jueves, 20 de septiembre de 2007

Leed, leed malditos!



Hagamos un Parrafus Inversus:

- ¿Por-qué la has matado? - preguntó el policía que estaba sentado junto a mí.
- Ella me lo pidió.
- ¿Lo has oído Ben?
- Es un chico muy servicial - dijo Ben por encima de su espalda.
- ¿Ese es el único motivo que tenías? - preguntó el policía.
- ¿Acaso no matan a los caballos? - respondí

Este es el fragmento final de la novela negra de Horace McCoy, escrita en 1935, en plena recesión norteamericana, y protagonista del Párrafus 219 [20.9.07]

En rigor, me llamaron la atención algunos detalles de la obra, cuando esta fuera llevada al cine en 1969. Su novela fué reivindicada como el puntapié del existencialismo norteamericano.

Luego vendría la segunda guerra, y recién con el Mayo Francés, surgiría el momento propicio para una postura contestaria, signada por el contexto de la guerra de Vietnam.
Allí Sidney Pollack, un cineasta proveniente de la televisión ve la oportunidad de hacer una crítica a la sociedad de ese momento, al recuperar la novela de McCoy y narrar las peripecias de la depresión, cuando se organizaban maratones de baile para las multitudes que padecían hambre, falta de laburo y guita.
Obviamente eran engaña pichangas.
Probablemente en esta crítica harto certera, McCoy fué elíptica [y no casualmente] ignorado.

Pero, el argumento me lleva a los concursos de gran hermano y bailando/patinando/[cualquier gerundio] por lo que fuere. Situación omnivigente.
O a la muestra fotográfica del genial Liborio Justo, quien retratara ese momento tan peculiar de la vida norteamericana [creo en exposición en la Biblioteca Nacional hasta fines de septiembre].

Y como saltamos de la miseria humana, remate que señalamos en el final de la novela: el tema de la eutanasia. Tanto Pollack como McCoy, comparan el acto de matar a una persona que está sufriendo con la acción de sacrificar a un caballo herido.

Digo, toman una postura, pero dentro de un correlato que es extenso, y abunda en detalles, y no como una posición antojadiza.

La peli como tal ganó un Oscar al mejor actor de reparto (Gig Young), y obtuvo otras ocho nominaciones: mejor director, mejor actriz principal (la preciosa Jane Fonda), mejor actriz de reparto (Susannah York), mejor dirección artística, mejor guión adaptado, mejor montaje, mejor música, y mejor vestuario.

En el año 2006 sigue teniendo el dudoso honor de ser la película con más nominaciones a los Oscars (9) sin estar nominada a Mejor Película. ¿Por-qué será?

También [Danzad], marca un punto de inflexión entre los directores, el ascenso y consagración de los provenientes de la TV.
Hoy hay más directores indiscutidos que provienen de ese ámbito [no tantos como desearamos], que logran un ritmo entretenido, llevadero y desarrollan tramas complejas con múltiples episodios dentro de cada capítulo.
Pienso en series como ER, Six feet under, Third Watch u otras policiales de Hallmark o Film & Arts.
La TV marca nuestro modus vivendi [nos guste o no], y se muestra lo políticamente correcto, aunque hemos observado algunos "deslices" en The West Wing.
Precisamente por eso considero interesante reparar en ciertas señales televisivas [Warner, Hallmark, Sony, etc., canal 7 de Argentina, el canal de Series, canal a, Encuentro, etc.]

Liborio y Horace McCoy fueron al decir de Scalabrini Ortiz unos "malditos".
Pero desde ya, su mensaje y obra no era comprensible del todo en ese momento.
Hoy la TV, internet, alguna prensa y la radio pueden ser medios complementarios.

El desafío es armar el rompecabezas.

Pese a lo negro del género, y de la expectativa McCoyriana, Pollackiana, no puedo obviar como la Fonda nos devuelve el alma al cuerpo, sin desnudos, sino con sensual inteligencia.
Aunque, jamás la hubiese matado ..

3 comentarios:

ceciliaperezde dijo...

Ay esa gente!!! Esas mentes... Cuánto tenemos para aprender!!!
GRACIAS

ceciliaperezde dijo...

Ay esa gente!!! Esas mentes... Cuánto tenemos para aprender!!!
GRACIAS

Anónimo dijo...

DE QUE HABLAS FLACA?