lunes, 31 de agosto de 2009

domingo, 30 de agosto de 2009

Atlas, navegaciones, inmigración y La Que Ronda

Como dice aquel revolucionario en una novela de ese célebre autor inglés que demora tanto su aparición en Párrafus: “Estos intelectuales… por una frase ingeniosa son capaces de condenar a la madre”.
Recordé esa sentencia tras leer la otra tarde la Entrada que Fernando Terreno llamó “Una modesta proposición”. Inmediatamente saludé su ingenio, me congratulé también de su reaparición en el Blog, tras dilatada ausencia, pero después quedé preguntándome si su reclamo nacionalista tiene auténtico fundamento.
Fernando, elaborando brillantemente su texto con títulos de muchas de las obras leídas en el programa, dice que sobreabundan los autores extranjeros. Retoma así una idea expresada en abril del año pasado por el compañero oyente Mario Tsolakian, que en aquel momento, cuando las lecturas iban por las 300, me llevó a realizar un exhaustivo escrutinio de las nacionalidades presentes en esa lista. (Puede leerse en la Entrada llamada “Gou jom”) El resultado de aquel pormenorizado repaso fue que el país de origen que más se reiteraba era la Argentina. Copio parte de aquel detalle:

Argentinos: 81
Norteamericanos: 41
Franceses: 37
Ingleses: 22
Españoles 18
Italianos: 14

Por cierto, si se suman las cifras de las cinco nacionalidades que siguen a la nuestra, nuestros 81 autores se verían superados. Pero ese procedimiento sería tan taimado como el empleado por el corresponsal que los otros días me escribía que yo puedo llevar 95 juegos ganados, pero “los otros” ganaron 522.
En cuanto a la actualización de aquella compulsa, hoy no, pero me comprometo para un futuro a revisar la lista de lecturas desde el autor 301 hasta el 617 de anteanoche –o hasta el número que se haya alcanzado cuando tenga ganas y tiempo. Lo que puedo decirle ya mismo a Fernando es que de un vistazo se observa que en los dos últimos meses la mayoría siguió siendo de autores nacionales: tuvimos 8 en julio y, faltando un juego, llevamos 6 en agosto.
En síntesis, creo que para este debate acerca de las mayorías o minorías de autóctonos o extranjeros, cabe aquello que suele decir Hugo sobre el vaso medio lleno o medio vacío.
También quiero resaltar para el compañero Terreno (quien quizá en razón de su apellido anhela más y más autores del terruño) que una vez más se da el caso de que una de sus esporádicas apariciones por el Blog es seguida por otro inmediato triunfo suyo. “Una modesta proposición” (título Wildeano, por cierto) apareció publicada el jueves a la tarde. Esa noche, Fernando ganó con la novela de Simenon.


Uno de los autores más prolíficos y, quizá por eso, más esperados en Parrafus era George Simenon. El creador de la saga del comisario Maigret llegó finalmente en la noche 617 con “La muerte ronda a Maigret”. Para los aficionados al género policial habrá sido fácil deducir que el apellido omitido durante la lectura era ese, pero, al mismo tiempo, eso sería de escasa ayuda, porque aparece en casi todos los títulos de la serie. Como dije a la disparada el viernes, hacía falta tener alguno de los libros donde se citara al menos una parte de esa colección. Fernando lo encontró, llamó para arriesgar unas cuantas veces, y finalmente dio el título correcto.
Por mi parte, todo intento fue infructuoso. Estaba en el trabajo, así que no pude recurrir a libro ninguno. De todos modos, tampoco tengo en casa –en ninguna de mis dos casas- nada de Simenon. Lo que recordé, busqué y encontré en casa de mi vieja al día siguiente fue el único número que tengo de la vieja revista Fierro, el 10, del mes de mayo de 1985. Hay ahí un artículo de Ángel Faretta: “George Simenon y la atmósfera de Lieja”. Al releerlo, compruebo que el autor no era francés, como mal recordaba, sino belga; de Lieja, precisamente. Leo también que “el ciclo Maigret” cuenta 76 novelas. Fuera de estas, Simenon escribió también otras 117, que componen las llamadas “novelas del destino”. Sobre esta otra saga escribe Farettta:

“El otro Simenon es más fértil en cantidad de obras y curiosamente menos conocido por los filisteos. El más de un centenar de novelas escritas paralelamente al “ciclo Maigret” se pueden circunscribir a una situación determinada (confesando que simplificamos por razones de espacio): la vida de un hombre común, ordenado y aburrido que, súbitamente, descubre, paralelamente al suyo, otro espacio de representación, otra Vida. Ejemplares en ese caso son ‘El hombre de Londres’ (1934, que es ‘El extranjero’ escrito varios años antes), o esas obras maestras absolutas que son ‘El pensionista’ (1934), ‘El evadido’ (1936), ‘El hombre que miraba pasar los trenes’ (1938), ‘Le bilan Maletras’ (1948),’Carta a mi juez’ (1947), ‘Los fantasmas del sombrerero’ (1949, una de sus cimas), ‘En caso de desgracia’ (1956), o ‘El tren de Venecia’ (1965). En todas ellas, el héroe simenoneano, típica víctima de la ‘imaginación romántica’ (todos suertes de Monsieurs Bovary) abandonan vidas tediosas por mundos que suponen prestigiosos por lo ‘diferente’ y que, luego, se tornan monstruosamente cotidianos como los que se intentó abandonar; o redescubren un pasado que con el tiempo y los años ha sido ‘mitificado’ para descubrir que los años peligrosos ya no existen más. En todos ellos, el móvil es no el lucro a través del dinero, sino el poder que éste ejerce sobre las mujeres ‘distintas’ que finalmente –tanto coperas como aventureras, tanto casos clínicos como infelices ambiciosas- terminan siendo tan brutamente convencionales como aquellas de las que el héroe ha huido (en este terreno cabe remarcar que nadie ha descrito en toda la literatura de este siglo personajes femeninos como Simenon).”

Esta reseña me lo hace interesante al belga (de quien no leí absolutamente nada), pero hoy, aquí, nos interesa Maigret.
Sigue Faretta:

“El comisario Jules Maigret aparece casado –sin hijos- a la edad de 45 años en su primera novela de 1931. Hacia 1950, cuando su autor lleva escritas ya 35 novelas (sin contar los cuentos y novelas cortas) sobre el regordete inspector, publica ‘Las memorias de Maigret’, una suerte de tour de force de la narrativa de todos los tiempos. En ella, Maigret narra en primera persona su vida, se burla cariñosamente de ‘ese Simenon’, que ha escrito ‘sobre mis casos’ pero dándoles carácter ‘plus vrai que nature’ a su persona. Desfilan allí su infancia, nacido ‘no lejos de Moulins’. La muerte temprana de su madre, las ocasionales visitas de su padre, al cual se siente ligado moralmente, sus estudios de medicina interrumpidos por su ingreso a la policía; el libro acaba hacia los 30 años del héroe, cuando es nombrado inspector en el Quai des Orfèvres. Su último pensamiento es para George Simenon, ‘que se ha convertido en su amigo’”

Y sobre el autor:

“Tras sus estudios con los jesuitas, el joven Simenon vivió en Bruselas donde escribió decenas de artículos periodísticos, y luego, ya en París, cuentos de todo tipo, incluso ‘novelas galantes’ bajo el seudónimo de George Sim, mientras vivía paralelamente en una pequeña chalana atracada a un muelle del Sena. Años después publica, paralelamente, dos novelas: ‘Piotr el letón’ –primer avatar del comisario Maigret- y ‘Le relais-d`Alsace’, ambas en la editorial Fayard; tanto en una como en otra ya estaba completo el estilo inconfundible de uno de los grandes narradores del siglo XX.”

Noto al transcribir estos extractos que al joven Faretta se le había pegado la palabrita ‘paralelamente’ en aquellos días. Lo que no alcanzo a precisar es si Faretta es el crítico de cine y libros que falleció hace poco. Me parece recordar que sí, pero ojalá me equivoque. Me acuerdo que lo veía cuando iba a ver los ciclos de Fassbinder o de Eric Rohmer en el centro cultural Rojas, donde Faretta era el presentador, allá por el ‘86, ‘87. Hace poco, este año o el año pasado, había publicado un libro donde recopiló algunas de aquellas críticas de Fierro. Se llama algo así como “Espíritu de simetría”. Si alguien sabe algo, cuál fue la suerte de Angelito, que me cuente.
Y otra fuente de papel y tinta sobre Simenon y Maigret la tengo acá, en este voluminoso ‘Libro de los detectives’, de Janet Pate, editado por Crea S.A. en 1981. Ahí se lee algo más sobre la historia y características del personaje:

“Cuando era muy joven, Jules Maigret quería llegar a ser, de un modo vago, ‘un reparador de destinos’, una cruza de sacerdote y médico, cuyo talento para meterse en la mente de los demás lo ayudaría a guiar la fortuna de ellos. Hijo del mayordomo de un inmenso castillo, empezó a estudiar medicina pero dejó inconclusa la carrera. En cambio ingresó en la policía. Después de haber firmado la solicitud de ingreso en el Quai des Orfèvres, pasó a desempeñar tareas humildes y rutinarias: vigilante, patrullero y detective. Tres años después era designado secretario en la Comisaría de Saint-Georges y fue entonces cuando, a los 26 años, se casó. Entusiasta y ambicioso, estudió concienzudamente las sutilezas de su profesión a través de folletos oficiales, y cuando de casualidad le cayó un caso entre manos, puso empeño en resolverlo. Como en él estaban involucrados los miembros de una familia rica e influyente, debió sufrir la humillación de ver que la solución fue encontrada por el Quai de Orfèvres. Empero, los resultados fueron lo bastante buenos como para obtener su primer ascenso. Siguió una larga carrera de éxitos respaldado siempre por la leal y sufrida Madame Maigret. Llegó a Inspector Jefe del Escuadrón Volante, luego a Superintendente y ahora es Superintendente Jefe. Sus métodos son los de un policía nato, cabales y estoicos. El mismo llevará acabo las tareas menudas que suelen asignarse a un subalterno si le parece importante para el caso que está tratando. Pero también tiene olfato y una cierta intuición que lo elevan por encima del policía común, como puede verse en ‘Maigret y el letón enigmático’: ‘Cada delincuente, cada ganster, es un ser humano. Pero es, primero y principalmente, un tahúr, un adversario. Así es como la policía se siente inclinada a considerarlo y así es como, por los general, tratan de pescarlo…pero… Maigret buscaba, esperaba y al final daba el zarpazo. En otras palabras, el momento en que asomaba el ser humano en el tahúr’”

En esta misma enciclopedia detectivesca se reseñan algunas versiones cinematográficas de las aventuras de Maigret. Algunos de sus intérpretes fueron: Charles Laughton, en 1948, Maurice Manson, en 1955, Jean Gabin, en el 57, 59 y 63, Gino Cervi y Rupert Davies (que también lo hizo en teatro, en Londres), en 1966, y Heinz Rühmann, también en el 66.

Termino acá la reseña del último Párrafus de la semana. Ya se sabe que tipear todo esto me lleva un montón de tiempo; ya se hicieron las once y media, se va la guardia del sábado y el pescado sin expender.
¡Cuánto más fácil es recortar y pegar de la Internet!
Ayer pasé un rato por el locutorio y me copié un par de cosas. Vean que rápido pongo algo sobre el autor o la obra del jueves.

“Nacido en un suburbio del sur de Londres, el cinco de diciembre de 1954, si bien es inglés no creció en el seno de la tradición de la Iglesia Anglicana (“mi único contacto de atención con la Iglesia Anglicana fue como miembro de los exploradores”), y aún siendo también pakistaní, tampoco creció en la tradición musulmana (durante su infancia Maughan y Dickens eran lecturas mucho más frecuentes que el Corán), Hanif Kureishi se reafirma como ateo, pero muestra su interés por la religión en el aspecto de cubrir la satisfacción de una necesidad humana o miedo determinado respecto a la muerte.
“Se crió en el mismo barrio que David Bowie y Billy Idol. Kureishi trató desde muy temprano de integrarse a los acontecimientos culturales que sacudían Occidente. Escolar indisciplinado y no muy talentoso, ya en la adolescencia inició sus escarceos literarios. En ello seguía la vocación secreta de su padre, que siempre quiso ser escritor (en contra de los deseos familiares ), y escribió novelas y ensayos sobre Pakistán que jamás se publicaron. Lo suyo era más visceral, producto de escenas cotidianas como los episodios de racismo.
“Durante la infancia de Hanif , solían llamarle “negrito” y a veces él mismo buscaba negar sus raíces : “Me encerré en mí mismo. Me ensimismaba para oír a Pink Floyd y los Beatles mientras reescribía los discursos políticos que ayudaban a crear las actitudes neonazis que ocurrían a mi alrededor”. Se siente sobre todo asiático, pero es londinense de casta y nacimiento.
“La idea de las propias experiencias se torna entonces primordial, por lo que convertirse en escritor profesional le resulta complicado, ya que trabajar ocho horas diarias parece una negación de la idea de hacer literatura como actividad espontánea y en contacto permanante con el mundo. Kureishi opta entonces por estudiar filosofía en el Kings College de Londres donde escribe sus primeros ensayos y descubre la “gran ciudad”, en la que el cine , la política , las drogas y la música son el trasfondo de toda creación. Todo ello indujo también las opciones sexuales de Kureshi (si se puede extrapolar a su persona lo planteado por su personaje Karim Amir) aduciendo que el elegir entre hombres y mujeres resulta tan innecesario como optar entre los Beatles y los Rolling Stones, cuando ambos le parecen igual de atractivos.
“Durante dicha época, cuentos subidos de tono (pornográficos), y sobre todo sus obras dramáticas cimentan su fama de autor de la inmigración. Cabe destacar que las influencias más importantes durante su infancia fueron la cultura racial inglesa de los años 70, y dicha experiencia jugó un papel muy significante en sus obras,
“En 1981 ganó el premio George Devine por su ensayo ‘Outskirts’, al año siguiente fue nombrado en el Royal Court Theater. En 1984, escribió ‘My Beautifull Launderette’ la cual sería en el mismo año llevada al cine, bajo la dirección de Stephen Frears, recibiendo una nominación al Oscar de la Academia como mejor guión original. En 1990 escribió ‘The Buddha of Suburbia’ por la que recibió el prestigioso premio Withbreadcomo mejor novela. Esta , fue traducida a 20 lenguas y emitida por la BBC.
“En 1995 publica su segunda novela : ‘Black Album’, donde trata el tema del fundamentalismo islámico vivido muy de cerca gracias a su gran amistad personal con Salman Rushdie (amenazado de muerte por el Ayatollah debido a la publicación de su archiconocido libro ‘Versos Satánicos’).”

Con la novela de Kureishi, “El Buda de los suburbios” ganó Eduardo González, de Temperley. El compañero oyente, reincidente modelo 2009, contó que también escribe, pero como no tiene computadora ni casilla de mail ni esas cosas modernosas, creo que sería inútil invitarlo a que vuelque acá, en el Blog de los oyentes, algo de lo suyo. De todos modos, si alguien atina a encontrar una manera de que lo haga, las puertas están abiertas.
Con la charla de Eduardo se dio una de las magias de la semana. Resulta que se ganó un libro de Roberto J. Payró, y entonces se le ocurrió comentar que había leído por ahí que el autor de “Pago chico” andaba de viaje por Bélgica, en 1914, y estaba alojado en el mismo hotel o edificio adonde fue llevado a vivir el recién nacido Julio Cortázar. Lo bueno es que esta poco conocida anécdota vino a cuento justo en la noche del jueves 26 de agosto, aniversario de aquel nacimiento. Y, además, para la noche siguiente estaba pautada la lectura de… ¡un belga! ¡Y qué belga!, dijo el japonés.

Digan que hoy no estoy en vena (el calor me tiene laxo y fofo), si no podría hablarles de la enciclopedia Lo Sé Todo. Son en total 17 tomos, 12 de la universal y 5 Lo Sé Todo de América, y parece que se vendían por las casas, de puerta en puerta, allá en los años sesenta, cuando yo era chico. Así la compró mi viejo, según me dijeron. Está en casa desde que yo tengo uso de razón. Mi hermana, que me lleva siete años, sacaba cosas de ahí para la escuela. Después la heredé yo, y todavía la tengo. Ahí leí, hace décadas, un artículo sobre Luis de Camoens. Esa es mi primera referencia sobre el navegante y poeta portugués.
“Los lusíadas” (y no Las lusíadas, como dije la otra noche) también apareció alguna vez en casa, pero nunca lo leí. Como le confesé a Hugo, en algún momento de los últimos años me fije cómo empezaba, suponiendo –sabiendo- que alguna noche tenía que aparecer en Párrafus. Y esos primeros versos, latentes en la memoria, se activaron cuando esa noche llegó.
Ayer busqué el libro cuando fui a lo de mi vieja, y aunque la falta de tiempo no me dejó encontrarlo, de repente recordé cómo fue que llegó a mi biblioteca. Sabía que no lo había comprado, pedido prestado ni hurtado. Como la enciclopedia Lo Sé Todo, lo fui heredando paulatinamente. Es uno de los libros que trajo a casa mi cuñado cuando empezó a noviar, primero, y a convivir, después, con mi hermana. Andando los años, cuando las crecientes obligaciones familiares lo fueron apartando de su juvenil afición a la lectura, algunos de aquellos libros suyos (entre otros, tres de Hermann Hesse) quedaron para mí. Por ahí andará “Los lusíadas”, apretado en los anaqueles más sombríos; debería volver a buscarlo y echarle otro vistazo. Ahora que leí algo más sobre Camoens tal vez podría interesarme. Copio un fragmento de la abigarrada biografía del portugués:


“Camoens tuvo, pues, que salir de Goa en 1555, y antes de llegar al punto de residencia que se le había designado, erró algún tiempo por los mares de las indias, aunque no queda completamente averiguado que visitara las Molucas. Los tres años que duró su destierro en China parecen haber sido los más fecundos de su vida; y, si como supone Faría y Sousa, Los Luisiadas se había comenzado en 1547, puede asegurarse que en Macao dio las últimas pinceladas a su obra inmortal. Una vez acabada, la vida que hacía en aquellos países, muy disconforme con sus costumbres belicosas y aventureras, se le hizo insoportable, y, aunque su biógrafo afirma que el empleo que en Macao desempeñaba le daba con exceso para atender a las necesidades de su existencia, no tuvo otro sueño que regresar a Goa.
“El virrey nuevamente nombrado, y que no era otro que aquel Constantino de Braganza que conoció en los comienzos de su carrera, le prestó su apoyo generoso, y con inefable alegría dejó el poeta el lugar de su destino y se embarcó con rumbo a las Indias, llevando consigo cuanto poseía. Como puede comprenderse, de todos sus viajes éste fue el que emprendió con más júbilo. A su término iba a volver a ver a sus hermanos de armas, a abrazar a sus amigos y a gozar entre ellos de la fortuna que le había deparado una vida laboriosa y sobria. Pero todo aquello fue un sueño. Poco más allá de la altura de Cochinchina y a la entrada del Golfo de Siám, una espantosa borrasca arrastró el navío a las costas, poniendo en tan grave riesgo su vida que sólo a nado pudo salvarse, no conservando de sus riquezas más que el manuscrito de Los Lusiadas, que casi milagrosamente logró salvar ileso del fracaso.
“Ganada la costa y remontando algunas leguas, pudo visitar las maravillas de la ciudad de Angora, y hallar hospitalidad en una de las ciudades mas ricas de Oriente. Ignórase la acogida que se le hizo en tales lugares; pero se sabe que permaneció allí algunos meses, puesto que no entró en la capital de las Indias hasta 1561.”

Para ir terminando esta desvaída glosa, digamos que la semana había empezado con una de cal y una de arena. (¿Alguien sabe cuál es la de cal y cuál la de arena en este dicho, es decir, cuál la buena y cuál la mala, y por qué?) El lunes, Teatro Ininterruptus; el martes, una ganadora nueva.
El domingo por la noche el programa empezó lindo con la visita de la desfachatada actriz Cecilia Rosetto. Venían de cenar con el amigo Hugo y extendieron la sobremesa en el estudio. Charló a sus anchas la colorada diva, resultó desopilante cuando contó sus costumbres en el lavabo y estuvo muy lanzada con el altísimo operador Schiavonne. Pero (todo no se puede) no le fue bien en su labor de fiscal del milagroso Párrafus. Mejor dicho, le tocó fiscalizar que esa noche el juego “no salió”. La recóndita pieza teatral, de evidente origen inglés, no fue reconocida por nadie. Ni siquiera con el autor pudo dar ninguno de los oyentes, contó nuestro conductor al día siguiente.
Pero al día siguiente el género fue Novela, el ambiente de la acción era el medio editorial, y ganó una escritora y editora: Graciela Pérez Aguilar, de Palermo, quien se constituye en la ganadora número 86 del ciclo nocturno. Graciela reconoció a los siete minutos de lectura la obra de Almudena Grandes “Atlas de geografía humana”.
La española es famosa por haber ganado alguna vez un concurso de literatura erótica con “Las edades de Lulú”. Creo que una vez, en el cable, traté de ver la película que se hizo con esa novela, pero, explorador desde muy joven de las cimas y honduras del cine pornográfico, aquella gallegada me aburrió soberanamente.

Pasando finalmente al deporte, anotemos que, faltando un juego para terminar agosto, se verifica un quíntuple empate en el certamen mensual. Con dos triunfos cada uno marchan Roberto López Motta, Eduardo González, Verónica Cornejo, Fernando Terreno y yo mismo, que desde septiembre pasado, hace un año, no gano un mes… ¿No van a ser generosos con “el abanderado”, queridos compañeros oyentes? También, como todo primer y último programa de la semana, voy a escucharlo en el trabajo. ¿No van a dejarme un par de minutos para el cada vez más difícil intento de deducción? ¿No? Bueno, entonces que gane María Suárez, que es generosa y buena, y que el empate sea séxtuple.
Hemos terminado.
Adiós.

viernes, 28 de agosto de 2009

La suerte ronda a Tusquets


Viernes 28 de agosto
Novela: "La muerte ronda a Maigret"
Autor: George Simenon (1903-1989)
Ganador: Fernando Terreno



Me dijo Leo Favio de las Nieves Acevedo que la protorespuesta que le tiré como al minuto y medio de lectura era la misma que estaban dando todos, anoche: "El autor es George Simenon y en el título está la palabra Maigret."
Sí, pero, ¿y?
Hacía falta un libro, una contratapa, una solapa donde figurara al menos parte de la colección de las aventuras del célebre comisario. Fernando Terreno lo encontró y llamó reiteradas veces hasta que el título lanzado fue el correcto.
No queda más remedio que felicitar al compañero oyente por su nuevo triunfo -y por ser afortunado poseedor de uno de los carísimos volúmenes de Tusquets.

(Al venir al locutorio a improvisar esto, veo el brillante texto de Fernando. Hago extensiva mi felicitación, entonces, a su ingenio y protesta.)

A la cita de los Terranovas Au rendez-vous des Terre-Neuvas
Cecile ha muerto Cécile est morte
Crimen en Holanda Un crime en Hollande
El ahorcado de "Saint Pholien" Le Pendu de Saint-Pholien
El ahorcado de la iglesia Le Pendu de Saint-Pholien
El amigo de la infancia de Maigret L'Ami d'enfance de Maigret
El asesino del canal Le Charretier de la Providence
El caso de la "Strip-Tease" Maigret au "Picratt's"
El caso del Boulevard de Beaumarchais L'Affaire du Boulevard Beaumarchais
El caso Saint-Fiacre L'Affaire Saint-Fiacre
El cliente mas obstinado del mundo Le Client le plus obstiné du monde
El conductor de "La Providence" Le Charretier de la Providence
El crimen del Floria Maigret
El difunto filântropo M. Gallet décédé
El enamorado de la señora Maigret L'Amoureux de Madame Maigret
El hombre de la "Torre Eiffel" La Tête d'un homme
El hombre de la calle L'Homme dans la rue
El inspector Cadaver L'Inspecteur Cadavre
El ladron de Maigret Le Voleur de Maigret
El loco de Bergerac Le Fou de Bergerac
El merendero de las dos perras gordas La Guinguette à deux sous
El muerto de Maigret Maigret et son mort
El notario de Chateaneuf Le Notaire du Châteauneuf
El perro canelo Le Chien jaune
El puerto en brumas Le Port des brumes
El revólver de Maigret Le Revolver de Maigret
El Señor Lunes Monsieur Lundi
El testimonio del monaguillo Le Témoinage de l'enfant de chœur
En los bajos del Majestic Les Caves du Majestic
Felicia está ahí Félicie est là
Firmado: Picpus Signé Picpus
Jeumont, 51 minutos de parada Jeumont, 51 minutes d'arrêt
La agitada Navidad de Maigret Un Noël de Maigret
La amargura del condenado La Guinguette à deux sous
La amiga de madame Maigret L'Amie de Mme Maigret
La anciana Señora de Bayeux La vieille dame de Bayeux
La bailarina del "Gai-Moulin" La Danseuse du Gai-Moulin
La cabeza de un hombre La Tête d'un homme
La casa de los flamencos Chez les Flamands
La casa del juez La Maison du juge
La esclusa número 1 L'Écluse n° 1
La Estrella del Norte L'Étoile du Nord
La furia de Maigret La Colère de Maigret
La loca de Maigret La Folle de Maigret
La muerte del senor Gallet M. Gallet décédé
La muerte ronda a Maigret Pietr-le-Letton
La noche de la encrucijada La Nuit du carrefour
La paciencia de Maigret La Patience de Maigret
La pinaza de los ahorcados La Péniche aux deux pendus
La pipa de Maigret La Pipe de Maigret
La posada de los ahogados L'Auberge aux noyés
La primera investigación de Maigret La première enquête de Maigret, 1913
La sombra chinesca L'Ombre chinoise
La subasta Vente à la bougie
La taberna de los dos centavos La Guinguette à deux sous
La tanguista del "Gai-Moulin" La Danseuse du Gai-Moulin
La ventana de enfrente La Fenêtre ouverte
Las memorias de Maigret Les Mémoires de Maigret
Las noches blancas de Maigret Le Revolver de Maigret
Las vacaciones de Maigret Les Vacances de Maigret
Liberty bar Liberty Bar
Los escrúpulos de Maigret Les Scrupules de Maigret
Los goterones de cera Les Larmes de bougie
Los sótanos del "Majestic" Les Caves du Majestic
Mademoiselle Berthe y su amante Mademoiselle Berthe et son amant
Maigret Maigret
Maigret a pensión Maigret en meublé
Maigret con la muerte en los talones Maigret et son mort
Maigret en casa de los "Flamencos" Chez les Flamands
Maigret en casa del ministro Maigret chez le ministre
Maigret en el "Picratt's" Maigret au "Picratt's"
Maigret en la audiencia Maigret aux assises
Maigret en la audiencia de Arizona Maigret chez le coroner
Maigret en la escuela Maigret à l'école
Maigret en los bajos fondos Maigret et la grande perche
Maigret en los dominios de "Coroner" Maigret chez le coroner
Maigret en Nueva-York Maigret à New York
Maigret en Vichy Maigret à Vichy
Maigret Lognon y los gangsters Maigret, Lognon et les gangsters
Maigret se defiende Maigret se défend
Maigret se diverte Maigret s'amuse
Maigret se enfada Maigret se fâche
Maigret se equivoca Maigret se trompe
Maigret tiende un lazo Maigret tend un piège
Maigret tiende una trampa Maigret tend un piège
Maigret tiene miedo Maigret a peur
Maigret vacila Maigret hésite
Maigret viaja Maigret voyage
Maigret y el "Gigoló" Mon ami Maigret
Maigret y el asesino Maigret et le tueur
Maigret y el caso del Ministro Maigret chez le ministre
Maigret y el caso Nahour Maigret et l'affaire Nahour
Maigret y el cliente del sábado Maigret et le client du samedi
Maigret y el confidente Maigret et l'indicateur
Maigret y el cuerpo sin cabeza Maigret et le corps sans tête
Maigret y el extraño vagabundo Maigret et le Clochard
Maigret y el falso culpable Maigret à l'école
Maigret y el fantasma Maigret et le fantôme
Maigret y el hombre del banco Maigret et l'homme du banc
Maigret y el hombre solitario Maigret et l'homme tout seul
Maigret y el inspector malasombra Maigret et l'inspecteur malgracieux (malchanceux)
Maigret y el inspector sin suerte Maigret et l'inspecteur malgracieux (malchanceux)
Maigret y el ladrón perezoso Maigret et le voleur paresseux
Maigret y el Liberty Bar Liberty Bar
Maigret y el perro canelo Le Chien jaune
Maigret y el tercer hombre L'Amie de Mme Maigret
Maigret y el traficante de vino Maigret et le marchand de vin
Maigret y la "Grande Perche" Maigret et la grande perche
Maigret y la joven muerta Maigret et la jeune morte
Maigret y la muchacha asesinada Maigret et la jeune morte
Maigret y la vieja señora Maigret et la vieille dame
Maigret y las buenas personas Maigret et les braves gens
Maigret y los ancianos Maigret et les vieillards
Maigret y los aristócratas La première enquête de Maigret, 1913
Maigret y los muertos del canal Le Charretier de la Providence
Maigret y los testigos recalcitrantes Maigret et les témoins récalcitrants
Maigret y Monsieur Charles Maigret et Monsieur Charles
Maigret y su ladrón Le Voleur de Maigret
Maigret y su muerto Maigret et son mort
Mi amigo Maigret Mon ami Maigret
Monsieur Gallet difunto M. Gallet décédé
No se mata a los pobres On ne tue pas les pauvres types
Pena de muerte Peine de mort
Pietr-Le-Letton Pietr-le-Letton
Rue Pigalle Rue Pigalle
Stan, el asesino Stan le tueur
Tempestad sobre la Mancha Tempête sur la Manche
Un crimen en Holanda Un crime en Hollande
Un fracaso de Maigret Un échec de Maigret
Una confidencia de Maigret Une confidence de Maigret
Una equivocación de Maigret Une erreur de Maigret
Una extraña sirvienta Félicie est là
Una Navidad de Maigret Un Noël de Maigret

jueves, 27 de agosto de 2009

Un modesta proposición

Una modesta proposición (para Hugo Paredero)

Dicho con todo respeto, para mi gusto, en la elección de los autores del Párrafus hay demasiados de El extranjero. Me parece que La música del azar los favorece en exceso. Esto me da algo de Rabia, sin llegar a hacerme La Malasangre algunos elegidos se transforman en el El libro del desasosiego.

Esta queja no es Mal de amores, por el contrario, es La prueba de amor, es El grito pelado, es lo que Primero sueño.
No es un ataque de Patriotismo, ni me creo Argentino hasta la muerte, pero, Hablemos a calzón quitado: me gustaría que El viaje incluyera más gente de Nuestro Pueblo. Que La valija tenga más Palabras Made in Lanús y de autores de los que Semos hermanos, en especial más Luz de Provincias y Recuerdos de Provincia que noticias de Los constructores de imperios.

No quisiera aparecer como El criticón y más lejos aún estoy de que sean Señales de una causa personal. El mundo es ancho y ajeno y no se trata de La guerra de los mundos. Ningún autor será Una visita inoportuna, pero en La vorágine de Las mil y una noches, quisiera tener la Felicidad de escucharte leer más Historias para ser contadas escritas al sur del Trópico de cáncer .

Con La alegría y la esperanza en El dulce milagro.
Nada más y gracias por La atención.

Fernando Terreno

El Iluminado de Témperley


Jueves 27 de agosto
Novela: "El buda de los suburbios" (1990)
Autor: Hanif Kureishi
Ganador: Eduardo González


"Después de angustiarme y divertirme con Intimidad, de Kureishi, decido abordar otra novela del mismo autor. En este caso se trata de El buda de los suburbios. Es tan divertida que en algunos pasajes nos reímos de tal manera que tenemos ganas de contarle a nuestros vecinos en la sala de espera del médico o la playa qué es lo que nos divierte tanto. Un funcionario de la monarquía británica que decide utilizar su origen indio para dar charlas místicas inspiradas en el budismo (aunque sea musulmán) con las que impresiona a sus vecinos de los suburbios de Londres, una estrella que vira del hipismo al rock y al dark en la búsqueda de una fórmula que le de fama y dinero, un chico que construye un personaje de un indio en Inglaterra para una obra teatral usando historias enteramente verídicas y es rechazado por los bien pensantes del teatro inglés que encuentran el estereotipo racista… muchas escenas curiosas y divertidas aparecen en El buda de los suburbios, y muchos personajes tan risibles como encantadores.
Pero más allá del humor, El buda de los suburbios gira en torno al problema de la identidad. Un chico mitad indio y mitad inglés que reniega de sus orígenes, pero encuentra que la sociedad inglesa lo quiere integrar en la medida en que recalque su diversidad. Los ataques racistas que florecen por doquier y una sociedad sometida a cambios políticos y culturales acelerados son el escenario de las aventuras de Karim. Un chico que busca averiguar si se parece más a su tío musulmán ortodoxo -que decide realizar una huelga de hambre hasta que su hija acepte casarse con el hombre que él quiere traer de Calcuta-, o a su hermanastro , que muta con cada moda si eso le permite conseguir mujeres y dinero."

(abraxasmagazine.wordpress.com)

miércoles, 26 de agosto de 2009

A Luis de Camoens, a Esteban Perenchio


Miércoles 26 de agosto
Poesía: "Os Lusíadas" (1572)
Autor: Luis de Camoens (1524-1580)
Ganador: Marcelo Perenchio

A LUIS DE CAMOENS

Sin lástima y sin ira el tiempo mella
Las heroicas espadas. Pobre y triste
A tu patria nostálgica volviste,
Oh capitán, para morir en ella
Y con ella. En el mágico desierto
La flor de Portugal se había perdido
Y el áspero español, antes vencido,
Amenazaba su costado abierto.
Quiero saber si aquende la ribera
Última comprendiste humildemente
Que todo lo perdido, el Occidente
Y el Oriente, el acero y la bandera,
Perduraría (ajeno a toda humana
Mutación) en tu Eneida lusitana.

(Jorge Luis Borges, “El hacedor”, 1960)

martes, 25 de agosto de 2009

Siguiendo con Fijman...























CANCION DE LA VISION REAL DE LA GRACIA

Niño, tú tienes el oído junto al amanecer de la tierra y el cielo.
Amén el bosque, Amén el mar, y Amén a las estrellas.

El signo de tus manos ata el secreto del mundo.
Amén el bosque, y Amén el mar, y Amén a las estrellas.
La tierra canta y el cielo, y la vida y la muerte.

Niño, tú tienes en el signo que trazan tus manos
el día y la noche, y la tierra y el cielo, y la vida y la muerte.

Amén, Amén, Amén,
niño del alba de la tierra y el cielo.

(“Estrella de la mañana”, Jacobo Fijman, 1931)

“-Hablemos de sus libros, escritos hace cerca de cuarenta años y que con dificultad hemos podido rastrear en algunas bibliotecas. Usted publicó ‘Molino rojo’, ‘Estrella de la mañana’ y ‘Hecho de estampas’. ¿Qué le recuerdan cada uno de esos títulos?
“-‘Molino rojo’ me recuerda la demencia, el vértigo. Yo buscaba, precisamente, un título que significara esos estados de mi alma, y reparé, de pronto, en un molinito viejo que tenía en la cocina. Era de color rojo, para moler pimienta, y vi en ese objeto todo lo que mi poesía quería expresar. ‘Estrella de la mañana’, en cambio, se refiere a mis estados místicos. Había sido recientemente bautizado, convirtiéndome a la religión católica, y quise expresar con ese título la encarnación del Verbo. En cuanto a ‘Hecho de estampas’, yo trataba de volver a la filosofía escolástica y, fundamentalmente, a Aristóteles. Fue en esos días que hice una visita al museo del Louvre, quedando muy impresionado por los maestro clásicos, especialmente por su pintura religiosa. Más tarde, cuando contemplé en Buenos Aires unas estampas muy finas de esos cuadros religiosos, los asocié a mis poemas, había una misma intención final.
“-¿Cómo ubica su obra en relación al momento social en que fue escrita?
“-‘Molino rojo’ aparece en los tiempos en que se estaba preparando la revolución para tumbar al presidente Yrigoyen. Culturalmente no existía nada, sólo el movimiento Martín Fierro. Era una época de pobreza atroz. Yo vivía simplemente por casualidad. Recuerdo que mi casa estaba cerca de la del cantor Carlos Gardel, quien me quiso sobornar para que hablara bien de él, sabiendo que trabajaba en un diario, pero no lo hice porque era un gran pecador. Una vez me balearon desde la Escuela Militar. Pienso si mi internación en el hospicio no habrá sido una medida divina para que no me mataran… Yo por entonces amaba el ruido de las balas más que la Novena Sinfonía. ‘Molino rojo’ tenía un título que atrapaba a los socialistas y anarquistas; ellos reaccionan instintivamente ante el color rojo. Se notaba en la ciudad un estado de demencia general, y en ‘Molino rojo’ hay una intención que empieza por la demencia. Uno de los poemas dice: ‘Demencia, el camino más alto y más desierto…’”

(“Conversaciones sobre la poesía”, Vicente Zito Lema, revista “Crisis”, Nº 49, diciembre de 1985)

Páginas de literatura digital


Martes 25 de agosto
Novela: “Atlas de geografía humana” (1998)
Autora: Almudena Grandes (1960)
Ganadora: Graciela Pérez Aguilar, de Palermo. Escritora y editora.


“Cuatro años le llevó a Almudena Grandes escribir su cuarta novela en la que cuatro mujeres cuentan en primera persona su propia historia en un tiempo de confusión ideológica y crisis generacional. Un tiempo que, sin duda, ni ellas mismas, ni los lectores atrapados en las redes de la novela, podrán olvidar. Por su enérgica plenitud, por el absoluto control del lenguaje y la estructura novelesca, Atlas de geografía humana supone la definitiva consagración de una escritora que, un libro tras otro, nunca ha dejado de sorprendernos.
En el Departamento de Obras de consulta de un gran grupo editorial, cuatro mujeres trabajan en la confección de un atlas de geografía en fascículos. Reunidas por azar en ese proyecto, y muy distintas entre sí, todas comparten, sin embargo, una edad decisiva, en la que el peso de la memoria matiza ya la conciencia del tiempo y de la Historia. Mientras investigan, buscan materiales y fijan datos, Ana, Rosa, Marisa y Fran se encuentran en ese punto de inflexión de la vida en que no pueden aplazar más la necesidad de encararse de una vez consigo mismas, despejar dudas, deseos y contradicciones ya insostenibles para situarse ellas mismas en su propia geografía, en su propio atlas. Así, iremos descubriéndolo todo sobre cada una de ellas y sobre el mundo que las rodea, que no es otro que el de toda una generación: su soledad, sus inhibiciones, sus sueños truncados, sus decepciones, pero también sus pasiones y sus amores inconfesados, su dureza y su ternura, sus derrotas y sus grandes conquistas.
Almudena Grandes consigue aquí la difícil y delicada tarea de tramar, mediante la «pequeña historia» de cuatro mujeres, un gran fresco lleno de resonancias que configuran exactamente lo que sugiere el título: un atlas de geografía humana. “
(www.agapea.com)

“Tras estudiar Geografía e Historia en la Universidad Complutense de Madrid, comenzó a trabajar escribiendo textos para enciclopedias. También hizo algún papel en el cine (1982: A contratiempo, de Óscar Ladoire). Su primera novela publicada fue Las edades de Lulú (1989), obra erótica que ganó el XI Premio La Sonrisa Vertical y fue llevada al cine por Bigas Luna al año siguiente. La novela tuvo un gran éxito y ha sido traducida a más de 19 idiomas.
Su siguiente novela, Te llamaré Viernes (1991), ya apartada del género erótico, no tuvo gran repercusión. Sí la tuvo, en cambio, Malena es un nombre de tango (1994), que fue llevada al cine por Gerardo Herrero en 1996. Ese mismo año se publicó una recopilación de relatos titulada Modelos de mujer, algunos ya conocidos anteriormente por haber aparecido en alguna de sus frecuentes colaboraciones en la prensa. Uno de los relatos, El lenguaje de los balcones, inspirado en un poema de su marido Luis García Montero, sirvió de base para la película Aunque tú no lo sepas, que Juan Vicente Córdoba dirigió en 2000.
Atlas de geografía humana (1998), Los aires difíciles (2002) y Castillos de cartón (2004) continúan la obra novelística de la autora. Como sus obras anteriores, todas transcurren en la España del último cuarto del siglo XX o principios del XXI, mostrando con técnicas realistas e introspección psicológica la vida cotidiana de personajes de esta época.
En 2003 se publicaron una serie de artículos que habían aparecido en El País bajo el título de Mercado de Barceló y en 2005 continuó su obra breve con Estaciones de paso, un nuevo libro de relatos en el que se recogen cinco historias cortas.
En 2006 se estrena la película Los aires difíciles basada en una novela de Almudena, dirigida por Gerardo Herrero y protagonizada por José Luis García Pérez, Cuca Escribano y Roberto Enríquez.
El 1 de febrero de 2007 ofreció un acto para Foro Complutense en el que adelantaba la llegada de su nueva novela El corazón helado en el mismo mes. Se trata de un complejo relato en el que se plasma la vida de dos familias españolas desde la época de la posguerra civil española hasta nuestros días. El 12 de febrero de 2007 salió a la venta El corazón helado, su novela más ambiciosa hasta la fecha. La obra consta de un total de 919 páginas. En 2008 le concedieron el VII Premio de Novela Fundación José Manuel Lara y el premio del Gremio de Libreros de Madrid como mejor novela escrita en castellano del año anterior por El corazón helado.
El 23 de marzo de 2007 se estrenó la película Atlas de geografía humana, basada en su novela. La película, que está protagonizada por Cuca Escribano, Montse Germán, María Bouzas y Rosa Vilas, ha sido dirigida por la amiga de la escritora, Azucena Rodríguez.”
(www.wikipedia.org)

viernes, 21 de agosto de 2009

¿Incestuosa en segundo grado?


Viernes 21 de agosto
Novela: "El tulipán negro"
Autor: Alejandro Dumas (p)
Ganadora: Verónica Cornejo






20/03/2007
144) Alejandro Dumas (h) (FRA), “La dama de las camelias”: Verónica Cornejo (1´41”)


"Alexandre Dumas (24 de julio de 1802 -5 de diciembre de 1870) fue un novelista y dramaturgo francés, nacido en Villers-Cotterêts, Aisne y muerto en Puys. Su hijo, Alexandre Dumas fue también un escritor conocido.

BIOGRAFIA

Hijo del general francés Thomas Alesandre Davy de la Pailleterie, murió cuando Dumas contaba tres años. Dada la exigua pensión de que disponía su madre, Dumas recibió una escasa educación escolar. Con unos estudios deficientes empezó a trabajar como pasante de un notario y, con su amigo, el vizconde Adolphe Irving de Leuven, escribe sus primeras obras. Estos balbuceos teatrales fueron otros tantos fracasos.

En 1823 se instala en París y entra al servicio del Duque d'Orleans como escribiente, gracias a su perfecta caligrafía y a la recomendación del General Foy. Continúa escribiendo y completando su formación de manera autodidacta.

Con la representación, por la Comédie française en 1829, de Enrique III y su corte, consigue gran notoriedad y, en 1831, con Anthony alcanza su primer éxito. Ëxito que continuará a lo largo de su carrera literaria con el género de su predilección: el drama y la novela histórica. Es un autor prolífico (tragedias, dramas, melodramas, aventuras...) aunque, para atender a la creciente demanda del público, tuvo que recurrir a la ayuda, notoria, de "colaboradores" entre los que destacó Auguste Maquet (1839-1851) que intervino en varias de sus novelas, entre ellas Los tres mosqueteros y El Conde de Montecristo (1844).

Gran admirador de Walter Scott, sus novelas históricas llenas de vivacidad y pintoresquismo, gozaron del beneplácito del público propiciado por su publicación, por entregas, en los periódicos.

Amasó una considerable fortuna que dilapidó con prodigalidad y, asediado por los acreedores, huyó a Bruselas en 1851. Regresó a París en 1853 y se embarcó en diversas empresas, a cual más ruinosa. En 1847 fundó el Théâtre Historique que, cuatro años más tarde, va a la bancarrota. Fue también fundador del semanario Le Monte-Christo (1857-1860) año en el que, igualmente, quebró.

Realizó diversos viajes, Gran Bretaña, Rusia, Italia, Alemania. En Italia conoció a Giuseppe Garibaldi con el que colaboró en su revolución, en Sicilia, en 1860.

Casi arruinado se refugió en casa de su hijo, también escritor, y allí murió.

Publicó, aproximadamente, 300 obras y numerosos artículos, convirtiéndose en uno de los autores más prolíficos y populares de Francia. En 1869 inicia Le Grand Dictionnaire de Cuisine, que sería publicado, póstumamente, en 1873.

En 2002 su cuerpo fue transferido al Panteón de París, en medio de celebraciones en toda Francia. En vida, Dumas había manifestado, sin embargo, su voluntad de permanecer enterrado en Villers-Cotterêts."

(www.dominiopublico.org.es)

jueves, 20 de agosto de 2009

Fijman, Sol de la Noche


Jueves 20 de agosto
Poesía: “Estrella de la mañana” (1931)
Autor: Jacobo Fijman (1898-1970)
Ganador: Marcelo Perenchio



III EL INFIERNO DEL CUERPO

RETRATO DE ANDRE BRETON

“Llevado por mí hacia esa época, rememoró su ‘encuentro’ con André Bretón. ‘Era un tipo curioso, con rostro alargado, más hacia el cuerpo que hacia arriba. Caminaba como los cangrejos, de aquí para allá, nunca en línea recta y se la pasaba en el Café. Cuando yo lo conocí acababa de inventar el fusil de repetición para cazar indios y giles en el Far West argentino. Era bisnieto de Napoleón Bonaparte e hijo directo de Remington. Su doctrina era muy sencilla, recién ahora la entiendo. Vos hablás y no sabés lo que dijiste, pero algo salió de tu boca, una palabra, una escupida. Cada palabra es un proyectil, pero vos lo ignorás. Cuando te diste cuenta, el punto se agarra la barriga o se revuelve cuerpo a tierra. Esto se llama automatismo, que es algo así como el puntillismo de la máquina Singer. El cerebro, entretanto, queda en la culata. No interviene el fusil. Después de la explicación, el franchute me leyó un poema y me atraganté. La bebida me salió por los ojos y estornudé tres veces. André Bretón salió furioso y gritó: Mon Dieu, mon dieu! o algo parecido, y como lo miré fijamente, agregó: merde a Tristan Tzara! No entendí nada, pero desde ese día supe lo que era el surrealismo.’”

XIV EL ROSTRO DE LA AGONIA

2 / EPIFANIA DE UNA PROTESTA

“El domingo 15 de noviembre de 1969, el rostro de Jacobo Fijman, con igual cansancio y las mismas arrugas, con el mismo temblor y la mirada ausente, se dibujó patéticamente en la pantalla del Canal 7 de Televisión. Lo acompañaban Aldo Pellegrini y Vicente Zito Lema, a quien reporteaban en ese instante.
“Había música de circunstancias: un tango de Astor Piáosla en la que se reiteraba, como si fuera un Bolero de Ravel, la palabra ‘loco’. ¿Alusión a quién? Preguntado Fijman por qué abandonó la música, respondió que sus estudios de teología lo habían convencido de su carácter herético.
“Su protector, en el reportaje, acusó a Jorge Luís Borges y a Leopoldo Marechal de haberse olvidado del poeta. Le enrostró su abandono y ridiculizó a Sociedad Argentina de Escritores por la irrisoria suma mensual que le pasaba a Fijman para sus necesidades. Pellegrini, a su vez, expresó que el desconocimiento de Fijman se debía a que en la Argentina no existía la crítica literaria. Se olvidaba en ese instante que él era un crítico que había dirigido ‘Ciclo’ y otras revistas donde jamás le dedicó unas líneas a Fijman. Pero el evento no remitía a la obligación del mea culpa. El propósito era el de señalar una injusticia del medio literario contra un creador que se desintegraba lentamente en los oscuros corredores del hospicio. En esa injusticia entrábamos todos, sin excepción, aun los que estuvimos en contacto con él.”

XV ANGELES DE LA MUERTE

“Cuando el mundo estaba por hacerse, brillaba ya, extrañamente, en los ojos de Jacobo Fijman. Pero el mundo crecía en Uriff, su aldea natal, en Besarabia. Crecía con violencia, lleno de fraude, de persecuciones antisemitas y de fuego. Era un infierno. Y huyendo de ese infierno la familia Fijman llegó a la Argentina cuando aquel tenía cuatro años. Aquí, en su patria definitiva, Jacobo Fijman se halló consigo mismo, con su propia batalla. Realizó todos los oficios. Fue peón, vendedor ambulante, corredor, profesor de francés, violinista itinerante, merodeador de restaurantes en los que se tiraba la comida, visitador de barcos y panaderías en los que sus ojos quedaban inmóviles a la espera de una ayuda.
“En esa completad en la que se cubría el espectro de sus necesidades, también fue poeta. Fue el Tenebroso, el Viudo, el Desconsolado, el Príncipe de Aquitania y el de la Torre Abolida, como dirá Gerard de Nerval, autodefiniéndose en ‘El desdichado’. O como dirá Fijman de sí mismo en el poema ‘Cena’, de ‘Molino rojo’: ‘Fui un desaparecido, el más ausente / el juntador de formas.’ Para él también brillará el Sol Negro de la melancolía, ese sol que lo llevará al Hospicio de las Mercedes, el feroz manicomio en que vivirá 27 años sumergido con su poesía y sus fantasmas.
“Allí, en ese infierno donde lo visitaba, perderá el brillo de sus ojos, la melana romántica que lo adornaba en su juventud, el rostro radiante y la carcajada fácil que le afloraba ante el asombro. Allí, extraviado, hundido para siempre en el olvido, buscará inútilmente sus raíces, sus lágrimas, ya secas. Sus razones y la razón de sus sueños diluidos en la innumerable noche de la ausencia.”

(“Fijman, poeta entre dos vidas”, Juan-Jacobo Bajarlía, Ediciones De La Flor, 1992)

miércoles, 19 de agosto de 2009

"Puerca tierra", de John Berger


Miércoles 19 de agosto
Novela: “Puerca tierra” (1976)
Autor: John Berger
Ganadora: María Suárez



“–Escribir y pintar no son cosas tan diferentes. Sus libros están llenos de pintura.
–No creo que la pintura esté tan presente en mi escritura. Lo que sí está presente es lo visible, y lo visible es también el tema de la pintura. Lo visible es esa flor, la luz que le acaricia la oreja; se trata de algo esencial en mi escritura. Cuando comienzas a descubrir lo visible con tus ojos y con tu imaginación, que es, por cierto, lo que haces al dibujar, sobre todo si se trata de algo natural, como el ser humano, la geología, una flor, una colina, un paisaje, un animal, cuando empiezas a mirar esas cosas te haces consciente del orden increíble y de la complejidad que encierran. No sólo su apariencia, sino también su estructura te llevan a pensar que han sido creados. Y por tanto, hay una conexión entre la creación con “C” mayúscula y el modesto acto de crear. Creo que ésta es la razón principal por la que lo visible es tan importante en mi escritura. Y es también el motivo por el que al escribir una historia la concibo como si fuera un objeto, como una piña, como un iris, como un pájaro. Concibo mis historias como objetos visibles.”

“La actual tiranía impone el caos económico, delimita nuevas fronteras y elimina toda oposición llamándola terrorista.
“Quiero al menos decir algo del sufrimiento que existe hoy en el mundo.
“La ideología consumista, que se ha vuelto la más poderosa e invasiva del planeta, nos quiere persuadir de que el dolor es un accidente, algo contra lo que nos podemos asegurar. Esta es la base lógica de la falta de compasión de tal ideología.
“(...)
“Escribo en la noche, pero no sólo miro la tiranía. Si así fuera, probablemente no tendría el valor de continuar. Miro a la gente dormir, agitarse, pararse a beber agua, susurrar sus proyectos o sus miedos, hacer el amor, rezar, cocinar algo mientras el resto de la familia duerme, en Bagdad y en Chicago. (Sí, miro también a los siempre invencibles kurdos, 4 mil de ellos gaseados por Saddam Hussein con la complacencia de Estados Unidos.) Miro a los reposteros y cocineros que laboran en Teherán y a los pastores durmiendo al lado de sus borregos en Cerdeña -se pensaba que eran bandidos. Miro a un hombre en el barrio Friedrichshain en Berlín que se sienta en pijama con una botella de cerveza a leer a Heidegger -tiene las manos de un proletario-; veo una barca de inmigrantes ilegales arribando a la costa española cerca de Alicante; veo a una madre en Malí, se llama Aya, que significa nacida en viernes, arrullando a su bebé para que duerma; miro las ruinas de Kabul y a un hombre que va camino a casa y sé que pese al dolor el ingenio de los sobrevivientes sigue intacto, un ingenio que pena y recoge energía, y en la incesante entereza de ese ingenio hay un valor espiritual, algo parecido al Espíritu Santo, esta noche estoy convencido de ello, aunque no sé bien por qué.

“(…)
“El siguiente paso es rechazar todo el discurso de la tiranía. Sus términos son una mierda. En sus pronunciamientos interminablemente repetitivos, en sus anuncios, en sus conferencias de prensa y en sus amenazas los términos recurrentes son: democracia, justicia, derechos humanos, terrorismo. En el contexto cada una de estas palabras significa lo opuesto de lo que alguna vez significaron. Han traficado con cada una de ellas y las convirtieron en lenguaje cifrado de pandillas, les fueron robadas a la humanidad.
La democracia es una propuesta (rara vez comprendida) en torno a la toma de decisiones; poco tiene que ver con campañas electorales. Su promesa es que las decisiones políticas se tomarán después y a la luz de la consulta con los gobernados. Esto depende de que se informe adecuadamente a los gobernados de los asuntos en cuestión, y de que quienes toman las decisiones tengan la posibilidad o la voluntad de escuchar o tomar en cuenta lo que escucharon. No debe confundirse la democracia con la "libertad" de escoger de manera binaria, ni con la publicación de las encuestas ni con el apretujamiento de la gente a datos estadísticos. Es esto lo que pretenden que ocurra.”
“¿Dónde estamos?” / John Berger (2002)

martes, 18 de agosto de 2009

"El cid", de Corneille


Martes 18 de agosto
Teatro: “El cid” (1637)
Autor: Pierre Corneille (1606 – 1684)
Ganador: Roberto López Motta



"Una de las más famosas muestras del teatro cargado de normas, de dilemas de honor y de pomposas versificaciones, pero en
general muy poco imaginativo, que caracteriza al francés Pierre Corneille.
El joven guerrero castellano Rodrigo y la dama Gimena están a punto de ser declarados oficialmente novios, pero los padres de ambos estallan en un conflicto por culpa del cargo que el rey entrega a don Diego, padre del primero, en detrimento de don Gómez, padre de la segunda y caballero de gran brío, considerado el mejor guerrero del reino. Don Gómez abofetea a don Diego y éste, demasiado mayor para luchar, encomienda a su hijo Rodrigo que se bata en duelo con el ofensor. El joven Rodrigo mata al famoso guerrero y Jimena, a pesar de seguir enamorada de él, exige al rey que haga justicia y ejecuta al asesino de su padre. El rey parece comprenderla, pero el estallido de una nueva guerra con los árabes provoca que decida enviar a Rodrigo al combate, donde prevé que será más útil. Rodrigo, que no se arrepiente de haber puesto el honor de su familia por delante de su amor, le pide a Gimena que le mate ella con sus propios manos, pero Gimena dice que el rey se encargará de ello.
En la guerra, Rodrigo se gana el temor de los moros y el título honorífico de Cid Campeador y el reconocimiento de los castellanos y de su rey. Cuando Gimena vuelve a pedir la cabeza de su amor, el rey se la niega y le ofrece únicamente la posibilidad de que otro guerrero se bata con él. Gimena elige como su representante a don Sancho, caballero enamorado de ella pero al que ella no ama. En la lucha, el Cid derrota a Sancho pero le perdona la vida. Gimena, que al ver a Sancho vivo cree que Rodrigo a muerto y se echa a llorar, tiene que aceptar ante el rey que sigue loca por su enamorado de siempre, pero sigue negándose a casarse con el autor de la muerte de su padre. El rey insiste en que debe casarse con Rodrigo y como única concesión, le da un plazo de año para que asuma su destino.
La obra está basada en Las mocedades de El Cid, de Guillén de Castro."

(www.shvoong.com.es)

Censura a los Blogs (la nueva quema de libros)

Quiero compartir con Uds y disculpen que esto aparentemente no tiene que ver con la literatura, esencia intima de este blog.
Los cada vez mas habituales casos de censura aplicados y activados por la Corporación de empresas Clarín ha llegado al mundo de los blogs y esto pone en peligro la única alternativa que tenemos los verdaderos hombres comunes para dar a conocer nuestra opinión.
Hace algunas semanas y ocultándose tras la frecuente excusas del "copyright" enjuiciaron y lograron hacer bajar a esta pagina: www.quetepasaclarin.com. Clarín considera que el uso de la palabra "clarín" en un blog comporta el uso ilegal de la palabra del nombre de uno de sus medios.
Dejando de lado lo pueril de el motivo esgrimido la corporación ha dado un mensaje inequívoco a todos los blogueros, de que tienen poder para bajar las paginas que ellos crean conveniente bajar.
Desde todas partes del mundo están llegando a las organizaciones Blogueras Argentinas el repudio a este accionar de la Corporación Clarín, por supuesto esta situación es mantenida oculta con la complicidad de los demás medios, excepto algunos programas de Canal 7 como 6,7,8.
Sin embargo usando los buscadores y poniendo las palabras censura clarín ustedes mismos podrán conocer los casos de censura aplicados por la Corporación.
El mismísimo Director regional de Google para América Latina esta preocupado por la presión legal que esta ejerciendo Clarín sobre su buscador y YouTube para bloquear contenidos que les son adversos.
La Corporación temerosa de perder la hegemonía de la opinión que le dieron varias leyes, base de las cuales es la que les entrego la dictadura militar a cambio de comentar la aparición de cadáveres NN en la pagina de policiales sin preguntarse siquiera de donde venían esos muertos, esta dispuesta a pelear en todos los frentes para seguir controlando el poder en la Argentina.
Por esos Amigos Blogueros yo humildemente les pido que se interesen por este tema,pues hay dos opciones o mantenemos nuestros blogs independientes del poder mediatico u oficial, o la única alternativa de participar sera mandar fotos de las granizadas a TN y su gente.
Personalmente no quiero Internet 2.0 para subir mis fotos al Facebook o hacer de cronista de ningún diario o canal de televisión.
Yo la quiero para tener la esperanza que ni Tinelli, ni Rial, ni Samuel Gelblung van a ser los futuros referentes de mis hijos.
Por eso Muchachos no teman quedarse pegados a un gobierno por defender la Televisión Pública, a la Radio pública o al Canal Encuentro.

Y saben porque.... Se los confieso... Porque entre lo Público y ellos hay algo personal.

Muchas Gracias y disculpen esta sacada de foco.

domingo, 16 de agosto de 2009

Dos Hugos, dos Carlos

A Jorge Borges le gustaba este:

“La alta mujer dolorosa
venía del sur y estaba muerta.
El cansancio era dueño de su voz
cuando presenciaba la esperanza
creciendo hacia las tardes
en cuya luz indescifrable
el solitario anhelo perduraba
como un reino sin púrpura ni cetro.
Alguien la empobrecía desde lejos.
Ignorando las llaves
que franquean las ricas esperas
y los mecidos cielos,
tal vez era la sombra de una antigua delicia.
Las manos, las manos olvidadas,
las unidas y suaves perdiciones
y los queridos ojos sin codicia,
que ganaban y perdían el mundo,
serenos, y sabiendo.
Recuerdo aquella voz apenada y amiga,
y la ciudad, de pronto, incierta y decaída
bajo un cielo gastado y entre adioses.
Entonces parecía que cesaba una música.
La alta mujer, la rosa desganada,
tal vez aquella tarde
miraba desde un tiempo recóndito y futuro,
y un lúcido silencio se volvía,
un desierto esplendor, un descuidado mundo.
Para que la tristeza tuviera un hombre
yo me ofrecí a esa luz cordial, a esa callada.” (1)

El poema se llama “Ultimas tardes” y pertenece a Carlos Mastronardi, el poeta entrerriano tan amigo de Borges. Así cuenta don Jorge Luís sobre esa amistad:

“Mastronardi es uno de los primeros escritores que yo conocí cuando volví de Europa, al cabo de una larga ausencia, el año 1921. Nos hicimos muy amigos. Y él me dijo después que él en primer término había buscado mi amistad porque sabía que otro poeta entrerriano, Evaristo Carriego, había sido muy amigo de nuestra casa. De modo que lo que él buscaba en mí, al principio, era una suerte de reflejo de Carriego, ya que yo, siendo chico, lo había conocido a Carriego, pues habíamos compartido el mismo barrio, las orillas de Palermo (de ese Palermo cuyos guapos y cuyos conventillos él cantó en ‘La canción del barrio’ y en ‘El alma del suburbio’). Pero, después, ya encontramos otros temas en común. Nos hicimos muy amigos y nos dimos al curioso vicio de descubrir la ciudad de Buenos Aires. De suerte que yo recuerdo muchas noches y muchas madrugadas pasadas con Carlos Mastronardi, desflorando los fondos de Palermo, el bajo de Saavedra, el barrio de la Chacarita, el puente Alsina, las largas y apacibles calles de Barracas, y discutiendo siempre sobre problemas estéticos, ya que la poesía era nuestra pasión. Felizmente, no estábamos del todo de acuerdo: podíamos discutir, siempre amistosamente, se entiende. (…) Con Mastronardi tengo una amistad de tipo peculiar, porque es una amistad que puede prescindir de la frecuentación. Vivimos cerca uno de otro, él vive en el hotel Astoria, en la avenida de Mayo. Podemos pasar meses enteros, muchos meses, sin vernos, aunque ahora nos vemos en la Academia Argentina de Letras, pero eso no significa que nuestra amistad haya disminuido en modo alguno. (…) El caso de Mastronardi me parece raro en la historia de la literatura, porque, aunque ha publicado varios volúmenes, y últimamente un admirable libro de recuerdos titulado ´Memorias de un provinciano´, él sigue siendo una suerte de homo unius libri, (hombre de un solo libro): él sigue siendo autor de ese poema dedicado a Entre Ríos, a la nostalgia de Entre Ríos. Y yo diría que una de las razones que hacen que Mastronardi viva, solitario y noctámbulo, en Buenos Aires, es que en Buenos Aires puede sentir mejor la nostalgia de su Entre Ríos, que él quiere tanto.” (2)

En estos últimos años, a su vez, se publicó un libro sobre Borges recopilado de los papeles dejados por Mastronardi. De allí (de un extracto que encontré en el sitio de La Nación), copio este fragmento:

“El interés que en él despiertan los libros, nada tiene de sistemático. No se somete al orden sucesivo que fijó el autor, sino que saltea páginas o vuelve sobre las ya leídas, según las exigencias de su curiosidad y de su gusto. Se detiene aquí y allá, retoma la marcha y a veces prescinde de algunos capítulos, pues su naturaleza le impide hacer de la lectura una grave ceremonia, y mucho menos un deber fríamente impuesto a su espíritu. Quizá no leyó todo el Quijote; quizá no leyó todas las cláusulas y períodos que integran El mundo como voluntad y representación, pero vuelve siempre a esas obras, con las cuales mantiene íntimo trato desde sus años mozos. A lo largo de lustros y decenios, muchas noches lo vieron repasar las páginas de aquellos libros que, si ya no le traen sorpresa, hoy como ayer responden a sus apetencias profundas. Regresa a los pasajes o las líneas que lo tocan de manera esencial. No asume la obligación, pongamos por caso, de estudiar todo Berkeley, todo Hume o todo Carlyle, pero siempre está con ellos. Por lo demás, Borges separa con prontitud lo principal de lo accesorio. Su agudeza inquisitiva le permite discernir y desprender, aun de los textos más farragosos, la virginal riqueza que nos traen. Esta pericia de rastreador merece destacarse; es sabido que muchos lectores se pierden en la maraña de frases digresivas y de proposiciones incidentales que acumulan filósofos y ensayistas.
“Respecto de las novelas, Borges estima que, a diferencia de las narraciones breves, son obras para entrar y salir, pues en ellas importan los quietos caracteres o los graduales ambientes, no los hechos que se precipitan hacia un fin determinado. El deleite que encuentra en Proust y en Joyce es de tal índole que no puede seguirlos con el solo afán de informarse acerca de ellos, como si fueran dos objetos de solemnes estudios monográficos. Borges los llama y convoca desde su propia intimidad, sólo atento al noble agrado que le dispensan. De ahí que pueda hablar de estos escritores y de muchos otros, clásicos o modernos, con la misma soltura con que habla del reciente acto literario o del amigo con el cual acaba de encontrarse.”
Y también había incursionado en el tango el poeta. Encontré esto:

Sabor de Buenos Aires
[Tango, 1966]
Letra: Carlos Mastronardi
Música: Miguel Caló

Anduve solo y perdido
en la neblina del barrio.
Cuando en cada café y en cada esquina
se me ganaba al corazón un tango.
Buscando sabor de Buenos Aires
pasé por unas calles que hoy cambiaron
y en los mismos cafés vi hombres solitarios
que de su juventud vinieron con sombreros,
y así nomás quedaron
leyendo un viejo diario.
Sentí todo el sabor de Buenos Aires
llegando del pasado
caminando por las calles de recuerdos palpitantes
y en un umbral, sentado, igual que antes
oyendo un viejo tango,
vi un hombre silencioso;
callado, parecía misterioso
cantando, era el patrón de Buenos Aires.
Carlos Mastronardi, a todo esto, es uno de los dos autores leídos esta semana en Parrafus. Sí, dos. Solamente dos en este nuevo agosto agostado.
(El fin de semana pasado ironicé con que hubo tres escritores en los cinco Párrafus. Esta semana, el Señor me castigó y apenas tuvimos dos.)
El lunes, de acuerdo a lo anunciado en el final de la semana anterior, Hugo estuvo ausente. Y la semana que se inició el martes con “Luz de provincia”, del poeta entrerriano, se cerró el miércoles con la novela del otro Carlos (Gamerro), “La aventura de los bustos de Eva”. Después, jueves y viernes, programas grabados –demasiado recientes, por cierto (“¡Producción!”).
Se lo había escuchado un tanto opaco a nuestro conductor el miércoles, y él mismo contó que no se sentía bien de la gola. Agradeció, también, que Julián Sánchez, el profe de Témperley, interrumpiera a los 28 segundos la lectura de la novela de Gamerro. Sin embargo, sostuvo después una clara y sustanciosa charla con el autor, que contó algunos pormenores acerca de su extraña obra…
Pero acerca de las reiteradas faltas de Hugo, debo hacer un mea culpa.
Quizá excesivamente confiado en la llegada de este Blog (lo cual se agradece), el susodicho tuvo la idea de avisar mediante un mail a nuestra redacción que el jueves no concurriría a hacer el programa, y que quizá el viernes tampoco. Pero hete aquí que, por una serie de dificultades, compromisos y sinsabores, en esta semana apenas pude asomarme a mi casilla, brevemente, cuando esa intención de dar aviso desde aquí ya era imposible. (Se habrá notado que tampoco me hice presente en el Blog, ni siquiera con mis breves sinopsis del último tiempo. Para el triunfo de Julián, quien la última vez había ganado con “La aventura de un fotógrafo en La Plata”, se me ocurrió un buen título: “Las aventuras de Julián Sánchez” o “Julián Sánchez, el aventurero”, pero no tuve oportunidad de aprovecharlo.) En lo que sí puedo cumplir todavía es en hacer el desafortunado anuncio de que este próximo domingo-lunes (hoy) tampoco habrá Parrafus, esta vez por un viaje de nuestro conductor -a quien suponemos, por otra parte, ya repuesto de su disfonía. Por tanto, el augusto certamen sería retomado recién en la trasnoche del lunes. Por ahora, en los escasos siete juegos del mes, saludablemente tuvimos siete ganadores distintos -incluido uno nuevo.
A propósito, no se dijo todavía que con la poesía de Mastronardi volvió a ganar después de un tiempo (después de lo castrante que le resultó “El eunuco”, dijo Mario) el humilde Mario Tsolakian. A este apreciado compañero oyente le comunico que, con esta, llega a su decimosexta victoria del 2009, con lo cual queda cumplido su modesto deseo de igualar su marca del año pasado. ¡Pero todavía falta alcanzar y superar a la Cornejo, Mario, mi pollo! ¡Vamos todavía!

Estuve leyendo sobre Carlos Gamerro, a quien solo conocía de nombre por su novela “Las islas”. Y sobre “Las islas”, sabiendo que trata el tema de las Malvinas, siempre pensé que sería una cosa testimonial y bienhechora. Pero parece que no. Parece que se acerca más a “Los pichyciegos”, de Fogwill, que a “Iluminados por el fuego”, por ejemplo… Aunque, en realidad, creo que no hay muchos más ejemplos de ese tema. Creo que se escribió poca ficción al respecto, menos de la poca que se escribió sobre los años del proceso y sus alrededores.
Y después resulta que el tal Gamerro tiene esta “La aventura de los bustos de Eva”, un verdadero desaforamiento. Ya por lo que recordaba Julián en su charla con Hugo y el autor (algo acerca de un gerente que aprueba o no a los postulantes de acuerdo a la acogida que ofrezcan a un dedo de bronce), ya desde ahí me pareció que este Gamerro tiene, por lo menos, imaginación, algo escaso en otros novelistas de su camada, tan “escritores” ellos.
Copio una reseña que encontré por ahí.

“Fausto Tamerlán, presidente de Tamerlán e hijos, ha sido secuestrado por Montoneros, quienes entre otras exigencias han puesto la de colocar un busto de Eva Perón en cada oficina de la empresa – noventa y dos bustos en total. El encargado de adquirirlos será el jefe de compras Ernesto Marroné, quien muy pronto advertirá que hacerse de los bustos, lejos de ser un trabajo de rutina, es una misión sólo apta para ejecutivos de talla heroica. Pero Marroné, devoto lector de Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, El samurai corporativo y otros libros de autoayuda y gestión empresarial, se siente el hombre providencial capaz de llevar a buen término la difícil misión, salvando a su presidente y así ascendiendo varios puestos en la resbaladiza pirámide del poder empresario.
“La búsqueda de los bustos lo llevará, en un periplo entre picaresco y heroico, por los distintos ámbitos – desde la empresa a las fábricas sublevadas y al corazón de las organizaciones guerrilleras - de una Argentina que todavía se debate entre las amenazas de la dictadura y las promesas de la revolución. Al calor de los acontecimientos, e inspirado y fortalecido por la lectura de su nuevo libro de cabecera, Don Quijote, el ejecutivo andante, Marroné llegará a verse como un moderno caballero con una misión trascendental: penetrar el misterio de esa figura mítica llamada Eva Perón. Porque un ejecutivo andante también necesita de una dama a la cual servir, una dama que entre otras cosas le enseñará que “todos, en esta vida, tenemos nuestro 17 de octubre.” Marroné está convencido de que el suyo está golpeando a las puertas y llegará cuando resuelva el misterio de Eva Perón, cifrado en esos bustos que tan esquivos se le han vuelto.
“Volviendo sobre historias y personajes de su novela Las Islas, Carlos Gamerro ofrece en La aventura de los bustos de Eva un libro absolutamente original que, a partir de una prosa satírica, inteligente y ácida, propone una mirada dislocada sobre el pasado argentino reciente.
(…)
“Egresado de Letras de la UBA, docente y traductor, el autor afirma con esta novela un proyecto narrativo sólido, que se inició con Las Islas y continuó con El sueño del señor juez (2000) y El secreto y las voces (2002). Mucho del delirio, el derroche y la sátira de Las Islas se retoma en esta novela, aunque enfocado ahora en temas que tensionan más provocativamente el horizonte de lectura: los montoneros, Eva Perón y su fusión en la "Evita montonera". La novela comienza con un prólogo engañoso: el protagonista Ernesto Marroné, ejecutivo de la constructora Tamerlán, descubre un póster del Che Guevara en el cuarto de su hijo y decide "que el momento de hablar de su pasado guerrillero había llegado". Descrito con todas las marcas estereotipadas del ejecutivo de los noventa (residencia en un country, práctica de golf, educación en el St. Andrew´s, pasado de rugbier), Marroné encarna a un pusilánime bovarista que conduce su vida según los dictados del libro Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, de Dale Carnegie, y otros volúmenes de autoayuda y gestión empresarial tales como Don Quijote, el ejecutivo andante o El samurai corporativo. Su "pasado guerrillero" no es más que la broma anticipatoria con la que nos recibe la novela; Ernesto Marroné es el blanco perfecto sobre el cual volcar una larga aventura en una fábrica tomada, en la que se involucra por azar, y su progresiva fascinación por Eva Perón. La hora del "heroísmo" le llega a Marroné cuando debe hacerse cargo de la última exigencia de los montoneros para liberar al gerente, Fausto Tamerlán: colocar en cada una de las noventa y dos oficinas un busto de Eva. En el contexto de los años previos al golpe, su búsqueda se convierte en un calvario similar al del pobre Cándido de Voltaire: la yesería a la que acude por el pedido es tomada por los trabajadores, bajo la coordinación de montoneros. Lo retienen como rehén junto al resto de la gerencia y en las largas horas de cautiverio, asiste a una descontrolada fiesta de alcohol y prostitutas que los sindicalistas corruptos facilitan a sus jefes. Liberado de ese sector, intenta reanimar a los administrativos con sus inefables técnicas de autoayuda, pero provoca una decadente rebelión de oficinistas. Más tarde, se "proletariza", logra pasar por dirigente montonero y resuelve patéticamente las riñas de la toma. Escapa de la represión policial, se esconde en una villa y finalmente se topa por azar con la "Fundación de Ayuda Sexual Eva Perón", donde varias decenas de símiles de Eva deleitan a los clientes. Entre los varios aciertos de la novela, se encuentran las prácticas lectoras de Marroné, dado que sus reacciones catárticas son la clave de su posterior fascinación por Eva. Porque Marroné, que comienza el periplo sin ningún interés particular por los bustos, durante la toma se topa con una fotonovela, "Evita montonera", y cae presa del relato. El poder que irradia el mito peronista captura incluso a un yuppie "apolítico" y es tan prolífico que permite que se lo someta a las más torcidas lecturas. Para Marroné, Evita es "la mujer-samurai" y un modelo de liderazgo que daría motivo al libro Eva Perón en la empresa. Sus ideas ridículas ilustran, con óptica exacerbada, los usos y la mecánica de los mitos en la Argentina. Por otro lado, como ya sucedía en Las Islas, aparecen en esta novela escenas antológicas en donde lo sexual desborda, explota desmesuradamente, condensando una clave, a su vez, sobre las relaciones de poder. A la inicial escena en la que Tamerlán veja a un azorado Marroné (una particular forma de capturar el "alma de sus empleados"), le sigue, ya hacia el final, el recorrido por la Fundación de Ayuda Sexual Eva Perón, un prostíbulo "temático" donde altos ejecutivos, militares y en menor medida sindicalistas nostálgicos van no sólo a saciar apetencias sexuales sino también a expiar la intensa pervivencia del mito. Las palabras que Gamerro pone en boca del guía del prostíbulo arriban a una maravillosa síntesis, la que cifra en clave sexual las esquirlas que el peronismo desperdigó y que aún punzan sobre los cuerpos: "Acá, en general, vienen dos clases de personas. Están los que vienen a humillarla, y están los que vienen a dejarse humillar por ella". Mientras este tratamiento de Eva continúa y extrema una línea rastreable en obras de Copi, Leónidas Lamborghini o Néstor Perlongher, la desacralización de la figura del militante a través de la risa es, paradójicamente, una de las propuestas más serias y actuales de la novela. La risa confronta al lector con sus propios límites y lo fuerza a preguntarse por los fundamentos de esos límites. Algunos considerarán que la militancia armada de los setenta no es tema de bufonada; otros, que Eva Perón no es motivo de sátira. Pero La aventura de los bustos de Eva, en su vivisección de mitos operantes y en su desacralización de figuras hiperbólicamente canonizadas o denostadas, propone un efectivo lenguaje literario que se le anima, al menos, a dos fantasmas que todavía se entrometen en la lectura de esos años: la culpa y el mensaje, acaso involuntario, del miedo.” (3)

Debe estar cara todavía esta novela, si no me la compraba. Y ¡qué picardía! Julián Sánchez, que ya la tiene, se la ganó la otra noche. ¿No me hacés precio, Julián?

Reservé para el final algo más sobre Carlos Mastronardi. Esto lo copio de un libro de Luis Gregorich, otro de aquellos valiosos hombres de Humor. El volumen se titula “Tierra de nadie”. Es una recopilación de artículos y reseñas sobre libros, autores y diversos asuntos culturales. El subtítulo es “Notas sobre literatura y política argentinas”. Está editado en 1981 por la editorial Mariano Moreno, que, a juzgar por el logo en la tapa, tenía que ver con el conocido Instituto Superior Mariano Moreno. Lo encontré hace un par de años en la librería “De las luces”, de avenida de Mayo casi Bernardo de Irigoyen.
Copio la primera parte del artículo titulado “Un caballero rural en Buenos Aires (A propósito de la muerte de Carlos Mastronardi)”, donde se cuenta la característica del poeta que más me gustó conocer.

“Ahora será fácil evocarlo como un dulce poeta angélico, como un provinciano tempranamente demorado en Buenos Aires, con su blanco rostro clownesco que animaba la silenciosa comedia de la noche porteña. Será fácil escudarse en la anécdota: recordarlo en las interminables tertulias del Tortoni, o cruzando cansinamente, a la madrugada, la avenida de Mayo para irse a dormir -como los actores y las coristas- hasta las dos o tres de la tarde, cuando el sol empezaba a ser menos crudo. Pero también otra imagen es lícita: una cortesía perversa, un temible candor eran capaces de clavar rotundos alfileres en la piel del mundo y de los seres que lo rodeaban. Ni siquiera sus mejores amigos -ni el amigo que él, sin duda, más quería- quedaban a salvo de algunos chistes atroces. Poseía la mayor destreza para profesir ciertos elogios que terminaban por devastar al destinatario: aquel poeta sobresalía por su “recatada imaginación”, aquel otro ensayista se destacaba por su “ingenio cauteloso”… Ni angelismo ni malignidad: sólo una acerada inteligencia poco común en estas playas pródigas en efusión sentimental.
Carlos Mastronardi había nacido en Gualeguay (Entre Ríos) el 7 de octubre de 1901. Su padre era agrimensor y amante de la matemática: ahí habrá que arraigar la pasión por la exactitud del futuro poeta. Hizo su bachillerato en el tradicional Colegio Nacional de Concepción del Uruguay; los estudios de abogacía en Buenos Aires hubieron de ser previsiblemente abandonados. En su provincia, se hizo precozmente amigo de Juan L. Ortiz; mientras éste hasta hoy sigue siendo fiel a Entre Ríos, Mastronardi se radicó en la capital Federal ya a comienzos de la década de 1920, y rápidamente se integró al grupo de la revista Martín Fierro, aunque sin ser nunca uno de sus militantes asiduos. Allí comenzó su larga amistad con Jorge Luís Borges.
“En 1926, el gran año de la literatura argentina, publicó su primer libro: “Tierra amanecida”, en cuyos bucólicos y tersos poemas vibraba una reacción antimodernista y una afinidad con el estallido metafórico del ultraísmo. De 1930 data su segunda obra, “Tratado de la pena”, que él mismo retiró de circulación inmediatamente. En 1937 publicó su mejor colección de poemas: “Conocimiento de la noche”, al que pertenece “Luz de provincia”, su clásica pieza de antología con el inolvidable final:

“Este ocaso confunde mis tiempos. Vuelve un canto
siempre dulce. La dicha se parece a esta ausencia.
Quedo en la brisa, tierno de campo, libre, oscuro.
Una vez yo pasaba silbando entre arboledas.”

(…)

También me gustó esta frase de Mastronardi, encontrada por ahí:

"La poesía lírica, para muchos de sus cultores locales, excluye todo plan y no supone sacrificio alguno. Permite seguir la línea del menor esfuerzo: todo consiste en dejarse llevar”

Ahora, por mi parte, siendo las tres de la madrugada del domingo, faltándome cuatro horas todavía para terminar mi guardia, dejo esto acá y, disimuladamente, sentado entre mis monitores vacíos, mientras espero que a las imágenes externas las llene la anunciada lluvia, voy a dejarme llevar hasta las siete -o hasta que me sorprenda el encargado- por la cabalgadura del sueño.
Buenas noches.
Buenos días.


(1) “Conocimiento de la noche”, 2ª edición -definitiva-, Raigal, 1953
(2) “Siete conversaciones con Jorge Luís Borges”, Fernando Sorrentino, Casa Pardo, 1973
(3) Soledad Quereilhac, La Nación, 28 de noviembre 2004.

jueves, 13 de agosto de 2009

Ámame eternamente, y vamos viendo

 ¿Queremos estar en pareja o deseamos ser amados?

Si usted es perdidamente romántico, cree en el amor para toda la vida, y por tanto quiere estar en pareja, o por eso mismo huye de un compromiso estable, muy bien. No obstante, a veces nos sentimos encerrados en esa idea y mejor planteamos ser amigovios,un matrimonio de cada uno en su casa, o a ver qué inventamos.
Ya sea que estemos demasiado jóvenes para un vínculo sentimental tan serio, o muy adultos para eso mismo,o entrando en una relación o en un divorcio, siempre necesitamos una palabra de consuelo, una orientación.
Y ahí es donde este libro se perdió.
No pretendemos explicar la historia de la pareja (bastante difícil es entender qué hacemos con/contra la nuestra); más bien nuestra intención es mostrar cuando nosotros no nos ayudamos, por así decirlo.
Esta publicación lo que más quiere ser es un espejo. Por eso trae tantos ejemplos, muchos diálogos y ¿sabiduría?
Sí, la sabiduría de los espejos. La de uno bueno, eso sí, porque nos esmeramos.

Aceptémoslo, aunque a veces queramos escapar del amor, al hallarlo nos sentimos en un oasis en medio del desierto; no importa si no sabemos qué hacer con los camellos.

México, Editorial Grijalbo

Leed partes de este libro:



domingo, 9 de agosto de 2009

Molière y El burgués gentilhombre

Comedia en cinco actos y en prosa. Estrenada en 1670.
Las cosas han cambiado (algo), pero la canción sigue siendo la misma (Led Zeppelin).
La pacateía ahora se viste en signos monetarios, en vez de refinamiento de formas. Un leve detalle, posmo.
En esta pieza, Monsieur Jourdain es el burgués que quiere convertirse en aristocrata, de allì los servicios de un filósofo.
Quizá una buena aproximación, haya sido el personaje del inolvidable Toto Paniagua, caracterizado por Ricardito Espalter.
Pero, vamos con las letras del siglo XVII.
Porque somos osados, y tanto va el cántaro a la fuente, que en una de esas aparecemos en la época Cervantina.
Algo así como Douglas y Tony en El Túnel del Tiempo ..


JOURDAIN. -Ahora es preciso que os haga una confidencia. Estoy enamorado de una dama de la mayor distinción, y desearía que me ayudarais a redactar una misiva que quiero depositar a sus plantas.

FILÓSOFO
. -No hay inconveniente.

JOURDAIN
. -Será una galantería, ¿verdad?

FILÓSOFO
. -Sin duda alguna. ¿Y son versos los que queréis escribirle?

JOURDAIN. -No, no; nada de versos.

FILÓSOFO. -¿Preferís la prosa?

JOURDAIN. -No. No quiero ni verso ni prosa.

FILÓSOFO
. -¡Pues una cosa u otra ha de ser!

JOURDAIN. -¿Por qué?

FILÓSOFO
. -Por la sencilla razón, señor mío, de que no hay más que dos maneras de expresarse: en prosa o en verso.

JOURDAIN. -¿Conque no hay más que prosa o verso?

FILÓSOFO. -Nada más. Y todo lo que no está en prosa está en verso; y todo lo que no está en verso, está en prosa.

JOURDAIN. -Y cuando uno habla, ¿en qué habla?

FILÓSOFO. -En prosa.

JOURDAIN. -¡Cómo! Cuando yo le digo a Nicolasa: "Tráeme las zapatillas" o "dame el gorro de dormir", ¿hablo en prosa?

FILÓSOFO
. -Sí, señor.

JOURDAIN. -¡Por vida de Dios! ¡Más de cuarenta años que hablo en prosa sin saberlo! No sé cómo pagaros esta lección... Pues lo que quisiera decir en esa carta es esto: "Linda marquesa, vuestros hermosos ojos me hacen morir de amor". Esto, pero redactándolo con galanura… dándole una vuelta, un giro gracioso.

FILÓSOFO
. -Podéis agregar que el fuego de sus ojos reduce vuestro corazón a cenizas, que sufrís día y noche las violencias de un...

JOURDAIN. -No, no, no; nada de eso. No quiero decirle más que lo que os he dicho: "Linda marquesa, vuestros hermosos ojos me hacen morir de amor".

FILÓSOFO
. -Es necesario estirar eso un poco...

JOURDAIN
. -Os repito que no. No quiero escribir más que esas palabras, pero dándoles una forma elegante... Id redactando de diversas maneras para que yo vea ... Os lo ruego.

FILÓSOFO
. -Puede redactarse primeramente como vos habéis dicho: "Linda marquesa, vuestros hermosos ojos me hacen morir de amor". O bien: "De amor morir me hacen, linda marquesa, vuestros hermosos ojos". O de este otro modo: "Vuestros ojos hermosos, de amor me hacen linda marquesa, morir". O en esta forma: "Morir, vuestros ojos, linda marquesa, de amor me hacen". O diciendo: "Me hacen vuestros ojos hermosos morir, linda marquesa, de amor".

JOURDAIN
. -Pero de todas esas maneras, ¿cuál es la mejor?

FILÓSOFO. -La que vos habéis dicho: "Linda marquesa, vuestros hermosos ojos me hacen morir de amor".

JOURDAIN.
-¡No he estudiado y, sin embargo, acierto al primer golpe!...
(Burgués y agrandado, M.Jourdain, todo un nuevo rico ..)