domingo, 7 de junio de 2015

El final de muchas cosas

Hugo anunció la visita de Hernan Lucero y en mi memoria se levantó el telón a la primera noche del Caras y Caretas. Aquel primer encuentro con los Parrafus Interruptus en vivo en el centro cultural de San Telmo. Esa noche también estuvo invitado este joven cantor de tangos. Fue el comienzo de una serie de encuentros de oyentes en el año en que Parrafus se quedó sin aire en radio Nacional. Ahora, invitado en Por Amor al Arte, Hernan sería testigo de una clausura, un cierre, un final. Lucero testigo de un apagamiento, de una oscuridad.
Hugo anunció la suspensión del juego literario que nos convocó durante cuatro años, entonces, y cuatro meses, ahora. Parrafus se interrumpe "por un tiempo", dijo. Y dio sus razones. Informó acerca de una interferencia telefónica, una ocupación anónima de la línea en el momento de la lectura que no permite el normal desarrollo del juego, que hace imposibles los Interruptus. Las llamadas se repiten, pero nadie se da a conocer cuando Irene Roust atiende. Es después de los tres minutos de lectura que la línea es liberada y los oyentes pueden comunicarse, pero entonces las reglas del juego no permiten a la telefonista aceptar la respuesta. Esto explica la sucesión nunca vista de Ininterruptus. Lo inexplicable son esas interferencias. ¿Obra de un pícaro? ¿Broma de un loco? ¿Daño colateral de una falla técnica? Hugo decidió cortar por lo sano, como suele decirse. Parar la pelota. Barajar y dar de nuevo.

(continuará)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué mala noticia :(