Si no me gustan las tradicionales fiestas de fin de año, imagínense los festivales tradicionalistas…
Pero, si me gusta el tango, es claro que también me gusta el folklore.
Sin embargo, jamás iría a un festival como el de Cosquín –ni a ningún otro, ni folklórico ni rockero ni tecno. No me gustan las aglomeraciones de gente, y la música me gusta escucharla solo, o con escasa y selecta compañía, en general en número de uno, en particular en la persona de Cristina.
Pero, ¿qué les importa esto a ustedes?
Lo que quizá les importe es conocer alguna novedad sobre la dilatada ausencia de nuestro Parrafus Interruptus. Bueno, tuve un sueño…
Mentira. La verdad es que el domingo le escribí a Hugo con una consulta referida a la historia del programa, y hoy, cuando leo su respuesta (hecha el mismo domingo), me entero de que (“por razones de público cosquinamiento”,escribe él) la bifurcada transmisión del festival que viene realizando radio Nacional (en AM y FM) va a continuar hasta la última de sus lunas. El programa, entonces, vuelve en la noche del próximo lunes, cuando ya sea 3 de febrero.
Nuestro conductor parece habérselo tomado con calma, así que no debo ser yo quien se indigne ni recaiga en otra impertinencia… Entonces, digamos solamente que el mes de enero, en cuanto al juego, ya se cerró, y el ganador fue Mi Amigo Personal, don Mario Tsolakián, que triunfó en dos ocasiones (con “Papá querido”, de Aida Bortnik, y con “El templo de las mujeres”, de Vlady Kociancich).
También cabe señalar que, después de mucho tiempo, se cierra un mes sin que yo haya podido ganar ni siquiera una vez. Pero esto, también ¿a quién le importa?
Perenchio: -¡¡¡A miiiiiiiiií!!!
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