martes, 17 de agosto de 2010

Parrafus en Caras y Caretas (7): Los artistas


(Con bufanda larga, Hernán Gugliotella; acuclillado firmando libros, Hugo Paredero; la sorpresa de la noche, Marta Zander; atrás, uno que mira)


Después de la poesía, para ser prolijo, Hugo completo el clásico cuarteto de géneros con la lectura de una pieza teatral. No estando en la sala, aparentemente, ni Verónica Cornejo ni Mario Tsolakian, la cosa fue pan comido para el otro especialista en Teatro de los radioescuchas de Parrafus. Roberto López Motta, el hombre de Sarandí, reconoció en apenas 18 segundos “El jardín de los cerezos”, de Anton Chejov. Esta velocidad y precisión le valieron ser el más rápido de la noche, lo cual, al final, lo hizo acreedor a otro lujoso y millonario premio, en forma de libro.
En el escenario, Roberto dijo que esta vez el título se le hizo fácil por la mención del nombre de uno de los personajes. Además, el locutor y poeta, que tiene sus años, como ya se dijo, aprovechó para elogiar al cantor que venía amenizando la velada: no escuchaba un cantante de tangos así, dijo, desde la década del cuarenta.
Aprovecho entonces para destacar como es debido la presencia del joven Hernán Lucero. Con su actuación se cumplió cabalmente la promesa de la gacetilla del Parrafus en vivo, que hablaba de importantes invitados sorpresas.
Conocía de oídas a los “Bardos cadeneros”, alguna vez les escuché alguna interpretación en la radio, pero no sabía que ahora se presentaba solo el cantor, y no esperaba esa potencia canora. También me gustó que el joven, en la charla con Hugo, recordara hacer mención de su barrio de origen: Claypole. Y es destacable su humildad al declarar que el propio acompañamiento con guitarra no es su fuerte.
De los temas que interpretó valoro especialmente “¿Por dónde andará?”, una página poco recordada que cantaba Gardel. Leí por ahí que su disco solista se llama “Después”, titulo de otro tango no muy frecuentado.
Pero Lucero no fue el único artista que pisó el escenario en esa ya legendaria noche. Ni el único Hernán.

Tras el Teatro, Hugo reinició la ronda de géneros con Novela, y con otro de los autores que no llegó a aparecer en el ciclo de Nacional.
A las pocas líneas, el “Basta para mí” que reemplazó al clásico timbre de la radio se oyó de boca de Fernando Terreno. “¡Sí! ¿Qué estoy leyendo?”, exclamó Hugo. “’Redoble por Rancas’, de Manuel Scorza”, respondió Fernando con seguridad. “No. No es ‘Redoble por Rancas’” –nos sorprendió nuestro conductor- “Pero está bien el autor.” “Ay”, se lamentó el ingeniero de Chacarita, dándose una palmada en la rodilla.
Todos miramos en torno, presa de incertidumbre. ¿Y ahora?, pensé. “Tenemos al autor” –dijo Hugo-, “pero el título de la novela no es ese. Voy a seguir leyendo hasta completar los cinco minutos”. Rápido de reflejos el leyente, readaptó las reglas sobre la marcha y siguió adelante.
No hizo falta mucho más. En pocos segundos otra voz dijo desde atrás: “Historia de Garabombo el invisible”.Y esa era la respuesta correcta. La confusión de Fernando se debió a que este título, junto a ‘Redoble por Rancas’ y otros tres más, son parte de la célebre pentalogía del peruano Manuel Scorza.
El hombre que respondió correctamente fue un tan Hernán Gugliotella. Subió al escenario muy desenvuelto y charló con Hugo como si lo conociera de toda la vida. Lo conocía, claro…
Aunque me pareció un tipo joven, contó que leyó la novela de Scorza allá en su lejana adolescencia. Noblemente, destacó que quizá no la hubiera reconocido si no fuera porque Fernando, al descubrir al autor, lo puso en la pista.
Preguntado por su ocupación, Hernán dijo ser integrante de un dúo unipersonal musical-humorístico. La gracia de la definición fue refrendada por el grupo que nombró como referencia: Les Luthiers. El, es decir, su dúo, se presenta como “Los Delache”.
Después del juego, cuando muchos nos acercamos a Hugo buscando fotos o autógrafos, Hernán me dijo que él también había reconocido a Pizarnik, pero no tuvo ni idea de qué libro podría tratarse. Me pareció simpático, salió muy bien en las fotos (se nota que tiene el ángel), así que el otro día, cuando leí un Comentario suyo en el Blog, lo busqué con Google.
Simplemente, quedé fascinado con las canciones que pude ver en su página. Sin hesitar remito a los compañeros oyentes a www.losdelache.com.ar. Recomiendo especialmente la chacarera “El crecer del ser terrestre” y el tema “Sólo sé que no sé”. También cuenta Hernán que allá por el año 2000 presentaron un programa piloto en televisión, sin éxito. Es decir, su proyecto no fue aprobado, quedó en el camino, como tanta obra y artista valioso, y así es que hoy seguimos viendo en tv a…, perdón, ¿hay algún programa humorístico en la tele actualmente, además de Peter Capusotto? La verdad, no lo entiendo.
En la página de Hernán también se puede acceder a un audio de la visita que hizo a “Por amor al arte”, en octubre del 2004, de donde proviene su conocimiento con Hugo. Yo no pude escucharlo, pero debe ser por una deficiencia de mi máquina.
También me entero de que el tipo es abogado, licenciado en letras y no sé cuántas cosas más. Pero eso es lo de menos.
¡Salud, Hernán! ¡Y venite nomás con la barra en septiembre! Y, ¿quién te dice que no sos el artista invitado en un próximo encuentro?

Continuará

2 comentarios:

Hernán dijo...

Honrado y agradecido por tus palabras -probablemente inmerecidas en materia de elogios-, me alegra mucho que hayas disfrutado tu visita a la página de Los Delache. Si te gustó "El crecer del ser terrestre", podés escucharlo en versión casi completa en http://weblogs.clarin.com/lalomir/archives/2006/06/este_es_le_chequereresi_una_ch.html, subido por Lalo Mir a su blog (como es la versión radial, tiene "autocensuradas" un par de estrofas, con expresiones que hoy no ruborizarían ni a un niño de 4 años). Yo sigo disfrutando de tu espacio (al que ya hice aparecer como link en otras páginas, como la del espacio cultural Caleidoskopio, http://caleidoskopio.wordpress.com), de tus crónicas y de los escritos de tus "invitados". ¡Ah, Marcelo! Leí que no pudiste escuchar la entrevista de Hugo en ocasión del estreno de "¡Qué largo milenio!". Decime si te puedo dar una mano, también trabajo en informática. Y un dato extra: tuve la bendición de conocer a Hugo dos décadas antes de ese reportaje, cuando me convocó para ayudarlo con las desgrabaciones de los testimonios de los niños que protagonizarían "Cómo se hace un recuerdo". Como bien dijeras unas líneas más arriba: "toda una vida". Y, quién te dice, puedas presenciar algo de Los Delache en vivo antes del estreno de la próxima obra... ¡Un abrazo, y muchas gracias por la buena onda!

Marcelo Perenchio dijo...

Por nada, don Hernán. Usted lo merece. Y si lo elogio o valoro es por convicción, mire que yo no quiero a casi nadie ni me gusta nada... Y gracias por difundir el Blog, es decir, a Párrafus Interruptus. En privado, para no aburrir al público, te consulto sobre los audios y, sobre todo, acerca de aquel añejo trabajo con Hugo. Un abrazo.