viernes, 25 de julio de 2008

Apostillas de la semana

“La mente hindú se complace en la imaginación de vastos períodos de tiempo que, hasta hace poco, eran del todo ajenos a los hábitos de las mentes occidentales. En el siglo II de la era cristiana, el famoso teólogo Ireneo, obispo de Lyon, calculó seis mil años para la duración de la historia universal, correspondientes a los seis días del Génesis. Inversamente, a los hindúes los ha fascinado la contemplación y la fijación de plazos inmensos. Días, noches y años integran la vida de Brama, pero cada día es un ‘kalpa’ que equivale a 4.320.000.000 de años humanos. Cada ‘kalpa’ comprende mil grandes períodos cósmicos, cada uno de los cuales se divide en cuatro ‘yugas’, llamadas ‘Krita-yuga’ o Edad de Oro, ‘Treta-yuga’ o Edad de Plata, Duapara-yuga o Edad de Bronce y ‘Kali-yuga’ o Edad de Hierro. La primera dura 4.000 años divinos, es decir, 1.440.000 años humanos (ya que un año divino es igual a 360 años humanos); la segunda dura 3.000 años divinos, es decir, 1.080.000 años humanos; la tercera dura 2.000 años divinos, es decir, 720.000 años humanos, y la cuarta 1.000 años divinos, es decir, 360.000 años humanos. Esta compleja y virtualmente ilimitada cronología fue inventada entre la época del ‘Rig-Veda’ y la del ‘Mahabharata’.”

“Qué es el budismo”, Jorge Luis Borges y Alicia Jurado

Hará unos cuatro años, cuando la piratería masiva de CDs recién empezaba, o cuando yo –fiel al cassette- recién empezaba a prestar atención a ese soporte musical, tuve un encuentro inesperado.
Fue una tarde en que paseábamos con Cristina por la calle Corrientes. Por iniciativa suya, que en la calle es como un chico y quiere comprar todo, nos detuvimos ante un kiosco de diarios que a un costado, en una prolija mesita, ofrecía ese moderno material. La esperé mientras ella revisaba el interior de las cajas de cartón donde los CDs se apilaban; de reojo veía el nombre de algunos intérpretes, pero prestaba más atención a los titulares de los diarios y revistas. Ella, pasando por alto la mayoría, a veces señalaba de viva voz algún disco: Abba, Bee Gees, Almendra, Miguel Cantilo y otras módicas sorpresas en este novedoso y abigarrado formato. Y en un momento, cuando yo ya tiraba de su mano como un nene aburrido de las vidrieras, me dice: “¿Este no es ese que te gusta a vos?”, y extrae uno de la caja y me lo pasa. Leo el nombre escrito con fibra en el sencillo sobre traslúcido, y no lo puedo creer. Miro al kioskero como buscando una explicación, pero el muchacho reía con un amigo. Miro el precio escrito en el frente de cada caja. “¿Dónde estaba?”, le pregunto a Cristina. Me dice que en la de 3 pesos, que eran los más baratos. Entonces me acerco y le pregunto al muchacho: “¿Este vale 3 pesos?” Me mira, mira el disco y responde que sí. Yo saco un billete de 5 pesos y le pago. Agarro el vuelto y empiezo a alejarme, tirando ahora con urgencia de la mano de Cristina; ni le pregunto si quiere alguno; pienso que el tipo se va a dar cuenta de algún error y va a llamarme para pedir por lo menos 10 mangos más. Pero no pasa nada. Muchas veces, me digo también hoy en las cuevas donde me surto de cassettes y videos, hay comerciantes que no saben lo que están vendiendo.
En el sobre, muy sobriamente, dice: Amancio Prada. Adentro, junto al CD, un papelito blanco anuncia el contenido: “Canciones y soliloquios”, “Cántico espiritual”, “Dulce vino de olvido”, “La dama y el caballero”, “Leliadoura”, “Navegando la noche”, “Rosalía de Castro”, “Rosas a Rosalía”, “Sonetos del amor oscuro”, “Tres poetas en el círculo” y “Trovadores místicos y románticos”.
Para quien no sepa de qué cuernos hablo –ahora que no se trata de Octavio Paz-, diré que Amancio Prada es a Paco Ibáñez lo que Paco Ibáñez es a Joan Manuel Serrat –en cuanto a musicar poetas. Así, muy someramente, lo expliqué hace poco para un compañero al que le pedí que me bajara de Internet algo más del Paco, y que apenas, vagamente, conoce al Nano. Perdonen mi irreverencia los conocedores.

Y así es como conozco a Rosalía de Castro, la Parrafista de este miércoles.


El otro día, tras haber recurrido a ella en ciertos apuros recientes, me di cuenta de que, además de quedar feo, no valía la pena copiar de Internet alguna información acerca de los títulos o los autores del programa. El que se conecta para ver el Blog y enterarse de lo que se leyó, puede, acto seguido, buscar en Google, con criterio propio, toda la data que quiera.
Hoy, sin embargo, mientras esperaba que abra el correo, donde tenía que hacer un trámite relacionado con el Anses, entré al locutorio de la calle Beltrán y, curioseando acerca de las últimas lecturas, encontré la curiosidad siguiente.
De un sitio:

“En ‘El anillo’, Camila está condenada a la repetición de su pasado lleno de miserias e injusticias. Todos los días vive la humillación del cacique que la despoja de su tierra, le mata a su hijo y se enriquece a base de explotar a su raza. Además tiene que soportar los golpes del marido borracho, y su existencia se convierte en un laberinto sin salidas a otras formas de vida.
“En ‘Antes de la guerra de Troya’, Elena Garro habla del descubrimiento de la individualidad y del amor. El conocer rompe la unidad de las niñas protagonistas, quienes antes de leer ‘La Ilíada’ eran dos en una. El conocimiento las desliga para siempre, y ahora, a partir de su yo, van a la búsqueda del amor. Al verse por primera vez a sí mismas, descubren la soledad. Ahora se dicen: te quiero porque no eres yo, por ser otra.”

De otro sitio:

“En 1935, pocos años antes del segundo gran conflicto mundial, el dramaturgo francés Jean Giraudoux, escribió su famosa pieza de teatro, “La guerra de Troya no tendrá lugar”. Sin embargo, al final de la obra, la guerra se impone, como una suerte de fatalidad, ignorando la voluntad de los partidarios de la paz y precipita en el abismo a griegos y troyanos.”

Y algo más sobre el autor y la obra elegida por Hugo para el jueves.

“Dramaturgo, novelista y diplomático francés, cuyas ingeniosas obras, de un original impresionismo, basado en el diálogo y en un gran estilo, contribuyeron a liberar el teatro francés de las restricciones del realismo. En 1943 terminó su última obra, la sátira La loca de Chaillot, que se representó póstumamente en 1945. En el París de los años 60, la condesa Aurelia, conocida como ”La loca de Chaillot”, vive en el pasado, en medio de una elegante decadencia, en una casa en el barrio de Chaillot. Sus amigas son Constance, Gabrielle y Josephine, mujeres como ella pertenecientes a otra época. La condesa descubre, a través de un amigo llamado Roderick, que un grupo de conspiradores, que se reúnen siempre en el café Café Francis, planea llevar a cabo una serie de prospecciones en el subsuelo de París para adueñarse de las reservas de petróleo de la ciudad. Con la ayuda de sus incondicionales amigas llevan a cabo un juicio secreto en el que condenan a muerte a los conspiradores y, tras convocarlos en su casa, con la excusa de que bajo el solar de su casa existe una gran acumulación de petróleo, las cuatro mujeres encierran en el sótano a los traidores del pueblo parisino.”

Y falta nombrar al señor Naón Soibelzhon, el hombre de teatro de Almagro, que ganó con esta obra de Giraudoux. Y hay que decir que, con él y con Maxi Pozzi, ahora llegamos a 12 ganadores distintos en los 19 programas que llevamos en julio; 11 de ellos -ellos- con una victoria cada uno. Si no fuera por mí, que llevo seis, tal vez nos acercaríamos un poco más todavía al ideal de participación en el podio. Pero los dos Ininterruptus del mes, que también lo impiden, evitan asimismo que me sienta culpable. Entonces, faltando cuatro juegos, solo me resta desear que gane el mejor.
Hasta la próxima.



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1 comentario:

Marta dijo...

Conocí a Rosalía de Castro en la película La lengua de las mariposas, ¿te acordás? Rosalía de Castro era el nombre de la escuela. La reconocí la otra noche, aunque tarde como siempre, cuando Hugo empezó a leer en gallego. Entonces pensé que, o había enloquecido, o leía a Rosalía de Castro.
Debo decir que me alegra tu decisión de no recurrir exclusivamente a Internet para el resumen semanal. Creo que tenés razón: no vale la pena. En este blog, prefiero escuchar la voz de los parrafistas, ya sea a través de sus entradas, o de los comentarios. Y para averiguar datos concretos, y no tanto, sobre los escritores, está lleno de otras opciones.