jueves, 26 de junio de 2008

Café de los maestros

He aquí un breve resumen del film que emocionara al archicofrade.
Se publicó hoy [jueves 26 de junio] en La Nación.

El tango alcanza en estos momentos, a través de nuevas voces y de jóvenes músicos, un gran momento de esplendor muy parecido a aquellos años de la década del cuarenta en los que talentosos maestros de ese ritmo congregaban a su alrededor a miles de fieles seguidores, que danzaban al compás de las más populares orquestas o se dejaban fascinar por los cantantes de mayor arraigo que recordaban los temas tanguísticos de célebres compositores. Gustavo Santaolalla, un argentino triunfador en los Estados Unidos, la productora Lita Stantic y el realizador brasileño Walter Salles, el mismo que dirigió Diarios de motocicleta y Estación Central , entre otros films, unieron aquí su esfuerzo y su imaginación para retrotraer a la pantalla a muchas de aquellas figuras que son ya íconos de nuestra música popular.

Café de los Maestros se convierte así en el encuentro de las grandes leyendas vivientes de ese formidable género, quienes revelan, a través de sus instrumentos y de sus recuerdos, los misterios y la esencia de ese ritmo sexy y melancólico. En este paseo por la vida de todos ellos aparecen sus historias íntimas para recuperar el verdadero sentido del tango: la fiesta, la reunión popular y los muchos motivos de alegría al escuchar los temas más emblemáticos de nuestro repertorio tanguero.

Emotivo homenaje

A través de charlas informales, estos maestros nos acercan el optimismo y la fuerza de nuestro ritmo ciudadano, y el documental se convierte en una historia de amor a la vida.

El film no sigue una línea narrativa muy estricta, lo que por momentos atenta contra su estructura, pero ello poco importa cuando aparecen en la pantalla figuras del prestigio de Aníbal Arias, Ernesto Baffa, Emilio Balcarce, Oscar Berlingieri, Mariano Mores, Virginia Luque, José Libertella, Osvaldo Montes, Alberto Podestá, Lágrima Ríos, Horacio Salgán y otros nombres que ya recorrieron un largo camino de triunfos y se reúnen aquí a través de sus instrumentos y de sus voces.

Así, el film se encarga de retratar a cada uno de estos tangueros en breves semblanzas de sus vidas, que coralmente reconstruyen una época inolvidable del pasado de la Argentina y, a la vez, proyectan el futuro de las expresiones culturales de un pueblo que continúa valorando su música.

El director Miguel Kohan propone este recorrido por los caminos de los maestros con una cámara en constante movimiento. Su mirada logra descubrir a estos artistas a través de su cotidianeidad, revelando la trama de un género que tiene en el imaginario colectivo y popular su condición de perpetuidad y trascendencia.

La aventura de llevar a la pantalla a estas emblemáticas figuras pone a Leopoldo Federico de nuevo al frente de su orquesta, seduce a Horacio Salgán para la recreación de su típica, trae desde la otra orilla del Plata a Lágrima Ríos y la reúne con el guitarrista Aníbal Arias, rescata arreglos inéditos como el original de "Taquito militar", que Mariano Mores grabó por primera vez y reconstruye arreglos históricos, como los de los tangos de Osvaldo Berlingieri realizados por Julián Plaza.

Todos estos elementos y muchos más aparecen en este documental que se convierte no sólo en un emotivo homenaje a todas esas talentosas figuras, sino que es, también, un cálido recuerdo de una época en que nuestra música popular lograba su punto más alto en el recuerdo del público. Como corolario de todo este camino de rememoraciones,
Café de los Maestros pone su punto final en el momento en que toda esa pléyade de músicos y cantantes se une en el Teatro Colón, en una actuación memorable que quedará, sin duda, como uno de los momentos más imborrables de la historia de nuestro tango.

Adolfo C. Martínez



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