miércoles, 31 de marzo de 2010

Repaso final de Ininterruptus XV

Miércoles 10 de junio de 2009
Teatro: “¿Quién es Sylvia?”
Autor: Terence Rattigan
Ganador: Nadie
Premio: Nada
Reiteración del autor: Nunca

TERENCE RATTIGAN - Inglés de origen irlandés, estudió en Harrow y en el Trinity College de Oxford; sus obras suelen suelen describir ambientes de clase media inglesa. En 1936 logró su primer éxito como comediógrafo en Londres con El francés sin esfuerzo, y a partir de entonces estrenó habitualmente comedias y dramas durante veinte temporadas seguidas. Sus piezas se caracterizan por poseer un culto y elegante diálogo y una impecable construcción. Destacan El chico de los Winslow (1947), premio de la asociación de críticos de Nueva York, La versión de Browning (1949), ambas llevadas al cine por Anthony Asquith; Mesas separadas (1956), también adaptada al cine en 1958, y Ross (1961). Rattigan también trabajó como guionista cinematográfico (Mesas separadas, 1958; Adiós, Mr. Chips, 1969; El Rolls Royce amarillo, 1964 etcétera). Su Teatro completo se publicó en 1954 y en 1971 le fue concedido el título de sir. No se casó, era un homosexual sin relaciones estables. Durante un tiempo fue el dramaturgo mejor pagado del mundo y uno de los más populares. Murió de cáncer a los sesenta y seis años.
Obra dramática
• 1934 First Episode
• 1936 French Without Tears
• 1939 After the Dance
• 1940 Follow My Leader
• 1940 Grey Farm
• 1942 Flare Path
• 1943 While the Sun Shines
• 1944 Love in Idleness
• 1946 The Winslow Boy
• 1948 Harlequinade
• 1948 Playbill
• 1949 Adventure Story
• 1950 A Tale of Two Cities
• 1950 Who is Sylvia?
• 1952 The Deep Blue Sea
• 1953 The Sleeping Prince
• 1954 Separate Tables
• 1958 Variation on a Theme
• 1960 Ross
• 1960 Joie de Vivre
• 1963 Man and Boy
• 1970 A Bequest to the Nation
• 1973 In Praise of Love
• 1976 Duologue
• 1977 Cause Célèbre

jueves, 25 de marzo de 2010

Repaso final de Ininterruptus XIV

Martes 28 de abril de 2009
Poesía: “El árbol”
Autor: Ilya Ehrenburg
Ganador: Nadie
Premio: Nada
Reiteración del autor: Nunca


Iliá Grigórievich (Gírshevich) Erenbúrg (ruso: Илья́ Григо́рьевич (Ги́ршевич) Эренбу́рг) (Kiev, 27 de enero de 1891 – Moscú, 31 de agosto de 1967) fue un escritor y periodista soviético de familia judía. Publicó poemas, cuentos, libros de viaje, ensayos, y varias novelas.
Por su temprana participación en el movimiento revolucionario fue arrestado durante cinco meses y expulsado del sexto grado del Gymnasium (centro de educación secundaria) en que estudiaba en Moscú. Participó en el movimiento estudiantil de la Universidad de Moscú durante la revolución de 1905, en compañía de su amigo Nikolái Bujarin. Emigró a París en 1908 y allí empezó a escribir poemas, bajo la influencia de las obras de Paul Verlaine, Francis James y Konstantín Bálmont, y además se hizo amigo de Picasso, Apollinaire y Fernand Léger.
Durante la Primera Guerra Mundial Ehrenburg fue corresponsal en el frente. Su poema Rezo para Rusia, fue publicado en 1917. Después de volver a su país de origen, vivió en Kiev (donde trabajó como profesor), Járkov, Kerch, Teodosia y Moscú. También viajó a Georgia con Osip Mandelstam. Por ese entonces mantenía una amistad con Vladímir Mayakovski, Marina Tsvetáyeva, Sergéi Yesenin, y Borís Pasternak, quien leería sus poemas. Más tarde Ehrenburg criticaría la famosa novela de Pasternak Doctor Zhivago por considerarla falsa. Fueron sonados sus romances con Liselotte Mehr y Jadviga Sommer, aunque se casó en 1919 con su prima Liubova Kozintseva, con quien tendría una hija.
Aunque simpatizaba con la revolución, no se sintió a gusto con lo que ocurría en la Unión Soviética y se marchó en 1921. Ese año escribió la que los críticos han juzgado su mejor novela, Julio Jurenito, que ridiculiza al Occidente capitalista y al sistema soviético. Vivió en Berlín y Bruselas y desde 1925 en París.
Al proclamarse la Segunda República Española en 1931 viajó con frecuencia a España como corresponsal y escribió España, república de trabajadores (1932). En el Congreso Internacional de Escritores en Moscú, en 1934, se opuso a las tesis de Máximo Gorki que abogaba por la doctrina del realismo socialista. Durante la Guerra Civil Española fue corresponsal de Izvestia y escribió los libros No pasarán (1936) y Guadalajara: una derrota del fascismo (1937). Estos escritos lo reconciliaron con los comunistas.
Posteriormente escribió La caída de París (1941), La Tempestad (1949), La Novena Onda (1952) y El Deshielo en 1954. Ese año viajó a Chile y visitó a Pablo Neruda, a quien había conocido en París en 1937. Fue además por ese entonces un miembro prominente del Comité Judío Anti-Fascista.
Ehrenburg se convirtió desde 1950 y hasta su muerte en una de las figuras soviéticas más visibles, en diputado del Soviet Supremo y mensajero respetado del estado soviético. En 1952 recibió el Premio Lenin de la Paz. Sin ser nunca miembro del Partido Comunista, se movió libremente y visitó distintos países extranjeros, llevando a cabo misiones culturales importantes en pleno período de la Guerra Fría. Permanece enterrado en el Cementerio Novodevichy.
Obras destacadas
• Las extraordinarias aventuras de Julio Jurenito y sus discípulos (1921)
• 13 pipas (1925)
• Citroën 10 H.P. (1925)
• Una calle de Moscú (1927)
• La vida agitada de Lásik Roitschwantz (1928)
• España, república de trabajadores (1932)
• El día segundo (1934)
• No pasarán (1936)
• Guadalajara: una derrota del fascismo (1937)
• La caída de París (1941)
• La tempestad (1949)
• La novena onda (1952)
• El deshielo (1954)
• En busca de Chéjov (1962)
(www.wikipedia.org)

miércoles, 24 de marzo de 2010

Repaso final de Ininterruptus XIII

Viernes 09 de abril de 2009
Novela: “Les diré que te recuerdo”
Autor: William Peter Blatty
Ganador: Nadie
Premio: Nada
Reiteración del autor: Nunca

William Peter Blatty
William Peter Blatty (7 de enero, 1928) es un escritor estadounidense. Autor de la novela El exorcista y del posterior guión cinematográfico de la película del mismo nombre, ganador de un Oscar al mejor guión adaptado en 1973.
Biografía y carrera profesional
Originario de Nueva York, Estados Unidos. Tiene 3 hermanos, Edward, Maurice y Alyce. Estudió con los jesuitas, a quienes admiraba (esto se refleja en su novela El Exorcista, donde los dos personajes principales son jesuitas).
Blatty escribió los guiones de las siguientes películas:
• Solo contra el hampa (de Frank Tashlin, 1963)
• El nuevo caso del inspector Clouseau (de Blake Edwards, 1964), protagonizada por Peter Sellers.
• Un yanki en el harén (de J. Lee Thompson, 1965)
• Prométele cualquier cosa (de Arthur Hiller, 1965)
• ¿Qué hiciste en la guerra, papi? (de Blake Edwards, 1966)
• Gunn (de Blake Edwards, 1967)
• Ojos verdes, rubia y peligrosa (de Hy Averback, 1969)
• Darling Lili (de Blake Edwards, 1970)
Comenzó a escribir El Exorcista en la década de 1950, tras leer sobre un caso real de posesión satánica que aquejó a un joven de 14 años de Maryland a principios de la década de 1940. Blatty quedó tan intrigado con el fenómeno paranormal que investigó todo lo relacionado sobre éste. En esa época no se conocía mucho, científicamente hablando, acerca de la posesión satánica y del rito del exorcismo. Su novela fue publicada finalmente en 1972 y se convirtió en el éxito de la década.
Blatty fue también productor del filme del mismo nombre, de 1973, dirigido por William Friedkin, en el que participaron Ellen Burstyn, Linda Blair, Jason Miller, Max von Sydow y Lee J. Cobb, entre otros, recibiendo un Oscar por su obra.
Blatty escribió y dirigió The Ninth Configuration (1980) y El Exorcista III (1990), basada ésta en su novela Legión.

(www.wikipedia.org)

“Cuando los ángeles pregunten por ti, les diré que te recuerdo.” Desde mis más lejanos años había escuchado esta frase en los labios de mi abuelo. En árabe adquiría una ternura cautivadora. Apenas dos estrofas de una antigua canción libanesa que seguramente había perdido en su bagaje de inmigrante. Las pronunciaba casi pudorosamente, como un rezo inacabado, lamentación atávica de tanto exilio.
Los años fueron aquietando los recuerdos y en esa duermevela de la mente quedaron refugiados. Un día de mediados de los setenta, en pleno otoño y con la pachorra de la siesta sobre mis hombros, caminaba yo por las calles de Rosario mirando en las librerías aquello que se vendía como oferta.
No sé por qué me detuve en una mesa donde se exhibían libros viejos, justo enfrente de uno que estaba al lado de La Metamorfosis de Kafka. Tenía tapas rosadas y su título hizo un tumulto en mi alma: “Les diré que te recuerdo”, de Wiliam Peter Blatty.
Lo tomé en mis manos temblorosas, pagué los pocos pesos que valía y me senté, conmocionado, en un banco de la peatonal Córdoba a hojear aquel tesoro de tres monedas. Al autor lo conocía por El Exorcista -¿quién no?-, pero en sus páginas me aguardaba la más excepcional biografía de mi abuelo hecho madre de un escritor norteamericano.
De eso trata el libro: una amorosa mujer libanesa que se desangra por el amor a su hijo. Todos los detalles, por nimios que sean, son un calco de la vida y las acciones de ese hombre que fue mi amigo cuando yo no los tenía.
Lo he leído cientos de veces hasta que creí que debía dejarlo descansar junto al sueño del abuelo. Hoy está casi intacto en la mesa de noche de mi madre. Digno lugar para vivificar recuerdos de esa juventud que aún hoy vuelve de paseo y se queda un rato, juguetona, displicente en su sutil melancolía.
Juan José Mestre

(www.rutinasyotrassendas.blogspot.com)

martes, 23 de marzo de 2010

Repaso final de Ininterruptus XII

Viernes 27 de marzo de 2009
Cuento: “Laurette o el sello rojo”
Autor: Alfred de Vigny
Ganador: Nadie
Premio: Nada
Reiteración del autor: Nunca


Conde de Vigny [Alfred Victor]

(Loches, Indre-et-Loire, 1797-París, 1863) Escritor francés. Miembro de una familia de pequeña nobleza arruinada por la Revolución, ingresó en el ejército, donde fue subteniente (1817), teniente (1822) y capitán (1823), grado con el que tomó parte en la campaña de los Cien Mil Hijos de San Luis, sin que su regimiento llegase a pasar la frontera. Decepcionado por su experiencia militar, renunció a la carrera de las armas (1827). Después de la publicación anónima de unos Poemas (1822), su poema Eloa o la hermana de los ángeles (1824) fue bien acogido. Instalado en París (1825), se dedicó plenamente a la literatura.
En 1826 publicó los Poemas antiguos y modernos -entre los que figuraban composiciones de tema bíblico, como Moisés y El diluvio- y Cinq-Mars, primera novela histórica francesa, que obtuvo gran éxito. De este período son asimismo la novela Stello (1832) y Servidumbre y grandeza militares (1835).
También por estos años se sitúa su pasión por la actriz Marie Dorval y su interés por el teatro: tradujo en verso el Otelo de Shakespeare (1829) y escribió el drama en prosa La mariscala de Ancre (1831) y el drama Chatterton (1835).

(www.biografiasyvidas.com)

lunes, 22 de marzo de 2010

Primer día de clases II



















Primero de marzo: un año, nueve meses, siete días, y ya uniformado. Casi un causal de divorcio. ¿O no?

viernes, 19 de marzo de 2010

Don Julio mismo te lo explica, Milagros


El año pasado escribí en este blog y Hugo comentó al aire el problema entre Milagros (mi hija menor) y su profesora de lengua suscitado por el cuento "Casa Tomada " cuyo autor es Julio Cortázar (pueden ver la nota "Ay los pibes?" o escuchar el audio del programa del 21/10/2009, en este blog). A continuación voy a transcribir palabras de Don Julio en donde explica en que se inspiró para escribir dicho cuento:
ACERCA DE "CASA TOMADA"
Mi interpretación de ese cuento te la puedo decir, ha sido dicho ya en otras entrevistas. Es el resultado de una pesadilla. Yo soñé ese cuento solo que no estaban los hermanos, había una sola persona que era yo. Y algo que no se podía explicar me desplazaba poco a poco a lo largo de las habitaciones de la casa hasta hecharme a la calle.
Es decir que había esa senseción que tienes en las pesadillas en que es el espanto total sin que nada se defina, es simplemete el miedo en estado puro. Algo espantoso va a suceder un segundo después y a veces por suerte te despiertas, casi siempre te despiertas antes de que eso se produzca. Bueno, en ese caso era lo mismo: había una cosa espantosa que avanzaba así, entonces yo me iba cerrando barricadas. era preferible ir cerrando puertas, hasta que la última puerta era la calle.
Y en ese momento me desperté, antes de salir a la calle. Me desperté y me acuerdo muy bien que inmediatamente me fuí a la máquina de escribir y escribí el cuento de una sentada.
O sea: esa es mi lectura del cuento. A ver: esa interpretación de que quizás yo estaba traduciendo mi reacción como argentino frente a lo que sucedía en la política no se puede excluir porque es perfectamente posible que yo haya tenido esa sensación que en la pesadilla se tradujo de una manera fantástica, de una manera simbólica.
En realidad, cualquier análisis psicoanalítico de nuestros sueños te demuestra que ese terrible león es tu tía Juanita y que el gato es tu hermana. Cualquiera de las cosas que en la vida real te incomodan. Se crea toda una simbología de sustitución: el sueño sustituye una cosa por otra, te lanza a un mundo de símbolos. Y bueno, hacía falta Freud para explicarlo, y lo que vino después.
Entonces, a mí me parece válido como posible interpretación. No es la mía.
Julio Cortázar.
Fragmento de una revista extraída
de: juliocortazar.com.ar

miércoles, 17 de marzo de 2010

Repaso final de Ininterruptus XI

Viernes 13 de marzo de 2009
Teatro: “La anunciación a María”
Autor: Paul Claudel
Ganador: Nadie
Premio: Nada
Repetición del autor: Nunca

“La anunciación hecha a María” de Paul Claudel

Por Juan Manuel Escamilla

No estamos en el mundo; la
verdadera vida está ausente
Rimbaud

La anunciación hecha a María es un diamante de cuidadísima belleza y Paul Claudel (1868-1955), su autor, un orfebre genial y esmerado. Dramaturgo, poeta, diplomático, Paul Claudel es un personaje que podríamos tildar de discordante. Alcanza las cimas de la literatura moderna tratando temáticas que más se antojan medievales. ¿Qué otra cosa podía esperarse de uno a quien Rimbaud sacó de su ateísmo? Una página de su biografía explica la singular perspectiva de este autor. El joven Paul de dieciocho años acude a la misa de Navidad a Notre-Dame en busca de “un estimulante apropiado y materia para algunos ejercicios decadentes” y, para su sorpresa, recibe en lugar de lo que buscaba, la fe. Tenemos, pues, a un poeta de las vanguardias parnasianas metido a católico, que terminará siendo, en expresión de Mauriac, “un católico que escribe dramas”.
De ahí que sólo si se concibe a Claudel como un asceta sensual, se pueda comprender su Anunciación. Porque ella es un drama místico, a pesar de que su sencillez raye en la ingenuidad, posea el encanto de lo espiritual, de la proximidad de la gente del pueblo al Misterio –lo que, en un erudito como lo fue Claudel, es una virtud–. La trama no tiene sutilezas morales ni maquiavélicas sofisticaciones de salón, más propias de nuestra moderna burguesía . Es todo lo contrario. Quien busque en los personajes de Claudel la precisión psicológica de Dostoievski se verá decepcionado: no pretende tanto retratar lo humano, como exponer dramas humanos en personajes paradigmáticos como hacía el teatro barroco, donde con un personaje se mostraba una virtud humana o un defecto.
La actuación de los personajes está enmarcada en lo cósmico donde cada cosa ocupa su sitio y cada cual, a pesar del pecado, es fiel a su vocación. Así, el constructor de catedrales, a fuerza de levantar casas a Dios ha aprendido que los hombres, como las piedras, no eligen su lugar: “No concierne a la piedra buscar su lugar, sino al maestro que la ha escogido”. Y cada uno está contento en el lugar que le corresponde: “Alabado sea Dios que me ha dado en seguida mi sitio y ya no tengo que buscarlo. Y no le pido otro. Yo soy Violaine, tengo dieciocho años, mi padre se llama Anne Vercors, mi madre se llama Elizabeth, mi hermana se llama Mara, mi prometido se llama Jacques. Esto es todo, no queda nada por saber”. Claudel parece huir del solipsismo cartesiano para enfatizar que también nos constituyen y definen nuestras relaciones. Una en particular es que este drama trasciende las relaciones del hombre con el hombre para revelar las relaciones del hombre con el universo y con Dios. Es, pues, a través de los símbolos que la trama y sus personajes nos remiten invariablemente hacia algo más, hacia alguien más.
No es casual, tratándose de un diplomático cosmopolita, que La Anunciación sea su obra más nacionalista. No es casual tampoco que esta obra tenga la apariencia de una catedral gótica –que el arte católico francés hizo florecer–: imponente, monumental y de compleja simbología; en ella cada elemento señala hacia el Cielo. Ni siquiera es casual que Claudel sitúe esta historia a finales de una Edad Media “convencional”, a la que le atribuimos la definición del hombre en función de su relación con Dios. En la Anunciación lo sobrenatural habita naturalmente. Más allá del mero hecho de que ocurra un mar de milagros en la historia, su significado simbólico es el que nos resulta más próximo: Pierre de Craon, artífice de catedrales, contrae la lepra como símbolo de su pecado y expía su falta en la construcción –a la vez física y espiritual– de un templo, cuya conclusión curará su enfermedad. ¿Quién no es leproso? Pero no es esa construcción la que lo sanará, sino Violaine que, en una entrega amorosa y como un gesto del perdón, lo besa y queda exiliada: “Yo también conocí la alegría -le dice Violane a su hermana- que pedía locamente a Dios, que durara sin cesar nunca! ¡Y Dios me ha oído de manera bien extraña! ¿Acaso mi lepra sanará nunca? No, mientras haya una parcela de carne mortal que devorar. ¿Y acaso sanará el amor de mi corazón? Jamás, mientras haya un alma inmortal que lo alimente”.
(www.conspiratio.com.mx)

lunes, 15 de marzo de 2010

Repaso final de Ininterruptus X

Martes 17 de febrero de 2009
Novela: “El jardín de los frailes”
Autor: Manuel Azaña
Ganador: Nadie
Premio: Nada
Repetición del autor: Nunca

CLÁSICOS DEL SIGLO XX (2)
'El jardín de los frailes', de Manuel Azaña

EL PAÍS edita la novela de la educación adolescente del presidente de la República Española

22/11/2003

Manuel Azaña (1880-1940) es, probablemente, uno de los intelectuales y políticos de mayor relevancia de la primera mitad del siglo XX. Si su incesante actividad política le convierte en uno de los grandes protagonistas de la dictadura de Primo de Rivera y, sobre todo, de la II República y la Guerra Civil, su vertiente intelectual no es menos estimable. Secretario, primero, y presidente del Ateneo, después, promovió con su cuñado Rivas Cherif la revista de crítica literaria La Pluma, colaboró asiduamente en la publicación España, de la que fue director, y consiguió el Premio Nacional de Literatura con su obra Vida de don Juan Valera, en 1926. En 1927 publicó su novela El jardín de los frailes, que mañana podrá adquirir por 1 euro el lector de EL PAÍS al comprar el diario, en la que recoge sus reflexiones respecto a su educación y adolescencia en el colegio de los agustinos de El Escorial, donde estudió desde 1893 a 1898. Traductor, dramaturgo y ensayista, ocupó la presidencia de la República tras el triunfo electoral del Frente Popular y durante los años de la Guerra Civil provocada por el levantamiento militar de 1936. Su texto La velada en Benicarló puede considerarse como una de las más importantes reflexiones acerca de la década de los años treinta en España.
El jardín de los frailes se editó primero por entregas, entre septiembre de 1921 y junio de 1922, en las páginas de La Pluma. Cinco años más tarde se publicó en formato de libro.
De claros tintes autobiográficos, esta novela, en la que se narra la educación de un grupo de jóvenes en un colegio religioso, sirvió también a los propósitos políticos del autor. Azaña recuerda con espanto contenido cómo "aprendíamos a refutar a Kant en cinco puntos, y a Hegel, y a Comte, y a tantos más". El autor quedó convencido de que era necesario limitar el poder de la Iglesia para afrontar la necesaria regeneración de España.

Las maravillosas palabras II

Acá finalizan las tan maravillosas palabras del maestro

Las maravillosas palabras I


Allá hacia fines del año 2004, el maestro Fontanarrosa decía esto en el Congreso de la Lengua realizado en Rosario

viernes, 12 de marzo de 2010

Nuria sigue escribiendo


CAMINOS
Mira su rostro, el reflejo que el espejo le devuelve. Vé arrugas en su piel que son como surcos, camino recorrido, laberintos que la llevan hacia el pasado, hacia su niñez, su adolescencia, su matrimonio, sus hijas, sus yernos, sus nietas, su viudez, sus bisnietos hasta llegar a su tataranieto.
Quién diría que hace más de un siglo ella presencia todo, guerras, gobiernos radicales, peronistas, "Semana Trágica", golpes militares, diferentes versiones del fin del mundo...
Convivió con los sabores y olores de la cocina, con el oficio del corte y confección, con el arreglo de calzados...Esos tiempos quedaron atrás así como también quedaron en el camino la tía que la crió y su hermano tan querido.
Pero igualmente hoy mientras ella sentada lee, en realidad trae al presente todos sus recuerdos
y los transmite hacia nosotros.
Ella es la raíz que inició toda esta historia. Nosotros, las nuevas generaciones, somos las "ramitas de este árbol viejo" como ella nos llama.
A veces me detengo a pensar ¿qué es la felicidad? y tengo la respuesta, la felicidad es la mirada de María, mi bisabuela. La mirada que nos regala a cada uno de nosotros, con tanta paz, tanta vida...Una mirada que tiene ya más de cien años, que vió innumerables cosas y nos transmite muchas más.
María es la felicidad, es la lucha, es la osadía, es la risa que nos roba con cada una de sus ocurrencias. Como diría Mercedes, que nos mira desde el cielo: "María, María es un don, es el sueño, el dolor y una fuerza que nos alerta. Una mujer que merece vivir y amar como otra mujer del planeta".
Autora: Nuria Rodríguez Paradiso

jueves, 11 de marzo de 2010

Repaso final de Ininterruptus IX

Martes 11 de noviembre de 2008
Novela: “El Baphomet”
Autor: Pierre Klossowski
Ganador: Nadie
Premio: Nada
Repetición del autor: Nunca

"Pocos intelectuales ofrecen menos margen para la clasificación prolija que el francés Pierre Klossowski (1905-2001). Él mismo reconocía esta fecunda labilidad al entender que no era ni escritor, ni pensador, ni filósofo, sino un monómano, alguien exquisitamente capturado por una sola y excluyente escena: la de un cuerpo que se entrega a la mirada de otro cuerpo. Esta mirada que reinventa al otro en el registro de la más desbocada sensualidad y que se aleja tanto como imaginar se pudiera de la hipótesis sartreana ("el infierno es la mirada de los otros") resulta harto ilustrativa en la trilogía integrada por Roberte esta noche (1954), La revocación del edicto de Nantes (1959) y El apuntador o el teatro de la sociedad (1960) que componen Las leyes de la hospitalidad y cuyo personaje central es Roberte, inspirada en Denise, la mujer del autor. La novela El Baphomet, publicada originalmente en 1965, se halla íntimamente ligada al ensayo Nietzsche y el círculo vicioso (1964) en tanto que resulta una puesta en acto de la teoría nietzscheana del eterno retorno, razón por la cual el tiempo aparece en la novela no sólo trastocado, sino suspendido, condenado a una repetición no de lo idéntico sino, más angustiante aún, de lo indeterminado, aquello que no reconoce origen ni fin y que deriva en una imagen de mundo asimilada al simulacro. No es gratuito que "baphomet" provenga de la fusión de dos términos griegos: baphe: bautismo y meteos: iniciación."


Osvaldo Gallone

(www.evaristocultural.com.ar)

miércoles, 10 de marzo de 2010

Contando quejas

Para que no me desconozcan o malrecuerden después de la cierta ausencia padecida, quiero hoy, continuando con los prolegómenos de este reencuentro, expresar una queja.
Empezamos mal con la Internet.
Ayer, una de las primeras cosas que hice fue entrar al Blog y dirigirme casi por primera vez a la sección aportada por el amigo Pablito Graciani: “Audios diarios del programa”. Era mi intención volver a escuchar el Párrafus del 10 de febrero del 2009, cuando se produjera mi primer triunfo en ese año. Fue con la novela de Reinaldo Arenas “Celestino antes del alba”. En aquel momento, en el trabajo, todavía no contaba con el radiograbador que más adelante dejaría abandonado un compañero que abandonó el servicio, y Cristina, atareada en casa, a veces no me grababa el programa.
A propósito: como escribí en aquella ocasión, escuché aquel Párrafus en el puesto que por entonces teníamos en el tesoro del banco, “ubicado estratégicamente en el tercer subsuelo del edificio”. Hace poco, cuando vi de nuevo (empecé a ver, en rigor) la película basada en la vida del autor cubano, me encontré con que la primera imagen es la de un niñito jugando en un artesanal corralito campesino, que consiste en un pozo cuadrado excavado en el patio de la casa.
Pero de lo que quería quejarme es de que, por defectos en el sistema de grabación, el Párrafus del 10 de febrero del año pasado no quedó registrado.
¡Maldita sea mi estampa!

Por supuesto, esta falencia no es achacable al compañero Graciani. Lo suyo es desde todo punto de vista encomiable. Pude ver hoy que la sección tiene incluso un espacio para hacer Comentarios a cada Audio. Y, por cierto, el aporte de Pablo se cotiza hoy superlativamente, siendo el único medio que tenemos, por el momento, para reencontrarnos virtualmente con Hugo y su Párrafus Interruptus.
¡Corramos a la Internet, vayamos ya mismo a los “Audios diarios”, reventemos el contador de visitas!
Buenas noches.

martes, 9 de marzo de 2010

149 $ por mes. ¿Cuál es la trampa?

Obstáculos de orden técnico, intemperancias climáticas, quizá alguna demora o negligencia de la parte contratante, impidieron hasta hoy, ocho días después de la fecha, que pudiera recibir de mi amada esposa (es un decir) el regalo solicitado para mi cuadragésimo quinto cumpleaños: la banda ancha para la Internet.
Obtenido ya, hace un rato, este sustancioso adelanto de las modernas tecnologías, quiero inmediatamente dar aviso a los amigos Parrafistas que me apresto en los próximos días u horas a realizar una suerte de relanzamiento de nuestro viejo Blog.
Me excusaran la petulancia (¿qué le hace una mancha más al tigre?), pero había pensado, con el 4 de abril ya a la vista, que para ese cuarto aniversario del comienzo de Párrafus Interruptus, y ya que Hugo no da señales de un nuevo retorno, “ya que Hugo no vuelve”, pensé, “voy a volver yo”. Ahora, haber alcanzado este más cómodo, rápido y completo acceso a la red de redes, me robustece en esa intención.
Hace poco, un compañero al que le conté del final de Párrafus y la melancólica cuasi extinción del Blog, me preguntó que compañía me proveía la Internet. Respondí que ninguna, que no tenía Internet en casa. “¿Y cómo tenés un blog si no tenés Internet?”, se asombró él. Es cierto, pensé entonces, es raro. En verdad fue difícil. Así que no puedo dejar de aplaudirme por la verdadera hazaña de haber mantenido esta página durante dos años y medio con las limitadísimas posibilidades que obtenía mediante las fugaces visitas a un locutorio, o la frustrante (y onerosa) conexión mediante el cable telefónico.
Es claro que mi flamante conexión (Telecentro mediante) no garantiza una mejoría en la calidad del Blog. Por tanto, solicito a los ex compañeros oyentes, a los amigos Parrafistas, que aporten sus ideas para el más factible enriquecimiento de esta página. No será fácil sin el programa que nos sostenía, pero algo bueno deberá resultar. Lo que desde ya prometo es que no se transformará este en un “Blog personal”. Así me dejen más sólo que antaño…
Buenas noches.

lunes, 8 de marzo de 2010

Repaso final de Ininterruptus VIII

Miércoles 01 de octubre de 2008
Cuento: “El cuarto de las fotos” (“El final de la calle”)
Autor: Vicente Batista
Ganador: Nadie
Premio: Nada
Repetición del autor: Nunca

“Battista, Vicente: Nació en Buenos Aires en 1940. Integró la redacción de la legendaria revista literaria El escarabajo de oro y fundó y dirigió la revista Nuevos Aires. Entre 1973 y 1984 vivió en Barcelona y en las Islas Canarias. Su primer libro de cuentos, Los muertos, fue premiado por la Casa de las Américas y el Fondo Nacional de las Artes. El libro de cuentos El final de la calle recibió el Primer Premio Municipal de la Ciudad de Buenos Aires. Escribió varias novelas, entre las que se destacan Siroco y Sucesos Argentinos, que recibiera el Premio Planeta 1995 otorgado por un jurado compuesto por Abelardo Castillo, Antonio Dal Masetto, José Pablo Feinmann, Juan Forn y Vlady Kociancich. Es colaborador permanente de la sección cultural del diario Clarín. “

(www.cuentosymas.com.ar)