sábado, 4 de julio de 2009

El oyente fantasma


Viernes 3 de julio
Cuento: “El amante fantasma”
Autora: Elizabeth Bowen (1899-1973)
Ganador: Quique Figueroa

jueves, 2 de julio de 2009

Perenchio: Dos juegos tras un largo silencio

Jueves 2 de julio
Teatro: “Tres jueces para un largo silencio”
Autor: Andrés Lizarraga
Ganador: Marcelo Perenchio


“Vidas paralelas”
Por Roberto Cossa

“Durante los primeros días de junio murió, en Caracas, el autor teatral Andrés Lizarraga. Fue, durante la década del cincuenta, uno de los mayores dramaturgos argentinos. Por aquella época apareció como un escritor preocupado especialmente por los temas históricos. Recuerdo ‘Tres jueces para un largo silencio’, ‘Santa Juana de América’ y ‘Alto Perú’, sus primeros trabajos, piezas de fuerte contenido anticolonialista.
En los últimos años, el nombre de Lizarraga fue desdibujándose, hasta desaparecer totalmente del medio teatral. A tal punto, que su muerte pasó casi inadvertida para la mayor parte de los medios periodísticos.
Al mismo tiempo que Lizarraga moría, autoexiliado, en Venezuela, el poder argentino ‘descubría’ la existencia del imperialismo capitalista, representado por Gran Bretaña y Estados Unidos; el canciller Costa Méndez anunciaba la alianza de la Argentina con los países del Tercer Mundo, se abrazaba con Fidel Castro y pronunciaba la mayor arenga antiimperialista y anticolonialista que haya provenido de los sectores del poder argentino en muchos años.
Denunciaba Costa Méndez, en suma, lo mismo que Lizarraga había condenado –años antes- en varias de sus obras teatrales y que le costara , como a muchos otros, el ostracismo interno primero, el exilio después y -¿por qué no?- la muerte.
No conozco en detalle la vida de Lizarraga, ‘El Vasco’, como le decían sus amigos. Tuve con él varios encuentros circunstanciales, más de tipo profesional que personal. Recuerdo, sí, la última vez que lo vi, hace unos tres años. Fue un encuentro casual, en el hall de Argentares. Me confesó que su situación personal era muy grave. Estaba prohibido como autor en la televisión y se sentía marginado del teatro. Para subsistir atendía un kiosco de venta de cigarrillos en Banfield. Algún tiempo después me enteré que había abandonado el país.
Aquel encuentro me quedó grabado durante un tiempo. No era más patético que el caso de tantos argentinos muertos, encarcelados, exiliados por sustentar las mismas ideas que el poder impulsó después del 2 de abril. Pero me pareció un testimonio vivo de lo que cuesta ser verdadero argentino en Argentina. ¿Cómo es posible que un creador reconocido y admirado 20 años atrás termine su vida vendiendo cigarrillos, antes de elegir morirse fuera de su país?
No fui amigo íntimo de Lizarraga, pero doy fe que en su trágica decadencia no hubo nada de autodestrucción, de decisión personal.
Fue arrinconado, primero, y luego silenciado por sus ideas, por haber predicado el anticolonialismo 30 años antes que sus verdugos lo ‘descubrieran’.
Tampoco tengo detalles de la vida del doctor Nicanor Costa Méndez. Jamás lo he visto personalmente; sólo sé de su vida pública. En la época que Lizarraga denunciaba la existencia del colonialismo en sus primeras obras, Costa Méndez era asesor de Mario Amadeo, el canciller de la ‘revolución libertadora’.
Como autor, Lizarraga surgió de aquel movimiento fenomenal que se llamó Teatro Independiente, verdadera trinchera de la cultura nacional.
Como abogado, Costa Méndez se forjó en los bufetes de los defensores de empresas inglesas y norteamericanas.
En los primeros años de la década del 60, Lizarraga fue invitado a cuba por ser un importante autor argentino. En La Habana expresó su apoyo a la Revolución y unto con otros intelectuales fue recibido y diálogo con el primer ministro Fidel Castro.
En 1967, Costa Méndez, canciller del general Onganía, pidió en la OEA la invasión del imperialismo a Cuba. Seguramente, el doctor Costa Méndez no sospechaba el papel que iba a jugar 15 años después. Lizarraga sí. Por aquella época sabía que nuestro principal enemigo era Estados Unidos y lo decía. Eso le costó persecución y aislamiento.
En 1982, Lizarraga murió lejos de su país, amargado, arrinconado. En ese mismo momento, Costa Méndez se abrazaba con Fidel Castro en La Habana y decía, ante los representantes de los Países No Alineados, lo mismo que el escritor había denunciado en sus obras-
Los restos de Lizarraga fueron traídos y enterrados en el país. En el momento de escribir estas líneas, Costa Méndez sigue siendo el canciller de la Argentina.
Dos maneras de vivir, la trayectoria de dos argentinos. Como abogado de empresas inglesas, el doctor Costa Méndez hizo carrera en este país. Como autor teatral, preocupado por los temas históricos argentinos, Lizarraga no. Más bien se lo fue aislando de todos los medios donde podía expresarse.
Del futuro del canciller no puedo arriesgar nada. ¿Seguirá enarbolando la bandera antiimperialista en los foros internacionales? ¿O preferirá retornar a su tarea de abogado de empresas extranjeras?
Del Vasco, en cambio, queda una vida coherente y sus obras pelearán un espacio en la historia de la dramaturgia argentina.”

(‘Caras y caretas’, año 84 – Nº 2188 – Julio 1982)

Herman Hesse

A ciento treinta y dos años del nacimiento de este escritor, lo recordamos mediante este ensayo de Günter Baumann.

miércoles, 1 de julio de 2009

La anónima


Miércoles 1 de julio
Novela: “Amadis de Gaula” (circa 1508)
Autor: Anónimo
Ganadora; Verónica Cornejo



Sí, empiezo a preguntarme quién es Verónica Cornejo.
En la Lista de Lecturas, en ocasión de su primera aparición, fue registrada como ‘Ama de casa’. Pero, ¿qué clase de ‘ama de casa’?
¿Con una vida regalada –esposo magnate y magnánimo, servidumbre, institutrices- y todo el tiempo libre para leer y releer?
¿Solterona, con un trabajo sencillo, pero de buen pasar, y el hobbie de la lectura?
¿Separada, con hijos a cargo, con un pequeño comercio, leyendo a hurtadillas entre una venta y otra?
O sea: que lee, no hay duda. Pero, ¿qué clase de ‘ama de casa’ es? ¿Full time o con otro trabajo afuera? ¿Con hijos? ¿Sin hijos? ¿Con hijos chicos? ¿Con hijos grandecitos?
Suele mencionar sus salidas al teatro o al cine, sus recorridas por librerías del centro. Eso, desde mi punto de vista, no casa con el derrotero –el término no es casual- de un ‘ama de casa’ de barrio. Pero tal vez sea un prejuicio.
Hace poco contó acerca de sus estudios de idioma italiano en la prestigiosa “Dante Alighieri”. Aparte de esto –y descartando la finalización de su secundaria, que anoche mencionó otra vez-, ¿qué otra formación tiene en su haber?
Una vez le pregunté a Hugo, vía mail, algo de todo esto. En esos días Verónica ganó y nuestro conductor le trasladó bastante explícitamente mi curiosidad. Ella, creo, se hizo la desentendida -o se produjo una superposición como la de anteanoche y no lo escuchó bien. Resultado: mi curiosidad permanece incólume.
Supongo que estarán de acuerdo: a pesar de sus frecuentes apariciones, es poco y nada lo que sabemos de su vida.
Y no se crea que indago acerca de la condición de nuestra compañera oyente para después decirme: “Ah, bueno. Este año me gana una profesora emérita de arte”. De ninguna manera. Si la señora (¿o señorita?) Cornejo es realmente una simple ama de casa en la que persiste y crece el hábito de la lectura, entonces, como simple trabajador, amante de los libros, podría congratularme de ser acompañado por ella al tope del podio Parrafista.
Pero, ¿‘ama de casa’?

(Acerca de “la rencilla” entre nosotros –según dijo Hugo- y las razones de mi antipatía por Verónica, sigo el sábado, en el trabajo, si Cristina me deja llevar la notebook.)

Ciao.

martes, 30 de junio de 2009

El algo al fondo de la Veronique


Martes 30 de junio
Poesía: "El lago" (1820)
Autor: Alfonso de Lamartine (1790-1869)
Ganadora: Verónica Cornejo

lunes, 29 de junio de 2009

Perenchio, la leyenda continúa


Lunes 29 de junio
Novela: “La leyenda del santo bebedor”
Autor: Joseph Roth
Ganador: Marcelo Perenchio

Sincronías

Por Mario Corradini, de su libro "El Buscador"

Durante tu viaje pueden presentarse casualidades hechos sin aparente relación entre sí que traen mensajes significativos para tu andar.

Estas coincidencias son un reflejo de los procesos de tu alma manifestaciones visibles de cambios invisibles cuyas raíces están en los movimientos profundos de tu ser.

Las casualidades más importantes ocurren cuando en ti se mueven ciertas fuerzas interiores.

Si observas bien verás que se dan en paralelo con especiales períodos de tu vida de buscador: amores, muertes, fracasos, victorias, cantos y desencantos y hasta cambios de camino.

Pero estos sucesos diversos están ligados entre sí con una rítmica perfecta como si bajo la superficie de las circunstancias existieran melodías ocultas marcando los pasos en tu danza cotidiana.

Al principio no los percibes o los llamas coincidencias pero poco a poco te será familiar esta comunión esta unión común de todas las cosas.

Lo verás cuando dejes de pensar en los hechos y las cosas para comprender lo que relaciona las cosas y une los hechos entre sí.

En la vía nada sucede porque sucede todo instante tiene un orden y una razón de ser.

Los buscadores que van delante tuyo saben que se trata de un orden sin causas palpables donde tiempo y espacio son ríos que surgen del mismo manantial un orden donde los hechos son simultáneos e interdependientes.

Estas casualidades te sirven para aprender: de lo que ves de lo que escuchas de las situaciones en fin, de cada recodo del camino.

Y en tanto descubres el significado profundo de cada cosa cambia tu lectura del mundo.

De modo que un día las aguas se abren en tu interior como cuenta la leyenda y te dejan ver el fondo del mar aquello que permanece inmutable al vaivén de las olas aquello que no cambia con las corrientes ni con las tormentas de la superficie.

Entonces serás tú quién se presente a las oportunidades no al revés, te llegará información inesperada intuiciones pronunciarás palabras que ignorabas saber
o crearás belleza de un modo para ti desconocido.

Si dejas actuar esa fluidez ella se adelantará a tu paso abriéndote puertas insólitas. No caminará por ti pero liberará tu camino de obstáculos inútiles.

Entonces no existirán más coincidencias sino sincronías.

Entonces comprenderás que nada es casual que cada aspecto del mundo es parte de un sistema mayor así como tu pequeña inteligencia es apenas un fragmento de una inteligencia enorme potente sideral.

He presenciado ceremonias y rituales que pretenden influir sobre este acontecer.

Puedo contarte de antiguas leyendas descriptas en signos y símbolos extraños para ti que hablan de un centro interior de los hombres gracias al cual es posible conocer lo pasado y lo futuro.

Pero, me creas o no; recuerda que la vía es un lugar donde las coincidencias son siempre significativas.

Los viajeros que aprenden a leer esta armonía tienen la clave para dirigir sus pies en la dirección correcta.

domingo, 28 de junio de 2009

Gabo, Mika y Terencio (¿Tres tristes traviesas?)

Transcurría una semana sin sorpresas. El Ininterruptus que apareció entre los tres ganadores reincidentes, el décimo del año, ya es un habitué más, guste o no. Los reincidentes fueron de los más populares: Verónica Cornejo, Fernando Terreno y Mario Tsolakian. No hubo oyente debutante, no hubo larga lectura antes de cada interrupción, no hubieron autores muy desconocidos. Estuvieron presentes los cuatro géneros –la ininterrupta fue la poesía. Y entonces, cuando nos disponíamos a escuchar el último Párrafus de la semana, a la espera de una postrer novedad –la vuelta al triunfo de Perenchio, por ejemplo-, fue música, solamente música lo que encontramos en Nacional.
En realidad, a mí no me sorprendió tanto. Un rato antes, en un programa de radio Cooperativa que en el trabajo no tengo más remedio que escuchar, un oyente había preguntado si se sabía algo acerca de la suspensión de programación en radio Nacional. Los conductores, entonces, contaron que, alrededor de las tres de esa tarde, la periodista Miriam Lewin, en medio de su programa, había informado que en una asamblea de los trabajadores de prensa de la emisora se había decidido hacer un paro de doce horas. Por tanto, fue con pocas esperanzas que sintonicé esa noche a las 00.30; y, en efecto, el típico reemplazo musical de la habitual programación continuaba. Entonces apagué la radio que el compañero Enrique deja desde hace un tiempo en su puesto matutino (rincón propicio para instalarme a escuchar con menos interferencias) y volví cabizbajo a mi sector, a escuchar a Dolina.
En síntesis: Le faltó la quinta pata al Párrafus de esta semana.
Casualmente, había estado pensado, y pienso aún, que quizá no tengamos programa el domingo-lunes, por el seguimiento que la emisora hará del escrutinio electoral. Aunque quizá los resultados estén más o menos claros antes de la medianoche y después se de paso a la difusión de los respectivos programas. Como sea, con uno o dos últimos programas por delante, el final de junio se presenta apasionante en cuanto a la definición de los premios especiales.
A Verónica Cornejo, pese a sus elogiosas palabras, quizá no le gustó tanto la triple aparición de Eduardo González, porque se apresuró a volver al podio esta semana para colocarse primera con cuatro victorias. Y Mario Tsolakian, que también se hizo presente, suma asimismo tres conquistas. En cuanto a la interrupción más rápida del mes, por ahora es una de Eduardo, pero aquellos 25 segundos tal vez no serían difíciles de batir para quienes saben hacerlo a los 9, a los 12, a los 15…
En cuanto a los tres autores de la semana –del cuarto, el incógnito, no hablemos…más-, digamos que el primero fue Gabriel García Márquez, segundo revisitado desde que se habilitó esta práctica, de quien ahora se leyó uno de sus “Doce cuentos peregrinos”, el titulado “La santa”. Lo reconoció esta chica de Lugano por haber escuchado su lectura completa, dijo, en otro programa de otra radio. También tuvimos al popular finlandés Mika Waltari con su novela más famosa: “Sinuhé, el egipcio”. Le sonó a Fernando Terreno por la mención del faraón y de los dioses, teniendo noción de esa obra por haberla visto en manos de un compañero de pensión, allá en su lejana juventud estudiantil. A propósito, esa noche se reveló abiertamente como cordobés el ingeniero de Chacarita; contó que es oriundo de un pueblo llamado “La playosa”, que lo cobijó, con alguna intermitencia debido a sus estudios, nada menos que hasta sus veinte años. Con razón notábamos un tonito con sabor a tierra adentro, sonriente y amigable, en el compañero Fernando; es un resabio de su original lengua cordobesa, claro.
Y amigotes se están haciendo el lector de Chacarita con el de Palermo, según dijera Tsolakian a la noche siguiente. Cuando apareció para descifrar “El eunuco”, la obra del latino Terencio, Mario contó que se había presentado con Fernando, hace cosa de un mes, cuando lo reconociera entre los concurrentes a una de las entrevistas públicas que hace la bella Silvia Hoppenhaym en la casa del Fondo Nacional de las Artes. ¿Y cómo fue que lo reconoció? Pues porque lo había visto cuando asistió secretamente a aquel primer Párrafus en vivo en la Feria del Libro, donde Fernando fuera invitado a charlar con Hugo en el miniestudio montado por Nacional. Ahora, a más de tres años de aquello, reconoció a ese hombre alto, canoso, de ojos claros, entrañable compañero lector, y no vaciló en acercarse… para hablar de fútbol, de política y de mujeres, sin duda.
Y a propósito del secreto perfil bajo de Mario, digamos que ya, en este primer semestre, está punto de cumplir el anhelo del que nos hablara en su destacada participación en este Blog, hace un par de meses. A propósito de mis elucubraciones sobre números, estadísticas y pronósticos, Mario afirmaba entonces que se daría por satisfecho con igualar este año su marca del 2008. Exactamente, sus palabras fueron las siguientes:

Por lo demás agradezco sus buenos augurios para el certamen final en el que sólo deseo poder alcanzar los logros obtenidos el año anterior

Pues bien: debe saber Mario que con los 15 triunfos que obtuvo en lo que va de este 2009, ya solo le falta uno para repetir “los logros obtenidos el año anterior”. Algo que, seguramente, superará con holgura.

Pero abundemos un poquitín en alguno de los autores de esta semana.
Aunque…
La reaparición de García Márquez me ofreció vagamente un nuevo argumento para oponerme al reciente cambio en las reglas del juego. No me detendré mucho en él porque de todos modos aquella cruzada antirepeticiones, con escaso eco favorable, fue un estruendoso fracaso. Pero el núcleo de mi nueva intuición se escribe así: volver sobre un autor es aburrido. Que después de la lectura, el triunfo y la charla se hable otra vez de un mismo autor, aunque haya mil cosas nuevas para decir, me anticipa una sensación de aburrimiento y tiempo perdido demoledora. Y más si el autor es el palabrero, el “vendedor de humo”, como se dice ahora en el ambiente futbolístico, Gabriel García Márquez.
No sé, a lo mejor se me ocurrió esto porque el autor fue ese insoportable colombiano. Ahora estoy recordando que el primer repetido fue Cacho Costantini, y sobre él, sobre su ‘nuevo’ cuento “El cielo entre los durmientes”, se produjo una linda charla entre Hugo y María Suárez. Tal vez (vuelvo a ofrecer yo mismo la antítesis) en esto se encuentre la justificación de la nueva regla: en la indagación de las particulares connotaciones que un mismo autor tiene en los distintos oyentes.
Pero, como sea, y para oponerme a la “Gabomanía”, se me ocurre abundar hoy en un autor que en su momento, el año pasado, pasó bastante desapercibido en este Blog. Otro colombiano, del que me quedó archivado algún material que nunca utilicé y ahora podría resumir. Se trató, por cierto, de una de las resonantes victorias del esporádico Luis Gobea, quien también había escuchado aquel cuento, “La muerte del estratega”, leído por la radio. El autor es Alvaro Mutis.

Alvaro Mutis, como Cortázar, pasó algunos años de su infancia en Bélgica, pero había nacido en Bogotá, en 1923. El padre, que era diplomático y fue enviado a Bruselas después de ser secretario de la presidencia de su país, murió muy joven, a los 33 años. Entonces su esposa, joven hacendada, decide volver a Colombia con Alvaro y Leopoldo, su otro hijo nacido en Bélgica.
Mutis nunca terminó el bachillerato; le gustó mucho más la poesía, que le fuera revelada por un profesor (el poeta Eduardo Carranza) y el billar de las inmediaciones de su colegio. Se casó a los 18 años y su primer trabajo fue como locutor y actor de radionovela en la Nacional de Colombia. Tuvo tres hijos y en esos años escribió su primer poema, del que sólo recordaba un verso: “Un dios olvidado mira crecer la hierba”.
En 1948 publica su primer volumen de poesía: “La balanza”. Trabaja como jefe de prensa de una compañía de aviación y conoce a Garcia Màrquez, a quien ayuda en sus comienzos. “Debido al manejo caprichoso de unos dineros de la multinacional Esso, en la que era jefe de relaciones públicas”, dice la página que archivé, tuvo que salir de Colombia. Recaló en México, donde Octavio Paz lo introdujo en el medio literario del país. A la vez, trabajó como ejecutivo de una compañía de publicidad. Pero a los tres años de su partida, la justicia colombiana consigue su extradición y lo encarcela durante quince meses.
En Lecumberri, la cárcel donde estuvo recluido, escribió, entre otros relatos, “La muerte del estratega” y los poemas de “Los trabajos perdidos”. Cuando salió en libertad, publicó el “Diario de Lecumberri”.
Otra curiosidad de la vida de Mutis es que, de vuelta en México, se convirtió en un importante gerente de ventas para América Latina de la Twentieth Century Fox, y luego de la Columbia Pictures.
Otros títulos de este Parrafista son “Los emisarios”, “Illona llega con la lluvia” y “La nieve del almirante”.
En 2001 ganó el prestigioso premio Cervantes.

El otro, en cambio, el Gabo, se sacó el Nobel, creo que en el 82, y desde entonces, desde que empezó a aparecer tanto en todas partes, me cayó antipático. En realidad, ahí fue que lo conocí (bailando con esa guayabera estampada), pero sin leerlo. Por entonces, a los 17 años, yo todavía frecuentaba best sellers de asunto satánico o paranormal, remontándome, a lo sumo, a la módica altura de un Stephen King. Mucho después, en los últimos años, leí “El coronel no tiene quien le escriba” y “La hojarasca”. Francamente, no me convencieron como para acometer la lectura de las dos obras de más largo aliento que, con cierto asombro, encontré en la biblioteca de Cristina cuando la conocí: “Cien años de soledad” y “El amor en los tiempos del cólera”. Intenté, pero no me atrapan. Prometo que voy a insistir cuando la vida –esta u otra- me lleve a radicarme en las inmediaciones del trópico; tal vez el rechazo sea provocado por mi piel fría como la de un sapo. Y esto es todo lo que puedo decir de García Márquez.

Y esto es todo lo que puedo escribir por hoy.
Un chiste que se me ocurrió al enlazar el problemita íntimo del médico protagonista de “Sinuhé…” (el fulano era impotente) con el título de la obra del finado Terencio (“El eunuco”), no, no puedo hacerlo. Es demasiado, es infame, es gratuito… Aunque Hugo siempre dice que con algunos oyentes se permite y permite ciertas confianzas… Pero no. Mejor me callo. Lo dejo acá. Me voy. Mejor me voy. Sí. Chau. Me voy.
Chau.


¿Alguien quiere saber algo más sobre Mika Waltari?
Me despido con eso, entonces. Acá va. Chau.


MIKA WALTARI - Escritor finlandés nacido en Helsinki, famoso por sus novelas históricas. Su padre murió cuando tenía cinco años. Estudió Teología y Filosofía. Su primer libro, Jumalaa Paossa, apareció en 1925 y tres años más tarde su primera novela La gran Ilusión (1928). Waltari se convirtió en una de las figuras líderes del movimiento liberal llamado The Torcbearers, cuyos miembros trataron de introducir la influencia del futurismo ruso e italiano en la literatura finlandesa. Durante los años 30 el grupo fue suplantado por otro de tendencias más izquierdista, el llamado Kiila, pero para este momento Waltari ya se había transformado en un ultraconservador. En su comedia teatral Kuriton Sukupolvi (1937), ridiculiza a esta generación. Trabajó como periodista y como crítico de literatura para varios periódicos y revistas finlandesas. En la década de los treinta viajó frecuentemente por Europa, publicando Un extraño llegó a la granja (1937), la obra teatral Akhamaton (1938) y Sinuhé, el egipcio (1939), que representaba al Faraón como profeta de un único y justo dios para reemplazar al corrupto clero. Después de la Segunda Guerra Mundial se concentró en largas novelas históricas, ubicadas en el mundo mediterráneo clásico, como El etrusco (1955), o en la antigua Roma, como en Ihmiskunnan Viholliset (1964). Dentro de las novelas que tienen lugar en el imperio bizantino están Miguel, el renegado (1948), El ángel oscuro (1952), El sitio de Constantinopla (1952) y Nuori Johannes (1981), libro póstumo. Poco antes de su muerte apareció Humildad y Pasión (1978), memorias íntimas en las que revela todas sus obsesiones. Desde 1957 a 1978 fue miembro de la Academia Finlandesa. Sus obras han sido traducidas a más de 30 idiomas y está considerado como uno de los mejores escritores fineses del siglo XX. Murió en 1979 en Helsinki.

Telaraña magnética

Prolífico el Olegario!

Que redes hay muchas,
pero esta tiene cierta peculiaridad,
no es que sea grande, sino adecuada,
amén de oportuna e irresistible.

Porque de eso se trata,
de estar en el lugar oportuno,
en el momento preciso,
Es el glamour de la Araña.

En su telaraña, algunas presas caen por accidente,
pero en esta red, lo involuntario vira lenta
e inexorablemente,
tornandose voluntario, y una lucha deliciosa.

Ella permanece al acecho,
capta las vibraciones,
y se acerca a su presa,
para inyectarle el veneno.

De allí en mas, es todo previsible.
Sin embargo, cuál será la receta
para fabricar esta trampa inexpugnable.
Un misterio magnético,

sábado, 27 de junio de 2009

Centro de gravedad

Por Olegario
Alli pequeña, casi insignificante he la telaraña.
Tranquila, quieta, sin tiempo,

pero llena de historias y rastros diminutos.

En el centro, ella, la Araña, incólume, glamourosa,

a la espera de sus presas.

A quienes sonríe, y hasta se muestra indefensa,
inocente,
vaya glamour y embrujo ..


Aún suspendida en el aire, modifica las leyes de la física,
y cual plano inclinado,
(todo ser) es irresistiblemente atraído hacia ella.

Según la fuerza de rozamiento, a mayor o menor velocidad,
pero de algo estén seguros: todo bicho que camina
va a parar
a su "arañador".

La cita es de esta Araña,

a quien vimos actuar en cine
y en libros.
Es su beso, y la conjura de la trampa disimulada,
cuanto mas soberbios, mas embobados caen.

Si alguien ha salido por favor, digame como zafar.