"Si las páginas de este libro consienten algún verso feliz, perdóneme el lector la descortesía de haberlo usurpado yo, previamente. Nuestras nadas poco difieren; es trivial y fortuita la circunstancia de que seas tu el lector de estos ejercicios, y yo su redactor" Jorge Luis Borges
domingo, 15 de noviembre de 2009
Necrológica
De un libro que gané en Párrafus, recorto imperdonablemente –o quizá no.
I
“Voy a intentarlo una vez más. Voy a tratar de hacerlo. Y aunque explicar no es mi fuerte sacaré, como se dice, ‘fuerzas de flaqueza’ para lograrlo: explicar por escrito un juego de mi invención. Juego que he venido practicando como un ajedrecista solitario, durante tan largo tiempo que ya he perdido la cuenta. (…) Repito, sólo yo lo he practicado. Soy el único en este mundo que puede dar testimonio y razón de la existencia de este juego al que he llamado ‘Juego del Modelo’.
II
Sigo. El que explica, se sabe, es culpable: sin embargo, espero de ustedes la absolución. Espero que sabrán comprenderme. Sí, hay cosas. Cosas que si se explican se embrollan más y lo señalan a uno, lo ponen en evidencia. Mejor no explicar. (…)
IV
No me considero para nada original. Pienso, por el contrario, que este juego, como idea, existió siempre ya que pone en el centro el problema de la estereotipia: esa rigidez que asfixia a la vida. Y, por consiguiente, a la Poesía y demás Bellas Artes. Lo que ocurre hoy ocurrió siempre. (…)
VIII
(…) Tenemos la lectura que hace del Modelo el jugador. Lectura que pone a foco (de ‘relieve’) su materia verbal. Esa lectura lleva a la reescritura. Reescritura que el Modelo le pide, le solicita, preso de la estereotipia como lo está: el jugador lo siente así. Y subraya algunas de sus palabras o agrupaciones de palabras, que él intuye que son clave para desentrañar lo que el Modelo oculta y quiere (el Modelo), de una vez, revelar.”
XI
(…) El tablero de juego es el texto del Modelo. ¿Es esto iconoclastia? ¿Falta de respeto? No es mi intención. Por otra parte, pienso, no hay mayor escándalo que convertir al Modelo en una momia célebre, pero momia al fin y al cabo.
La sustancia momificadora se llama estereotipia. Pero hay que apostar, aunque la apuesta sea la Nada.”
“El jugador, el juego”, Leónidas Lamborghini (1927-2009), Adriana Hidalgo editora, 2007
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