Pocas cosas me gustan más que recibir los premios ganados en Parrafus Interruptus. Como los libros deben viajar unos cuantos kilómetros antes de llegar a mis manos, pasan unos cuantos días entre el programa en que los gané y el día en que los recibo. Eso les da una dosis de sorpresa, que los transforma un poco en regalos, en regalos inesperados, recibidos un día cualquiera.
El otro día fui a buscar uno de los últimos que gané, El canon de Leipzig del escritor bahiense Luis Sagasti. Leí este libro hace mucho, pero no era mío, así que es muy bienvenido. Además es el primero que gano con el sello de Parrafus Interruptus, lo que le da un valor especial.
Me apena un poco no haber podido dar con el nombre de este autor la otra noche, cuando Hugo me anunció que el premio era un libro de un autor bahiense. Veamos, escritores bahienses, sin repetir y sin soplar? Eduardo Mallea o Martínez Estrada, si lo contamos como bahiense aunque no haya nacido acá, o Roberto J. Payró que anduvo por estos pagos y tiene una plaza con su nombre, o Amalia Jamilis, bahiense adoptiva o, claro, el joven Guillermo Martínez, tan famoso en los últimos tiempos...
Y ¿Luis Sagasti, si escribe fenómeno? Pero sí, claro. Además de El canon, leí de él Dinámica parmenídea, un pequeño y muy jugoso librito, y, tal vez la más famosa, Los mares de la luna que editó Sudamericana en 2005.
Y entonces, ¿cómo es que no se me ocurrió nombrarlo?
Pues parece que me traicionó el subconsciente y en el apuro, me dejé llevar por la fantasía de que un ESCRITOR es alguien que vive en alguna especie de torre de marfil y se fuma unos habanos mientras corrige por enésima vez sus borradores a la vez que mira por el ventanal hacia el parque.
¿Y Luis? Miren, aquel es Luis Sagasti, el flaco que va allá de pelo largo y zapatillas; es también el profesor de historia que nos ha hecho matar de risa con su programa de radio Maldición, llegó el verano, que en los buenos tiempos podía presenciarse en vivo en la radio.
Ay, Luis, discúlpeme por no haberlo tenido en cuenta, usted comprenderá que a veces no vemos lo que tenemos muy cerca. Mil perdones y le prometo que no volverá a suceder.
2 comentarios:
Muy bien por Marta Zander. Su demoradísima nueva colaboración llega justo a tiempo. En verdad os digo que me había prometido que, si en este mes no se hacían presentes al menos dos de los otros autores del Blog, me despediría indignadamente de esta página -o le cambiaría el nombre para seguirla solo por ahí... ¡Bien, Marta! Y gracias por presentarnos a Sagasti.
Hola Marta, mucho gusto, soy Mònica Paradiso, oyente de "Parrafus" e invitada por Marcelo a colaborar en el blog. En un mail Marcelo me comentò que coincidimos en nuestra profesiòn, profesoras de matemàtica, me encantarìa, si asì lo deseàs saber tu opiniòn sobre el "divorcio" que hay entre la literatura y los nùmeros. Te dejo un beso
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