miércoles, 14 de octubre de 2009

El bautizado


Miércoles 14 de octubre
Teatro: “Proceso a Jesús” (1955)
Autor: Diego Fabbri (1911-1980)
Ganador: Eduardo "Julio" González
Premio: “Macanas puras”, de Tato Contiza (*)


Cuando Hugo nombró a la operadora -debutante en Párrafus, creo- Juliana Spatafora, pensé en el compañero oyente Eduardo González, de Temperley. Recordé que éste, en el mes de julio, había triunfado con la pieza teatral “La valija”, de Julio Mauricio, y con la novela de Gore Vidal “Juliano el apóstata”. “Esta noche”, pensé, “con Juliana en la cabina, Eduardo debería volver a ganar”.
Por mi parte, diré que sigo desahuciándome cada vez que nuestro conductor anuncia teatro, si bien en los últimos meses me compré dos libritos de autores argentinos aún no leídos, con los cuales quizá algún día tenga chance.
“Proceso a Jesús” la había escuchado nombrar, pero eso es todo. Y del autor, ni noticia. El único Fabbri que recuerdo es Néstor, el retirado número 6 de Racing y Boca… y me pregunto si su apellido, elegido para ayer, no será una retorcida alusión de su tocayo Paredero al equipo que Maradona pondrá esta noche en la cancha, con cuatro marcadores centrales en la defensa… No, no creo. Como siempre, el retorcido soy yo. De todos modos, cabe terminar esta glosa deseándole éxito a la selección para su match de hoy en tierra uruguaya.
¡Suerte, Argentina! (Porque desearle buen juego es inútil.

Pero nuestro Fabbri es el siguiente.
Diego Fabbri - (Forlí, 1911 – Riccione, 1980) Dramaturgo italiano. Cuando todavía era estudiante universitario, escribió su primer drama, I fiori del dolore, destinado, junto con Ritorno, I loro peccati e Il fanciullo sconosciuto, del período 1933-1935, a las compañías "no mixtas" de los oradores; y colaboró, con críticas teatrales y literarias, en Il Momento, semanario católico de su ciudad natal. La formación cultural del joven Fabbri (que se doctoró en Ciencias Económicas y Comerciales en Bolonia, en 1936) se sentía atraída por la modernidad, y se orientaba hacia la Francia de Mauriac, Mounier, Péguy y Bernanos, sin ignorar a Pirandello, Ibsen, Dostoievski y Betti.
En 1939, Fabbri abandonó Forlí para residir en Roma, donde dirigió la Editorial Ave (también fue director de la Fiera Letteraria desde 1960 hasta 1969); en 1940 fue nombrado secretario del Centro Católico Cinematográfico. En Roma, completó la redacción de Paludi, drama de influjo bettiano, y escribió Orbite, y más tarde La libreria del sole (1942) que preludia su obra de madurez, un teatro que quería ser "de contenidos y no de palabras", "de problemas, de verdades" y accesible a todos.
Ese mismo año, Fabbri pronunció en Roma su conferencia Cristo tradito (publicada, con otros ensayos, en Ambiguità cristiana, 1954), con la que manifestó, explícitamente, su catolicismo, en franca oposición al de quienes encierran el mensaje cristiano en la inmutable fortaleza de las instituciones, y se consideran "los únicos poseedores de Cristo". Para el teatro, en seguida surgieron Rancore e Inquisición (Inquisizione), de 1946-1948, en las que la "ideología" se concreta en la trama y en los personajes.
En estos dramas ya se manifiesta con claridad la que será la estructura tipológica de toda su obra: el hombre sometido por el orgullo, en oposición al hombre sometido por el amor. Ningún "arreglo" es posible al margen de Cristo, pero donde hay amor existe también "la oportunidad de salvarse y la esperanza de alcanzar la luz". Con estas premisas, Eugenio (Il seduttore, 1951) creerá que debe existir un Reino del Amor, si es cierto que él siente tanta necesidad de amar (y su adulterio viene a ser, pues, entre símbolo y realidad). En torno al tema del Amor se desarrolla la más célebre -y no sólo en Italia- de las obras de Fabbri, Proceso a Jesús (Processo a Giesù), drama que sigue y elabora la experiencia pirandeliana del "teatro en el teatro".
La producción de Fabbri es amplia: abarca desde el "neoesbozo" de la Bugiarda (1954) hasta la comedia irónicamente alusiva de Scoiattolo (1961), desde el drama familiar (Processo di famiglia, 1955; Delirio, 1957; Non è per scherzo che ti ò amato, 1972) hasta el metateatro (Figli d'arte, 1958; Il confidente, 1964), desde la reconstrucción histórica (Il commedione di G. G. Belli, 1978) hasta obras de intensa problemática "política" (Veglia d'armi, 1956; Ritratto d'ignoto, 1962; Incontro al parco delle terme, 1979), o en las que la estructura del "teatro dentro del teatro" se une a contenidos que, aproximadamente, podrían definirse como paralitúrgicos (L'avvenimento, 1967; Al Dio ignoto, 1980). Todas estas obras constituyen el amplio "corpus" de un teatro que está, como afirmó su autor, "comprometido con la esperanza".

(www.biografiasyvidas.com)

(*) A Tato Contiza, periodista de Perón, se lo puede escuchar por la mañana en “Condenados al éxito”, en radio Cooperativa, AM 740, creo que de 09.00 a 11.30. Me gustaría leer su libro, que la semana pasada rechazó como premio Tsolakian pero anoche Eduardo no tuvo más remedio que aceptar.

1 comentario:

Gustavo dijo...

Bastante desubicados ambos, uno al rechazar y el otro al despreciar y finalmente aceptar por el comentario del conductor; y esquematizados en su pensamiento, esos son algunos de los ganadores...