Historia del Blog
Creo que ya hablé un par de veces en este Blog de mi semianalfabetismo tecnológico. Una contradicción, o paradoja, quizá, ya que soy el creador del mismo. Quiero historiar hoy el desarrollo de esta creación.
Nunca fui muy amigo de Internet; sin embargo, lo escribo con mayúsculas porque respeto a la red como una herramienta formidable para la comunicación entre las personas y la mejor trasmisión de la información. No quiero crear polémica al respecto. Si creo que esto de la World Wibe Web fue arrojado como un hueso a los perros por los servicios de inteligencia yanquis cuando les quedó caduca militarmente (¡quién sabe en que andarán ahora!), es sólamente por mi enferma visión conspirativa de la historia, y allá yo.
La cosa es que nunca me empapé demasiado en todo esto; de ahí, quizá, mi ignorancia; de ahí, seguramente, mi analfabetismo.
Un amigo me enseñó alguna vez cómo abrir una casilla de mail; poco después me la cerraron por falta de uso; en algún momento utilizé un buscador para hallar información sobre alguna película o libro; asimismo, no me quedó más remedio, alguna madrugada de cibercafé noventoso, que escudriñar exploratoriamente algún material pornográfico (que constituye el 80 % de lo que circula, dicen). Poco más que eso. Pero tengo mis motivos.
Me acuerdo del título de una carta que una vez le envié al crítico y también hombre de radio Jorge Dubatti. Me acuerdo que su esposa y colaboradora Nora Lía Sormani la leyó completa en el programa, y aquello fue una afectuosa satisfacción en una de mis largas y solitarias noches de trabajo. Fue, también, un aislado antecedente de mi actual participación en Párrafus Interruptus.
Había titulado la carta: “¿Convicción o carencia?”. Me refería a algo que hoy en día suelo mencionar en el programa: que, por mis escasos recursos financieros, cuando visito una librería estoy limitado a las mesas de ofertas. Esta carencia también explica, quizá, o ayuda a entender, mi posición en torno a la Internet. No tengo computadora, por lo cual creo que sería inutil, o delirante, solicitar el servicio en mi domicilio. Estoy constreñido, entonces, a los locutorios, ruidosos de niños o sórdidos de adultos, donde el digital reloj tarifador es un elemento para tener muy en cuenta. Así, sin la comodidad de la Internet hogareña, me he tenido que mantener bastante al margen de estos avances en la tecnología de la comunicación; bastante saludablemente, quizá
Pero, en el mes de diciembre último, el compañero oyente Quique Figueroa, de Trelew, envía un mail a Párrafus, y Paredero lo lee al aire. En él, Quique felicita el éxito e incluso la sinceridad de este habitual ganador (quien suscribe), que en una de sus participaciones declinó recibir como regalo la misma novela de Martha Lynch (“La señora Ordoñez”) cuya lectura había acertado pero que no creía poder disfrutar.
Creo que fue a raiz de ese mail que Hugo habló del Blog del compañero Quique. Entonces, al visitarlo en retribución a sus amables comentarios, me encuentro, en un ángulo de la pantalla llena de su bello Carpe Diem, una etiqueta que dice “Crear Blog”. De ahí a idear un lugar en Internet para el encuentro virtual de los oyentes de Párrafus, hubo un paso. Y los pasos para la creación de un Blog a partir de aquella etiqueta fueron tan sencillos, que hasta un semianalfabeto, ignorante y paranóico informático, como yo, pudo seguirlos.
Ahora está faltando el encuentro. Pero en eso estamos. Esto recién empieza.
2 comentarios:
Hola Marcelo:
Hoy comprobaré si es cierto tu "teoría" de que escribir en el blog dá suerte.
Mientras tanto te digo, buscando el lado positivo de tu carta a Dubatti, que estás a salvo de best-sellers, lo que no es poco.
Mantenerse a salvo de Jarris Postres y otros que no quiero nombrar para no meterme en problemas, requeriría una energía muy grande que te ahorrás. Y los 50 años de vigencia de los derechos de autor, te garantizan que casi todo lo que ha pasado el filtro del tiempo y llegado a la mesa de saldos es un clásico con todas las letras.
Con relación al blog, tengo la certeza de que somos mucho más los que lo leemos que los que escribimos, aunque sea comentarios. De modo que para que tu criatura se convierta en un clásico no te queda otro camino que "agua y ajo", y la esperanza de que no serán necesarios 50 años.
Mientras tanto gracias por mi parte por tu(s) trabajo(s) y por esa memoria que se ve en los relatos además de en el Párrafus.
Fernando Terreno
Disculpe...usted es el tan mencionado campeón del programa del señor Paredero?
Mis felicitaciones!
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