lunes, 26 de noviembre de 2007

Valijas, papeles y primicias


Pocos PI atrás, el archicófrade leyó algo de Moravia.
Y hubo novedades sobre el escritor itálico, que comparto con la comunidad radial.
Tratase de una nota aparecida en ADN Cultura.

Las valijas amén de estupefacientes, dinero, o ropa sucia, pueden contener letras. Y letras vivas: albricias!

En la primavera de 1996 se encontró una vieja valija en el sótano de la casa de Alberto Moravia en Lungotevere della Vittoria, en Roma. Estaba repleta de papeles del escritor, de aquellos días de 1963 cuando se aprestaba a dejar el departamento de via dell Oca para trasladarse a la nueva casa del Lungotevere.


Desde entonces fue abandonada, junto a otra valija, en un rincón del sótano, y quedó olvidada allí. Para fortuna nuestra. Porque Moravia solía quemar todas las redacciones provisorias de sus novelas.
Solo gracias a ese olvido tenemos hoy la posibilidad de leer una novela a la que el escritor se dedicó durante el primer semestre de 1952, es decir, entre El conformista ( 1947) y El desprecio ( 1954).
Se trata de un triple esbozo de una novela "política", inconclusa, que relata los intentos de Sergio, un joven traductor y periodista que acaba de afiliarse al partido comunista, de convertir al comunismo a su amigo Maurizio, aun al costo de ofrecerle a cambio a la compañera Nella.
La diferencia social entre ambos (Sergio, apremiado y en busca de un trabajo estable; Maurizio, de la alta burguesía y un poco esnob) será una de las razones desencadenantes del "sentimiento de inferioridad" y de la sorda rivalidad que Sergio siente ante Maurizio, a quien no obstante quiere: una mezcla potencialmente explosiva de ciega admiración y opaca envidia que bordea la obsesión psicótica.
Esta es la trama común a los tres esbozos de novela, cuyas vicisitudes se dislocan cronológicamente entre del 25 de julio de 1943 -de la primera redacción- y el principio de la posguerra -el tercer borrador-.
La diferencia más significativa entre las versiones se da en el personaje de Maurizio, calificado primero como "fascista", después como "partigiano" de impronta "más o menos liberal". También hay diferencias en la alucinada fiesta nocturna, escena principal de la última versión, o el encuentro del protagonista y su futura novia que en la tercera versión se traduce en una pasión inmediata y casi animal.
Pero lo más importante es el enfrentamiento ideológico entre los dos amigos-rivales.
Sergio se afilió al partido más por motivos privados que por convicción idealista. Representante del repertorio de personajes moravianos en eterna crisis entre las razones verdaderas y la incapacidad de una acción social, puede ser interpretado como una suerte de "conformista" actualizado a la posguerra. Frente a él, el "indiferente" Maurizio, bien educado pero finalmente un prudente oportunista. En el medio, Nella: una bellísima figura, la muchacha tímida y pasional, que termina, humillada y ofendida, por ser el instrumento de desprecio de dos ineptos ideológicamente mucho más despreciables.
Es precisamente el tema de El desprecio (la novela nacida de estos esbozos), que concentró la atención de Moravia después de estas tentativas de escribir un relato político.

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