Allà por octubre de este año publiquè una nota, que despuès fue comentada por Hugo al aire en "Pàrrafus" del 21 de octubre, donde contè una anècdota sobre la experiencia de mi hija menor y su lucha por defender su anàlisis del cuento "Casa Tomada" de Julio Cortàzar (pueden dirigirse en este blog al mes de octubre y ver la nota titulada "Ay los pibes???"). Bueno esa nota a la que hago referencia termina con Milagros (mi hija menor) completamente enojada con don Julio. Desde ese dìa tratè de reconciliar a Milagros con Cortàzar pero era muy difìcil, su profesora de lengua habìa sembrado la semilla de la discordia entre ellos y yo no encontraba el rumbo para mostrarle a Mili que valìa la pena darle otra oportunidad a Julio Cortàzar y asì poder disfrutar de su obra. Pensè que esta historia, a menos para mi, iba a terminar mal. Pero el otro dìa estàbamos Milagros y yo hojeando algunos libros y de repente apareciò "Carta a una Señorita en Parìs" de la autorìa de don Julio. Lo empecè a leer en voz alta sin decirle a Mili quien era el escritor de ese cuento. Milagros me empezò a escuchar atentamente, el cuento era evidente que le interesaba y la atrapaba . Pasado un ratito de la lectura me pidiò el libro para seguir leyendo ella misma el cuento, se lo dì y la dejè sola para no desconcentrarla. Pasados unos minutos viene y me manifiesta:
Milagros- Mà!!!! Què linda historia!!!!! Y es de Cortàzar!!!!!! Pero estaba medio "pirado" Còmo
se le ocurre que un hombre puede vomitar conejitos?
Yo- Y por què no? fue fruto de su imaginaciòn. A vos te gustò el cuento?
Milagros- Si, mucho. Pero eso de los conejitos no existe mà!!!
Yo- Milagros, cuàl es tu canciòn favorita de Silvio Rodrìguez?
Milagros- "Mi Unicornio azul" si ya lo sabès
Yo- Si lo sè. Y vos alguna vez viste un unicornio azul?
Milagros- No mami!!!!!! Los unicornios azules no existen
Yo- Pero la canciòn te gusta
Milagros- Me encanta y......... (silencio pensante) ya entendì lo que quisiste decir vieja
A los pocos dìas de esta charla yo tenìa que salir y le dije a Mili si querìa acompañarme. Me contestò que no podìa que estaba leyendo "Cartas a mamà" (de Julio Cortàzar) y no querìa interrumpir la lectura.
Encontrè el camino, Milagros se reconciliò con Cortàzar y yo estoy muy feliz porque esta historia, a pesar de mi vaticinio del principio, terminò bien.
Agradezco la enorme colaboraciòn de Silvio Rodrìguez y su Unicornio Azul sin los cuales no hubiera sido posible este reencuentro.
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