miércoles, 1 de octubre de 2008

Una de cal, una de arena y una de cemento

Inesperada sorpresa el lunes, en el segundo Párrafus de la semana.
Ya sé: todas las sorpresas son inesperadas. Pero digo esto: fue inesperada la referencia al programa anterior (el del domingo por la noche) y fue sorpresivo lo referido.
Hubiérase esperado una simple mención (una más) del nuevo Ininterruptus. Pero no. Hugo nos relató unos pormenores jamás imaginados.
Como los oyentes fieles recordarán (como habrán visto en la lista de lecturas los que se saltean programas), el juego del domingo terminó sin ganador. Se leyó una pieza teatral, en apariencia sencilla (para los conocedores del género), pero se leyó hasta la una sin que nadie supiera responder título y autor.
“Ininterruptus”, anoté en la lista al día siguiente. Pero tuve que corregirlo. Porque Hugo esa noche nos cuenta que, simultáneamente con el timbre que a la una pone fin a su lectura, había sonado el teléfono. El joven Acevedo, por reflejo, atendió; y era la oyente María Inés Azarri, la actriz de Almagro, con la respuesta correcta.
Hugo no contó qué se le dijo a la Azarri en ese momento, pero es un hecho que, tras ese timbre, no se podía volver al aire.
La deliberación para decidir qué hacer al respecto duró hasta el comienzo del programa del martes. Hasta entonces Hugo pugnaba por convencer al intransigente Escribano que lo secunda, quien verifica cada noche el estricto cumplimiento del reglamento del juego, de que debía darse por válida la intervención de la oyente. Y era indispensable el desempate por parte de este leguleyo, ya que había dos posiciones encontradas. Hugo y la productora Adriana Baldessari querían dar por ganado el juego a María Inés. Leonardo Acevedo y Lucas Gatti, asistentes de la producción, decían que, al no haber habido interruptus de la lectura, era Ininterruptus: juego vacante.
Ante la vacilación del Escribano, se convocó a la propia interesada. María Inés se comunicó y dio su versión. Su llamado, dijo, fue durante la lectura, ya que alcanzó a escuchar el timbre de la una después de haberle dado a Leonardo título y autor. Ante este testimonio, se acabó el debate. Y, por primera vez en el ciclo, se declaró ganador a un oyente al día siguiente del juego.
La obra era “Lástima que sea una puta”; su autor, el inglés del siglo XVII John Ford.
Y me quedó una duda. Promediando los trece minutos de lectura, ingresa a escena un personaje cuyo nombre, de tres sílabas, es omitido por Hugo cada vez que aparece. La pregunta es: ¿por qué esa omisión, si en el título no hay ningún nombre? Se me ocurre una explicación posible: la obra también es conocida como “Lástima que sea una ramera”. ¿Será que con ese apelativo se nombra a este personaje en el texto?
Como curiosidad, menciono que esa obra fue llevada al cine en 1971 por Giussepe Patronni-Griffi, con Charlotte Rampling y Fabio Testi como los incestuosos hermanos. Esto lo averigüé en la mañana del lunes, cuando creía que habíamos asistido a un nuevo Ininterruptus y concurrí al locutorio de la calle Beltrán a investigar en la Internet.

Después, tras ese debate y posterior premiación (María Inés se ganó el libro “Ajenjo”, que, si no escuché mal, fue escrito por Alesteir Crowley, “el hombre más malo del mundo”), el género de esa noche fue Novela. Hugo leyó “Archipiélago Gulag”, del ruso Alexander Solyenitzin, y ganó Fernando Terreno, de Chacarita.

Y después, hoy, miércoles ya, un cuento (o dos) que sí devino en el Ininterruptus Nº 19 del ciclo. Protagonista del relato, además de un grupo de chicos amigos y de otro, nuevo en el barrio, un actor de radioteatro llamado Eduardo Arriti. Y me pregunto si seré yo, o si a alguien más ‘Arriti’ le sonará tan parecido a ‘Azarri’... con todas las implicancias que esta cacofonía destilaría.
Mal comienzo de octubre, en definitiva, con un Párrafus sin ganador. Pero, como evaluaba Hugo la otra noche, el porcentaje de lecturas develadas es inmenso (un 95.4, hoy por hoy), así que sigue abierta la posibilidad de postular al programa para el libro Guinnes. Aunque quizá no exista un rubro, rango o parámetro que nos acoja. Lo que sí podemos intentar, de acuerdo a una amable sugerencia del amigo Anónimo, es redactar un documento sobre Párrafus para la Wikipedia. Si alguien quiere colaborar, hacer punta o tirar ideas, acá los espero. O si alguien quiere hacerlo por cuenta propia, sin avisar, vale también. La libertad, ante todo.
Buenas tardes.

(Después de publicar esto voy a investigar acerca de la lectura de anoche. El título, de acuerdo a las palabras omitidas en el relato, no es difícil; yo llamé y lo tiré, “el hm-hm de las hm-hm”, para confirmar, pero ni idea del autor. Y tampoco me dice nada aquello de un libro de cuentos dividido en capítulos. Pero ahora me fijo. Chau.)

4 comentarios:

Marcelo Perenchio dijo...

Ya averigüé. Me quiero matar. Quisiera estar como los muertos… ¿Cómo no se me ocurrió? Claro, estaba en el trabajo, sin libros a la mano. Y bueno, son sucesos que pasan. Esta noche escucho en casa, como tanto oyente que anda por ahí…

Anónimo dijo...

No se como a un gran lector de revistas literarias como sos vos se le pudo pasar. Una pena que nadie lo sacara porque a lo mejor había una sorpresa extra.

Marta dijo...

Quiero ver esa película. Me encanta Charlotte Rampling.
¿La peli se llama igual que la obra?

Marcelo Perenchio dijo...

No me cargués,Sandra. Leo revistas literarias, pero de segunda mano, viejísimas. Aunque, está bien, este autor está presente en algunas redacciones o aparece reporteado desde hace muchísimo -como que su primer libro de cuentos cumple este año 40.
Y para Marta: La película se llama "Adiós, hermano cruel". La ví alrededor de los 16 años porque me habían dicho que era supererótica; pero no tenía casi nada de eso, y además no entendí nada porque el subtitulado no se distinguía en los largos tramos de imágenes con nieve o sábanas blancas. De todos modos, ahí me empezó a gustar la Rampling.