jueves, 19 de febrero de 2009

19 de febrero

1937 se suicidó en Buenos Aires el escritor uruguayo Horacio Quiroga, autor de "Cuentos de la selva", "Anaconda" y "La gallina degollada y otros cuentos". Sus relatos reflejan la lucha del hombre y el animal por sobrevivir/
1939 nacimiento de Alfredo Bryce Echenique /
1948. La Cámara belga aprueba la concesión del voto a la mujer./
1951. muerte de André Gide, escritor francés. /
1952. muerte de Knut Hamsun, escritor noruego./
1952 - nace la escritora estadounidense Amy Tan. /
1953 nacimiento de Cristina Fernández de Kirchner /
1955 nacimiento de Margaux Hemingway /
1959 Fallece en la ciudad de Mar del Plata el actor y locutor Juan José Piñeiro (El Señor Televisión), co-fundador y segundo presidente de la Sociedad Argentina de Locutores y pionero de la TV argentina.

Horacio Quiroga

Al regresar a Buenos Aires en 1904, abrazó la narración breve con pasión y energía.
Fue así que publicó el notable libro  El crimen de otro, fuertemente influido por el estilo de Edgar Allan Poe, que fue reconocido y elogiado, entre otros, por José Enrique Rodó.

Durante dos años Quiroga trabajó en multitud de cuentos, muchos de ellos de terror rural, pero otros en forma de deliciosas historias para niños pobladas de animales que hablan y piensan sin perder las características naturales de su especie.
A esta época pertenece su soberbio El almohadón de plumas, publicado en la revista argentina Caras y Caretas .

A poco de comenzar a publicar en ella, Quiroga se convirtió en un colaborador famoso y prestigioso, cuyos escritos eran buscados ávidamente por miles de lectores.

El amor, la selva  

En 1906 Quiroga decidió volver a su amada selva.
Aprovechando las facilidades que el gobierno ofrecía para la explotación de las tierras, compró una chacra (junto con Vicente Gozalbo) de 185 hectáreas en la provincia de Misiones, sobre la orilla del Alto Paraná, y comenzó a hacer los preparativos destinados a vivir allí, mientras enseñaba Castellano y Literatura.

Durante las vacaciones de 1908, el literato se trasladó a su nueva propiedad, construyendo las primeras instalaciones y comenzando a edificar el bungalow donde se establecería. Enamorado de una de sus alumnas —la adolescente Ana María Cires—, le dedicó su primera novela, titulada Historia de un amor turbio.
Quiroga insistió en la relación frente a la oposición de los padres de la alumna obteniendo por fin el permiso para casarse y llevarla a vivir a la selva con él. Los flamantes suegros de Quiroga, preocupados por los riesgos de la vida salvaje, siguieron al matrimonio y se trasladaron a Misiones con su hija y yerno. Así, pues, el padre de Ana María, su madre y una amiga de esta, se instalaron en una casa cercana a la vivienda del matrimonio Quiroga.

En 1911 Ana María dio a luz a su primera hija, Eglé Quiroga, en su casa de la selva.
Durante ese mismo año el escritor comenzó la explotación de sus yerbatales en sociedad con su amigo uruguayo Vicente Gozalbo, y al mismo tiempo fue nombrado Juez de Paz (funcionario encargado de mediar en disputas menores entre ciudadanos privados y celebrar matrimonios, emitir certificados de defunción, etc.) en el Registro Civil de San Ignacio.
Las tareas de Quiroga como funcionario merecen mención aparte: olvidadizo, desorganizado y descuidado, tomó la costumbre de anotar las muertes, casamientos y nacimientos en pequeños trozos de papel a los que "archivaba" en una lata de galletas. Más tarde adjudicaría conductas similares al personaje de uno de sus cuentos.

Al año siguiente nació su hijo menor, Darío. Quiroga decidió, apenas los niños aprendieron a caminar, ocuparse personalmente de su educación. Severo y dictatorial, exigía que cada pequeño detalle estuviese hecho según sus exigencias. De muy pequeños los acostumbró al monte y a la selva, exponiéndolos a menudo —midiendo siempre los riesgos— al peligro, para que fueran capaces de desenvolverse solos y de salir de cualquier situación.

Curioso parecido entre ambos escritores, Quiroga y Gide ..


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