miércoles, 29 de abril de 2009

Introspección ininterrupta

Entre los Comentarios de la semana pasada hubo uno que estuve rumiando hasta hoy, y no hay caso. No le encuentro la vuelta. Ahora, mientras le preparo el almuerzo al Fulanito, se me ocurre que quizá los Ininterruptus consecutivos de anoche y anteanoche me ayuden a interpretarlo.

Dijo Ja!:

“La apuesta. Contra el absoluto, por supuesto: sólo contra el absoluto apuesta un verdadero jugador. Y la certeza: nada hay en el juego que no sea anhelo de derrota. No, aquellos que no juegan no son hombres.”

Fernando Terreno, uno de los que destacó ese Comentario, me aportó nueva confusión al celebrarlo en los siguientes términos:

“Lo que me pareció IMPECABLE es lo que pone JA!: lo de la apuesta contra el absoluto (mandinga, el indino, o el que sea) y SOBRE TODO eso de que los competitivos sólo desean (mos) la derrota.”

Al respecto, en principio le pediría al compañero oyente Fernando que me explique lo sugerido por Ja! con palabras más sencillas, al alcance de un humilde egresado de la primaria. Por el momento, con mi escasísima dotación yo diría que se desprende de su elogio una interpretación que no puedo acabar de compartir. Sobre todo porque Fernando asimila “el absoluto” de Ja! a el Mal (la mala suerte, el azar, o algo así) y porque, creo, equipara “anhelo” con “deseo”, que no son lo mismo -como no son lo mismo “placer” y “goce”, según enseña el buen psicoanálisis.
Los últimos Ininterruptus echan nueva luz, a mis ojos, sobre esta cuestión.
Ya lo escribí el año pasado, aunque con cierta vacilación o pudor: Una noche, en el trabajo, volví sonriente a mi puesto después del programa y el compañero que me había suplantado me preguntó si había ganado. “No. Pero no ganó nadie”, respondí.
O sea: Como dice Hugo (me escudo en Hugo, vuelvo a decirlo con pudor), no es un drama, ni una frustración, ni una desdicha, ni debe ser ocasión de reproche o replanteo que un Párrafus quede Ininterrupto. Para mí, además, es una oscura satisfacción. Apostar contra el absoluto sería aspirar, entonces, a ganar todos los juegos. El anhelo de derrota, la derrota de los demás.
¿Qué me dice, Ja!? (*)

El Fulanito ya se lastró su bifecito con calabaza y ahora pide la fruta. Mientras rayo su postre voy a pensar si pongo o no esto en el Blog. Me detiene la idea de que Hugo podría decir, si lo comentara, que “a Perenchio le alegran las noches sin ganador”. Y no es eso. Alegría es ganar en 12 segundos (mediante la segunda estrategia sospechada en Verónica Cornejo) con “El mundo es ancho y ajeno”. Lo otro es, repito, una oscura satisfacción. Que tal vez la insistente lectura del doctor Freud (ya que el psicoanálisis no está a mi alcance) me ayude a esclarecer algún día.
Chau. Saludos.


(*) ¿El seudónimo elegido por este oyente será por burlón o por rastafari analfabeto?

3 comentarios:

gus (palermo) dijo...

a la manzana: le hacés una raya ?
con birome o marcador ?
y para qué ?

Fernando Terreno dijo...

Hola Marcelo:
¡Vaya uno a saber lo que quiso decir JA!!
A mí me hizo pensar en Fausto, en el tipo jugando al ajedrez contra la muerte en la película de Bergman, y en cosas por el estilo. Esos son jugadores y no "verdurita".
Hay que estar muy resuelto para apostar el alma contra el diablo (o dios, o la muerte o el absoluto que son lo mismo).

En cuanto a eso de que los competitivos sólo buscamos la derrota, me refiero a que si uno no le encuentra el gustito a algo en sí mismo (por el gusto y las ganas de hacerlo) y lo encuentra SOLAMENTE EN COMPETIR, le espera lo que dijo Martín Fierro: "Siempre encuentra aquel que teje, otro mejor tejedor".

Es mi ANHELO y mi DESEO que no sea necesario que nadie acierte para que sigas encontrando PLACER y GOCE en el Párrafus.
Un abrazo.
Fernando

Anónimo dijo...

¡ relájate y goza Perenchio !

¡ ni toda la psicología del mundo puede ir en contra de este principio Universal !