miércoles, 19 de septiembre de 2007

Ludópatas

Irrefrenables ludópatas:
Saludo y comparto el comentario del Romero radioescucha, no del historiador.
Un año ha salía esta nota en Página 12, donde se aludía al caso de violaciones por parte de la fuerza aérea.

Y vino a mi marote, el genial escritor oriental, gran compositor y mejor entrevistaor: el Mauricio Rosencof.
Aquel de las cartas que nunca llegaron, o el de las historias de la Margarita.
Esas que fueron tan pero tan bien escritas, que mi [por aquel entonces pequeña] Tini se echaba a llorar, al escuchar:
Llevaba un vestidito tan liviano
que el corazón se me fue para la sien.


Rosencof no enloqueció gracias a su memoria prodigiosa, y tenacidad envidiables, permitieronle guardar su obra en los papeluchos de cigarro que escondía en los puños de las camisas que mandaba a lavar.
Y las historias de Margarita, tienen un tinte entre costumbrista y romántico. Algo como el Florencio Sanchez.

Dice Mauricio, que hasta escribió versos para las prometidas de los carceleros ..
Una especie de Oesterheld, a quien los milicos aún secuestrado, le hacian escribir una historieta sobre San Martín. Pero ese es otro desvelo, n'est ce pas?

Alberto [Romero] dice que no va a ganar, patrañas.
Ese anuncio alude a la sed del fuego sagrado, primero acercarse, luego darse a conocer, para finalmente dar el zarpazo.
Como las garras que muestran la María de Coghlan, el Bobby López Motta, la Verónica Cornejo de Lugano, o el Schumacher Formúla Uno de los interruptus, el Perenchio, quien anda en tratativas con el motor que habra de correr en días hábiles: nosocomios, edificios públicos, o cabarets. Allí donde falte seguridad literaria, habrá de ir a parar el hombre de Laferrere. Ese que no se deja ganar al ajedrez, ni a las canicas.


Sobre el acertijo de hoy, "Becket", de Jean Anouilh, es la historia de la tempestuosa relación, a mediados del siglo XII, entre Thomas Becket, arzobispo de Canterbury, y el rey de Inglaterra, Enrique II.
Ambos fueron íntimos amigos en la juventud, para querellarse después, cuando Thomas, designado por el rey arzobispo de Canterbury, se negó, en condición de tal, a entregarle un clérigo que había sido juzgado por el tribunal eclesiástico, para ser llevado ante un tribunal laico.

La tesis de Becket tiene vigencia hasta hoy: no se puede castigar dos veces a una persona por un mismo crimen.
Los ánimos se enardecieron y un grupo de gente armada entró una noche en la catedral de Canterbury y asesinó al arzobispo sobre los escalones del altar.
Es santo y mártir para católicos y anglicanos, e hizo que el archicófrade Hugo se desprendiese de un viejo ejemplar de su biblioteca personal, para entregarlo al kólega locutor de Sarandí, el poeta López Motta. Estará en buenas manos.

Coincido con Roberto. Resulta harto interesante contar con un libro, donde las anotaciones, o subrayados permiten ver una faceta del antiguo poseedor del ejemplar.
Es uno de los grandes valores de la colección Cecilia Braslavsky, cuya biblioteca fuera donada a la Biblioteca Nacional de Maestros. Sus libros se encuentran con anotaciones, y resaltados, esto permite imaginar con alguna precisión mayor como uno va percibiendo la obra en cuestión.

Por las dudas, marco con lápiz [y a un costado] los párrafos sobresalientes.

Pequeños e insignificantes rayes..

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