lunes, 8 de junio de 2015

¿Todo terminó?

(viene de "El final de muchas cosas")


Hugo decidió cortar por lo sano, como suele decirse. Parar la pelota. Barajar y dar de nuevo.
Sin embargo, se aviene a considerar una variante que aporta Adrian K: Whatsapp (¿se escribe así?). La participación mediante whatsapp, parece, permitiría a los oyentes sortear cualquier obstáculo. No hay manera de interferir. Además, se podría formar un grupo, dijo el joven Korol, pero ahí ya me pierdo; no entendí o no recuerdo la utilidad de tener “un grupo”. En realidad, lo ignoro todo acerca de este medio, de esta red social, como le dicen (pero social es otra cosa): mi celular es vetusto, así que no esperen acá más detalles al respecto. Solo digo que, si mal no recuerdo, esto se parece a algo que se barajo al comienzo de este ciclo (no recuerdo para qué o por qué), algo así como aceptar múltiples llamadas con la respuesta correcta y después hacer un sorteo. En aquel momento, nuestro conductor desestimó esto sin hesitar. Esta vez, quedó en pensar ese avance tecnocrático sobre lo artesanal de nuestro juego. Pero hoy por hoy Parrafus Interruptus está suspendido.

Lo escribí hace poco: segundas partes nunca fueron buenas. Después comprendí que lo decía por mí; a lo mejor era una manera de abrir el paraguas. Con renovadas miríadas de oyentes, ¿adónde iría a parar mi pasado éxito en Parrafus? Pero enseguida noté que mi memoria enlazadora, mis facilidades de asociación y síntesis, seguían intactas, y volví a cosechar los mejores resultados, como antaño. Entonces dirigí mi suspicacia en otra dirección, apunté el paraguas a otros nubarrones.
Lo que no me cerraba, lo que me hacía temer, fue Parrafus en Por Amor al Arte. Ese fue su comienzo, es sabido: un segmento lúdico, juguetón, una vez por semana, siempre la siesta de los jueves. Después creció y se emancipó, buscando su lugar en los vaivenes de la programación. Recaló en la noche, en la trasnoche, y aquello le quedó bien, lo hizo íntimo, próximo, compañero. Vino el suceso, a nuestra escala. Tuvo continuidad, cuatro años, 2006, 2007, 2008, 2009, casi sin interrupción, con vacaciones breves de nuestro conductor, o así lo recuerdo. Ah, y alguna transmisión de Cosquín… Ahora, este año, después de cuatro (descuento 2010, año de Caras y Caretas), volvía como apéndice, como entremés dentro del programa mayor. Y aquí llego al punto.
A Parrafus Interruptus parece faltarle su escencia porque Por Amor al Arte no es el mismo. ("Mucho cuidado a partir de ahora, Perenchio.") Lo que volvía extraño (lejano, ajeno, ajado) a Parrafus Interruptus era la pérdida de la intimidad. Ya no era un hombre solo leyéndonos a la noche (además, era más temprano). Ahora el aire, el micrófono, la mesa está superpoblada. (Cuidado, Marcelo.) No hace falta que los nombre, si alguien lee esto (y he aquí otro cambio: nadie lee) ya los conoce. Todos muy meritorios hombres y mujeres de radio, algunos que fueron acompañantes de Hugo en otros programas de los últimos años (los años sin Parrafus), pero… Pero. Pero. Pero. Es eso. La intimidad, la cercanía, la comunión se esfumaron en este Parrafus Interruptus. Muchas manos en un plato… Muchas voces en un micrófono…Muchos ojos en un libro… ¡Y qué intimidad querés con una, con una, con una…! (¡Perenchio Coronel!), ¡con una columnista como Nora Anchart! (¡QW%XWQ&!) ¡Y bueno, ella me quiso censurar, ¿o no?! ¡No le gustaba que gane “siempre” yo! Ahora debe estar contenta: no voy a ganar más. Nunca más. Todo terminó. El sueño termino. ¡Adiós, Nora Anchart!Y ¿Qué va a ser de la Perenchio, ahora, Adrián?

continuará

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Y bueno, volveremos al Pez Náufrago, de donde nunca debimos haber salido!
M

Marcelo Perenchio dijo...

Aguante
Galanternik! Decile que tengo Palabras a la Esfinge, si me lo autografia...

Anónimo dijo...

Uno de mis programas favoritos de la radio lo hicieron juntos Tom Lupo y Hugo, cuando Hugo empezó en Nacional en enero de 2005. Se ve que la programación aun no estaba fijada y hacían un programa de dos horas juntos con Tom Lupo. Habrá durado un mes, si es que llegó a tanto, porque después se dividieron el horario y se quedó una hora cada uno. Ah, pero qué buen programa hacían juntos!
M

Marcelo Perenchio dijo...

¿Paredero y Lupo juntos? Eso me lo perdí... ¿Qué hacía yo en el 2005? ¿Estaba Esteban? La respuesta es no. ¿Estaba Cristina? La respuesta es sí. ¿Trabajaba? Sí, desde el 98 otra vez. ¿Dónde? Creo que en Acción Social, en Pavon y Entre Rios, ¿no? ¿Qué escuchaba a la madrugada?
No, ahí había televisión. Toda la noche la tele encendida, pero casi sin volumen, porque todos dormían. Yo me llevaba un libro. Ah! Y había teléfono... No me acuerdo más.

Anónimo dijo...

El programa que yo digo era a la hora de la siesta, donde después quedó el primer Por amor al arte de radio nacional.