Como me pasó a mí, cuando aquella vez sentí que Hugo me tocaba el culo con su primera mención de este Blog, que fue crítica de su preliminar pobreza y me inspiró el magnífico “Mi Párrafus Interruptus”, ahora, aparentemente, pareciera que el compañero oyente Quique Figueroa necesitaba una tocadita similar para salir de su letargo.
La semana pasada, para abonar una de mis peregrinas teorías, citaba yo palabras del hombre de Trelew que me habían hecho suponer una escucha intermitente de su parte en el último tiempo. Sea esto así o no, el hecho es que el coequiper Quique reapareció esta semana, en el final del invierno, con todo el ímpetu de antaño. Ganó el juego de lunes, martes y jueves; tres de cuatro, hasta hoy, racha sólo interrumpida por Verónica cornejo, que, con teatro, ganó el miércoles.
El raid victorioso fue así: el domingo, cuento: “Juan Fariña”, del chileno Baldomero Lillo. Ellunes, novela: “Zugumi”, de la japonesa Banana Yosimoto. Y anoche, hoy, jueves, otra novela: “El día de la lechuza”, de Leonardo Sciascia. Sólo le faltó a Quique la obra teatral que reconoció Verónica: “Chau, Misterix”, de Mauricio Kartun.
Pero falta el programa de esta noche, donde Quique podría establecer un nuevo record para el formato extendido de Párrafus…
Como la semana pasada, lo azuzamos al compañero para que no se duerma en los laureles y participe también esta noche, a pesar de que el género anunciado por Hugo sea la Poesía, que no es su fuerte, como siempre dice.
Felicitaciones, Quique, y bienvenido otra vez.
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