viernes, 8 de mayo de 2009

14.351 caracteres (sin título)

EQUIVOCACION FELIZ

Me equivoqué en anticipar Poesía o Teatro para el programa del miércoles. Hugo trajo otra novela, “La muñeca rusa”, de Alicia Dujovne Ortiz, y el ganador fue el siempre atento Fernando Terreno. Pero estuve bien en dejar la puerta abierta al batacazo para cuando el Teatro o la Poesía llegaran, porque el jueves, con Teatro, el batacazo se dio. Gané yo con “La muerte y la doncella”, de Ariel Dorfman.

DUJOVNE

“La muñeca rusa” es quizá la más flamante de todas las obras leídas en Párrafus. Dujovne Ortiz, que charló con Hugo y Fernando, contó que la terminó el año pasado y se publicó en este. Por eso es que en suplementos o audiciones culturales estuvo muy presente en estos meses la autora. Contó Fernando que ahí, en una nota de Página 12 y en una entrevista de Osvaldo Quiroga, tuvo la pauta de que la lectura era esa. Llamó, lo confirmó y ganó.
Alicia Dujovne Ortiz empezó publicando poesía a fines de los sesenta. Más adelante, después de una novela (“El buzón de la esquina”) se hizo poco a poco más conocida por una intermitente serie de biografías: “María Elena Walsh” en 1979, “Maradona soy yo” en 1993, “Eva Perón. La biografía” en 1995. El año pasado, o el anterior, publicó también “El camarada Carlos”, un libro sobre su padre, que fue agente soviético en el Uruguay. Y también sobre agentes secretos y sobre el Uruguay trata “La muñeca rusa”, parece, donde también tiene un importante papel el escritor Felisberto Hernández –Parrafista Nº 228. Y todos ‘Hechos reales’, como decían antes algunas portadas. Asimismo, sobre un hecho que fue denuncia periodística tratará su siguiente novela, contó la autora: el macabro, policíaco crimen de un joven cartonero en los basurales de José León Suárez.

DORFMAN

Ariel Dorfman, por su parte (de la misma generación de la Dujovne), se hizo célebre como sociólogo en los setenta con “Para leer al pato Donald”, un estudio sobre aquello a lo que antes se le decía ‘penetración cultural’ y ahora… ahora tal vez haya que decirle: “Sacamelá un poco, negro, que la tenés muy gorda”. Porque, a mi juicio, todo aquello sigue bastante igual. Lo decía el mismo Dorfman el sábado pasado. Lo vi en ese panorama internacional que tiene canal 7 al mediodía, donde trabaja esa formidable mujer madura: Hinde Pomeraniec. Le preguntaron si aquel estudio suyo sobre el imperialismo del comic sigue vigente. Respondió que, aplicado hoy a otras cosas, lo reivindica.
Como narrador, el argentino-chileno (fue funcionario del gobierno de Salvador Allende) publicó “Moros en la costa”, “La última canción de Manuel Sendero”, “La nana y el iceberg” y una novela de la que lo escuché hablar una vez y me gustaría leer: “Terapia”.
Lo que no me cierra (como dice Aliverti) es el título de sus memorias: “Rumbo al sur, deseando el norte”. Pero el título es lo único que conozco, así que, supongo, podemos seguir considerándolo uno de los nuestros.
“La muerte y la doncella” es su pieza teatral más conocida, tal vez por haber sido llevada al cine por el loco Polanski. La tengo en video, la vi hace seis o siete años, y la otra noche, tras resignar el acecho cuando Hugo anunció Teatro, reconocí en las primeras líneas de la lectura el escenario de aquel drama de la ex detenida y su torturador. Y gané con Teatro.
¡Qué lindo batacazo!

VOLVIENDO A GERCHUNOFF

Parece que antes de “Adán Buenosayres” hubo otra novela donde se retrataba con los nombres cambiados a varias personalidades de la literatura y la intelectualidad porteña. El título no lo digo y el autor tampoco; todavía, uno o ambos, tienen que aparecer en Párrafus.
En esa novela, Alberto Gerchunoff es llamado Orloff, y se lo describe así:

“Era corpulento, macizo y de aire pesado y movimientos calmosos. De su pescuezo formidable partía una cabeza ancha en la base, que se angostaba ligeramente hacia arriba, achatándose un poco en la frente. Grandes lentes, con un cordón negro, atenuaban el tamaño de su nariz en punta, y detrás de ella miraban con cierta mansedumbre bovina sus vagos y pequeños ojos. Hablaba lentamente y con la cabeza levantada; hacía valer la pirotecnia de sus adjetivos, estiraba las eses, martillaba las consonantes fuertes. Toda su persona daba sensación de robustez y originalidad.”

No sé si en esa novela aparecerá también Roberto J. Payró, pero es un hecho que, en la realidad, Gerchunoff llamaba “mi maestro, mi amigo, mi protector” al autor de “Pago chico”. Lo había conocido, siendo un novato en la ciudad, en un Centro Socialista de la calle Méjico.
Gerchunoff nació en una aldea de Rusia en 1883. A los pocos años su familia viene para la Argentina. Se radican en Moisés Ville, en Entre Ríos, hasta que bajan a Buenos Aires en 1895. En la capital, Gerchunoff ingresa al colegio Nacional y, hacia 1900, hace sus primeras armas en el periodismo. Después de colaborar en diversas publicaciones, dirigir un diario en Rosario, ser redactor de ‘La Razón’ y ‘El País’, ingresa, en 1908, a ‘La Nación’, donde seguirá hasta el día de su muerte.
En ‘La Nación’ empieza a publicar unos relatos que, en 1910, celebrando el centenario de su país adoptivo, transforma en su primer libro: “Los gauchos judíos”. Se narra ahí la epopeya de los colonos hebreos en Entre Ríos.
Otros libros de Gerchunoff son:
“Nuestro señor Don Quijote” (1913)
“Cuentos de ayer” (1919)
“La asamblea de la bohardilla” (1925)
“El hombre que habló en la Sorbona” (1926)
“Enrique Heine, el poeta de nuestra intimidad” (1927)
“Los amores de Baruj Spinoza” (1932)
“Entre Ríos, mi país” (1950)
Me baso para este pobre resumen (evidentemente no es lo mío) en el fascículo del Centro Editor de América Latina que le mencioné a Hugo la otra noche. Es el número 29 de la colección ‘Capítulo, la historia de la literatura argentina’, preparado por los profesores Eduardo Romano (el también poeta) y Adolfo Prieto. Ya lo cité en este Blog, porque de ahí copié una vez algo sobre Horacio Quiroga. Creo que también dije entonces que a este fascículo lo acompañaba originalmente el libro “Los gauchos judíos”, pero yo no lo tenía porque lo compre suelto, de segunda mano. Ahora, la otra noche, me lo gané.

EXTREMO ORIENTAL

Y en los extremos de la semana, en el comienzo y el final, autores orientales.
El lunes fue la hindú Arundhati Roy, con su primera novela: “El dios de las pequeñas cosas”, de 1997.
La había escuchado nombrar algunas veces, es un lindo título. Y tal vez se destaque entre esas novelas de origen exótico que el antes mencionado imperialismo cultural (no solo yanqui) pone de moda cada tanto –como el cine iraní o malayo o la World Music. Pero, la verdad, viendo en la Wiki que la historia trascurre en un lugar llamado Ayemenen, los malos recuerdos no me dan ganas de leerla.
Como ya se dijo, esa noche ganó mediante el google la nueva oyente Lilia Mosconi, de San Telmo.
Y anoche, ya viernes, otra novela de un autor de Oriente: Michael Ondaatje, nacido en Sri Lanka en 1943 (de la misma generación de Dorfman y de Dujovne Ortiz). De su obra, Hugo leyó “El paciente inglés”, que se hizo famosa con la película multiganadora de Oscars.
Ondaatje, de linaje holandés (se pronuncia Ondash), se radicó con su familia en Inglaterra a los 11 años, y después, a los 19, pasó a Canadá, donde se naturalizó. Empezó como poeta, con bellos títulos: “Los monstruos cotidianos”, de 1967, “El hombre con siete dedos en los pies”, del 69, “Un truco con una navaja que intento aprender”, del 79, “El pelador de cáñamo”, del 90. Su primera novela (“Las obras completas de Billy el niño”) es de 1970. “El paciente inglés” es de 1992.
La ganadora fue una tal Verónica Cornejo, creo que de Lucerna, o de Lugano. El premio fue una obra de Bernardo Kordon, un volumen que reune “Alias Gardelito” y “Kid Ñandubay”.

REMINISCENCIAS

Al mencionarse la aparición de Kordon en Párrafus, Verónica recordó el apellido del ganador de aquella noche; se trató de Fernando Venesiale, de Olivos. Ante esta mención, Hugo se puso reminiscente (¡como me gusta la palabra ‘reminiscente’!, que no sé si existe; me gusta por la frase del doctor Freud: “El histérico sufre de reminiscencias”); reminiscente, Hugo me encargo que busqué los nombres de aquellos ganadores de primera y única vez, lo triunfadores que nunca volvieron, las aves de paso, los más cercanos a los autores, quizá, hermanados con ellos en esa fugacidad.
Termino, entonces, con esa lista…, no sin antes destacar que, en esta semana, de manera seguramente efímera (por eso me apuro a mencionarlo), pasé al frente de la tabla 2009 de ganadores. Pero todo viene muy parejo; yo, gracias a mis paisanos Gerchunoff y Dorfman, llegué a 10, pero ahí están con 9 Tsolakian y Cornejo, con 8 Terreno, con 7 Pozzi, con 6 Zander…
Pero con uno solito (por ahora) tenemos a los siguientes compañeros Parrafistas.

Año 2006

13/4

6) Samuel Beckett (IRL), “Esperando a Godot”: Olga Aloia, Hurlingham. Abogada (1´30”)



3/5

14) Armando Discépolo (ARG), “Mateo”: Eduardo de Vicenzi, Balvanera. Jubilado de viajante de comercio (1´44”)

9/5

16) Horacio Quiroga (URU), “El almohadón de plumas”: Mirtha Shen, Colonia, Uruguay. Artista plástica (4´02”)

10/5

17) Osvaldo Soriano (ARG), “Triste, solitario y final”: Marcelo Smulevicz, San Telmo. Especialista en informática (2´03”)

24/5

23) Roberto Fontanarrosa (ARG), “El mundo ha vivido equivocado”: Laura Santos, San Telmo. Empleada en instituto terciario (1´02”)

1/6

27) Federico García Lorca (ESP), “Bodas de sangre”: Ana Anfoso, Olivos. Preceptora en jardín de infantes (0´58”)

27/6

37) Gregorio de Laferrere (ARG), “¡Jettatore!”: Juan Morales, Merlo, San Luis. Actor y director de teatro (1´13”)

29/6

39) Jorge Amado (BRA), “Doña Flor y sus dos maridos”: Hugo Viggiano, Caballito. Estudiante de antropología y videasta (1´10”)


27/7

51) Augusto Roa Bastos (PAR), “Yo el Supremo”: Cristina Rabus, Quilmes. Trabaja en programa de asistencia técnica para huertas. (0´46”)

10/8

57) Gilbert Keith Chesterton (ING), “El hombre que fue jueves”: Pablo Rafecas, Barrio Norte, Capital Federal. Dueño de una librería (1´01”)

5/9

65) Mario Puzo (NOR), “El padrino”: Nina Biondi, Villa Urquiza, Capital Federal. Estudiante de periodismo en Tea (0’34”)

5/12

104) Simone de Beauvoir (FRA), “La mujer rota”: Hermes Barzanoglou, Boedo, Capital Federal. Reparador de computadoras, documentalista (4´05”)

27/12

113) Isidoro Blaisten (ARG), “Al acecho”: Gabriel Shapiro, La Paternal, Capital Federal. Actor y estudiante de radio (1´46”)

Año 2007

9/1

117) Silvina Ocampo (ARG), “La casa de azúcar”: Cecilia Curia, San Martín, Buenos Aires. Profesora de plástica en escuela primaria (10´10”)

27/2

135) Henry James (NORT), “Los papeles de Aspern”: Sebastián Fernández Siati, Saavedra, Capital Federal. Estudiante de ciencias sociales. (1´50”)

1/3

137) María Elena Walsh (ARG), “Otoño imperdonable”: Alicia Abregú, Villa Luro, Capital Federal. Jubilada de técnica de laboratorio (0´34”)




27/3

147) Paulo Coelho (BRA), “El alquimista”: Adriana Alemani, Villa Devoto, Capital Federal. Docente primaria (1´25”)

10/4

153) Octavio Paz (MEX), “Libertad bajo palabra”: Adrián Contreras, Morón, Buenos Aires. Trabaja en el departamento Audiovisuales del Teatro Cervantes y es músico. (2´10”)

31/5

172) Bernardo Kordon (ARG), “Los ojos de Celina”: Fernando Venesiale, Olivos, Bs As. Sociólogo (1´07”)

25/9

220) Ian McEwan (ING), “Sábado”: Juana Recht, Centro, Capital Federal. Licenciada en Matemáticas y jubilada empresa institucional (0´59”)

4/10

225) Macedonio Fernández (ARG), “Papeles de Recienvenido”: Olga Mercado, San Martín, Bs As. Empleada administrativa en asociación judicial bonaerense. (1´42”)
18/10

231) Voltaire (FRA), “Cándido o el optimismo”: Rodolfo Laveri, Villa Devoto, Capital Federal. Jubilado de profesor de historia contemporánea en universidad pública. (3´12”)

30/10

235) Andrés Rivera (ARG), “Ese manco Paz”: Sandra Vela, Villa Urquiza, Capital Federal. Abogada. (2´12”)


27/11

247) Sylvia Iparraguirre (ARG), “La tierra del fuego”: María Cristina Alonso, Parque Chacabuco, Capital Federal. Ama de casa. (6´)

6/12

252) Mark Twain (NORT), “La historia del niño malo”: Enrique Tozzini, Castelar, Bs As. Jubilado de empleado bancario. (9´)

Año 2008

10/1

262) Jorge Accame (ARG), “Venecia”: Marcelo Bonalume, Marcos Juárez, Córdoba. Profesor de teatro y actor (1´45”)


13/03
283) Carlos Drummond de Andrade (BRA), "La bolsa y la vida": Susana Petinatti, Chacarita. Taquígrafa. (10´)

20/03
286) Héctor Gagliardi(ARG), "Por las calles del recuerdo": Marta Escarpite, Isidro Casanova. Ama de casa (8´)

29/05
333) Noel Coward (ING), “Vidas privadas”: Eduardo Pavelic, actor. (1´18”)

30/06
355) Jorge Boccanera (ARG), "Oración para un extranjero": Alejandro del Prado. Musico y cantante (¿de Villa Real?) (7´13")

13/08
380) Luis Sepúlveda (CHI), “Un viejo que leía novelas de amor”: Cristina Oller, de Quilmes. Locutora. (11´16”)

15/08
382) Elfriede Jelinek (AUS), "La pianista": Aída Lascala. Jubilada, de Chivilcoy.

29/08
392) Juan Carlos Ghiano (ARG), "Narcisa Garay, mujer para llorar": Leopoldo Argañaraz. Escritor y poeta de Villa Crespo. (1´28")

04/09
396) Eugenio Cambaceres (ARG), "En la sangre": Ariadna Quiani, de Saavedra. Actriz, traductora y camarera. (1´12")

10/09
399) Alfredo Varela (ARG), "El río oscuro": Héctor Bonifacio. Periodista y abogado, domiciliado en el barrio de Mataderos (26")

28/10
431) Agatha Christie (ING), "El caso del Bungalow": Raul Manzano, de Gualeguay, Entre Rios. Comerciante. (1´35")

Año 2009

05/02
479) Andrea Camilleri (ITAL), "La voz del violín": Ramón Tarruella, de Villa Elisa. Profesor de filosofía. Escritor.(´2 "53)

23/02
491) Max Aub (ESP), "Campo cerrado": Natalia Ranzuglia. Profesora de teatro, de Ramos Mejía. (´5 "22)

09/03
501) Cyrano de Bergerac (FRA), "Viaje a la luna": Irene Fridemberg, de Caballito. Empleada y cantora. (´1 "22)

26/03
513) Marcos Aguinis (ARG), “La gesta del marrano”: Sergio Tupovetzky, playero en estacionamiento y escritor.

04/05

540) Arundhati Roy, (HINDU), “El dios de las pequeñas cosas”: Lilian Mosconi, traductora, de San Telmo. (´9 “22)

ULTIMO AVISO

Hugo avisó que el domingo por la noche no hay juego. El programa no irá en vivo. Se emitirá la grabación del reciente Párrafus en la Feria del Libro. Excelente y tal vez única oportunidad de volver a disfrutar de un sublime momento de… lectura de Poesía y de… la amable charla con la autora. Al ganador de aquella noche ya lo disfrutaron hoy, hasta acá.
Buenas tardes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los felicitos por las notas que publican en el blog, la noche de los ¨ Gauchos judios¨, fue una de las pocas que tomé el telefono por que lo leí muchas veces y está ligado a la familia de mi esposo, pero creanme´, mi alegria no es ganar, si no escuchar y disfrutar el programa y luego indagar acerca de los escritores mencionados en él, así conocí a tantos y compré libros que jamas hubiera imaginado-
Me deleité no hace mucho con los cuentos de Eduardo Wilde que ni conocia, así tantos.
Ustedes también enriquecen el blog
Emilia

Humberto Maturana Romesín dijo...

3.000 no es igual a 14.351!
Cúan impreciso se lo ve últimamente al guardián literario ..