lunes, 21 de julio de 2008

Habrá poesía!

Anoche, poesía. Yo no soy la más indicada para escribir sobre este género, teniendo este programa los cultísimos oyentes que tiene, pero no quiero dejar de escribir esta entrada para llevar tranquilidad a los señores poetas, incluido don Baldomero que anoche desde el cielo de los poetas habrá escuchado mordiéndose las uñas, esperando para ver si sus versos eran reconocidos o no. Señor Baldomero, no tenga duda, incluso en estos tiempos, usted no pasa desapercibido. Su forma sencilla y, a la vez, luminosa de contar la realidad todavía nos toca. Qué clara, qué fácil de identificar nos llega a veces la voz de un poeta, pero ya se sabe que la regla de Parrafus dice doble respuesta correcta: autor y también nombre del libro, o nombre del poema. Ojo, no es una queja; son las reglas. Pero fíjense anoche: en el peor de los casos, el señor conductor del programa iba a tener que leer el poema de los setenta balcones, que tenía preparado y, en este poema, a más tardar, todo el país iba a reconocer a Baldomero. Quién más, quién menos todos alguna vez leimos este poema, o lo escuchamos, o mínimanente, la vimos a Norma Aleandro recitarlo en El hijo de la novia. Ahora, levanten la mano los que saben cómo se llama ese poema: Setenta balcones, Ninguna flor, A sus habitantes, señor... ? Tibio, tibio, frío. No es tan fácil unir al poema con su nombre.

Señores poetas, señoritas poetisas, a no desesperar si tarda en aparecer el llamado con la respuesta correcta. La razón de esta demora no es la falta de lectores. Ocurre que las poesías tienen una vida propia que otros géneros no tienen. Quiero decir, a veces copiamos las poesías en un cuaderno o elegimos arbitrariamente unas estrofas para declararnos o para impresionar a alguien. Nos apoderamos de la poesía, como de ningún otro género. Otras veces, las poesías son separadas de sus hermanas poesías, y pasan a formar parte de antologías, o van a parar a a señaladores, a sobrecitos de azúcar y en este periplo pierden sus datos filiatorios, es decir, se desligan del nombre y apellido del autor, por no hablar del nombre del libro al que alguna vez pertenecieron, que puede quedar en el más áspero de los olvidos.

A veces los poemas se transforman en cuadritos. En el living de mi abuela había un cuadrito con un poema lindísimo llamado Un hombre entre mil. Yo era chica, pero ya me fascinaba la letra escrita, y de tanto mirarlo me aprendí ese poema de memoria. Supongo que todavía lo recuerdo, aunque ahora, ya hace mucho que nadie me toma recitado y la casa de mi abuela ya no existe más. Hace un tiempito, mi vieja me preguntó si no me acordaba del poema de Rudyard Kipling que estaba en lo de la abuela.

-¿Qué poema, ma?
-Ése, de Rudyard Kipling, que estaba en un cuadrito del living de tu abuela, el que decía "Un hombre entre mil, dijo Salomón..."

Entonces.. ¿Un hombre entre mil es de Rudyard Kipling? ¿Desde cuándo? ¿Y recién ahora me entero? Pero si me lo sé de memoria, cómo es posible que nunca se me ocurrió averiguar el autor. Y mirá, si Hugo lo leía y yo, sabiendo el poema pero sin saber el autor. ¿Y si le recito un pedacito, no vale? Ahora estoy entendiendo por qué es tan difícil ganar cuando toca poesía.

Felicitaciones para señor Jorge Aloy, el primer ganador de la semana!

Si quieren seguir leyendo los poemas de Baldomero Fernández Moreno que Hugo empezó anoche, pueden ir aquí: http://amediavoz.com/fernandez.htm

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Presentación de una antología de Juan Gelman (parrafista Nº 125)

22-07-2008



México: presentación de una antología del poeta argentino
Los otros, compendio de claves secretas sobre la vida de Gelman


Ana Mónica Rodríguez
La Jornada




Una “asamblea” o “convención” de poetas “gelmánicos” convergen en el libro Los otros, del escritor argentino Juan Gelman, en donde resurgen diversas voces literarias que otorgan claves secretas de los territorios y alcances de la vida y obra del Premio Cervantes 2007.
Durante la presentación del volumen, coeditado por Alforja y la Universidad Autónoma de Nuevo Léon, que se realizó ayer en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, Juan Gelman rememoró una faceta excepcional de su pluma, la de sus autores preferidos, así como de sus visicitudes y periplos literarios, estuvo acompañado por los escritores Hugo Gutiérrez Vega, Carlos Montemayor, Miguel Covarrubias y José Ángel Leyva.

En esta recopilación, prologada por Leyva, se retoman textos que el autor argentino ha publicado con diversos seudónimos, así como poemas que ha escrito sobre otros autores, con los cuales se ha identificado o a quienes también ha dado respuesta. En Los otros, Gelman muestra a “los autores a los cuales reconoce como propios, aunque él funge como traductor y portavoz de ellos”.

Al final de la presentación, el poeta argentino galardonado recientemente con el Premio Cervantes, leyó varios textos publicados en Los otros, que provocaron sonoros y entusiastas aplausos entre los asistentes a la sala Manuel M. Ponce.

Sidney West, Yamanokuchi Ando, Julio Grecco, José Galván, John Wendell, Eliezer Ben Jonon, Solomón Ibn Gavirol y Dom Pero son algunos de los autores-personajes que pueblan la poesía gelmánica y que durante varios minutos saturaron la sala con su ritmo poético.

En el volumen, Juan Gelmán realiza una travesía literaria que recorre desde los desiertos árabes, la España Medieval, la vieja Europa hasta un naciente Estados Unidos. “Cada uno de ellos representa una circunstancia, un tiempo y una geografía”, coincidieron en señalar los participantes en la presentación.

Juan Gelman, también se dijo en el acto, es ejemplo de cohesión ética, defensor a ultranza de la memoria y de la justicia, causas ligadas a la pérdida de seres queridos y al exilio, en donde ha escrito gran parte de su obra.

Esta antología, dijo Montemayor, es un diálogo entre varios amigos; es una especie de “convención” o “congreso” permanente que nos enriquece. “Este libro permite entender un derrotero de la búsqueda de familia en Juan. Una familia de poetas españoles que han tenido mala suerte en el español o bien que no han sido atractivamente traducidos”.

En este poblado mundo de palabras y réplicas, prosiguió Montemayor, Los otros ofrece claves poderosas, secretas y profundas sobre el autor que es muchos; además, “reproducen, evocan y recobran tantos ecos y matices que es difícil que quepan en un poema o en varios libros”.

El poeta Hugo Gutiérrez Vega, director de La Jornada Semanal, dio lectura a una emotiva carta dirigida al argentino y que tituló Aleluya por los ojos de Juan Gelman.

“Juan, en realidad estás en todos los momentos de la vida de tus personajes, pero estás de una manera exquisitamente discreta sin meterte a dar órdenes, dejando que ellos vivan sus vidas o sus pedazos de vida evitando la tentación de los autores que se comportan como titiriteros autoritarios.”

Esta carta “me ha permitido entrar en las voces, miradas y objetos de la gente que camina por las páginas de Los otros; siempre supe de la generosidad de Juan, pero no hasta el extremo de que cede parte de sí mismo a la vida y avatares de los demás”.

Esta reunión de voces, subrayó Leyva, permite hablar de los heterónimos de Juan y de uno de sus más admirables hallazgos literarios y una de sus mayores búsquedas. “Gelman halla en Los otros la extranjería, la huella de la ausencia, la revelación del exilio, su desterritorialización y la identidad de ser otro”.

La reunión y selección de los textos de Los otros fue labor de Leyva, quien efectuó un cuidadoso análisis de la extensa obra del autor de Violín y otras cuestiones, y además eligió los poemas que le parecieron adecuados para mostrar al lector el diálogo que se genera entre un poeta y sus referentes.

Anónimo dijo...

a vecs, no siempre, oigo parrafus o busco en el blog y hoy por "azar"
si me lee Cortazar me manda al "LECTOHEMBRA", digo que el "azar" me encontro leyendo en un parrafus viejito con una buenisima antologia de baldomero y me permito recomendarles la lectura de Argentino hasta la muerte del hijo de Baldomero, Cesar... Palantologia mirá.."y bué que le voy hacer soy argentino"
Erdosain