La semana pasada recordaba yo el juego que, hace un año, le propuse a Hugo en el último Parrafus de setiembre de 2006. El, en aquella ocasión, con cierta ayuda, salió airoso. Hoy tengo otro juego para proponer, pero en este es Paredero el único que no podrá participar.
Las reglas son un poco distintas respecto del Párrafus. Por empezar, se tratará, desde luego, de una trascripción y no de una lectura. En esta trascripción, no omito palabras que puedan aparecer en el título. Incorporo, además, un género que por ahora no participa en el programa. Y, a manera de ayuda, incluyo el prólogo y la introducción antes del la primera parte -los comienzos del prólogo, la introducción y la primera parte- de la obra de marras. Agrego que el prólogo del libro fue escrito por un importante comediante de nuestro medio, reporteado varias veces por el autor.
Planteado el juego, invito a los oyentes de Párrafus y/o lectores de este Blog a que respondan como se llama y quién escribió este ensayo que comienza así:
Prólogo
“¿Espías? ¿Chismosos? ¿Meteretes? ¿Indiscretos? ¿Curiosos? ¿Cómo podemos llamar a los locos observadores de los locos observadores que atestiguan locuras en estas locas ciudades de este loco mundo? No importa el nombre. Lo que importa es el acierto, la credulidad de lo increible, la cotidianeidad de lo extraordinario, la exposición del pequeño gran acto de los pequeños-grandes seres humanos, fieras domesticadas (a veces) habitantes de las junglas de asfalto.”
Introducción
“Estamos tan axcostumbrados a obedecerle a esa parte del diccionario que define a la soledad como una carencia de compañía, que nos privamos de acceder a la otra parte de la definición, la más profunda. Aquella que ve y deja ver en la soledad la única compañía verdadera con la que los humanos podemos contar desde que nacemos hasta que morimos. En realidad (con perdón de la palabra), conviene que partamos de dos bases: la de que todos somos solos (aunque tengamos a mil al lado) y la de que jamás lo estamos.”
Primera parte: “Lo primero es la familia”
Luz...cámara...partos
“Hace unos meses, a la noche siguiente de empezar a escribir este libro, soñé que asistía a mi propio nacimiento. Transcurría en la misma habitación de la casa de mi abuela donde ocurrió en su momento, sólo que transformada en un set de filmación...”
¡Muy bien! ¡Felicitaciones! Y hay otra variante con respecto al certamen de Paredero: la victoria es masiva. Se aceptan todas las respuestas correctas y el regalo (el dato que voy a pasar) es para todos por igual. Para que vuelvan a comprar el libro y puedan regalarlo a sus familiares, amigos o favorecedores (o como última ayuda a quienes no hayan sabido responder), les digo que quedan algunos volúmenes, a un costo muy accesible (incluso para mí, que me lo compré la semana pasada), en la pequeña librería de viejo-pero temática- de la calle Rodriguez Peña, casi esquina Corrientes, al lado de la parada del 37.
Tal vez, como me pasó a mí, se van a sorprender con un texto bastante zafado y penetrante, con pasajes a veces revulsivos, pasolinianos, como el que en la página 24 hace un eco gutural (por no decir cloacal) al alegórico comienzo parcialmente citado. O la anécdota de la página 63 acerca de la otrora diva telenovelera Grecia Colmenares. O el caso que se narra a partir de la página 99, el del señor Faustino S. y su Cholita.
Los dejo. Como no me acordaba otros pasajes para recomendar, fui a buscar el libro y otra vez me atrapó el taimado manual. No escribo más. Empiezo a leerlo otra vez. Felicitaciones de nuevo a todos los ganadores, y no dejen de pasar por la calle Rodriguez Peña; quedan pocos ejemplares y yo no presto libros.
Buenas tardes.
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