domingo, 2 de noviembre de 2008

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Autobiografía, de Nazim Hikmet

Nací en 1902
no he vuelto nunca a mi ciudad natal
no me gustan los retornos
a los tres años en Alepo era nieto de bajá
a los diecinueve estudiante en la universidad comunista de Moscú
a los cuarenta y nueve otra vez en Moscú invitado por el Comité Central
y desde los catorce años soy poeta

hay hombres que conocen las diferentes clases de hierbas; otros, de peces;                                                                                    yo, de separaciones
hay hombres que se saben de memoria el nombre de cada estrella;
                                                                                   yo, de nostalgias

he dormido en las cárceles y en los grandes hoteles
he conocido el hambre y también la huelga de hambre y no hay plato
                                                                                                       que no haya probado
a los treinta años quisieron ahorcarme
a los cuarenta y ocho quisieron concederme el Premio mundial de la Paz
                                                                              y me lo concedieron
a los treinta y seis durante medio año sólo pude recorrer cuatro metros
                                                                                          cuadrados de hormigón
a los cincuenta y nueve volé desde Praga a La Habana
                                                                 en dieciocho horas

no conocí a Lenin pero hice la guardia de honor junto a su féretro en 1924

en 1961 el mausoleo que visito son sus libros

han intentado alejarme de mi partido
                                                                      pero han fracasado
tampoco he sido aplastado por los ídolos caídos

en 1951 viajé por mar hacia la muerte con un joven camarada
en 1952 con el corazón cascado esperé la muerte durante cuatro meses

estuve locamente celoso de las mujeres a las que amé
no envidié a nadie ni siquiera a Charlot
engañé a mis mujeres
pero nunca hablé mal de mis amigos a sus espaldas

he bebido pero no soy un borracho
tuve la suerte de ganarme siempre el pan con el sudor de mi frente

si mentí fue porque sentí vergüenza ajena
por piedad
                     pero también he mentido porque sí

he montado en tren en avión y en coche
la mayoría no puede hacerlo
he ido a la ópera
                     la mayoría no puede ir y ni siquiera sabe que existe
sin embargo desde 1921 no voya muchos de los sitios
                     donde va la mayoría la mezquita la iglesia la sinagoga
                     el templo el curandero
                     pero a veces me gusta que me lean los posos de café

se me ha publicado en treinta o cuarenta lenguas
                       pero estoy prohibido en Turquía en mi propia lengua

hasta ahora no he tenido cáncer
tampoco es obligatorio
nunca seré primer ministro o algo parecido
tampoco me gustaría serlo
nunca he ido a la guerra
no he descendido a los refugios en medio de la noche
no he recorrido los caminos del exilio bajo el vuelo rasante de los avi0nes

pero me he enamorado ya cerca de los sesenta
camaradas en pocas palabras
hoy en Berlín aunque muerto de nostalgia
                                         puedo decir que he vivido como un hombre
pero los años que me quedan por vivir
                     y las cosas que puedan sucederme
                                                               ¿quién lo sabe?

2 comentarios:

Marcelo Perenchio dijo...

Muy bien por la docente de Bahía Blanca. Sólo conocía de nombre al turco, vagamente, por una canción que hizo Elena Huerta hace siglos, cuando todos éramos un poco comunistas. Ahora -por el Hugo y la Marta- lo conozco un poco más. Gracias.

Marta dijo...

Te digo un poema del "turco" que escuchaste seguro, uno que sabemos todos? Conocés la canción que canta Baglietto del gigante de ojos azules que amaba a una mujer pequeña? Bueno, la letra de esa canción es un poema de Nazim Hikmet. Gracias a esa canción conocía el nombre de Nazim Hikmet.
Después del programa me fui a buscar el poema para leerlo completo. Lo tengo, pero no se llama "Acerca del vivir", sino "Sobre la vida". Y la primera línea no es, como leyó Hugo "El vivir no admite bromas", sino "No es chacota la vida". Me tocó la versión de estos muchachos que hablaban turco con acento de Gualeguay.
No es chacota la vida me encantó. Me alegró la semana!