lunes, 22 de noviembre de 2010

De encargue (¿"El otro Interruptus II"?)

“El pupilo quiere ser tutor” es el título de una pieza teatral leída en Parrafus Interruptus.
“El discípulo supera al maestro”, decía con asombro mi cuñado cuando, a mis trece años, me enseñaba a jugar al ajedrez.
“La Autora Invitada del Blog manda al Administrador”, pensé la vez pasada, cuando Mónica Paradiso me sugirió que escribiera sobre un determinado tema…

La demora en cumplir con aquello, sin embargo, no se debe a ese pensamiento. Lo de Mónica fue una sugerencia, no una orden, por supuesto. Se trata, además, de una idea bien fundamentada. Pero me dejé estar, simplemente, a causa del duelo. Me cuesta asumir que los encuentros con Parrafus en Caras y Caretas ya no tendrán la misma regularidad, que no nos encontraremos otra vez en diciembre.

Mónica trabajó en el Blog durante estos últimos meses mucho más de lo que yo lo hice a lo largo de sus tres años y medio de existencia. Se propuso difundir el retorno 2010 de Parrafus Interruptus a troche y moche. Le agregó los enlaces a Facebook y a Twiter; le incorporó un todavía dudoso (para mí) contador de visitas; estableció la posibilidad de enviar por mail las Entradas. Y no sólo habilitó estos caminos, sino que, eligiendo cuidadosamente los sitios, esparció por la Red la información acerca de Parrafus y los encuentros en vivo con Hugo. A este respecto, fue su intención, creo, contribuir a una más nutrida afluencia de público, llenar de Parrafistas y otros aficionados la sala del centro cultural. Tuvo cierto éxito, a juzgar por los mails de agradecimiento que recibió después del homenaje a Jorge Luz. (*)

Cuando nos despedíamos en Constitución después del último encuentro, dijo que iba a seguir con esa tarea de difusión, pero echó en falta un texto donde se explicara para el internauta en general las características del programa y del juego, la idea madre de Parrafus Interruptus. Y me lo encargó a mí.

Remitirla al fundante “Mi Parrafus Interruptus” podía quedar como una petulancia. Sería lo más adecuado, pero petulante no soy. (Recuerdo a Jorge Asís, en un cuento: “Si me quejo de las excoriaciones que me dejan los diafragmas no es por jactancia; es que hago literatura testimonial”.) Así que le tomé la palabra, y entonces, en los próximos días, cuando finalice el duelo, voy a cumplir con el encargo. Por ahora, en este moroso, interminable fin de semana laboral, no puedo hacer mucho más que este anuncio. Más un nuevo agradecimiento a la Paradiso.
Buenas noches.


(*) Cabe destacar, entre estos mails, la disculpa de una mujer del público que debió retirarse antes del final porque le cerraba el estacionamiento. Caso parecido al de Marta Zander, que se retiró a las 22.00 porque se le iba el micro a Bahía Blanca. Aclaro esto para que Hugo y el homenajeado, si acaso advirtieron el movimiento, no crean que hubo gente que se iba por desinterés o aburrimiento.

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