércoles, los oyentes de Parrafus Interruptus tenemos una cita a ciegas múltiple. Hugo lleva su creación radial al centro cultural “Caras y Caretas”, adonde volverá los primeros miércoles de cada mes, a las 19.30 horas.
No es la primera vez que Hugo nos invita (ya tuvimos los juegos en vivo en la Feria del Libro y el festejo en la radio del programa 600), pero esta es una ocasión especial: hace siete meses que el programa no está en el aire.
Podría ser que el “Caras y Caretas”, ya bien establecido entre los centros culturales capitalinos, tenga sus habitués (entre ellos, vecinos y asociados), quienes quizá, enterados de nuestro juego literario, quieran ver de cerca de qué se trata. Pero el propósito de estas líneas es estimular a los viejos oyentes de Párrafus para que concurran.
Con este Blog y con el grupo de Facebook creado por Verónica Cornejo hemos tratado de mantener la llama encendida, la bandera en alto. Pero la dispersión de la audiencia, de su atención, su empatía, su perseverancia, habrán sido inevitables. ¿Quiénes, cuántos podrán seguir siendo fieles y entusiastas de Párrafus Interruptus? Y, ¿cuán dispuestos estarán al esfuerzo de costearse hasta San Telmo en una de las noches más frías del año?
No sé por qué (¿por mi pesimismo consuetudinario?), pero me parece que, como para tantas cosas, no soy el más apropiado para estas palabras de estímulo o arenga.
Sin embargo, se me ocurren un par de buenas razones por las que los oyentes no pueden dejar de ir. Primero, para saludar a Hugo por su nuevo libro, la biografía de Jorge Guinzburg. Quizá algunos no se acercaron a la presentación de la semana pasada por suponer que se sentirían sapo de otro pozo entre tantas personalidades que convocarían el biografiado, el autor y su panel. Para ellos, hay que decir que lo del miércoles será, más sencillamente, como una reunión de viejos amigos. Unos amigos que hace mucho no se ven. Amigos, en rigor –amigos de los libros-, que no se vieron nunca. (“Multitudes solitarias”, como supo decir Quique Figueroa, que ahora quieren encontrarse.)
Y entonces otra buena razón es concurrir para satisfacer una curiosidad que todos legítimamente tendrán. ¿No se dijo acaso, nos guste o no a los radieros, que en este siglo XXI somos el Homo Videns (*)? Hay que ir, entonces, para fijarse si Verónica se parece a Mónica Ayos. Si María a la Benedetto. Si Zander (¿por qué no de vacaciones en Buenos Aires?) a la Toscano. Si el profe Lagunas (idem) a Carnaghi. Si Fernando a Jorge Martínez (esto les anticipo que no, pero Cristina insistió). Si Mónica Paradiso a Betiana Blum Si Jorge Aloy a Fabián Arenilla. Si Julián Sánchez a Daniel Hendler. Si Quique a Enrique Piñeiro. Si López Motta a Villanueva Cosse. Si Mario Tsolakián a su tocayo Alarcón. Si Pablo Graciani a Gonzalo Urtizberea. Si Maxi Pozzi –improbablemente- a alguno de “Casi ángeles”… Y comprobar que a mí tranquilamente podría interpretarme, como dije en su momento, Damián de Santo.
Sí, porque el mejor motivo que se me ocurre para que las multitudes concurran... este miércoles… a las 19.30 horas… en Venezuela 330… es que voy a estar yo.
De nada.
Muchas gracias.
Hasta entonces.


(*)“El intelectual Giovanni Sartori analizó a finales de los años noventa la influencia de la televisión en la sociedad moderna y las consecuencias que se derivan de la supremacía de la imagen sobre la palabra escrita. Diez años después, el brillante ensayo del politólogo sigue vigente y muestra signos de convertirse en una sólida llamada de atención sobre el futuro de la sociedad digital ¿En qué nos estamos convirtiendo?”

(www.neoteo.com/el-homo-videns-y-la-sociedad-teledirigida)

“Dice Ortega, en La rebelión de las masas, que ‘lo característico del momento es que el alma vulgar, sabiéndose vulgar, tiene el denuedo de afirmar el derecho de la vulgaridad y lo impone dondequiera’. Dicha aseveración, escrita a finales de la década de los veinte, se ratificaba a mediados del siglo, cuando aparecía el aparato creador y recreador, por excelencia, de las masas: la televisión.
“A partir de ese hecho, Giovanni Sartori advierte: un mundo concentrado sólo en el hecho de ver es un mundo estúpido. El homo sapiens, un ser caracterizado por la reflexión, por su capacidad para generar abstracciones, se está convirtiendo en un homo videns, una criatura que mira pero que no piensa, que ve pero que no entiende.”
(www.monografías.com/trabajos 12)