sábado, 8 de marzo de 2008

Debut - Labute

El martes me gané el libro de donde se leyó "El debut de la piba". La edición, de Argentores en colaboración con Biblos, es mejor que la que yo tenía. Incluye un prólogo de Mirko Buchín (¿el autor de "Che che Chela"?) y un epílogo de Cernadas Lamadrid, quien hiciera una puesta televisiva de la pieza en el viejo canal 7, a comienzos de los ´70. Copio una de las críticas que aparecen en el apéndice:
"Nada se opone a que un sainete nos proporcione todos los valores estéticos de lo que podríamos denominar arte mayor. En esta obra del señor Roberto Cayol estrenada el sábado en el teatro Nuevo, con un éxito franco, encontramos, efectivamente, conjunción tan feliz de calidades superiores, que no vacilamos en adjudicarle el mérito de ser la primera en su género en el año pasado y en el actual.
"Haciendo reir constantemente el autor ha logrado dar preeminencia a un asunto sentimental y tierno, tratado con finura y equilibrio. En ningún momento llega la acción al sentimentalismo, esa falsificación de la realidad. Y en un desarrollo normal, sin quebrar la unidad de acción -lo cual es otra excelencia de la pieza-, el señor Cayol hace triunfar los derechos del corazón y la verdad sentida.
"Un matrimonio del bajo pueblo, constituido por dos seres ingenuos, es inducido a abandonar su vida tranquila con el incentivo de una gran ganancia. Un amigo de la casa, Cigorraga, induce al marido, Venancio, a que haga de Catalina, su mujer, una tonadillera criolla. El plan estaría en irse a España a cantar en Madrid canciones argentinas. Hace las composiciones un poeta arrabalero llamado Carmona.
"(...)
"Más que en el argumento, pues, el valor del sainete está en lo ingenioso de los diálogos, en la validez chispeante del chiste, en cierta graciosa simplicidad, en el colorido y en la verosimilitud. Además, su éxito indudable reside en la interpretación verdaderamente feliz de todos los artistas, entre los cuales descuella la señora Lea Conti, que hace un derroche de finura y de nuance en sus inflexiones de voz, en sus gestos y sus expresiones."

(Diario La Unión, 24 de abril de 1916)

Lea Conti. ¿Quièn sería? Bueno, hoy, ese nombre olvidado del espectáculo nacional, es quien me lleva a que lea y cuente.
Mireia Gubianas. ¿Quièn es? Parece española, por el acento, y es la protagonista de la obra "Gorda", que en estos dìas puede verse en Buenos Aires. La otra noche fuimos a verla con Cristina -por iniciativa de ella, claro.
Esta vez no nos ganamos la entrada; oblamos concienzudamente los simpáticos 40 pesos que cuesta cada una de las más baratas localidades del Paseo La Plaza. Tal vez la apreciable gestualidad y los variados tonos de Gabriel Goity (conocidos a traves de la televisión, no tan puestos en juego aquí) merecían el pago de una mejor ubicación en la sala, pero de todos modos se escuchó bien y pudimos seguir panorámicamente la acción desde donde nos encontrábamos.
En algún momento (Párrafus está siempre en mi mente), me pregunté si la obra de un norteamericano contemporáneo y transgresor puede tener algo de sainete. Sin saber acabadamente, por cierto, en qué consiste este añejo género porteño, me respondí que tal vez sí. Tal vez el humor, ácido o patètico hoy en día, pero al alcance de todos, y también esa cualidad que modernamente se denomina "lo polìticamente correcto".
La pieza trata de un hombre cualquiera, un oficinista de clase media, que en un fast food conoce a una gorda glotona y poco a poco se enamora de ella. La mujer le corresponde e inician una relación. Pero él padece el agobio del "qué dirán", y esto socava poco a poco su romántico transporte, hasta retraerlo a un clásico cul de sac. El autor (Neil Labute, de quien hace unos meses, casualmente, vimos un film en Hallmark que trataba (previsiblemente en ese canal) de las dificultades de una sordomuda) reivindica el derecho a la diferencia y pone de manifiesto nuestra intolerancia a lo que se aparta del canon. No está mal. Tal vez sea necesario que cada tanto (con un tema u otro) se refresquen esas nociones. Tal vez el público que concurre al Paseo La plaza (de pieles aporcelanadas de maquillaje o de sol) lo necesite. Yo salí pensando que con 40 pesos me podría haber comprado algún libro de ensayos de Ricardo Piglia, y por despecho entré a la librería El Libertador, de Corrientes, y me llevé "Al pie de la letra -Guía literaria de Buenos Aires", de Alvaro Abós, por 10 mangos. Pero me gustaron las actuaciones de Goity y de esta fulana Gubianas. También actúan (hacen de compañeros de oficina)María Socas y Jorge Suárez. ¿Me habré acordado por eso del programa?

2 comentarios:

Quique Figueroa dijo...

Desde el momento en que uno se dispone para ir al teatro, amén de oblar el importe que fuere [usualmente suculento], hay algo ganado: la confianza en la obra, en los actores, o en la programación de la sala. El Puma Goity, es un actor de fuste, por ende no ha de agarrar así nomás cualquier papelejo. María Socas, jamás la ví actuando, pero recuerdo su exquisito programa radial que otrora tuviera en LS1.
Aún así tuviste tu recompensa podriasta impertérrito, conseguir el libro de Abós a 10 mangos es un regalo. Ha de haber sido un reconocimiento a los morlacos bien invertidos en La Plaza!

Marcelo Perenchio dijo...

No sabía de la experiencia radial de la Marìa Socas; recuerdo haberla conocido, hace siglos, cuando hizo en ATC, junto a Miguel Angel Solá y Blanca Oteyza, "Cartas de amor en cassette", una interesante telenovela de trasnoche. A su vez, recuerdo que esta pareja de actores tuvo su espacio de lecturas y recitados en radio El Mundo, poco despuès de aquella ficción televisiva, pero nunca los escuché. En cuanto a mi experiencia teatral de la otra noche, sí, al menos por interpósita persona fui bien prediuspuesto, y ella quedó por demás satisfecha (al menos por el paseo, la saco tan poco...), pero a mí me pasó lo de siempre: esperaba más, y no lo obtuve. ¿Todavía no cite acá a Luca Prodan, no? Pues, si el Blog fuera mío, el lema debería ser: "No sé lo que quiero, pero lo quiero ya".
Salud, Quique, suerte para marzo.