lunes, 8 de octubre de 2007

Sobre la escucha

La audiencia de un programa de radio es algo poco predecible.
Medirla cuantitativamente es otro embrollo. Hay quienes postulan que deben multiplicarse la cantidad de llamados por diez para obtener un valor aproximado de la audiencia.

No creo sea este el caso de PI [Parrafus Interruptus], un programa decididamente irracional.
Reafirmo mi creencia de constituir multitudes solitarias, urdidas por la fina trama que constituyen la pasión por la lectura, los libros y los relatos.

Puede que haya entre la audiencia lectores no voraces, mas proclives a que lea un tercero.
Había un espacio similar, creo "El libro leído", iba por las tardes en Radio Universidad de Córdoba, allá por los setenta tardíos. Horario: el de la siesta temprana.

Nunca es lo mismo una lectura en solitario, que en la voz de un profesional locutor, o en la de alguien con sumo oficio [creo el caso de nuestro archicófrade]. También el saber que hay otros pares [ande sea], refuerza la escucha.

Muchas veces se genera un pequeño evento, que de una lectura con un texto anodino, surjan comentarios que nos inviten a ahondar en determinado autor, o en un personaje ignoto.
Ciertos cófrades son elocuentes/convincentes al comentar sobre los autores u obras con las que acceden al podio, y digamos que contagian la pasión.
Pero, subrayo, hay infinidad de cófrades silenciosos, de esos que escuchan y no llaman.
Por diversos motivos.
Esta es la misterios trama que nos mantiene unidos en el combate de largo aliento, cuya campana de largada, suele librarse a los siete minutos de empezado el Parrafus, aún [In]Interruptus.

Otro espacio venerado es el ingreso a esas librerías, donde a uno no lo corren los vendedores, o mejor aún esos donde aún se puede dialogar o preguntar a las personas que atienden.

En tal sentido la Librería Norte, esa que está en Avenida Juan Gualberto de Las Heras 2225, entre Cantilo y General Miguelito de Azcuénaga [frente a la gótica facultad de ingeniería], es señera. Norte perteneció al inolvidable Tito Yánover, cordobés, librero y poeta, en ese orden.
Autor de "Canto de amor a la señora muerte"

VI

Profunda mujerzuela ¿quién te verá?
¿Quién te verá la boca besadora,
la frente bien pensante, quién te verá?
¿Quién te verá deidad como te veo:
ofreciente dadora, núbil promesa,
racimo de la sed que ya poseo?

VIII

Muerte la mar de amor, muerte no sola,
acompañada ahora para siempre.
No te vayas de mí, mi compañera,
agredida en estampas, pura al verte.

Héctor Tito Yánover
(de "Arras para otra boda", 1964)

Quedó como sueño trunco recitar unos textos que Julito Cortázar habría de escribir ad hoc, para que recitara Tito, pero el autor partió para no volver mas a la Argentina.
Recomiendo ingresar, pispear y preguntar sobre alguna temática: poesía, cs.sociales, letras, historia. Aquellos que atienden al público no solo saben, sino que intentan escuchar la pregunta del potencial cliente.

Recientemente tuve otro grato suceso en la Distribuidora Cúspide contigua al Gran Splendid [devenido Ateneo]. Debe haber muchos otros, seres como estos, libreros de vocación. Resta identificarlos, para seguir incrementando esta red, conformada por radio-escuchas, libreros y gente de buena voluntad.
En dos palabras: seres fraternos.





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