jueves, 6 de marzo de 2008

Correspondencias II

Entrevista de María Copani a Sylvia Iparraguirre y Abelardo Castillo (Clarín, 10 de diciembre de 1987)

M.C. -¿Cómo perciben el panorama que se presenta para el trabajo intelectual?
S.I. -El panorama general es desmoralizador. No solamente está mal pago, sino que está desprestigiado, subestimado. Se supone que un crítico, un escritor o un profesor puede ir a Villa Tesei a dar una charla porque sí (y afortunado que la tiene que dar...). A nadie se le ocurre que puede haber un caché, que la TV debería pagar la participación de un escritor. Sin embargo, si viene un plomero a hacer un trabajo a casa, cobra la visita y cobra si cambia un caño.
A.C. -Un momento. Todo eso es cierto. Pero hay un hecho que debe destacarse. Todo intelectual, aun cuando sufra mucho económicamente, pertenece a una clase privilegiada. A mí no me gustaría ser plomero, ni aun cobrando. Y hay ciertas prerrogativas sociales que te da el mero hecho de ser escritor que, aun no cobrando, las tenés. Un plomero es un trabajador. Lo puede decir con tranquilidad y esa es su jerarquía en el mundo. En cambio, un escritor nunca es un trabajador, porque no lo admiten como tal.
S.I. -El privilegio mayor es que puedo vivir de lo que elegí hacer. El plomero, seguramente, no tuvo más remedio... Salvada esa diferencia -que quede claro-, podemos recordar lo que contestó Bergman una vez cuando le preguntaron cuánto tiempo le llevó hacer cierta película. "Me llevó toda la vida hacerla", dijo. No le llevó seis meses de filmación. Tuvo que saber muchísimas cosas para poder decir lo que dijo en ese filme.
A.C. -Eso nosotros lo sabemos. La que no lo sabe es la sociedad. Pero creo que en un país donde nadie puede vivir de su trabajo sería excesivo exigir que los intelectuales tengan el privilegio de poder hacerlo. Aclarado esto, lo que me alarma es que ni siquiera en el sentido alegórico o simbólico se reconozca al intelectual que lo suyo también es un trabajo.
(...)
S.I. -...porque llega un momento en que publicar es una cuestión de ética. Si estás convencido de lo que estás haciendo, y lo elegiste, publicar es una prueba. Para algo y para alguien estás escribiendo. Mucha gente que conozco pasó por los mismos altibajos y se ha preguntado, como yo: "¿Valdrá la pena? ¿No hay demasiados libros publicados?" En otros aspectos, hay un fenómeno lateral, que es el poder de la crítica, y de la crìtica académica, la de los congresos internacionales, que propone o privilegia una línea y abre camino a determinado tipo de autores y a otros no.
A.C. -Pero esas son modas. Además, la crítica universitaria te da un prestigio universitario, pero la crítica que pesa para la venta del libro es la de los medios de comunicación. En este último aspecto no se puede decir que exista la crítica en la Argentina. Existen a veces excelentes críticos pero son contados con los dedos. No hay una metodología crítica. Lo que se hacen son reseñas bibliográficas. Poe ya hizo esta distinción. Hay una gran diferencia entre el ensayo crítico, la mera propaganda de un libro, la crítica impresionista, contar el argumento o hacer "crítica de solapa". Por otra parte, la opinión del crítico no siempre está respaldada por una cultura sólida acerca de lo que es la literatura. De ahí los grandes equívocos. De ahí que aparezcan "renovadores" a cada rato. ¿Renovadores respecto de qué? De las lecturas del que hizo la crítica. En cuanto a la otra crítica, la universitaria, está circunscripta al ámbito de los congresos, en general es ininteligible y no le sirve a nadie. Son zonas estancas donde da la impresión de que no se habla del libro. Y además apareció otro fenómeno en el ámbito universitario: la crítica de la crítica de la crítica.
S.I. -Como decía Borges, el esnobismo es una de las pasiones frenéticas de los argentinos. No se puede estar fuera de la ola. El descontructivismo... la estética de la recepción... Bajtín... Hay que estar rapidísimos. Hace poco, en un panel de profesores, uno de ellos dijo (con un gran sentido del humor, inédito en el ámbito académico): "Bueno, apurate con esa crìtica de la recepción porque ya está pasando de moda." Hay una especie de frenesí por la última teoría.

Abelardo Castillo, Parrafista 80, 10 de octubre de 2006 - Sylvia Iparraguirre, Parrafista 247, 27 de noviembre de 2007

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