Saludo y celebro el "quinto centenario de colonización irracional" que nos irradiamos mutuamente: Vd. allí, nos aquí.
"Por las obras los conoceréis". Bien dijo Vd., frente al error del "podio enebreriano", en vez de aprovecharse de él, il vero parrafista emula a José Gervasio Artigas, ya que con la verdad, no ofendo ni temo. Oyentes varios hicieron gala de esta bella condición, en la emisión 499: Fernandito (el del "terreno en la chacrita"), o la dama de los Bañados de Lugano.
Quizá por eso seamos una cofradía, o una multitud de soledades. Unidos por la pasión libresca, o por la confianza en el prójimo literario.
En todo caso, la audiencia comparte códigos y ciertos rictus, que permiten afrontar con entereza la lectura trasnochada.
Un modo original de cobrar fuerzas pal yugo, y la vida.
Algo así declaraba la hermosa escritora Paola Kaufman, a quien la rutina del laboratorio (era doctora en biología), le insuflaba ánimos para escribir.
Bióloga diurna y escritora nocturna (que hoy alumbra desde el cielo).
A los parrafistas, escuchar (y si podemos interrumpir, mejor), nos carga las pilas, y confirmanos el caracter liberador de esta locura colectiva.
Que las 500 emisiones, y los 500 autores, nos permitan contar hasta mil, y (porque no), pedir la continuidad radial o internetiana hasta cinco siglos después ..
Soñar no cuesta nada. Leer es algo mas laborioso; recordar, una tarea agotadora; pero escuchar y reconocer una lectura, es un acto de devoción.
Por eso, cierro con palabras de un artista, que fuera musicalizado, y grabado en vinilo por otro "art/parrafista":
Salud a la cofradía
trotacalle y trotamundo.
Todo nos falta en el mundo,
todo menos la alegría.
Y viva la santa unión
de Sin ropas y Sin tierras.
Todo nos falta en la tierra.
Todo menos la ilusión.
Corto sueño y larga andanza
en constante despedida.
Todo nos falta en la vida.
Todo menos la esperanza.
Amigos de la botellas
pero poco del trabajo.
Todo nos falta aquí abajo.
Todo, menos las estrellas.
Inofensiva locura,
sin razón de vagabundo.
Todo nos falta en el mundo.
Todo, menos sepultura.
Prosigamos, si dios quiere,
nuestro camino sin dios,
pues siempre se dice adiós,
y una sola vez se muere.
"Por las obras los conoceréis". Bien dijo Vd., frente al error del "podio enebreriano", en vez de aprovecharse de él, il vero parrafista emula a José Gervasio Artigas, ya que con la verdad, no ofendo ni temo. Oyentes varios hicieron gala de esta bella condición, en la emisión 499: Fernandito (el del "terreno en la chacrita"), o la dama de los Bañados de Lugano.
Quizá por eso seamos una cofradía, o una multitud de soledades. Unidos por la pasión libresca, o por la confianza en el prójimo literario.
En todo caso, la audiencia comparte códigos y ciertos rictus, que permiten afrontar con entereza la lectura trasnochada.
Un modo original de cobrar fuerzas pal yugo, y la vida.
Algo así declaraba la hermosa escritora Paola Kaufman, a quien la rutina del laboratorio (era doctora en biología), le insuflaba ánimos para escribir.
Bióloga diurna y escritora nocturna (que hoy alumbra desde el cielo).
A los parrafistas, escuchar (y si podemos interrumpir, mejor), nos carga las pilas, y confirmanos el caracter liberador de esta locura colectiva.
Que las 500 emisiones, y los 500 autores, nos permitan contar hasta mil, y (porque no), pedir la continuidad radial o internetiana hasta cinco siglos después ..
Soñar no cuesta nada. Leer es algo mas laborioso; recordar, una tarea agotadora; pero escuchar y reconocer una lectura, es un acto de devoción.
Por eso, cierro con palabras de un artista, que fuera musicalizado, y grabado en vinilo por otro "art/parrafista":
Salud a la cofradía
trotacalle y trotamundo.
Todo nos falta en el mundo,
todo menos la alegría.
Y viva la santa unión
de Sin ropas y Sin tierras.
Todo nos falta en la tierra.
Todo menos la ilusión.
Corto sueño y larga andanza
en constante despedida.
Todo nos falta en la vida.
Todo menos la esperanza.
Amigos de la botellas
pero poco del trabajo.
Todo nos falta aquí abajo.
Todo, menos las estrellas.
Inofensiva locura,
sin razón de vagabundo.
Todo nos falta en el mundo.
Todo, menos sepultura.
Prosigamos, si dios quiere,
nuestro camino sin dios,
pues siempre se dice adiós,
y una sola vez se muere.
3 comentarios:
Muy bueno, Quique, lo suyo. Comparto casi todo -excepto la mención de la finada Kaufman, que no entiendo. Y el 500, ¿será autor nacional?
Lo de Paola, vino porque si.
Me gusta su obra.
Quizá porque se animó a saltar el cerco de la literatura de informes científicos, a cuestiones de ficción, y establecer una amable puerta entre ambos jardines que jamás cerró. Fué de uno a otro, constante e inteligentemente.
Y esencialmente, porque no renegaba de su profesión de bióloga, sino que veía en ese laburo, una forma de empujar la veta de su pluma.
Lea esta nota, quizá arroje luz, sobre el mote de la multiplicidad de oficios que ejercen algunos seres.
Paola fué una, dicen (que dicen like Pedro Aznar), que hay otras combinaciones tanto más exóticas, como lecto-choferes, lecto-guardianes, lecto-mecánicos, lecto-ingenieros, lecto-amas de casa, lecto-presbíteros, lecto-computables y lecto-amabilis en general.
A soplar y leer, que hasta los 1000 no paramos!
Soy una oyente mas de ¨Parrafos interruptus¨ desde el primer dia dije que era una joyita de programa, y es el momento de decirlo publicamente y desearle a Hugo Felicitaciones y lo mejor para el futuro, regalandonos el mejor programa de la radio.
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