miércoles, 5 de mayo de 2010

La Noble Ernestina

El administrador del blog, Marcelo Perenchio, me hizo un pedido/intimación para que escriba alguna entrada en Los Parrafistas. Como todo empezó con el Párrafus, “un programa que hablaba de libros”, me dije: voy a hacer una reseña del libro más apasionante que he leído en mucho tiempo. Acá está:

LA NOBLE ERNESTINA
Pablo Llonto, año 2002
Editorial Punto de Encuentro, 2ª edición, 2008

Es un libro de rigurosa investigación periodística que recorre los últimos 60 años de la historia Argentina mientras repasa minuciosamente el camino que llevó al diario Clarín desde sus modestos comienzos a convertirse, primero en el Gran Diario Argentino, y luego, en una cuasi asociación ilícita: en “Oscurín”.

Podría venderse como una versión farandulesca o chimentera de la historia, algo así como: “De cómo una modesta bailarina de cabaret conquistó al elegante dueño del diario Clarín, se casó con él, desplazó a los herederos y transformó un buen negocio en ciernes en un emporio multimediático, todopoderoso y monopólico que hace temblar a jueces y gobiernos de turno”. Pero es mucho más que eso.

La adopción de sus hijos, proceso cuya legalidad está cuestionada en un largo proceso lleno de irregularidades que van desde el falso testimonio hasta la supresión de identidad, ocupa sólo una parte y lo hace con un nivel de documentación y de información de primera mano que, lejos de abrumar, entusiasma al lector.

El libro me resultó tan atractivo como vertiginoso. Su lectura me absorbió de tal manera que es el responsable de que pasara de estación en varios viajes en subte.
Hay en él una reivindicación del mejor periodismo de estos celebrados 200 años, desde Echeverría y José Hernández hasta Roberto Arlt, Walsh y Soriano.
Esta segunda edición, trae una especie de prólogo (cuyo objeto es poner a la obra en el contexto de lo acontecido entre la primera edición del 2002 y la del 2008, donde todos los temas tocados se precipitan sobre el país y los lectores, por su cercanía) que es una pieza literaria de colección, digna de la huella de los grandes que lo precedieron.

Resumiendo: si puede, no se lo pierda. Ajústese el cinturón de seguridad antes de comenzar a leerlo.

Fernando Terreno
http://lapulpera.blogspot.com/
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9 comentarios:

Emilia dijo...

Conocí a Pablo Llonto en 678 y quede impresionada por su valentia.
No imaginé volver a leerlo aquí en el blog.
Gracias por darnos a conocer gente tan comprometida con la verdad.

Marcelo Perenchio dijo...

Felicitaciones y gracias, Fernando, por aceptar finalmente el convite/conminación. Enhorabuena, asimismo, por tu entusiasmo con ese libro. No lo leí, pero me parece muy buena tu reseña. Eso sí, me gustaría saber si la invetigación dará cuenta también del poder en las sombras, de los poderosos detrás del trono. Aquello de la "modesta bailarina de cabaret" me recuerda la circunstancia en que la futura Isabelita conoció al general Perón. Y me pregunto si en el caso de la Noble también habrá existido un Lópecito que la ayudó a encumbrarse. "Transformar un buen negocio en ciernes en un emporio multimediático, todopoderoso y monopólico" me parece muy trabajoso, ambicioso y perverso para una damisela sola. A lo mejor algún día me saco la duda si puedo hacerme del libro de Llonto. Un abrazo. Y un beso a la fiel Emilia.

Fernando Terreno dijo...

Emilia:
No conozco a Pablo Llonto, pero el libro es apasionante.
Marcelo:
Y sí. Hay un personaje tipo Lopecito, pero yo, personalmente, tengo la impresión de que hay algo más que eso detrás.
Gracias a ambos

Marcelo Perenchio dijo...

¡Pero claro! ¡Más allá de los Lopecito internos que coadyuvan, está la sinarquía internacional antiargentina! ¡Qué hijos de la chingada!

Emilia dijo...

Fernando; Lo curioso es que el día anterior a tu opinión sobre el libro de Llonto.
Fué invitado al programa de canal 7: 6,7,8 por eso la sorpresa de tu comentario y mi interes por leerlo.

Marcelo: Como trabajas en este blog ! es un placer leerlo diariamente es una manera de estar cerca de Hugo.
A los dos todo mi afecto.

Fernando Terreno dijo...

Emilia:
El viernes pasado ví a Pablo Llonto (en realidad una filmación de días anteriores, supongo esa emisión que viste vos) y al fin lo conocí. La primera sorpresa es que fuera un tipo tan joven. Fue corto, pero lo ví tranquilo como parece en el libro.
Un abrazo.
Fernando

Emilia dijo...

Tal cual´, fué la grabación del día que participó en el programa, Es muy joven muy tranquilo y convencido de todo lo publicado en su libro.
También sorprendido por tantos años transcurridos desde su publicación e ignorada por casi todos los medios.
Despues de tu nota lo compré y lo estoy leyendo.

Pablo Graciani dijo...

Sin desmerecer la eficiencia ideologica de la viuda de Noble, no creamos que sus primeros acercamientos a los temas coyunturales del pais sucedieron solo a raiz de ser la esposa del fundador del Diario: Ella proviene de una familia profundamente conservadora y que actuo activamente en contra del Peronismo en los años 40, pero, para tener mas clara la pocision del Monopolio en la actualidad hay que rescatar la figura de Carlos Souto, director de "La Ese" una agencia de Marketing que desarrolla algunas tareas que no suelen venderse desde las paginas de los Clasificados de Clarin.
La Ese se dedica entre otras cosas a bloquear los telefonos de ciertos programas periodisticos desde un Call Center, tambien tiene como tarea "malversar" los tablones de discusion de la paginas de noticias, utilizando identidades falsas para inferir una opinion masiva. Tambien definen encuestas con el mismo metodo de falsear identidades.
La Ese trabaja para Clarin desde hace varios años, y Carlos Souto se ha jactado publicamente de haber "inventado" la frase del doble de Francisco de Narvaez "Alika, Alikate", tambien se lo sindica como el escritor de los discursos que ensayaron por television los Hijos adoptivos de la Noble.
Carlos Souto, en las sombras hoy, es un nombre que en los proximos tiempos se escuchara en muchas oportunidades, pues su figura sera cada vez mas atractiva para muchos porque es el hombre que mejor puede enfrentarse al poder oficial desde el cada vez mas fangoso terreno del marketing politico.

Anónimo dijo...
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