viernes, 20 de febrero de 2009

Sin luz

Ayer finalmente nos tocó. Nos veníamos salvando de la peste estival de los cortes de luz. Fuera de los cortes programados, que para algo son programados, así uno tiene tiempo de pensar qué hace con la mayonesa y los yogures, ésta es la primera vez en mucho tiempo que estamos un largo rato sin luz. El corte empezó a las dos de la tarde y amagaba con durar hasta la nochecita. Cuando la nochecita se convertía en trasnoche, todavía sin luz, sin heladera, sin agua fresca, sin aire acondicionado ni ventilador, sin celulares, con el queso cremoso y la manteca hechos sopa por el calor, los de la luz todavía no habían sabido respondernos si la misma volvería o no a la hora de Parrafus.

Pero no, no volvió.

No puedo jactarme de poseer la fidelidad perenchiana. Me he perdido el programa unas cuantas veces. Algunas veces por tener que madrugar al otro día, otras por cenas o por vacaciones, por el festival de Cosquín cuando Nacional Bahia Blanca suspendía la emisión de la AM 870 para enganchar la trasmisión de La Folklórica. Por corte de luz es la segunda vez. La otra fue el año pasado la noche de Dantón. Esa vez, mientras Hugo leía Paquidermos, somos todos paquidermos, la casa se quedó de golpe en silencio y a oscuras.

Igual que estaba anoche.

Y ahora? ¿No tenemos una radio a pilas?
Y sí, sí, tenemos. Lo que no tenemos son pilas. ¿De dónde vamos a sacar cuatro pilas medianas a esta hora?
Y vos no irías....?
Ni loco. Mirá cómo está afuera. Es una boca de lobo, no hay luz en ninguna parte y está empezando a llover. Yo así no te salgo.
No, claro, no. Entonces juguemos a algo...
Y a qué jugamos?
Y a eso.... cómo era. Ah, sí, a decir cómo se llama y quién escribió este cuento que empieza así:

"Había nacido y se había criado en Nascosta, en la época de los prodigios- el milagro de las joyas y el invierno de los lobos. Tenía 10 años ... "

o éste:

"Miguel era bajo, de cuello corto y grueso; los cabellos rapados por encima..."

o este otro:

"I. Sentado junto a la ventana, contemplando el temprano anochecer de otoño, San Juan Chandler únicamente sabía que al día siguiente llegaría Noel"...

2 comentarios:

Marcelo Perenchio dijo...

¡Qué bien que viene escribiendo la Marta Zander! Lástima que se retacea un poco... -en cuanto a frecuencia.
Pero lo compensa con esas intimidades que nos expone, como ese jueguito en la oscuridad de anoche... acerca del cuál, diré, no tengo ni la más perra idea. A no ser que... ¿Puedo tirarme un lance?

Marta dijo...

Y, dele, arriesgue. Estoy segura que le va a andar cerca a los autores. Para dejar a salvo el honor del juego, déjeme que diga que los tres autores ya fueron leídos en el programa.
Uno de los cuentos es película y los otros dos son esos cuentos con finales felices que me gustan a mí. Suerte!