miércoles, 3 de junio de 2009

La novela de un padre

“Aunque me fuercen yo nunca voy a decir que todo el tiempo por pasado fue mejor: mañana es mejor”
Luís Alberto Spinetta, “Artaud”


Las amables palabras de Fernando Terreno tras su triunfo de la semana pasada están todavía pendientes de agradecimiento. Esa deuda me hace sentarme hoy otra vez a la máquina, robándole unos minutos preciosos al necesitado descanso. Pero el amigo de Chacarita lo merece.
Es difícil de entender, para un primerizo como yo, la manera en que la atención de un bebé consume tanta energía. Aunque me tomé todo esto con mucha más naturalidad que Cristina (que se toma casi todo muy a la tremenda), aunque disfruto mucho, en un ciento por ciento, tanto las nuevas tareas domésticas que el Fulanito exige (cocina, alimentación, limpieza) como el tiempo de pasividad en que sólo hay que cuidarlo, termino los días en que estamos juntos (mis tres días de franco y parte del jueves) con un agotamiento pocas veces experimentado. Tal vez también a mí, en realidad, un tremendismo inconciente me hace vivir todo esto con una carga importante de preocupación. Somos padres grandes, es nuestro primer hijo, y no hay duda de que los temores y dificultades de la crianza, vistos allá a lo lejos, ajenamente hasta ahora, hacen su trabajito en nuestras cabezas.
De modo que sobre todo ahora, cuando ya el susodicho cumplió un año y requiere permanentes estímulos para lanzarse a la marcha y a la palabra, no me está quedando tiempo ni energía para nada -ni siquiera para las estimulantes palabras que la marcha de este Blog me vienen generando desde hace más de dos años.
Dicho todo esto -como insulsa justificación de mi reciente pobreza en el Blog y en el juego-, paso a la glosa de la más enaltecedora hipótesis del amigo Terreno.
Dijo Terreno que se le había ocurrido un apodo para mí: “Ireneo Funes” Perenchio, por el memorioso personaje de don Jorge Borges. Hasta ahí, me reiteraba un apodo que ya recibiera antaño (creo que de parte de Hugo); es posible que Fernando no lo hubiera escuchado entonces, o que no lo recordara. Pero lo interesante de este renovado mote es que nuestro ingeniero, jugando ingeniosamente con las palabras, transformaba “Funes” en “Fénix”.
Se charlaba con Hugo de la autorizada reiteración de autores. Recordaron que Perenchio, recalcitrante opositor, no estaba de acuerdo con la medida. Entonces Fernando, amistoso y magnánimo, arriesgó que en cualquier momento yo reacomodaría el “chip” a la nueva reglamentación y, cual ave fénix, resurgiría de mi cenicienta ubicación en el podio 2009 (así quise interpretarlo) para arrasar otra vez en el torneo anual. Así, se anticipaba a denominarme “Ireneo Fénix” Perenchio.
Muchas gracias por tu teoría, Fernandito, pero dificulto. Me parece que ya puede decirse que los queridos compañeros oyentes Tsolakian y Cornejo (grrrrrrr), que marchan cabeza a cabeza, se disputarán esta vez la primacía. Es cierto que permanezco en un tercer puesto expectante (¿o segundo?), pero creo que eso será todo.
Eso sí: parafraseando a un tiempo a María Suárez (antitéticamente) y a Luís Alberto Spinetta, digo esto: “Aunque me fuercen, yo nunca voy a decir que… ‘se me acabó el repertorio’”
Y, por otra parte, también puede decirse que, aunque este 2009 no será el año de Perenchio en Párrafus Interruptus, sí lo es, en lo futbolístico, el de mi querido Chacarita Juniors, que se aproxima sábado a sábado (y faltan solo tres) al ascenso a la primera división.
Así que prepárense, bosteros y gallináceos: a partir de agosto volveremos a vernos las caras y el Funebrero enterrará a más de uno.
¿Ven? Sigo de capa caída. Ese final, propio de cualquier suplemento deportivo, no es para nada brillante. ¡Pero sí lo es la tricolor de Chaca, la camiseta más bella del fútbol argentino!

3 comentarios:

Fernando Terreno dijo...

Gracias Ireneo Fénix Marcelo P.
Es cierto eso de que la mano viene brava y, encima, también es cierto ese refrán que dice "caballo que alcanza, ganar quiere".
Pero no es menos cierto que seguiremos escuchando y disfrutando; y que siempre nos queda la posibilidad de responder a la pregunta: -¿Cómo te fue anoche con el Párrafus?
-Gané... experiencia (y un autor para tener en cuenta o desechar).
Un abrazo
Fernando

¿Cómo anda la programación del chip? No se apure que la serenata es larga. Y no me la rigoree a Doña Verónica ¡con la falta que hacía una jocketa en este hipódromo!

Marcelo Perenchio dijo...

¡No me hablés! Sobre que me abundan los desconocidos, ahora, anoche encima no me animé a arriesgar. ¡Y era el Gilgamesh, nomás! ¡Me caigo y me levanto! Ojalá pudiera tomarmelo con tu filosofía... Pero, ¿que faltaba una jocketa? Ah, bueno. Veo que sigue todo mal con la María Suárez... Abrazos

Fernando Terreno dijo...

Ireneo F. M. Perenchio:
No seas cizañero. Debí decir "otra" Jocketa en la "estadística".
Tuve una garn alegría al escuchar a María cuando "Los hijos de Sánchez" y su comentario de su foto setentosa con el libro cuya tapa en blanco y negro recuerdo perfectamente.
Sucede que a vos y a ella, los tengo entre los "intocables", pero ojito que "intocable" también era Nicolino Loche...
Un abrazo
Fernando