La traductora de Coghlan, captó el guiño del irracional conductor, y cazó al vuelo la indirecta que habría repetición. Fué el autor ininterruptus del irracional 128, y ahura Humberto Costantini, nos acuna con su tercera noche, en "El cielo entre los durmientes".
Sale del texto del cuento, el tema del tren. Hugo recuerda su infancia y el pasado ferroviario de su padre, la traductora vivió siempre a dos cuadras de la estación Coghlan, lugar con magia si los hay, tal como el bar de Avenida Congreso y Estomba, donde Buenos Aires, parece estar detenido en el tiempo. Pero con belleza, simpleza e hidalguía.
Este capítulo (más irracional que nunca), tuvo un bis deliberado. Aunque fué un tris, si contamos el ininterruptus del 128, ese que nos dejara anonadados. Pero ahura, esta libertad que tomamos merced a John Le Carré II, nos permite jugar, volar y gambetear.
La musicalización nos trae primero a Gardel, luego al Gordo Pichuco, quien nos dejara un 19 de mayo, pero de 1975. Que lindo recuerdo. Un Gordo, que era inigualable al manejar la orquesta. Un genial artista, tanto como para que Astor Piazzolla buscase incorporarse a la orquesta de Pichuco, y no a otra.
Para mayores detalles, leer documento adjunto.
El tren, el cielo y los durmientes, que conjunción! Y cuanto recuerdo: aparecen los ingleses, con su puntualidad, los relojes de madera de las estaciones, el olor a vías, y la contención del tren. Cacho Costantini conocía el tren, y su magia, evidentemente.
De ahura, en mas: hagan juego señores! Será un autor novel, o un bis/tris, qui lo sa?
Si el conductor anuncia que hubo de cenar, el peligro de repetición tiene mas posibilidad de pasar de la potencia al acto.
Entonces, no solo será la velocidad de reconocer, sino la clarividencia y artes adivinatorias ..
1 comentario:
soares ?
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