domingo, 10 de junio de 2007

Mas Lances

Lunes 4 de Junio

Teatro. Hugo eligió leer hoy una obra teatral.
No es mi especialidad. Se lo dije en el primer mail que le envié, el año pasado: Es una importante laguna en mi formación cultural: no leo (ni veo) teatro. Excepto algunos superclásicos, la dramaturgia no ocupa casi lugar en mi biblioteca. Razones socioculturales, socioeconómicas, economicogeográficas... En fin, por X razón no he frecuentado como espectador esa expresión artística y, por ende, la he postergado como lector.
Sin embargo, gané dos Párrafus con Teatro. Con “Hombre y Superhombre”, de George Bernard Shaw, después de percibir durante ocho minutos la evidente y reiterada omisión de la palabra ‘Hombre’ en la lectura de aquel dilatado introito, y con “Los Arboles Mueren de Pié”, de Alejandro Casona, que había hojeado en una librería. En este último caso, las primeras palabras, que describen una moderna oficina capitalista, me habían quedado en la memoria por el contraste que establecieron con lo que yo me había imaginado del asunto de esta obra: un melodrama histórico de ambiente hispano o colonial.
Hoy ganó el retornado Roberto Lopez Motta, locutor de Radio de la Ciudad (AM 1110), a quien a veces escucho cuando acompaña a Liliana Daunes en “La Rosa Blindada”. Según mis registros, no ganaba desde mediados de marzo, cuando lo hizo con “Fortunata y Jacinta”, la novela de Benito Perez Galdos.
Retorna al podio con una obra de Eugene O’ Neill, “Deseo bajo los Olmos”. Ganó en 42 segundos. No me dio tiempo a nada. El detectó el título cuando escuchó “Granja Cabot”. Yo, cuando detecté la omisión de la palabra ‘Olmos’: “Junto a la casa, dos hm-hm dejan caer sus ramas sobre los techos como si...”, o algo así. Llamé, pero la línea ya estaba ocupada. Como en otras ocasiones, me consolé pensando en las veces que yo les ocupé inmediatamente la línea a otros participantes. Triste consuelo...
‘Olmos’ y el género teatral me remitieron a “Deseo bajo los Olmos”, una película que empecé a ver hace mucho, de la que recuerdo a Sofia Loren y Anthony Perkins, como protagonistas, y a Eugene O’Neill como autor. Ese fue, esta vez, el sencillo derrotero de mi deducción. Y resulté merecidamente derrotado por alguien que sí vio y leyó la obra.
De O’Neill yo recuerdo vagamente una obra corta que está en la célebre “Antología de la Literatura Fantástica”, de Borges, Bioy Casares y Silvina Ocampo. Se llama “Donde está marcada la cruz” y es de ambiente marino.
Lopez Motta es sindicado por Paredero como especialista en teatro. Según yo recuerdo, el locutor y poeta ganó bastante con poesía: José Martí, Emily Dickinson, Antonio Machado. También con un cuento secreto de Roberto Arlt: “Ester Primavera”. Es un participante muy completo. Ahora hace un tiempo que no aparecía; contó que no pudo escuchar unos cuantos programas.
Esta noche tuvo una participación muy escueta –de la que algunos deberíamos tomar ejemplo. Suele ser así Roberto, aunque su manejo de la voz logra hacer intensas y sustanciosas sus apariciones. Además, por su profesión conoce los tiempos de la radio y no se deja llevar por ninguna expansión o énfasis; responde a las indagaciones del conductor moderadamente, con medida y armonia. A propósito, lo que no tengo muy presente es alguna presición sobre su condición de poeta; creo que en algún momento del año pasado dijo que en este 2007 se editaría algo suyo, pero no recuerdo que Paredero haya abundado nunca en estas cuestiones. Tal vez, si Lopez Motta visita el Blog y encuentra esta semblanza sobre su último triunfo, nos cuente por este medio algo más a ese respecto.
Un abrazo, Roberto.

Martes 5 de Junio

A solicitud de un oyente, en las últimas noches Paredero anuncia el género elegido al comienzo nomás del programa. Esta noche, poesía. Entonces, a las 00.33, abandono del todo la esperanza y resigno la victoria en manos (o voces) de otros.
Como con el teatro, gané solo dos veces con poesía. Con Alfonsina Storni, de quien conocía la versión cantada por Marikena Monti de “La Loba”; y con Arthur Rimbaud, porque “Una Temporada en el Infierno” es más bien prosa poética.
De la poesía no puedo decir que no la haya frecuentado por razones económicas, como en el caso del teatro. Se encuentran libros de poesía de todos los tiempos y todas las regiones en todas las mesas de ofertas de las librerías. Pero algo me hizo postergar siempre este género.
Pero no, no siempre. Hay algunos poetas que he frecuentado. Podría decir esto: no me gusta tanto la poesía, pero me gustan los poetas. (Esto me recuerda algo que repetía hace mucho en relación a mis conquistas amorosas: No te quiero liberada, pero quiero liberarte, les decía.) Algunos datos biográficos, alguna semblanza, me llevaron a interesarme por la obra poética de ciertos autores, pero no exploré nunca el género detenidamente. Mis preferencias son desprolijas, entonces, y van de Pessoa a Luis Franco, de Carriego a Michaux, de Discepolo y Garcia Jimenez a Alejandra Pizarnik.
Esta noche Hugo leyó a Cesar Vallejo. Tuve un amigo, Pablo, a quien le gustaba mucho el peruano. Tenía un volumen con las obras completas que empezaba con un largo estudio de la vida y obra del poeta. Lo miré varias veces en su casa, pero nunca me decidí a llevármelo prestado. Recuerdo que, estando en prisión, creo, Vallejo iba a publicar su segundo libro, al que quería llamar “Los Craneos de Bronce”, y lo iba a firmar con el seudónimo Cesar Perú. Un amigo lo disuadió de ese nacionalismo nominal y además lo hizo cambiar el título. En definitiva ese libro fue “Trilce”.
Paredero leyo: “España, aparta de mi este caliz”. Lo conozco porque Paco Ibañez musicalizó alguno de esos versos. Me sonó el comienzo: ”Voluntario de...”. Pero quise escuchar un poco más (antes de arriesgar) y en eso llamó Luis Gobea, el oyente de De la Garma.
Siempre me olvido de fijarme en mis mapas dónde queda exactamente ese pueblo. Esta noche Luis contó que la librería más cercana está en Tres Arroyos, a 80 kilómetros, así que debe estar por esos rumbos del sur de la provincia. Contó también de un reencuentro que tuvo, gracias a sus participaciones en Párrafus, con una profesora del secundario. Y de otras personas del pueblo que también lo escucharon. Magias que propicia el programa, dijo Hugo, remitiendo, inadvertidamente, a la primera entrada de este Blog.




Miércoles 6 de Junio

Otro miércoles, otro Fernando. Y se completa otra semana con podio plenamente masculino. No ganó ninguna mujer y no gané yo –diré, por seguir la broma de Mi Párrafus Interruptus.
Esta vez es Fernando de Chacarita, el señor alto, canoso, de ojos claros, a quien tuve oportunidad de conocer en la reunión de oyentes de la feria del libro. Ganó con un cuento de título sumamente apropiado para una cerrada noche de niebla: “El Capote”, del ruso Nicolas Gogol. Un clásico de la cuentística universal que algún día tenía que llegar a Párrafus. Parece que, además de clásico, es una especie de mojón del género, al menos para la literatura rusa, lo que ya es mucho decir. Paredero comenta que Ivan Turgueniev dijo que todos los cuentistas salieron del capote de Gogol. Fernando, tal vez con la habitual ayuda de su esposa, como contó en la feria, lo reconoció e interrumpió al conductor en un minuto y diez segundos.
Yo esta noche no tuve ni idea. Alguna vez, hace muchos años, tuve en mi mano un volumen que salió con Página 12 y que incluía ese cuento. Recuerdo que tenía la tapa azul. Lo vi en casa de mi viejo amigo Pablo, que generalmente me regalaba esos libritos, pero parece que a este no me lo llevé, ni lo hojeé siquiera, así que para mi memoria fue una lectura desconocida; y para alguna retorcida deducción (acertada o no) faltó tiempo. Pero el Párrafus de hoy me hizo recordar que ya hace mucho tiempo me estoy debiendo los rusos; excepto un volumen de cuentos de Leonidas Andreiev y uno de cartas de Maiacovski, no he leido a ninguno de esos titanes literarios: ni el de esta noche, ni Pushkin, ni Tolstoi, ni Dostoievski. Especialmente en este último caso, se trata de una postergación inexplicable. Sé que Fedor me va a gustar, que su obra tiene que ver conmigo. Pronto voy a tener que retirarme unas semanas a explorar esas dilatadas novelas. Espero tener retorno.
Por el momento, se fue velozmente la primera semana Parrafista de junio, y fueron tres ganadores distintos los que nos depararon estas neblinosas noches. Enhorabuena.

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