El lunes, o monday, o día de la luna, “Viaje a la luna”. Del francés del siglo XVII Cyrano de Bergerac, precursor de la ciencia-ficción.
-¿De quién? ¿Cyrano? ¡Pero si Cyrano ya se leyó!
Con Cyrano de Bergerac se inicia la sopa de nombres de esta semana. En efecto, el narizota ya estuvo presente en Párrafus, pero como personaje. Era el protagonista de la pieza teatral de Edmond Rostand (Parrafista Nº 248), para cuyo título prestó su nombre.
El martes, el otro Neruda. Jan Neruda, el checo, el de los célebres “Cuentos de la Malá Strana”. El que inspirara, según siempre se creyó, al poeta chileno (Parrafista Nº 163) para la elección de su seudónimo. Sin embargo, al respecto, esta semana un amigo Anónimo aporta a nuestro Blog un interesante artículo del escritor Carlos Bernatek, con un posible origen distinto de ese seudónimo.
Y tras este inicio de semana, con un nombre de autor que fuera de personaje y un nombre real que trocara a ficticio, llegamos al miércoles… en que no hubo ningún nombre.
El miércoles, el señor Horacio Marcelo Perenchio Coronel tuvo el tupé de intervenir en el juego dando sólo el título de la obra (mal) y el cargo (eclesiástico, por cierto) de su autor. Pero se lo dieron por ganado.
Se trataba de poesía, y el insoportable Perenchio dijo: “’El libro del buen amor’, del Arcipreste de Hita”.
La leve gaffe en el título es perdonable; en realidad es “Libro de buen amor”. Pero decir solamente “Arcipreste de Hita”, en lugar de Juan Ruiz, es como si en ocasión de la lectura de Horacio Quiroga se hubiera respondido: “’El almohadón de plumas’, del juez de paz de San Ignacio”. O como si cuando Virgilio, López Motta hubiera dicho: “’La Eneida’, del príncipe de los poetas”. O como si Marta Zander dijera: “’El nadador’, del Chejov de los suburbios”, sin nombrar a John Cheever. Y no me digan que Perenchio basa su omisión en las discusiones que aún hoy existen acerca de la verdadera identidad del autor del “Libro…”. Se trata de ignorancia supina y descaro liso y llano, y ya resultan realmente inadmisibles los privilegios de este pibe…
Pero, a propósito de Virgilio y de pibes, hay que decir que a la noche siguiente, el jueves, el jovencísimo Maxi Pozzi volvió al triunfo, y que, como la semana pasada con “Martin Dressler”, otra vez lo hizo sobre la hora.
Se leía, después de la tanda, el cuarto cuento breve de la noche, cuando Maxi, tras revisar sus apuntes del Nacional Buenos Aires, apareció en el aire para decir que el tercero había sido “Natación”. Valía cualquiera de los cuatro títulos, así que su respuesta fue correcta. Pero dijo: “De Virgilio Pereira”. (Esto lo verifiqué, vía mail, con Marta Zander, que escuchó lo mismo, y en todo caso ahí están los “Audios diarios del programa”.) Y el autor era el cubano Virgilio Piñera.
Piñera-Pereira. Suenan parecido. Pudo ser un furcio, o pudo ser una lectura veloz de un apunte taquigráfico. Como sea, nuevo disimulo piadoso de nuestro conductor, y aquí no ha pasado nada…
Sólamente otro ingrediente para la sopa de nombres que a lo largo de esta semana, paulatinamente, parece haber preparado, presagiado, pre… anunciado el Ininterruptus del viernes, ¡que tiene un nombre en el título!
-No sé para qué sigue tirando pistas este, después se enoja cuando otro gana con los Ininterruptus…
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