domingo, 7 de diciembre de 2008

Sostiene Perenchio


Sostiene Perenchio que la del viernes fue una lectura riesgosa. Me parece que también Paredero sostendría una opinión parecida; en los últimos minutos de “la previa”, antes de empezar con la novela, recordó que habíamos arrancado bien diciembre, con cuatro lecturas develadas, y encomendó que esa racha no fuera a cortarse.
Sostiene Perenchio que esa prevención estaba justificada. El presente caso de Antonio Tabuchi me sonó parecido al de José Saramago. En efecto, como en el caso del omnipresente portugués, creo que esta vez, con el italiano, Hugo no recurrió a ninguna de sus obras más famosas; de Saramago se leyó “La balsa de piedra”; de Tabuchi, “La cabeza perdida de Damasceno Monteiros”.
Sostiene Perenchio que en los últimos segundos de lectura le vino a las mientes Tabuchi, pero sólo alcanzó a rememorar el título de su novela más célebre, aquella con la que se hizo la película con mi tocayo Mastroianni: “Sostiene Pereira”; además, ese autor me sonaba incongruente con el ambiente gitano de la historia.
La que rememoró plenamente autor y título fue la ganadora de la semana (de una semana completa, con los cuatro géneros presentes), la novelera Marta Zander. A “La casa del ángel” le agregó “La cabeza perdida...”.
Y lo más destacable de esta segunda aparición semanal de Marta es lo que generara con la primera. Contó la joven de Bahía Blanca que el miércoles, a raíz de su triunfo con la novela de Beatriz Guido, recibió un sorpresivo llamado de una persona muy admiradora de la escritora rosarina, alguien residente en la localidad de Lomas de Zamora, de quien no especificó su sexo. Esta persona, tras escucharla hablar con tanto encomio en la noche del martes (la noche “del ángel”), llamó a la radio para requerir su número telefónico. Lo obtuvo y se comunicó con Marta para charlarle sobre la Guido; sabe mucho sobre ella, la conoció y tiene libros suyos autografiados. A Marta, el asombro de la situación (fácilmente imaginable) la aturdió, dijo, hasta el punto de olvidarse el nombre de su interlocutor... Pero no creo que haya sido un olvido lo que le impidió que revelara que se trataba de un señor -otro señor mayor, quizá. Un señor que quizá el martes escuchara también sus quejas y penas de amor y, más osado que yo –que sólo me permití unos chistes-, quisiera tirarse un lance... pero no para ganar un Párrafus, sino el corazón de la profesora.
Bien merecido tuviera ese halago, si esto fue así. Pero quién sabe; yo estoy haciendo un chiste otra vez. Como sea, me alegra que la Zander, otrora inteligente crítica de este Blog, devenida importante colaboradora, aparecida finalmente en el aire del programa, haya completado con esta de Tabuchi una docena de victorias en el juego, lo que ya equivale a una participación por mes en este 2008. Pero diciembre recién comienza, todavía falta para terminar el año, y Marta todavía podría formar parte, con Verónica y María, del trío que disputa este año por ser mi escolta en lo más alto –por última vez- de la tabla de ganadores de Párrafus.
Buenas tardes.
Hasta… pronto.

1 comentario:

Marta dijo...

Pero si fue una señora la que me llamó. Mirá que sos novelero vos también!

Me pasaban dos cosas, por un lado me dejé llevar por la felicidad y las ganas de agradecerle a esta mujer el llamado y también de compartirlo con Hugo (y los oyentes interesados, si hubiera o hubiese) y, por otro lado, me daba no sé qué mencionarla al aire sin su autorización, por eso no quise dar muchos datos de ella. Se me escapó que era de Lomas de Zamora.

Doce, uno por mes, qué me contás. Con eso ya estoy más que contenta. María y Verónica, unas genias, pero desde acá atrasito, desde el fondo de la tabla de posiciones también se ve bárbaro. Creo que me voy a quedar por acá!