lunes, 23 de agosto de 2010

Parrafus en Caras y Caretas (8): Final / Requiem

Creo que voy a ir finalizando esta ya dilatada crónica –antes de que mi impericia dilate aún más el escroto de algunos/as oyentes.
Soy así. No suelo ser seguidor de nada ni de nadie (excepto, eventualmente, de Chacarita Juniors y de Hugo Paredero), pero, cuando me entusiasmo con algo, me meto a fondo. Ahora, por ejemplo, me hice aficionado al multimedio del SUTERH. Escucho la AM 750 (feliz descubrimiento del compañero Max Medina), voy al centro cultural Caras y Caretas y compro la revista homónima.
Como colofón a esta reseña, entonces, diré que en la Caras y Caretas de este mes encontré dos satisfacciones. Una, que en la nota de tapa, “La voz de los argentinos”, referida a la historia de la radio, Carlos Ulanovsky cita a Hugo Paredero. Y dos, que Jorge Dorio, en su columna testimonial para la misma nota, menciona a la cooperativa de oyentes que durante un tiempo ayudó a sostener “Sueños de una noche de Belgrano”, su programa con Martín Caparros de 1984.
Ulanovsky cita así a Paredero: “A partir de esos años la radio –más que nada entregada al entretenimiento, a la diversión desde sus programas- fue, como menciona en un artículo el periodista Hugo Paredero-, ‘la reina ordenadora de cada hogar, no sólo porque estaba en los lugares centrales de cada casa sino porque te decía con qué fijador debías peinarte o con qué pildoritas tenías que regularizar tu intestino’”.
Estas palabras me recordaron el artículo de contratapa con que Hugo debutó hace poco en “Miradas al Sur”. Lo repasé a ver si la cita provenía de ahí, pero no. Sin embargo, encontré algo parecido, que cito en su contexto: “Mi padre trabajaba en la sección Vías y Obras del ferrocarril recuperado a los ingleses. Mi madre era ama de casa y tejedora infatigable. A mí todavía me quedaban tres años de hijo único. Nuestro perro coli corbata blanca se llamaba Rayo, como el del radioteatro. En el dormitorio de mis viejos, la foto de casamiento. En el living presidía un cuadro de Peron y Evita vestidos de gala. Desde su altar en la cocina, la radio proveía felicidades a toda hora”.
Ulanovsky, en aquella parte de su nota, habla de la radio de fines de los ‘30 y principios de los ’40; Hugo, en su contratapa, de los tiempos del segundo gobierno peronista.
Se conoce que para nuestro conductor la radio siempre fue importante. Se entiende que ahora haya llevado su interrumpido ciclo radial a una sala donde el público esté presente. Es como en décadas pasadas, cuando los auditorios se llenaban de oyentes que querían ver en vivo y en directo a sus héroes y heroínas del radioteatro o a sus músicos y cantantes preferidos.
A propósito, en la última hoja de la Caras y Caretas, en la sección Agenda, Parrafus Interruptus se promociona así entre los Foros del Centro Cultural: “De la radio al vivo. Una excitante competencia literaria para jugar a pura memoria y libro forrado. Con importantes invitados sorpresa y muchos premios. El leyente: Hugo Paredero. La coordinadora: Adriana Baldessari. El cronometrista: Lucas Gatti. Anexo Venezuela 330”. Hay una sonriente y severa fotografía de Hugo.

Sobre el último juego de la noche, de aquella histórica noche del 4 de agosto, la del primer encuentro, digamos que el género fue Cuento, que el autor fue Ray Bradbury, que se comenzó a leer el relato que da título a su libro “El hombre ilustrado”, y que el ganador fue nuevamente Marcelo Perenchio, un simple trabajador, el hombre autoilustrado de Escalada.
Con este sexto Parrafus culminó la competencia aquella noche. Pero como nos volveremos a encontrar el 1 de septiembre…

…continuará.

In memoriam Hugo Guerrero Martinehitz

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy bueno, Perenchio. Que se repita en setiembre.