viernes, 29 de mayo de 2015

Maligno e indigno



Jueves 28 de mayo

Cuento: "Un niño maligno"
Autor: Anton Chejov
Ganador: Mario Arkus
Premio: "Mare Nostrum", de Mario Sampaolesi (rechazado por el ganador)
Tiempo: No se informó (más de dos minutos, a ojo)

Hoy hablaremos del libro que recibía como premio el oyente ganador, don Mario. Le digo "don" porque en la charla con Hugo, no recuerdo a cuento de qué, dijo ser "un hombre mayor". Preguntado entonces por su edad, respondió que 55, si no escuché mal. (La pucha, pensé, ¿y yo, que ya cumplí 50?) Aprovecho para contar que en mi nuevo destino laboral la radio se escucha pésimamente. Unos ruidos indeterminados interfieren y ensucian mal la señal. Creí que por estar ahora en una zona más aireada de la ciudad (a los bordes de los bosques de Palermo) podría escuchar mejor, y así fue hasta hace un par de semanas. A propósito, estos últimos días noté que también en casa la sintonía de Nacional desmejoraba. ¿No estará faltando alguna inversión para el equipamento técnico... antes de fin de año?
Retomo. Don Mario Arkus agradeció, pero, muy decidido, rechazó el premio por su triunfo. Insistió con que ya era suficiente premio hablar con Hugo. Y así quedó la cosa. Que yo recuerde, primera vez que sucede.
Llego al asunto. "Mare Nostrum", de Mario Sampaolesi (el premio de anoche para Don Mario), no se quiere ir de Nacional. Fue el premio para mí por ser el más rápido de abril. Sin embargo, cuando fui a buscar ese y otro libro que gané a principios de mayo, recibí el volumen con cuatro obras de Samuel Eichelbaum que en esos días (en esas noches) se ganara Laura Falcoff. Es lo que mis colegas de la seguridad tenían anotado, y de lo que reza el libro de guardia, o sus anexos, no se mueven.(Hay algunos guardias medio fundamentalistas.) Imaginé que, por alguna confusión, los libros se habían traspapelado, y que Laura se habría llevado "Mare Nostrum". Bueno, anoche supimos que, como Laura no pasó a buscarlo en el lapso estipulado, "Mare Nostrum" era el premio otra vez. ¡Pero don Mario no lo quiso! ("Mare Nostrum", puede decir Hugo, "es Mare Mium".)
Ahora recuerdo que, preguntado acerca de cómo reconoció el cuento, el tipo dijo que le vino a la mente Chejov (o "autor ruso") por los nombres que aparecen al principio, esos nombres con abreviatura previa que usaban por allá: Ivan Ivanovich, Filipa Filipovna, y todo así. Pero al título llegó mediante el gugle... Y pienso: a lo mejor no se daba por satisfecho con la sola comunicación el viejo, sino que fue un reflejo autopunitivo el que lo llevó a quedarse sin premio... ¡Qué maldito psicoanalítico el paquito!
Chau. Tengo que dormir.

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