martes, 27 de octubre de 2009

El retorno de Pepi


Martes 27 de octubre
Novela: “Pepita Jiménez”
Autor: Juan Valera (1824-1905)
Ganadora: Marta Zander
Premio: “Pepita Jiménez”, de Juan Valera

Hablando de apodos…
Una vez, antaño, no sé si en serio o en broma, Marta Zander me dijo privadamente (quiero decir, en un mail –cuando nos escribíamos) que se hacía llamar Pepi.
Y a propósito del triunfo de anoche de la profe de matemáticas de Bahía Blanca, y del Comentario de ayer de la profe de matemáticas de Rafael Calzada (que en este Blog se hace llamar Mónica), haré dos salvedades más a mi última Entrada; esta vez, a la parte que se refiere al delirado nuevo reglamento de Párrafus.
Pregunta Mónica si acepto cómo validas las llamadas a su padre, que ya dos veces la ayudó sobre la hora a ganar el juego. Y contó Marta que reconoció “Pepita Jiménez” por haberlo hojeado en una librería. Respondo que ambos procedimientos serían plenamente válidos, a falta de un auténtico recuerdo de la obra cabalmente leída.
Hojear en las librerías, leer las solapas, las contratapas, el índice, el comienzo, el final, es una práctica habitual de todo lector. Tal vez, en los últimos años, algunos de nosotros (oyentes de Párrafus) ponemos más énfasis en memorizar algunos comienzos de obras, suponiendo que serán leídas en el programa; claro que esto no garantiza la victoria: vaya a saber si, llegada esa obra a la voz de Hugo, aquellas primeras palabras se imponen en la memoria sobre nuestro especialísimo barullo mental. Pero, si así fuera (como me sucedió con “La pasión turca”, por ejemplo), este método cabe legítimamente dentro de la categoría que ayer llamé “asociaciones lícitas”.
En cuanto a las consultas telefónicas de Mónica, pregunto: ¿conoce alguien una asociación más lícita que la de una hija y su padre? Y, en todo caso, Moni, ¿no se ha valido infinidad de veces la que te dije de la ayuda telefónica de sus amigos?
También hojeé alguna vez “Pepita Jiménez” en algunas librerías. Como dijo Marta, se la encuentra a cada rato (como “Peñas arriba”, como “La novela de un novelista”, como “Años y leguas”, libros de una tirada millonaria o que nunca compró nadie). Pero me parece que de “Pepita Jiménez” había leído la introducción, que en el juego no se lee.
Releyéndola ahora (en la Internet, mientras busco algo sobre el autor), parece interesante. La próxima vez que la vea me la compro. Hela aquí.

PEPITA JIMENEZ

INTRODUCCION

“El señor Deán de la catedral de..., muerto pocos años ha, dejó entre sus papeles un legajo, que, rodando de unas manos en otras, ha venido a dar en las mías, sin que, por extraña fortuna, se haya perdido uno solo de los documentos de que constaba. El rótulo del
legajo es la sentencia latina que me sirve de epígrafe, sin el nombre de mujer que yo le doy por título ahora; y tal vez este rótulo haya contribuido a que los papeles se conserven, pues creyéndolos cosa de sermón o de teología, nadie se movió antes que yo a desatar el
balduque ni a leer una sola página.
Contiene el legajo tres partes. La primera dice: Cartas de mi Sobrino; la segunda, Paralipómenos; y la tercera, Epílogo: Cartas de m hermano.
Todo ello está escrito de una misma letra, que se puede inferir fuese la del señor Deán. Y como el conjunto forma algo a modo de novela, si bien con poco o ningún enredo, yo imaginé en un principio que tal vez el señor Deán quiso ejercitar su ingenio componiéndola en algunos ratos de ocio; pero, mirado el asunto con más detención y, notando la natural sencillez del estilo, me inclino a creer ahora que no hay tal novela, sino que las cartas son copia de verdaderas cartas, que el señor Deán rasgó, quemó o devolvió a sus dueños, y que la parte narrativa, designada con el título bíblico de Paralipómenos, es la sola obra del señor Deán, a fin de completar el cuadro con sucesos que las cartas no refieren.
De cualquier modo que sea, confieso que no me ha cansado, antes bien me ha interesado casi la lectura de estos papeles; y como en el día se publica todo, he decidido publicarlos también, sin más averiguaciones, mudando sólo los nombres propios, para que,
si viven los que con ellos se designan, no se vean en novela sin quererlo ni permitirlo.
Las cartas que la primera parte contiene parecen escritas por un joven de pocos años, con algún conocimiento teórico, pero con ninguna práctica de las cosas del mundo, educado al lado del señor Deán, su tío, y en el Seminario, y con gran fervor religioso y
empeño decidido de ser sacerdote.
A este joven llamaremos don Luis de Vargas.
El mencionado manuscrito, fielmente trasladado a la estampa, es como sigue.”

JUAN VALERA
Escritor español esteticista que polemizó con los realistas y naturalistas de su época.
Nació en Cabra en 1824, en el seno de una familia aristocrática venida a menos. Realizó estudios universitarios en Granada y Madrid. Entró en el servicio diplomático como acompañante del duque de Rivas, embajador en Nápoles, donde se dedicó a la lectura y al estudio del griego. Estuvo también en Portugal, Rusia, Brasil, Estados Unidos, Bélgica, Austria. En 1861 ingresó en la Real Academia Española. Escribió artículos periodísticosy ensayos, tales como Sobre el Quijote (1861) y Estudios críticos sobre literatura, política y costumbres de nuestros días (1864). Su talento de novelista, visible en la gracia del estilo, hecho de formas sencillas y de frases cortas, se revela en Pepita Jiménez (1873), Las ilusiones del doctor Faustino (1875), Doña Luz (1879), Juanita la larga (1895).
Valera es un escritor de difícil clasificación; atacó tanto el romanticismo como el realismo y el naturalismo. Consideró que el arte no tiene ningún objetivo, excepto servir a la belleza, crear arte, pero tampoco se adscribió a los movimientos claramente esteticistas de final de siglo como el arte por el arte o el simbolismo; elogió la obra de Rubén Darío pero tampoco se le puede considerar modernista. Murió en 1905 en Madrid.

(De Enciclopedia Encarta 98 ® Microsoft)

2 comentarios:

Mónica dijo...

Marce!!!!! Còmo que en este blog me hago llamar Mònica!!!! Me llamo Mònica, para màs datos Mònica Adriana. Querès scaneè el DNI? jajaja!!!!

Marcelo Perenchio dijo...

Me refería a que elegiste sólo tu nombre de pila para aparecer en la lista de autores del Blog (como la otra profe de matemáticas). No veas siempre una doble intención en lo que escribo; vela casi siempre. Aprendé a conocerme, como Pepi...