lunes, 25 de mayo de 2009

Parrafus dramaticus (perdón, Quique)


Lunes 25 de mayo
Teatro: “Homo dramaticus”
Autor: Alberto Adellach
Ganador: Naon Soibelzhon


PUBLICACIÓN DEL TEATRO COMPLETO DE ALBERTO ADELLACH
TODA LA OBRA DE UN GRANDE DE LA DRAMATURGIA ARGENTINA

La publicación de Teatro completo (en tres tomos), del argentino Alberto Adellach (1933-1996), constituye un acontecimiento editorial extraordinario y, sin duda, es uno de los logros más trascendentes que haya concretado el Instituto Nacional de Teatro desde su creación hasta hoy. Gracias a estos tres tomos, que reúnen unas cuarenta obras de diversa extensión, la Argentina recupera a un autor notable y olvidado, que debió exiliarse por la persecución de la última dictadura, primero en España (1976/1981), luego en México (1981/1984) y finalmente en los Estados Unidos (1984/1996), donde se radicó.



Su nombre real era Carlos Creste y, a pesar de la restitución democrática, en 1984 decidió no regresar definitivamente a su tierra. El exilio y la posterior distancia impuesta por su permanencia voluntaria en Estados Unidos hicieron que los vínculos de este gran dramaturgo con la escena local se fueran desarticulando, salvo contadas y loables excepciones, como su inclusión en el ciclo “Teatro Abierto” y algunos estrenos aislados. La mayor parte de las piezas de Teatro completo son absolutamente desconocidas en el medio nacional y nunca antes habían sido editadas aquí. La iniciativa del Instituto salda una parte de la deuda argentina con Adellach. Es de esperar que ahora vengan las puestas en escena.



Adellach es un dramaturgo excepcional. Piezas de la talla de “Job y Cordelia de pueblo en pueblo” así lo demuestran. Por alguna razón no declarada, los editores del Teatro completo no agruparon cronológicamente las obras. Sugerimos al lector que restituya ese orden, porque seguir la secuencia temporal de la escritura le permitirá reconocer el devenir estético-político de Adellach y lo ubicará en el centro de los acontecimientos culturales de la Argentina, en el país o desde el exilio, durante más de dos décadas. Hay por supuesto una constante transtemporal, que el mismo autor señaló: "Lo mío es el compromiso".



Adellach inició su producción en los años sesenta, bajo el sello de la vanguardia europea y norteamericana, con textos breves como “Palabras y Criaturas”, más tarde reunidos junto a “Marcha” en la trilogía “Homo dramaticus” (1968). En los años setenta derivó hacia nuevas poéticas políticas, como las desplegadas en “Esa canción es un pájaro lastimado” y “Chau, papá” (1971). En las obras del exilio, reescribió grandes textos universales – “King Lear”, de Shakespeare, “Fausto”, de Goethe, “Bartleby”, de Herman Melville, la Biblia - o se detuvo en la elaboración metafórica de materiales provenientes de la experiencia política y social. A esta última línea responde una de sus creaciones más ambiciosas y queridas: “Por amor a Julia”, trilogía compuesta por los textos “Pájaros blancos sobre calles grises”, “Yiyo” y “El sol es verde”, cuya escritura comenzó en la Argentina y culminó en el exilio.



En el programa de mano del estreno de “Arena que la vida se llevó” (1976), Adellach definió su proyecto estético - ideológico con estas palabras: "Había que extraer un poema de nuestra inmediatez. Pintar sucesos conocidos sin ser costumbristas. Aferrarse a la realidad sin ser realistas. Decidirse a ser corrosivos sin ser crueles. Volver a la ternura sin ser simples. Gustar de lo nuestro sin ser tolerantes. Trabajar con el sentimiento sin caer en complacencias de bajo cuño".



Según testimonio de su hijo, Esteban Creste, Adellach padeció el exilio y sintió que el alejamiento del público argentino era "una pérdida" que lo limitaba a la hora de escribir para la escena. El teatro que compuso en el exilio fue la culminación de proyectos iniciados en la Argentina. La única pieza que gestó íntegramente lejos de su tierra, “Romance de Tudor Place” (1985), tiene como protagonista a una Madre de Plaza de Mayo.



La prolija edición se enriquece con prólogos de Creste, que supervisó la publicación, el director R. Correa y el dramaturgo E. Gallipoli. Esta obra abre las puertas al reencuentro con Adellach a través de la lectura; ojalá contribuya, además, a la presencia de sus textos en escenarios del país y el mundo.



Adellach, Alberto. Teatro Completo (tres tomos) – Instituto Nacional del Teatro, Buenos Aires, 2004. 1150 páginas.



Por Jorge Dubatti

Fuente: Diario “La Nación”

3 comentarios:

Anónimo dijo...

por qué le piden perdón a Quique ?

Marcelo Perenchio dijo...

Me disculpaba con Quique por valerme de su habitual titulación en "latín".

Anónimo dijo...

ah! pero el Parrafus hace hablar en latin a los oyentes!