Martes 19 de mayo
Novela: "Enigma para locos"
Autor: Patrick Quentin
Ganadora: Adriana González, de Rosario. Prensa de la facultad de Ciencias Sociales.
Anoche justamente, en el preámbulo del juego, Hugo comentó que con Adriana Baldesari habían coincidido en que la involuntaria repetición de John Le Carre los hacía sentir más libres. (Para qué se habrían aprisionado o constreñido en el proyecto de los mil autores sin repetir, es otro asunto.) Después, con “Enigma para locos”, del bifronte Patrick Quentin, ganó por primera vez la oyente Adriana González, de Rosario. A partir de estos dos hechos, y ya que Hugo volvió sobre este ríspido tema, se me ocurrió algo más para insistir con la incongruencia de abandonar aquel primitivo proyecto.
Hugo también cacar… insiste siempre con el anhelo de que aparezcan ganadores nuevos, es decir, más allá de la insondable audiencia latente, oyentes manifiestos del programa. Pensando en esto, recordé que hace poco yo decía (creo que a raíz de la aparición de Natalia Ranzuglia para ganar con la novela de Max Aub) que la permanente llegada de autores más y más alejados de “los cuarenta del mazo”, de lecturas ajenas a esas “que sabemos todos”, podría redundar en que nuevos ganadores (lectores de rarezas, o de rara memoria no metódica) se hicieran presentes en el podio.
Sin mirar la lista, me vienen a la mente Lilia Mosconi con la novela de la hindú y Ramón Tarruela con la de Camilleri.
Me dirán que también los reincidentes ganan con “rarezas”, como, por ejemplo, Mario Tsolakian esta misma semana, con la poesía de Andrés Bello, o Verónica Cornejo la semana pasada, con “Las descentradas”. Pero, diría yo, para un memorioso de su secundaria, o una habitual espectadora teatral, aquellas no serían rarezas. Pero bueno, un auténtico oponente me podría poner otros ejemplos.
Y, a la inversa, me dirán que también hubo ganadores nuevos con obras o autores célebres: Irene Fridenberg con “Viaje a la luna”, Eduardo González con Juan José Saer…
Mejor sin ejemplos, entonces, sólamente voy a postular una vez más, como gato panza arriba, aquella presunción de la vez pasada: los autores nuevos engendran nuevos ganadores.
Y Hugo diría (por ejemplo): “Los autores nuevos van a seguir apareciendo. Las repeticiones podrán ser hoy, mañana, la semana que viene, de a una o de a cinco, pero de ninguna manera se recurrirá solamente a los 545 autores anteriores a la repetición involuntaria, como ya se demostró hasta anoche mismo”.
De modo que, como suele ocurrir en los medios de comunicación, la última palabra, después de entrevistas o debates, sería la del comunicador. Algo con lo cual, como dijo Macedonio Fernández con respecto a otra cosa -o a todo-, “discrepo, desesperadamente”.
Mejor volvamos a lo nuestro y saludemos a la rosarina Adriana González, que anoché debutó con una novela de las elegidas por Borges y Bioy para la colección “El séptimo círculo: “Enigma para locos”, de Patrick Quentin. Empleada en el área de prensa de la facultad de ciencias sociales, seguramente buena lectora de otras temáticas, Adriana se reveló como una avezada conocedora del género policial. Y casualmente mencionó también otras dos novelas de “El ´septimo círculo” que siempre quise conseguir, porque las recomendaba Dolina: “El caso del jesuita risueño” y “El caso de las trompetas celestiales”. Escucha fiel de Párrafus desde el horario vespertino, por fin hoy tuvo la chance de ganar con “una difícil”, dijo Hugo, que demandó más de ocho minutos de lectura. Y tuvo también la modestia de decir que llamó porque supuso que “algo tan viejo” no sería recordado por los “otros oyentes tan eruditos que tiene el programa”. Felicitaciones para Adriana, y que se repita.
Digamos también que, después de muchos meses, se da en este cálido mayo la aparición de tres ganadores nuevos. Y recién estamos a día 19…
¡Maldición! No me hagan acordar. Mañana terminan mis vacaciones y el jueves me reincorporo en el banco. Si es que mi puesto todavía existe. Y, si no… que sea lo que quiera el Señor.
Buenos días.
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