“Retratos imaginarios de los oyentes ganadores”, escribí en “Los Otros Lances”.
Se trataría de eso. Me había propuesto esbozar algunos rasgos posibles de los participantes de cada noche, inspirado, sobre todo en el caso de los “reincidentes”, por lo que vienen contando en cada una de sus intervenciones en el programa. Retrato no de su aspecto o su idiosincrasia, sino de algunas circunstancias más laterales que se pudieran inferir.
Lo llamé “Los otros lances” aludiendo a mi modo más habitual de ganar (16 lances contra 15 leídos) y al hecho de que lo iniciaba tras una semana con tres ganadoras mujeres, quienes eventualmente podrían interpretar que me tiraba un lance con ellas, sobre todo si mi esbozo era favorable o halagador.
En definitiva, el retrato imaginario se verificó en los dos primeros casos, los días en que ganaron Verónica de Lugano y María de Coghlan; sobre todo en el caso de la primera. Fue el día en que me sentí más lanzado. A lo mejor, simplemente, porque fue el primer esbozo. Después, en las semanas siguientes, ese propósito inicial se fue diluyendo y solamente fui haciendo una reseña de cada programa, contando la lectura de cada noche, mencionando a cada ganador (protestando por mis impedidas victorias) y poco más.
Este último lunes, cuando Verónica contó que perdió a su padre hace pocos días, recordé lo que yo había escrito sobre ella y me sentí después muy impresionado. Ya lo dije todo en mi reseña correspondiente a ese día. Ahora sólo quería contar a los lectores y colaboradores de este Blog que no voy a seguir con esa idea de los retratos imaginarios, que por eso llamé Ultimos Lances a lo que publiqué hace un rato y que ya veré como continúo escribiendo para el Blog.
Buena suerte a todos para el lunes.
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