"Si las páginas de este libro consienten algún verso feliz, perdóneme el lector la descortesía de haberlo usurpado yo, previamente. Nuestras nadas poco difieren; es trivial y fortuita la circunstancia de que seas tu el lector de estos ejercicios, y yo su redactor" Jorge Luis Borges
domingo, 15 de noviembre de 2009
Metamensaje
EL ABURRIDO RESUMEN
Tras la pausa requerida por otras actividades de nuestro conductor (pausa meditabunda para mí), noviembre comenzó con una semana simpática.
El martes, como si la repetición de programas con ganadores de única vez lo hubiera propiciado, tuvimos un nuevo ganador nuevo: Javier Cabanellas, músico del barrio de Belgrano, se constituyó en el podiasta número 94. Y, además de él, tuvimos el retorno de dos viejos conocidos: Roberto López Motta y Alberto Lagunas, y la presencia femenina, siembre bienvenida, con la entusiasta Mónica Paradiso.
Simpática semana, digo, porque los tres reincidentes que ganaron me caen bien (no como otra) y porque un debutante siempre es atractivo.
En cuanto a los autores de la semana, a dos de los cuatro no los había escuchado nombrar jamás (De Diego y Figueiredo), a otro sí, inevitablemente, pero sin leerlo (Bellatin), y el otro fue Oscar Wilde, por todos conocido.
Con el irlandés se trató de una segunda presencia, y se lo convocó nuevamente en su faceta de cuentista; la primera vez, en uno de los primeros programas del ciclo, había sido “El príncipe egoísta” (victoria de María Suárez); esta vez, Roberto López Motta reconoció en pocos segundos “El cumpleaños de la Infanta”, un texto quizá no tan célebre.
A Mario Bellatin, nacido en México de padres peruanos, plenamente contemporáneo, muy comentado últimamente en los medios culturales, Hugo lo trajo con una de sus muchas, breves e inconclusas novelas (según leí por ahí): “Salón de belleza”. El saxofonista Cabanellas la leyó hace algún tiempo, prestada por un amigo, y ahora, al debutar en Párrafus, la obtuvo como merecido premio.
También hubo esta semana una nacionalidad debutante: Puerto Rico. La isla se hizo presente a través de su bardo nacional, José de Diego, quien me pareció, por su decimonónica condición de poeta y patriota, una especie de José Martí de baja intensidad. Muy crasamente romántico y monótono versificador, el boricua, con mucho menos vuelo que el cubano, como prefigurando, con estas muy distintas calidades, la actual situación de sus patrias respectivas. Digo, por provocar... Lo sacó de la galera la compañera Mónica, quien había incluido la poesía “A Laura” en una recopilación que hiciera para regalarle en sus quince años a una sobrina suya.
Y el teatro llegó de la pluma del tercer latinoamericano de la semana: Guillermo Figueiredo. Del brasileño se leyó una pieza que presenta, parece, una semblanza del antiguo fabulista Esopo: “La zorra y las uvas”. La conocía bien, de sus tiempos nicoleños, el hoy rosarino Alberto Lagunas, narrador y poeta que, al igual que López Motta, jerarquiza el podio Parrafista.
LA OSADA PROPUESTA
Más allá de este aburrido resumen (pero nadie hace otro), de esta semana quería destacar una determinada cosa.
Hugo contó que le preguntan para cuándo Párrafus en formato libro. Incluso algún amigo editor le planteó la curiosidad, dijo. Y contó (“con la tranquilidad del que tiene todo registrado”) su sencilla idea para una posible edición: divididos en capítulos sin título, se presentaría una selección de los fragmentos de novelas, cuentos, poesías y piezas teatrales, tal como se leyeron en el programa hasta el timbre interruptor. Claro que esta selección (esta manera de llevar Párrafus al papel), por el tema de los derechos de autor, se vería acotada a los textos que son de dominio público, admitió nuestro conductor. Y ahí quedó el asunto, que yo recuerde.
Sin embargo, su mención de que aquel sería el modo “más sencillo” (y su observación de que tiene “todo” registrado) me llevan a pensar que habrá barajado otras posibilidades. Tal vez, entonces, ya se le habrá ocurrido lo que hoy yo quisiera aportar al respecto.
Tiene que ver con este Blog, por supuesto, dedicado desde hace dos años y medio al programa, y con aquel libro de Paul Auster comentado aquí hace poco. Para los que no conocen o no tienen presente el asunto, lo refresco brevemente.
Paul Auster, el famoso escritor estadounidense, fue invitado por un conductor radial que lo había entrevistado a que se agregara como columnista del programa con un texto semanal. El novelista declinó el compromiso, pero acercó y motorizó una idea mejor: que los oyentes se hicieran presentes en ese espacio mediante el envío de textos sobre sus vidas. Se lanzó así el Proyecto Nacional de Escritura, fruto del cual fue el libro compuesto por Auster con esos textos: “Creía que mi padre era Dios”.
A través de una brevísima reseña, me enteré de la existencia de ese libro al poco tiempo de crear Losparrafistas. Hace poco, cuando lo compré para regalar (*), pude verificar el parentesco entre aquella idea de Paul Auster y mi intención con este Blog de los oyentes de Párrafus. Eso sí, como ya dije, consideró haber fracasado admirablemente con mi proyecto.
Sin olvidar ni desmerecer los aportes que a lo largo del tiempo hicieron los compañeros oyentes Quique Figueroa, Fernando Terreno, Marta Zander, Pablo Graciani y Mónica Paradiso (y los de quienes acercaron sus Comentarios), creo en verdad que, cuantitativamente, no obtuve el eco esperado. De ahí que, con toda sencillez, ofrezca hoy a Hugo la idea de una convocatoria parecida a la de Auster (que, en realidad, le fue sugerida a este por su esposa): que los oyentes, a fin de participar en ese hipotético libro sobre Párrafus, le escriban con alguna historia de sus lecturas.
Una lectura con la que hayan ganado el juego, o no; es decir, una recreación de lo que despertara su memoria en aquella ocasión, o un relato de los placeres que le deparara el descubrimiento de un autor desconocido. O una descripción de las circunstancias en que se llegó a un determinado triunfo. O una bronca –o alegría- por el triunfo de otro oyente. O –esto para los silenciosos- las razones por las que no se llama aunque se conoce la respuesta... Y no aventuro más posibilidades, porque tal vez así termino acotándolas. En síntesis: se solicita a los compañeros y compañeras oyentes historias de sus vidas de lector -o de sus lecturas, para los más recatados. Pero que nuestro conductor, si la idea le gusta o puede adaptarla a la suya, lo plantee a su manera.
Y pienso: si Paul Auster, a través de un programejo de la seguramente pedorra radio norteamericana, obtuvo 4000 textos en el término de un año, ¿qué no podrá conseguir Hugo Paredero y su Párrafus Interruptus por Radio Nacional?
EL ANTIGUO ESTIMULO
Y recordé uno de aquellos viejos aportes de Quique Figueroa. Es del 20 de agosto de 2008 y viene al caso. El compañero de Trelew lo llamó “Atreverse”. Aquí está.
“Vinculo esta, nuestra página, el PI[nterruptus] y las estelas de la polenta que se perciben por doquier.
Traigo a colación un texto de Marcelo Di Marco y Nomí Pendzik, Atreverse a escribir.
Porque hay mucha letra viva, que anda suelta como una extensión del programa.
Más aún, ha de haber infinidad de páginas exquisitas en cuadernos, computadoras, o en la mente de muchos radioescuchas. Algunos no se sentirán atraídos por escribir en esta bitácora, por voluntad o elección propia. Otros no serán ganadores, porque participan silenciosamente, a su modo.
En fin, alternativas varias. Pero, haber visto a Juan Sabia, matemático y escritor en "Alterados por pi" [otro programa irracional] el lunes sanmartiniano, y anoche escuchar a la Verónica y a Rovner, dieron como resultado traer a nuestro espacio este hipervínculo al libro, cuya imagen nos acompaña.
Es un simple archivo en formato PDF, de descarga gratuita. Visitadlo, descargadlo, probad .
Por el libro, y la escritura.
Alberto Lagunas, o Roberto López Motta [entre otros], nos precedieron.
‘Con un poco de talento y ganas, cualquiera puede escribir.
Sobre todo, si cuenta también con una fuerte dosis de sensibilidad, condimentada por buenas lecturas y contaminada por los vaivenes de la vida. Hoy la escritura ha regresado.
Gracias a las modernas tecnologías, escribir volvió a ser una necesidad cotidiana. El fax, el correo electrónico y los mensajes de texto, han cambiado ciertos hábitos de la humanidad. Y es muy probable que, mediante la redacción de algún email, muchos de ustedes hayan descubierto en sí mismos cierta capacidad para poner sus cosas por escrito y llegar al otro.
Sienten fuerte rechazo o afecto por tal o cual profesor y se lo cuentan a un amigo en una carta.
Conocen a una persona que les gusta —que les gusta mucho— y le escriben para invitarla, por ahora, a estudiar…
Si ponen todo el corazón en la escritura, nos atrevemos a decir que cualquiera de esos dos hipotéticos mensajes será un escrito vívido,relevante, único y personal’.
De Marco, M. y Pendzik, N. [2002]. Atreverse a escribir. Prácticas y claves para arrancar de una vez por todas. Buenos Aires: Editorial Sudamericana, pp. 12 - 13.”
Nada más. Desde ya, buenos días.
(*) He aquí el metamensaje; al que le quepa el sayo…
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