martes, 6 de mayo de 2008

Poeta adolescente


Alguien sabrá aquí de que se trata... es solo reescribir.. Solo eso...

Y reescribo...

Del Breviario del poeta adolescente (La Noche)

por un poeta que siempre sera adolescente.

"Noche de verano con luna llena; noche lluviosa de otoño; noche fría y desierta de invierno. La noche es nuestra madre y nuestro padre. En ella, por ella y de ella surge lo mejor y lo peor de nosotros. La respetamos, la amamos y la odiamos.
Somos un desprendimiento de la noche. Un trozo de sombra desgajado de la inmensidad cósmica, que solo cobra forma y se halla a sus anchas cuando lo rodean aquellas otras sombras producidas por la luz tenue de una vela en nuestra habitación. (durante el día andamos por las calles y cruzamos entre las gentes sin ser advertidos, casi invisibles, tenebrosos: una sombra.)
Como para el Lobo Estepario de Hesse, la mañana es para nosotros una mala parte del día, que nos asusta y nunca nos trajo nada agradable. Nunca estuvimos verdaderamente contentos en una mañana cualquiera de nuestra vida, nunca tenemos buenas ocurrencias ni podemos proporcionarnos, a nosotros mismos o a los demás, alegrías a esas horas. "Solo en el transcurso de la tarde se iba entonando y animando, y únicamente hacia la noche se mostraba, en sus buenos tiempos, fecundo, activo y a veces fogoso y alegre", aquel ángel-demonio Harry Haller. Y como el, nosotros.
Hay un motivo. Fue durante la noche, una oscura noche, dulce noche, que se nos revelo el don que llevamos en nosotros,y decidimos dedicar la vida, esta vida, amarga vid, a nuestro arte. Fuimos como un ciego de nacimiento que recobrara la vista de repente en medio de una noche estrellada y en una calle desierta: quisimos (rogamos) que esa fuera la luz y esos los colores, mas enseguida descubrimos que la maravillosa noche retrocede poco a poco y que el sol nos priva de su cobijo conforme se eleva en el cielo. Pero no. luego, también el sol retrocede y cae, y la noche nuevamente es con nosotros. Vivimos otra vez. La luz y los colores vuelven a ser aquellos - siempre vuelven.
La noche nos ayuda. Estando en nuestro cuarto, escribiendo, dibujando o reflexionando, si en cualquier momento una duda mínima o un dolor pequeño nos sale al paso, podemos abrir la ventana o salir al patio y respirar a pleno pulmón e imbuìrnos de las tinieblas, que siempre estarán allí, aguardandonos, apacibles y comprensivas. Al instante, se despeja nuestro espíritu -que siente ahí afuera la presencia del todo de que es una parte- y estamos limpios otra vez.
La noche es nuestra, y somos de la noche. Podemos recorrerla y conocerla (saliendo o no del cuarto). Vivirla. En la noche siempre se encuentran cosas nuevas; cosas insospechadas, irreales, descabelladas: inexistentes. hasta que salís a verlas. Si.
(Y claro)
Buenas Noches."

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