Martes 20 de octubre
Novela: “Los niños del siglo”
Autora: Christiane Rochefort(1917-1998)
Ganador: Marcelo Perenchio
Premio: “Entredichos”, de Osvaldo Bayer, editado por Página12
Aquella novela, leída a una edad cercana a la del protagonista, me marcó. El protagonista (¿Cristóbal?) tiene 14 o 15 años y, cansado de los padres y la hermana, se va de su casa. No se va muy lejos, ni durante mucho tiempo: vagabundea por el centro de París durante unos días. Y lo central en la leve trama es que conoce a alguien, mayor que él, que lo seduce. Se conocen en un bar llamado Minus. El se llama Fabricio.
¡Ah, mi amigo! ¡Qué historia! ¡Cuántos recuerdos!
La novela es “Primavera en el parking”, de Christiane Rochefort. Para mí, como “novela de iniciación”, más auténtica que la celebrada “El cazador oculto”.
Muchos años después, ya bien adulto (es un decir), empecé a encontrar otros libros de la autora de anoche en la mesa de ofertas de la librería de Avenida de mayo –la que, ahora sí, cerró sus puertas. Creo que los editaba Losada. “El reposo del guerrero”, “Celine y el matrimonio”, “Una rosa para Morrison”, “Los niños del siglo”… Yo ya había cambiado. La marca, la iniciación proporcionada (¿propiciada?) por aquella novela había resultado más o menos en esto que hoy se conoce de mí, y no me interesó leer algo más de la Rochefor. A pesar del bajísimo precio, no los compré. Ahora me arrepiento, pero nada se puede hacer.
El destino, sin embargo, me permitió escuchar en la voz de Hugo la lectura de algunas páginas más de aquella francesa. Anoche, “Los niños del siglo” –título que deduje por la omisión de ‘niño o niña’- y, la vez pasada, “Celine y el matrimonio”.
Aquella, en abril, fue la vez de los dos Ininterruptus consecutivos. Uno, teatro –“Los políticos”, primer intento con Nemesio Trejo, develado hace poco- y el otro había sido la Rochefort. Es raro, porque recuerdo bien que esa noche llamé para preguntar si era ella –la narradora femenina, los nombre franceses me lo sugirieron- y me respondieron que no. A lo mejor lo pronuncié muy mal y el telefonista entendió otro nombre. ¿Creían que iba a hacer un escándalo por esta gaffe de nuestros productores (creo que fue Leo Acevedo)? No. Ya el destino hizo justicia: anoche gané otra vez.
A propósito. El de anoche fue mi triunfo número 99. Se me ocurre, por tanto, que el título de este texto, ayudado por el título de anoche, podría aludir a eso. Pero la modorra de este amanecer no me deja terminar de cerrarlo. Sería algo así como “Los bordes de la centuria”. O quizá “Perenchio y el centenario”. Pero no me gustan. En fin, enseguida se va Cristina, me acuesto otro rato y a ver si después pienso algo mejor.
Chau.
1 comentario:
Fuerza Marcelo!!!!!!!!!!!!!!!! Vamos por los 100!!!!!!!!!!!!!!
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